Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 24 (Final parte I)

—Lo sabes, ¿no es así? —No quiero mirarla a los ojos pero me veo obligada a hacerlo para que no dude de mí.
—Lo sé —es todo lo que digo. Su mano viaja hasta su ceño para agarrarlo entre sus dedos.
Inhala con profundidad.
—Tu padre no debió abrir la boca, ese era nuestro secreto.
—Carraspeo.

—No, Anna. Él lo hizo para que yo pudiera entenderte... —Doy un paso más hacia delante.
—¿Y lo haces? —Agacho la cabeza, simulando reflexionar.
—No del todo pero ahora algo mejor... Lo hiciste por amor a tu hija, eso puedo entenderlo.
Querías un mundo mejor para mí, querías que no corriera riesgos. —Niega lentamente pero sin embargo, dice: —Sí.

—Binhtown es el lugar perfecto en el que vivir, Laurie. Me alegra de que hayas decidido regresar con tu familia. —Entrecierro los ojos.
—Tú eres mi familia y también mi padre, ¿no es así? —Me sonríe.
—Mi amor... acepté dejarte ir hace mucho tiempo. Melissa, Dean y Shaun son tu familia pero yo cuidaré de ti desde este lado. —Tengo que apretar la mandíbula para evitar soltar algo inapropiado.

—¿Por qué no vinisteis a Binhtown conmigo?
—Tengo que controlarlo todo desde aquí. Es la única forma de mantener el equilibrio y que nadie que yo no apruebe pueda entrar allí. —Sé que es honesta aunque se esté ahorrando parte de la historia.

—Es una buena idea. ¿Podemos ir ya? —Asiente.
—Si pero vamos con calma, ¿está bien? necesito que entres en coma primero y para eso, tengo que ponerte algunos medicamentos. —Mojo mi boca.
—Él dijo que... dijo que yo lo creé. —Traga saliva.
—Eras sólo una niña. —Le quita importancia al asunto meneando su mano en el aire.

Señora, James y el defectato están aquí. Buscan a la chica.
—Mierda.
—Tus amigos han-
—No les dejes pasar, por favor. No quiero tener que despedirme de ellos. Madre, por favor.
—Toco su mano. Sus ojos azules me miran aguados.

—No les deje pasar y saque más guardias, que no entren. Pero no les haga daño —ordena.
—Gracias. —Me esfuerzo por sonreír.
—¿Damos un paseo antes de comenzar? ha pasado mucho tiempo desde la última vez que... —no dice nada más.
—Claro.

Salimos fuera del edificio, miro con curiosidad todo el recinto porque aunque ya he estado aquí antes, no creo haberme fijado lo suficiente.
—¿Cuántas personas viven en Binhtown? —Sacio mis dudas mientras caminamos.
—Tras la guerra, la población se vio reducida hasta casi su extinción y las cosas no mejoraron con los años. En este lado viven alrededor de un millón de personas y en Binhtown, unas cien mil.

—¿Cómo pueden caber tantas personas aquí? —Mi madre deja que salga una risa de su garganta.
—Tenemos un edificio entero y otros dos que se preparan para acoger a más personas pero lo verás ahora, cuando entremos.
—Repaso mis dientes con mi lengua.

—¿Voy a recordar algo de esto allí dentro? —Se detiene frente a mí y en sus ojos veo que su respuesta será sincera.
—No lo sé, Laurie. Nadie ha salido y vuelto a entrar después. —Si estuviera dispuesta a entrar de nuevo de verdad, eso me asustaría especialmente. No quiero olvidar este lado.

—¿Cómo les explicaré a mis padres mi ausencia? —Sonríe, pone sus manos en su espalda y sigue avanzando.
—Lo arreglaré, no tienes nada de que preocuparte. —Acaricia mi brazo. Pero según me toca, el tacto de su mano deja sentirse sobre mi piel. Mi visión se vuelve borrosa. Intento que ella no se dé cuenta y vuelvo a la normalidad en unos segundos.

—Vamos dentro, por favor.
—De repente noto que no cuento con demasiado tiempo. Anna accede a mi petición y caminamos hacia un edificio rectangular bastante grande.
Cuando entramos en él, mi boca se abre sin querer.

Dentro hay cápsulas, miles de ellas. Son de color negro y no son demasiado grandes, aptas para un cuerpo humano medio.
Están muy cerca las unas de las otras y sólo hay un pasillo a un lado por el que podemos avanzar. En cada cápsula hay un nombre escrito y una serie de fechas que supongo corresponden a su nacimiento y a su entrada en Binhtown.

—¡Shaun! —El nombre y rostro de mi hermano aparecen en mi campo de visión, intento llegar hasta él pero no puedo.
—¡Calma, hija! —Anna tira de mi cintura y cuando agacho la cabeza, el nombre de Melissa Riley también aparece.

—¡Mamá! —Apoyo las palmas de mis manos en la cápsula y las lágrimas empañan todo.
—Mamá... —Anna me toca el brazo y ésta vez, un impulso me lleva a alejarme bruscamente y mirarla mal.
—Vas a verlos ahora, tranquila.

La puerta se abre y ambas nos giramos para comprobar que se trata de Neil, mi padre biológico.
—Laurie quiere regresar a casa. —El sonríe ampliamente. Camino junto a la mujer y paso por el lado de la cápsula del joven Xart, que imagino entró hace pocos minutos.

Veo mi oportunidad cuando mis ojos captan una puerta de cristal al otro lado de la sala que no sé a donde lleva pero tampoco me importa.
—Tu cápsula está allí. —Y por suerte, mi cápsula está a pocos metros de esa puerta.

Mis pasos se vuelven más decididos según avanzamos y acabo por dejar atrás a la mujer. Y como camino, recuerdo.

¿Laurie?Mis pestañas están pegadas entre sí. Abro los párpados cuando la voz de mi madre alcanza mis oídos.
Laurie vas a llegar tarde, vamos. —Sus uñas de color granate destacan sobre mi  pálida piel cuando su mano toca mi brazo y me menea despacio.
¡Mamá! —La reprocho, su otra mano hace lo mismo y la oigo reír.

—Laurie. —La voz de Anna no es lo que me frena sino ver mi cápsula. Laurie Riley, nacida el 15 de septiembre de 2001. Enviada el 3 de Octubre de 2008.

¿Crees que te tengo miedo, enano?Mi hermano sonríe con todos los dientes y me deja apreciar como uno de ellos ha comenzado a aparecer en el lugar donde solía estar una pieza de leche. 
¡! Laurie tiene miedo, Laurie tiene miedo...canturrea.

Vas a descubrir lo que es el miedo... Hago un gesto de falsa maldad y mis manos levantan su cuerpo.

Mi puño se eleva en el aire, lo veo como si sucediera a una velocidad reducida. Lo estrello contra la puerta y me corto las partes de la mano que no tengo vendadas. Me quedo un pedazo de cristal y mi mano libre agarra el brazo de mi madre.

Entonces le pongo el cristal en el cuello antes de mirar a mi padre y hablar, con las lágrimas cayendo en cascada y la voz rota.

—Vas a sacarlos a todos de ahí o voy a rajarle el cuello de lado a lado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro