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𝐎𝐍𝐄


Se suele decir que ha habido un gran avance en la evolución. Dicha afirmación no era comprensible para las mentes más pequeñas.

Pero aún así, luego de miles de años, avances tecnológicos y todo eso que del ser humano pudiera surgir, llegaron los mutantes.

El hombre en su afán por conseguir poder a través de las armas, recurrió a la radiación. Los mutantes (homo-superior, como se les conoce en el campo de la ciencia), presentaron un crecimiento exponencial en cuanto a población en la década de 1940 luego de que varias naciones del mundo elevaran su nivel de radiación gracias a la fabricación de armas para la guerra.

Antes de entonces, los mutantes eran escasos, desconocidos. Casi un invento.

Después, cuando los rumores comenzaron a esparcirse como el polvo, fueron objeto de repudio.

Los mutantes: temidos y odiados por un mundo al que han jurado proteger.

Temidos y odiados por un mundo al que no han causado daño alguno.

Ese ha sido el breve y doloroso prólogo que ha descrito a los mutantes desde que tienen uso de razón. Desde que los días en que mutantes y humanos fueron uno solo quedaron atrás.

Ahora el mundo era diferente. Ni siquiera los humanos se respetaban entre sí, se habían vuelto injustos.

Era injusta la desigualdad, era injusto el asesinato a inocentes. Pero había otra injusticia igual de inconcebible:

Que una madre abandonase a su hija.

Aún más sabiendo que necesitaría todo su apoyo para descubrir quién era y de lo que era capaz.

Pero Sharon prefirió negarse. Se negó a muchas cosas.

A ver a sus hijos crecer juntos.

A descubrir cada aspecto de Eva y sus dones.

Se privó incluso de ser madre. De actuar como tal.

Difícilmente se le podía llamar así en verdad.

El único que parecía preocuparse era Charles. Quien por momentos y siendo solo un niño, interpuso las necesidades de su pequeña  hermana sobre las suyas tratando de encontrar una respuesta a sus dudas.

Quería ser su guía. Quería que supiera que no estaba sola en el mundo, que él compartía su sentir.

Pero no tuvo tiempo.

Un día Sharon tomó la peor decisión a la que una madre podía recurrir y abandonó a su hija en un orfanato.

Esa acción destrozó el joven corazón de Charles. Fingió creer cada palabra que pronunciaban los labios de la mujer que lo había traído al mundo. De alguna forma los dones que "de la nada" había obtenido le hicieron saber del verdadero plan de su madre.  La mutación de su hermana se había manifestado de una manera poco común. Él lo vió, le parecía impresionante lo que su hermana hacía. Pero su madre no lo vió como un regalo. Lo vió como una aberración.

Charles sabía que tenía en sus manos una  oportunidad de socorrer a su hermana por última vez.
No era capaz —aún— de lograr grandes cosas a tan corta edad, pero por Eva debía intentar. 

Le pidió a su madre que las dejara acompañarlas al supuesto internado dónde ella estudiaría, para al menos despedirse de su hermana.

Sus otros dos hermanos se quedaron en su hogar sin poder entender realmente todo lo que ocurría sin embargo les entristecía igual despedirse de ella.

El tuvo que borrar sus memorias —sin que su madre lo notara—  aunque después eso le hubiera provocado un intenso dolor de cabeza. Veía a una de las trabajadoras llevarse a su hermana de la mano. Una lágrima se escapó y él la limpió rápidamente con su mano.

¿Y si no volvía a verla?











trece años más tarde




—Eva, de verdad me parece extraño que no recuerdes nada de tu infancia excepto el orfanato

—Más que raro, yo diría que es aterrador si lo piensas bien— Eva se recargó en el respaldo del sillón y mientras pensaba atrapó su labio inferior entre sus dedos índice y pulgar

—Hay muchas cosas que me gustaría recordar de mí— dijo ella después de un corto silencio— pero no puedo. No sé cómo llegué al mundo. No recuerdo tener padres o hermanos. Al menos no biológicos

—¿Fuiste adoptada?— pregunta Beyazid no queriendo sonar intrusivo

—Algo así. Fue raro— le contesta sonriendo—. Estábamos solos y no teníamos a nadie así que nos hicimos amigos

—Bueno, entonces ve al orfanato— resuelve el turco— deben tener un registro sobre la persona que te dejó ahí

Eva lo mira mortificada y él se apresuró  a decir

—Si quieres encontrar a tu familia lo último que tienes que sentir, es miedo. Es algo natural pero no dejes que te consuma tampoco

—Tienes razón  —ella suspira— pero se vuelve imposible cuando lo intento. Quiero conectar todos esos puntos

—¿Puntos?— Beyazid frunce el ceño sin entender nada todavía

—A veces… tengo sueños— confiesa tímidamente— veo mi infancia y el interior de lo que creo que es la casa donde crecí

—¿Lo ves? A lo mejor bloqueaste tus recuerdos. Y están volviendo poco a poco

—¿Bloquearlos? ¿Cómo podría?

—Cuando vives un suceso traumático tu mente lo aísla del resto de  tus recuerdos. Muchas veces eso ocurre como un mecanismo de defensa involuntario como una forma de evitar más daños psicológicos

Eva no cree que sea posible lo que él dijo. Necesita respuestas. Ya ha pasado muchos años a la deriva buscándolas y era lo que más anhelaba en ese momento.

—Ahora no resulta tan mala idea lo del orfanato

—Te dije. — chasquea los dedos— deben tener por lo menos el nombre de tu "madre"— bufó al ver cómo la rubia lo miraba luego de la forma en la que había pronunciado aquella palabra—. Lo sé, sé que no debo meterme y que a lo mejor te molestó que haya dicho eso, pero es que en casos como estos es inevitable. Eres mi amiga, me preocupas.

—Gracias por eso. Yo no le guardo rencor. A fin de cuentas ella fue quien me trajo al mundo— baja la mirada para que no note la tristeza que hay en ella—. Si me quisiera pedir perdón el día que la encuentre. Al principio la perdoné solo por hacer las paces con el pasado pero con el tiempo le di la importancia que merecía y ese perdón se volvió auténtico













—Borré sus memorias— confiesa el mayor de los Xavier

—¿Qué?— Cassandra se enderezó de golpe en el asiento

—A mí igual me incomoda pero tiene un punto— Aaron habla sin mirar a ninguno de sus hermanos, viendo el exterior por medio del amplio ventanal

—Ah, ¿Cómo es que tiene un punto exactamente? No sabemos cómo la trataron en ese lugar siendo mutante, si la sacaron de ahí sin ningún tipo de consideración al ver que no podían comprenderla

—Sin duda eres experta en crear escenarios catastróficos para hacerme sentir culpable— Charles arquea una ceja—. Pero, piensa. Sharon no tuvo consideración con ninguno de nosotros, ella tuvo el valor de cruzar esa línea y dejarla ahí a su suerte. ¿Tienes idea de cómo era escucharla preguntarle una y otra vez a dónde iba y ella no respondía? Ella no iba a decirle de ninguna manera lo que tenía pensado; no estaba en sus planes hacer ni el más  mínimo esfuerzo en comprenderla

En ese punto de su argumento, Aaron ya tenía su mirada clavada en él y Cassandra ni siquiera alzaba la cabeza. Él continuó

—No sabes lo difícil que fue para mí hacer eso— su dedo índice golpea el escritorio—. El tomar una iniciativa apresurada sin saber muy bien si funcionaria o no ya que no era mucha mi madurez. Pero quería reducir su pena

—¿Cómo es que tiene un punto exactamente?— citó Aaron la pregunta antes hecha por Cassandra— lo tiene porque hubiera sido más doloroso para una niña de siete años llegar a un lugar repleto de desconocidos en el cual no quería estar mientras era consciente de que no pertenecía ahí y que realmente tenía un hogar— sentencia con enojo—. Eso fue mejor, pero como no has hecho un esfuerzo por ponerte un segundo en sus zapatos dudo que lo entiendas

—Siempre tengo que quedarme como la mala del cuento. — Cassandra se levantó de golpe— Quizás yo no sé cómo ella estaba sembrada en la duda de qué pasaría con ella y a dónde iría. ¿Pero sabes qué si pude vivir?— su quijada se tensa al cuestionarlo y sus ojos se oscurecen— tuve que vivir con el desprecio de esa mujer toda mi vida, con la duda de dónde estaba mi hermana y porqué aún no volvía. Tuve que forzarme a vivir acompañada de ese dolor sin que tú lo supieras.

Cassandra trató de parecer firme pero las lágrimas la traicionaron.

—Yo no me voy a quedar sentada a jugar a la mutante pacifista, Charles.— lo señaló— no me van esos teatros.

Salió de la oficina azotando la puerta. Iba tan absorta en sus pensamientos, que eso la hizo chocar con Raven

—Lo siento— se disculpó sin detenerse, pero haciendo más lentos sus pasos

Raven iba a decir algo más pero no le dió tiempo

—Charles, así como la ves de impulsiva, ella ha tenido más necesidad que tú y yo de encontrarla— comentó Aaron

—Y los dos lo sabemos perfectamente


Originalmente publicado el 19 de marzo de 2021

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