He estado ausente.

Tal vez no de la manera que piensan. He estado ausente de mí misma. De lo quiero, de lo que siento, pienso y deseo. He estado ausente por mucho tiempo.

¿Recuerdan esos días en que las nubes eran mi mayor entretenimiento? Si, aún lo son pero, mi atención ha estado puesta en cosas insignificantes que no valen la pena, diría yo. Y eso, aunque no lo crean me frustra. Pienso que, mi esencia se va desvaneciendo a medida que sigo con la rutinaria monotonía de estar huyendo.

Pronto, en mi mente un gran estruendo resonó. Fue allí. Allí donde caí en la realidad.

Estoy perdiendo mi tiempo.

Y eso, de manera descomunal me deprime, me desespera y tal vez hasta me hunde más de lo que creí ya estaba.

Creí haber subido un poco. Fue estúpido de mi parte haberlo creído.

He vuelto a pensar cosas sin sentido con la brisa del aire golpeando mis mejillas. Situándome en un recuerdo de cristal que creí haber roto.

El viento es frío, incluso más frío que la última vez que él me besó. Es hipnotizante la manera en que amo sentir el frío viento golpear mis mejillas. Se siente... más que bien tener aún un sentir realmente agradable.

Pero es desagradable a la par el sentimiento que me inunda. Al igual que los recuerdos rotos de aquello insignificante. Aquello que jamás quise conocer. Que, por si fuera poco, no busqué, mucho menos insistí, pero heme aquí describiendo sobre eso al respecto, algo que me marcó de por vida.

Descubrí, poco después de que él me conociera que sería un caos total. "No tiene caso desvariar con temas retorcidos a altas horas de la madrugada." Me digo a mi misma mientras retrocedo en mis tontos recuerdos de una niña sin rumbo.

Su recuerdo roto en mi memoria, intacto e hiriente me hizo analizar el peso de mis acciones y las malas decisiones que tomé debido a mi catastrófica mente.

Jamás imaginé sentirme al borde del abismo por solo unas simples palabras.

El precio por querer jugar con alguien que era más astuto que yo no fue algo que veía venir.

Fue tonto pensar que fui yo la ganadora en un juego que inicié pero que él había ganado desde antes de siquiera tocarme.

Y he aquí la razón por la siento que estoy perdiendo mi tiempo. Se supone que éstas cosas no me afectan. Y la verdad es que, ha pasado tanto en los últimos meses que ya no sé si es certero mi pensamiento.

La mariposa carmesí y el ave de la que tanto me anoné alguna vez me han abierto los ojos nuevamente. Siempre estuve mejor conmigo misma. En mi mundo de fantasías, no en el mundo real.

Ahora que lo pienso, he estado tanto tiempo en la vida real que olvidé complemente como siquiera teclear una frase coherente lo suficientemente decente como para que los demás me lean. ¿Pierdo mi esencia? ¿O acaso tal vez jamás la tuve?

Continuamente me cuestiono el "hubiera sido diferente si" respecto a mi nueva vida, nuevas personas y un entorno deprimente.
La respuesta quizás es; no hubiera sido diferente. Simplemente sería de otra manera en diferentes situaciones, o por consiguiente, otros escenarios pero con los mismos resultados. El destino, la suerte y la vida es más complicada de lo que creí y eso que aún tengo poco más de dos décadas.

Quiero agregar que mis pensamientos aún son un caos total pero sentir el frío correr por mis mejillas y calar mi piel es tan mágico; como la luna que imponente se alza sobre mí en esta pequeña caja rectangular a la que llamo casa. El metal donde reposan mis brazos es igual de helado que el frío que recorre mis venas. Aunque, sí lo pienso bien tan frío como cálido a la par. Mis manos acunando mis mejillas me recuerdan que solo soy yo quien toma el mando en este juego.

O sigo subiendo de nivel aunque parezca imposible o lo finalizo en un abrir y cerrar de ojos.

Me gustan las ventanas, es gratificante saber que aún puedo asomar mi cuerpo fuera de ella y bastará solo una mirada para poder observarle. La luna ha sido mi mayor refugio en los últimos meses. Meses complicados, difíciles, me atrevería a decir; casi insuperables.

Pero no.

La luna, mi luna me enseñó que aunque parezca fría e imponente, puede ser tan brillante y majestuosa que incluso, aunque parezca imposible alcanzarla basta con mirar al cielo para saber que ella está allí.

Jamás se irá.

Jamás me abandonará.

Basta solo con saber que, tal como las agujas del reloj corren y cambian de tiempo, yo también puedo hacerlo. El tiempo avanza y mis horas cambian a un atardecer cálido de motas brillantes con voces de fondo. Voces espectadoras producto de mi sublime regreso.

Fue un pensamiento ligero y extraño a la vez. Tal vez las ramas volvieron a confundirme. O quizás solo me gusta sumirme en mis pensamientos para entretenerme.

¿Mi esencia cambia?
¿O tal vez es el cambio que mi esencia me ha ofrecido?

Una noche de luna llena y un cielo absorto en la oscuridad solo me hacen querer levitar junto a ella.

07/11/22
00:22.AM

✓Katsu❄️