A la salida del colegio, penúltimo día de clases, dejó llevar sus pobres impulsos cuando vio al albino cerca de la salida de la escuela, había tomado la mano del contrario quien se sobresaltó, mas Error no lo dejó ir, sin hacer fuerza, sin mantener un trato bruto, solo había sido el susto del contrario, pero tras verse permaneció quieto.

"¿E-Error?"

Su voz nerviosa, y tenía razón para estarlo, había mucha gente la cual Error estaba ignorando, su cuerpo temblaba, habían padres también, eran muy visibles ahí, algo que el azabache no tenía presente.

"Ink, yo..."

¿Qué era tener valor? ¿Era bueno tenerlo sin tener pensado lo que uno quería hacer? ¿Los impulsos eran buenos? Preguntas que se estaría haciendo Error tras haber hecho aquello, tras tirar de su blanca y delgada mano para acercarlo y así darle un torpe beso, una presión mal calculada, chocando entre dientes. Había fruncido sus cejas y cerrado los ojos, pero logró escuchar las inhalaciones de sorpresa ante su acción.

Se separó de inmediato, sin respiración por la adrenalina que sentía, pero su cuerpo pareció romperse y decaer al ver la expresión que vestía su amado, sus orbes brillosos, un gesto angustiado mientras el rubor aumentaba por cada segundo. Se estaban sintiendo observados, y como si hubieran pensado lo mismo, ambos se fueron por sus propios caminos a paso rápido.

¿Ahora qué pasaría? Había jodido todo, había tenido su primer beso forzado, había corrompido aquellos bellos labios que nunca fueron suyos, seguramente Ink lo odiaría, seguramente jamás lo volvería a ver, había arruinado todo en solo segundos, y más en público, había hecho que decenas de personas vieran lo idiota que fue, creando rumores que afectaría mucho a Ink en vez de animarlo.

No quería vivir... No con tal culpa.