Día 31; almas rotas y sinfonías de media noche.
Cuando abrí los ojos, apenas desperté, quise volver a dormir. Aunque no tuviera sueño.
Ha pasado un largo tiempo desde que me sentí relajada realmente. Me pregunto el porqué de despertar como si la vida se me fuera en fragmentos de vidrios rotos repletos de preguntas.
Cansada.
Me siento morir en vida, sin rumbo sin alma. Justo como aquella hoja de otoño abandonada en un parque solitario. Nadie la ve, pero todos saben que existe.
Escuché una vez que las cosas que se quieren no se tiran de repente, un pequeño fragmento de mi alma se perdió de camino a la sinfonía que reproducía mi mente... No. No se perdió, yo mismo la tiré. Entonces supuse que realmente no quiero completamente mi alma, ¿No?
Pienso que, los delirios de mi cabeza se deben a una mala organización de pensamientos y sentires o tergiversado, por sentir y pensar demasiado he empezado a delirar.
Mi alma se niega a un mal funcionamiento de pesares. Un día está bien pero al siguiente llora al no encontrar la salida del laberinto que ella misma creó. Y se dice "Vamos a cambiar" pero lo intenta y cae. Y cae y se rompe en mil pedazos que, como todos los días ella misma recoje y une con más dolor que cuando empezó todo.
Hay algo. Claro que lo hay.
Algo que cesa mis penurias y calma mis tristezas un poco.
Sólo un poco.
Sinfonías...
Sinfonías que mi mente acompaña como peces en fila en un mar azul repleto de depredadores. Notas que bailan en la partitura de mi devastador corazón, se abren paso por el lío que creo es mi mente y finalizan en sonatas que derivan a mi alma. Encienden mi espíritu llevándolo de una verdad que oigo en cuerdas y notas.
La sinfonía de media noche que compone mis desgracias en esperanzas dulces.
Doce en punto y los tiempos se marcan con el metrónomo listos para partir a una nueva travesía que lleva consigo una espada de sable, para cortar los lazos de un cuerpo sin vida que, un día serán un corazón y alma con ganas de seguir adelante.
Un alma rota, una dulce sinfonía resonando en mi alcoba a media noche y tres intentos para no desistir.
Las sinfonías sencillamente son mi ancla a este viaje sin retorno.
✓Katsu🖤❄️
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