—¿Puedes quitarte el abrigo y mostrarme tu disfraz?

Minseok asintió lentamente, dejó su bolso en el sofá y se puso la diadema con orejas de zorro sobre la cabeza de nuevo. Empezó a soltar los botones de su abrigo con su seductora mirada fija sobre Jongdae y este lo miró hambriento.

El abrigo cayó al piso y Minseok se quedó solo con el revelador disfraz de zorro. Giró sobre sus talones sin prisa, para que Jongdae pudiera apreciarlo completamente, y esperó por su reacción.

—Ven aquí —Jongdae ordenó en un gruñido.

Minseok caminó hacia él con su grácil andar, moviendo sus caderas de lado a lado, logrando que la esponjosa cola rojiza se meneara tras él.

Jongdae le rodeó la cintura posesivamente cuando lo tuvo a su alcance, pero Minseok lo empujó hacia el sofá y se sentó sobre su regazo.

—¿Cómo te atreves a salir así? —Jongdae gruñó estrellando sus palmas abiertas sobre el trasero de Minseok—. El idiota de Luhan no merecía tanto.

—No me lo puse por él, es para ti —Minseok suspiró al sentir como Jongdae lo amasaba con fuerza.

—Los tipos en esa discoteca debieron haber estado mirándote como degenerados.

Minseok se relamió los labios y una sonrisa de satisfacción tiró de su comisura izquierda.

—No me importa cómo me miren los demás, porque yo soy solo tuyo—le dijo, balanceándose sobre su entrepierna—. Mi cuerpo es para ti y puedes hacer lo que te plazca con él.

Jongdae presionó sus caderas con fuerza y lo ayudó a restregarse sobre su entrepierna.

—Golpéame —Minseok pidió con un suspiro.

—Pero si has sido tan buen chico hoy —Jongdae dijo con una sonrisa.

—¿Tu crees? —Minseok le dio una mirada cargada de complicidad y sonrió.

Jongdae asintió.

—Pero ensucié mucho las paredes de tu habitación —Minseok sonrió travieso, recordando cómo lo había hecho.

—Esa no es mi habitación —Jongdae replicó tranquilamente.

Minseok frunció los labios, descontento con su reacción.

—Luhan estuvo tocándome hoy, mientras me besaba...

La bofetada fue tan fuerte que Minseok acabó en el suelo. Sin embargo, él pareció complacido. Jongdae le tomó un brazo y tiró con fuerza para levantarlo del piso y luego lanzarlo al sofá.

—¿Quieres que te golpee o que te destroce? —Jongdae gruñó inclinándose sobre él.

—Las dos —Minseok dijo con la respiración pesada en anticipación a aquello que tanto deseaba y tiró de la camisa blanca de Jongdae para acercarlo y poder lamer sus labios—. Recuérdame a quién le pertenece mi cuerpo.

—¿En dónde te tocó? —Jongdae preguntó llevando una mano al pecho de Minseok—. ¿Aquí? —preguntó, aplastando uno de sus pezones.

Minseok asintió y tomó la mano de Jongdae para deslizarla hacia el sur.

—También aquí —dijo posando la mano de Jongdae sobre su erección, aquella que la brusquedad de su amante había disparado.

Jongdae suspiró llevando su mano bajo la ropa.

—Espero que no haya encontrado esto.

—No —Minseok murmuró en medio de un estremecimiento provocado por las caricias de Jongdae—. Ese idiota no despierta nada en mí.

—¿No? —Jongdae murmuró mientras le asfixiaba el glande—. ¿Estás seguro?

Minseok no respondió.

Jongdae usó su mano libre para tomarle el rostro y obligarlo a alzar su mirada.

—Responde —exigió, tirando de su erección con fuerza.

Minseok continuó mirándolo a los ojos y no respondió.

Jongdae sonrió y soltó el rostro de Minseok para abofetearlo de nuevo.

—¡Sí! —Minseok exclamó en medio de un gemido. Su mejilla hormigueaba de una forma perturbadoramente excitante.

—¿Si qué? —Jongdae le preguntó al oído, sin dejar de masturbarlo con esa violencia que Minseok adoraba.

—Sí, estoy seguro. Tú eres el único que sabe cómo despertarme.

Jongdae tomó a Minseok por el cabello y lo obligó a echar la cabeza hacia atrás. Se lanzó sobre su cuello y lo mordió.

—¡Ah, Jongdae! —Minseok gimoteó, estremeciéndose.

Jongdae buscó sus labios y también los mordió. Minseok sintió la sangre dentro de su boca y se la tragó gustoso mientras deslizaba sus labios entre los de Jongdae casi con desesperación. La excitación aumentaba con la violencia y eso lo había descubierto con Jongdae, la única persona con la que podía ser realmente él mismo. Jongdae no era violento, sin embargo, cuando le había hablado acerca de sus preferencias, no lo había visto como si algo estuviera mal con él, simplemente se había mostrado muy curioso y había accedido a complacerlo. 

Continuaron besándose, mordiéndose y acariciándose entre roces colmados de lujuria que terminaron con Minseok tendido sobre el sofá mientras Jongdae lo penetraba con sus dedos. Minseok era un desastre de gemidos, sabía que se correría pronto si continuaban así, pero no quiso detenerlo. De cualquier modo, Jongdae seguramente lo haría correrse un par de veces más antes del alba. 

—¿Minseok?

Los amantes finalizaron su beso y se giraron hacia la persona que los había interrumpido.

—¿Ustedes...? —Luhan preguntó, pero se detuvo, asqueado, horrorizado.

Minseok y Jongdae compartieron una breve mirada, estaban tan conectados que la mayor parte del tiempo no necesitaban hablar para comunicarse. Jongdae se levantó del mueble y caminó lentamente hacia Luhan, mientras Minseok se acomodaba en el sofá.

—Luhan —Jongdae murmuró apenado—, no debiste venir aquí.

Y antes de que Luhan pudiera verlo venir, algo golpeó su cabeza, dejándolo inconsciente en el acto.

🖤

Luhan despertó con un gran dolor en la parte posterior de su cabeza. sus muñecas también dolían y no tardó en comprender la razón: sus extremidades estaban encadenadas a la pared a sus espaldas.

Divisó a Jongdae removiendo algunas piezas de metal colocadas en una mesa a un costado y comprendió que sus sospechas no habían estado tan lejos de la realidad.

—Tú —Luhan lo miró con horror—... Tú la asesinaste.

Jongdae intentó reprimir una sonrisa y empezó a enrollarse las mangas de su camisa cubierta con la sangre de su esposa.

—Sí —Luhan aseguró—. Tú lo hiciste.

Jongdae, incapaz de ocultar una sonrisa llena de orgullo, se giró hacia Minseok que se encontraba sobre un taburete en medio de la habitación que usualmente usaban para dar rienda suelta a los deseos más oscuros de este último.

—Fui yo, de hecho —Minseok anunció con una descarada sonrisa que se ensanchó al notar el terror en la mirada de su supuesto novio—. Y, créeme, disfruté cada instante —añadió  balanceando su cuerpo al son de la música que llenaba la habitación cerrada.

Jongdae tomó un cuchillo de la mesa luciendo entusiasmado. 

—Es mi turno de divertirme —musitó y acarició una pierna de Minseok al pasar por su lado.

Minseok se estremeció con ese simple roce y tiró de él para estamparle un beso en los labios. Jongdae le tomó el rostro con la mano libre e intensificó el beso. Minseok abrió su boca un poco más y recibió su lengua gustoso.

—Por favor, Minseok, si llegaste a quererme aunque sea un poco...

Minseok abandonó los labios de Jongdae y se giró para mirar a Luhan, mientras Jongdae depositaba suaves mordiscos en su cuello.

—Lo siento, no eres mi tipo —le dijo con una traviesa sonrisa.

Por supuesto que un hombre bueno, honesto y trabajador como Luhan no era ni por cerca lo que Minseok deseaba. Él solo tenía ojos para Jongdae, quien había sido la única persona capaz de adentrarse profundamente en su cabeza y quedarse para desvelar todos sus perturbados deseos, la única persona capaz de llevarlo muy lejos a través de una infinidad de emociones y sensaciones provocadas por todo aquello que aterrorizaba a las personas simples como Luhan.

Jongdae besó sus labios con devoción una última vez y lo abandonó para ir con Luhan.

Minseok subió el volumen a la música y se acomodó en el taburete para prestar atención al espectáculo.

🖤

¡Gracias por haber leído esta pequeña historia!

Espero que les gustara :3