𝐄⁷ 𝐒¹ letters and choices 💢💥

HOSPITAL REGIONAL DEL CONDADO DE WESTCHESTER

Cassandra rara vez se sentía tan abrumada como en ese momento. Era una mezcla de emociones apoderándose de sus pensamientos y decenas de probabilidades cocinándose en su cabeza.

El corredor le parecía eterno y  lo único que quería era ver a Richard y entregarle eso que, con toda ilusión iba a garantizar el regreso de su hermana.

Se abría paso entre la gente  y sus pasos eran tan rápidos como sus ansias se lo permitían.

Entonces lo vió.

—¡Richard!— exclamó agitando el sobre en sus manos

El mencionado giró su cabeza en dirección a esa voz que había escuchado, viendo una pequeña figura femenina y enfocando su vista en ella. 

Andó hasta acercarse a la mujer y pudo darse cuenta de que era Cassandra quien lo estaba buscando.

—¿Por qué estás aquí a estás horas?— el hombre agacha un poco la cabeza, ligeramente encorvado para poder estar a su altura

—Tenía que darte esto— la castaña deja el sobre en las manos de Richard— Charles me dijo que tenía que esperar hasta mañana pero yo no puedo hacer eso

El doctor observó el sobre de reojo y sintió un ligero tirón de adrenalina en su pecho, haciéndole aspirar un poco de aire mientras se enderezaba.

—¿Ya es hora?— pregunta en un jadeo, sus pupilas se dilatan al verla asentir

—Ya esperamos muchos años, Richard. "Mamá" ya no es un impedimento.

—No me refiero exactamente a eso. Yo soy el primero que quiere que estén juntos. Sólo respóndeme algo ¿Están seguros de que Eva está realmente lista?

—Lo hará cuando esté con nosotros— asegura la mutante palmeando el hombro de Richard

Ella le da un corto abrazo y se despide de él aunque a medio camino se da la vuelta y pregunta:

—¿Quieres que te lleve?

—Ah, claro— accede despreocupado —

Él retrocede, yendo firmar la hora de salida y tomando sus cosas para regresar con Cassandra

Cassandra y él caminaron por el estacionamiento en silencio, mirando lo quieto que se encontraba todo a su alrededor

—¿No has sabido nada de tu madre?— cuestiona el doctor, arrepintiéndose en el instante

—Sólo que volvió a casarse con su noviecito apenas pudimos cumplir la mayoría de edad y ser independientes

Y de nuevo hay silencio

El camino a casa de Richard fue corto, de cierta manera. Ambos estaban demasiado nerviosos a causa de esa carta y no era para menos.

Cassandra tenía miedo de que ella lo rechazara, y a Richard le atormentaba creer que Eva tendría miedo de recibir ayuda, gracias a los traumas pasados.

—¿Lo saben tus hermanos?

—¿Que fuí a buscarte?— lo mira de reojo, volviendo rápidamente su vista a las calles— No.

—¿¡Qué!?

—Tranquilo, lo sabrán  cuando llegue

CASA DE LOS BECKHAM

—¿Sabes?— pregunta la de ojos azules entre bostezos— me quiero enfocar en mis poderes,  quiero dominarlos para poder estar más tranquila y no vivir pensando en que voy a lastimar a otros e incluso a mí

—¿Ya encontraste a alguien?— beyazid seguía tecleando en su portátil, con sus ojos yendo de lado a lado en la pantalla sin querer perder algo de vista

—Papá y yo acordamos buscar ayuda profesional, pero creo que ninguno de los dos ha encontrado nada útil hasta ahora. Por lo menos no yo— Eva se impulsa con sus piernas para sentarse de nuevo en el sofá cama —él quedó de decirme si encontraba algo

—¿Qué hay de tu amigo?

—Brooks no es un mutante— suspira cansada y mueve su cuello hacia los lados

—Él no— la corrige — Lehnsherr

—¿Erik? ¿El del orfanato?— contesta incrédula— Apenas lo conozco y de las pocas cosas que sé es que él tampoco controla su mutación del todo. Eso que hicimos fue un milagro que quizá no se vuelva a repetir y aunque supiera algo sobre eso, no tengo idea de dónde vive

—Eliza, literalmente tienes un agente del FBI frente a ti en este momento

—Un agente del FBI el cual no quiero que se involucre en absoluto. Los mutantes seguimos siendo desconocidos hasta ahora. ¿Cómo crees que reaccionaría tú gente cuando sepan que ayudaste a tu amiga mutante de la universidad a encontrar a otro de su especie?

—Tienes razón. Además el día que el mundo se entere de que existimos no se lo va a tomar muy bien y empezarán a sacar conclusiones de que queremos conquistar el mundo y…

Eva le clava la mirada y él toma aire

—¿Existimos?— repite la mujer

—Vaya, a esta hora te pones filosófica— el turco evade el tema y regresa su atención hacia su trabajo

—No te hagas…

—Me asignaron un puesto aquí, empiezo en un mes— habla de repente

—¡Bayezid!

—¿Qué? Es verdad, me acaba de llegar un correo

APARTAMENTO DE LOS HERMANOS LEHNSHERR

Atheleia se encuentra sentada en el sillón junto a la ventana, viendo las calles casi oscuras del vecindario —al menos lo que la opacidad de las cortinas le deja ver— había estado lloviendo en esa última semana así que las calles relucían más de lo normal entre las finas capas de agua de lluvia, la luz natural de la luna y la artificial que brindaban las lámparas en cada esquina de la manzana.

Hacía un poco de frío aún al interior, por lo que estaba envuelta en una manta. Solo sus manos sobresalen para poder sostener el libro e ir cambiando de página. Estaba concentrada en su lectura, apenas sintió que su hermano llegó con ella y se sentó quitando despacio el libro de sus manos, comenzando a leerlo para ella como cuando eran niños.

En un par de párrafos, las ganas de dormir la iban venciendo, por lo que recostó su cabeza en el hombro de su hermano. Eso hasta que el ruido de un coche estacionándose afuera los sobresaltó —un poco más a ella que a él—

Atheleia apagó la lámpara y Erik se paró detrás de la puerta. La castaña se arrodilla frente a la ventana y alcanza a ver una figura femenina acercarse. No aparta sus ojos de ella. La desconocida abre el buzón y deja algo dentro, luego se da la vuelta y entra al coche otra vez. Se fué

Atheleia enciende la luz de nuevo y Erik sale directo hacia el buzón, da unos pasos hasta llegar a la acera y  ver hacia ambos sentidos de la calle. No había nada. Entra de regreso con el sobre ya en su mano. Una nota adhesiva fluorescente estaba pegada en la cara frontal de este.

"Sé que estas no eran horas pero no podía esperar para entregarles esto. Mis hermanos me matarán apenas se enteren pero creo que esto vale la pena :)"

Saludos cordiales, C.

Erik frunce el ceño y mira a su hermana de reojo. Le entrega la nota mientras él abre el sobre y empieza a leer la carta

—¿C? No conozco a nadie con esa inicial— la menor chasquea los dientes— ¿Tú si, Erik? Tal vez sea la muchacha que ayudaste en el orfanato

—No lo creo— le responde él— el nombre de ella empezaba con E, no con C.  ¿Usaste tu manifestación inconscientemente?

Ella se sonrojó. Tal vez había sido eso

—Si es por eso, entonces deberíamos aceptar.— atheleia leé la carta y al ver la dirección nota que no quedaba demasiado lejos—Mira, está cerca

—Si tú quieres hacerlo no puedo hacer mucho salvo acompañarte y correr el riesgo— Erik bufó una ligera sonrisa al ver el brillo en los ojos de su hermana

MANSIÓN XAVIER

Cassandra entró descalza a la mansión, cuidando no hacer escándalo. Se quedó inerte cuando notó que alguien había encendido la luz.

Eran sus hermanos y Raven. Estaban detrás de ella

—Hola…

—¿Se puede saber qué putas haces en la calle a estas horas?— Aaron es el primero en hablar. La expresión en su rostro y el volumen de su voz le hicieron saber que estaba bastante enfadado

—Fuí al hospital, con Richard— le contesta con simpleza— si todo sale bien, Eva vendrá mañana

Los dos mayores voltean a verse. No sabían si estaban confundidos, asustados, emocionados. Solo volvieron su mirada hacia Cassandra y se quedaron en silencio

—Bien, de nada— la menor de los Xavier se da la vuelta dispuesta a subir a su habitación

—Tú no solo fuiste al hospital— la voz de Charles la hace frenar— ¿Dónde más estuviste?

—Fuí a la casa del mutante que estuvo con Eva en el atentado, también le dejé una carta. Tiene una hermana con dones de la rama de la telepatía: clarividencia y la manifestación. Esos son más como un decorativo. La fortaleza de ambos es el magnetismo. Y créanme que eso ya es mucho decir

—Te arriesgaste demasiado— le reclama Charles

—Cuando se trata de nosotros, siempre hay riesgos. A ti y Aaron se les da mejor eso de ser estratégicos pero a mí no, yo prefiero la acción.

—¿Acción cuando no hay pasos a seguir?

—¿Cómo habríamos de tener tiempo para algo así? Nunca pasará. Siempre va a haber algo o alguien que nos obligue a trabajar sobre la marcha aunque nosotros no queramos. Y no será sólo una vez, serán cientos de veces. Para entonces sabrán a lo que me refiero y para entonces, estaremos listos

DIA SIGUIENTE

Eva salió de su recámara descalza y en su pijama de dos piezas, caminó hacia la cocina y vió en la mesa un sobre.

—Tú padre dejó dicho que lo leyeras, y que decidieras qué hacer— escucha al fondo la voz de Bayezid

Ella le agradeció y preparó un desayuno lo más rápido posible. Unas tostadas con fruta y queso crema acompañadas de un vaso de leche

—Te dejé unas tostadas, por si las quieres— luego de decirle eso a su amigo, se sentó para poder desayunar y leer la carta más tranquila.

Le inspiraba confianza no solo por el hecho de que era un contacto de su padre. Tenía un buen presentimiento, quería pensar que al fin su vida tenía un propósito, que quitaría de una vez por todas esta etiqueta que había cargado por años.

Y eso le daba un alivio increíblemente grande.

APARTAMENTO DE LOS HERMANOS LEHNSHERR

Erik y Atheleia toman el desayuno 'tranquilamente' esperando que esa carta no acabara en una tragedia.

—Sé lo que piensas— Atheleia limpió sus labios con la servilleta

—Y si mis pensamientos van a convencerte de tomar una decisión que no crees correcta entonces no deberías estar al día con lo que hay en mí cabeza.

Atheleia sonrió sin separar los labios, bajando la mirada.

—¿Nerviosa?— escucha a su hermano preguntarle, notando un genuino interés

—Claro, pero los dos somos conscientes de que tenemos que enfrentar esto en algún momento.— estira su brazo al frente y toma la mano de Erik— Será por nuestro bienestar.

Los tres se hallaban en camino, con una parte de ellos esperando lo peor, sobre todo Eva y Erik. Se sentían expuestos luego de lo que pasó con el orfanato. Los dos tenían ideas totalmente diferentes acerca de lo que querían. Erik creía que su hermana solo repetiría el mismo ciclo que vivieron bajo el yugo de Sebastian Shaw; que la manipularían usando su propio
miedo.
Lo que Eva más quería era controlar sus poderes sin que aquello ocurriera a la inversa. Quería dejar de temerse y creía que esa persona la ayudaría.

Al final los dos se dieron cuenta de que solo era cuestión de un salto de fe.

En un par de cuadras más, se encontraron. Eva le mostró una discreta sonrisa al par de hermanos y ellos repitieron el gesto.

—Parece que vamos hacia el mismo lugar— atheleia mira a la rubia— un gusto, Atheleia Lehnsherr— le ofrece su mano para estrecharla

—Eva Beckham— ella corresponde al saludo— ¿También recibieron la carta?

—Si— esta vez es Erik quien responde— y deberíamos pensar en que algo anda mal si es que fuimos los únicos.

Cuando llegaron, el portón de la gran casa estaba abierto, seguido por un camino empedrado y extensas áreas repletas de árboles. Todo estaba en quietud

—Llámenme loca, pero yo he visto este lugar antes— Eva dice entre susurros, esperando que eso quedé entre ellos tres

—¿Cómo es eso exactamente?— atheleia ladea la cabeza

—Lo ví en mis sue- santa madre….— la ojiazul tropieza impresionada con sus palabras al ver la imponente mansión

—Woah…— atheleia quedó boquiabierta

Erik era el único que parecía estar alerta, no pasaba por alto ningún sonido, ni el más mínimo detalle.

—Buenos días, mi nombre es Charles Xavier y estoy agradecido con que hayan aceptado venir hasta aquí