
𝐍𝐈𝐍𝐄
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Closer
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Ateleia le había dejado claro a su hermano que necesitaba seguir intentando y él también. Pero Erik, aunque no lo dejase ver, estaba asustado.
No creía prudente seguir con lo que estuvieran haciendo. Estaban en la casa de unos desconocidos cuya única similitud era su genética.
—No puedo dejar que sigamos aquí arriesgándonos para averiguar cuántos intentos te llevará para que pueda pasarte algo peor.
—Pero si rechazamos ésto, tampoco sabemos qué pueda pasar— Ateleia estruja los hombros de su hermano— si ese hombre vuelve, lo hará con más fuerza. Nosotros no hemos aprovechado nuestro potencial y ellos pueden ayudarnos con eso
Erik niega y arruga el ceño. Se queda viendo a su hermana por unos minutos y sus ojos brillan suplicantes, articulando el chantaje perfecto que siempre lo hacía ceder. Seguido de eso ella ladea la noche cabeza y el alemán inconscientemente repite el gesto sin apartar los ojos de la mujer.
Gruñó
—¡Siempre haces lo mismo!— se queja apartando la mirada y levantándose del borde de la cama— y créeme, yo te comprendo pero no me puedo dar el lujo de arriesgarme— se gira para verla de nuevo —bien sabes que ya he perdido demasiado
—¿Y cómo sabes que si no te arriesgas no perderás lo que te queda? Klaus no viene a tener una charla de amigos, tampoco viene solo. Todos estamos en peligro si él logra lo que sea que esté planeando. Y conociendo sus alcances no es nada bueno.
Erik soltó un bufido y su mirada se volvió más severa. Volvió hacia la cama para sentarse.
—Quiero que seas honesta conmigo— le dice, ella asiente— ¿Confías en ellos?
—Si— le respondió sin dudar— y si aún no te convences puedes preguntárselo a Eva. Tiene dones con más alcances que los nuestros
—Xavier y los suyos también —interpuso él
—Y si tan solo veo algo que Eva no pudo ver, aunque no tenga sus mismos dones, te lo diré y entonces nos iremos. Solo deja que nos demos esta oportunidad.
—Justo acabas de decir que no tienes los dones de Eva
—Pero tengo intuición— alegó sonriente la mujer
Hubo silencio. Uno muy corto.
Erik aceptó.
—¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! —chilló Ateleia emocionada y abrazando a su hermano
—Odio que puedas convencerme tan fácil—Erik le devuelve el abrazo
—No sé si deberíamos preguntarle sobre lo que vió, tal vez sea algo demasiado personal— Charles dice y Aaron asiente concordando con él
—Yo la percibí con ansias, nerviosa. Temblaba por dentro y al final sólo distinguía el terror. Estuve a nada de colapsar con ella— Eva ve a los dos hermanos —debió ser algo de un impacto emocional considerable. Yo tampoco creo que deban preguntarle. Pero si ella se abre con ustedes tal vez haya una forma de comprender esos sentimientos y tratarlos para que ninguna de esas emociones interfieran en el manejo de su mutación.
—¿Por qué lo dices?— Aaron la cuestionó teniendo una idea de lo que respondería
—Porque de alguna u otra forma, nuestros poderes, en la gran mayoría, se rigen por nuestras emociones. Si hay demasiada ira o dolor, hay caos. Pero si hay demasiada calma o aflicción, hay debilidad. Ellos y yo tenemos que aprender a encontrar un punto medio para poder tener el control. Por eso estamos aquí.
Aaron volteó hacia abajo para ocultar su sonrisa. Su hermana tenía sabiduría. Y debía tenerla, pues la vida se encargó de enseñarle todo lo que ahora entendía, solo que no de una forma amable.
—Si me disculpan, debo ir a casa por mis cosas— se levanta de su asiento y se despide estrechando las manos de los tres
Se dió la vuelta y salió del despacho. Iba sumergida en sus propios pensamientos que no notó que alguien venía caminando en la misma dirección que ella pero con la cabeza hacia abajo, pero cuando reaccionó fue demasiado tarde y ambas chocaron.
—Perdona— Eva es la primera en separarse
—Lo siento— le sigue Raven.
Las dos se miran por un momento hasta que Darkholme extiende su mano
—Soy Raven— le saluda con una sonrisa y le ofrece su mano, ambas la estrechan
—Eva Beckham— la rubia le devuelve la sonrisa
La rubia sale de la mansión apresurada sin notar la expresión en la mujer de cabello rojizo.
Para Raven, parecía ser la primera persona —sin contar a los Xavier— que no se escandalizaba por su apariencia natural. Tal vez fue por la prisa con la que se marchó, pero su sonrisa y la breve pero cálida mirada que compartió, le causó una impresión que nadie más le había hecho experimentar antes.
Eva bajó los escalones con rapidez y salió de la mansión.
No sabía cómo iba a decirle a su padre que de la noche a la mañana viviría con desconocidos para poder resolver todo lo que le aquejaba. Llevaba años esperando un momento así, pero ahora que estaba tan cerca las inseguridades le nublaban el juicio.
Le aterraba retomar eso que alguien dejó atrás apenas obtuvo lo que quería. No tenía muy buenos recuerdos de cuando dejaba que sus poderes tomaran el control, no quería lastimarlos pues parecían buenas personas.
Prefería creer que era mejor vivir condenada a la incertidumbre.
Había pensado tantas cosas que al salir de sus pensamientos, estaba a unos pasos de su hogar. Abrió la puerta y encontró a su amigo tan concentrado que guardó silencio y se dirigió a la cocina por un vaso con agua el cuál bebió de un solo trago luego de servirlo. Oía los ligeros clics en el teclado y la rapidez con la que la pluma se desliza por el papel. Sentía el pulso de él un tanto acelerado.
—Maldita sea— masculló en turco.
—Deberías descansar un poco— le sugiere la mujer dando gentiles palmadas en la espalda
—No puedo, ese circo en el orfanato va a desencadenar algo más grande y nadie lo quiere ver— el moreno cierra la laptop y con sus manos desliza su cabello hacia atrás— no va a traer nada bueno
—¿No quieren verlo o fingen no verlo?— le pregunta ella
—Algunos hacen una cosa y los demás hacen la otra, pero ninguna es buena. Ambas van a traer desgracia para los dos bandos
—Estás hablando de esto como si fuera una guerra— la rubia se sienta junto a él
—Lo será si dejan que ese hombre llegue tan lejos como quiere y nos hace ver cómo el enemigo.
Eva guarda silencio, esperando una explicación. Aunque sabía que en situaciones así era conveniente que entre menos personas lo supieran, todo sería mejor. Pero ella tenía una intuición.
—Lo que pasó ahí fue la punta del iceberg. De eso estoy seguro.
—¿De qué hombre hablas?
—No vale la pena que te lo diga, además si el destino quiere que lo sepas, lo sabrás— dió por terminado el tema— mejor dime cómo te fue con el hombre de la carta— la miró
—Me iré a su casa. Ahí voy a empezar el entrenamiento— cuando Eva pronuncia esas palabras, Beyazid alza las cejas
—¿Qué? ¿Tú sola?
—No, también Erik y su hermana
—Ah, vaya coincidencia
—Quiero que vayas tú también conmigo
Beyazid suelta una carcajada
—¡No! ¿Qué voy a hacer yo ahí?— preguntó con incredulidad
—Trabajar en ti mismo antes de trabajar para alguien más
—Me conmueves, pero no. Y suerte con tu papá— dijo bromista esbozando una sonrisa
—¿Por qué lo dices?— se pone de pie y toma el bote de helado que estaba en el refrigerador y empieza a servir en dos tazones
—Eres muy inocente si crees que tu papá va a dejar ir a su bebita con unos desconocidos— la retó
—Mi papá confía en mí, además hemos pasado años buscando una solución
—Confía en ti, no en la gente que te va a ayudar.
—Si confía en mí con eso me basta— camina de regreso con ambos tazones en las manos.
—Solo ten cuidado ¿Si?— no me gustaría que le pasara algo a mi única amiga
Eva asiente y abraza a su amigo por el costado.
Comieron el helado en medio de una conversación cualquiera, recordando viejos tiempos y riendo ante las bromas casuales
—Aunque si vinieras conmigo, todo sería más fácil— inquiere ella viendo cómo su amigo rueda los ojos
—Rubia, si tu situación no es fácil, la mía tampoco lo es. Tú tienes poderes que son considerados peligrosos, y yo también. Absorbo la energía solar y eso no es algo que se tome a la ligera.
La menor de los Xavier se levantó dispuesta a ir y hacer sus maletas.
—Si me quieres buscar, ya sabes dónde estaré. Te veo mañana.
Entró a su habitación, barrió la mirada por todo el lugar pensando en lo rápido que había pasado el tiempo, en especial estos últimos días. Un día estaba dando clases en una escuela primaria de Nueva York y ahora estaba ahí, a punto de iniciar su camino de aceptación, de saber si esas voces en su cabeza estaban en lo cierto o no…. Y de encontrar a esa mitad de sí misma que había perdido
Los tres hermanos estaban en la sala de estar preparando todo junto a Raven. Un tanto a prisa y a veces con cierta torpeza dado al desborde de emociones que estaban sintiendo —y que tenía que desaparecer antes de que Eva y Erik llegaran—
—¿Era ella?— Les pregunta Raven acomodando las flores frescas en el florero
—Si— le responde Cassandra con una sonrisa
—¡Al fin!— celebra dando un brinquito— ¡oh, es lindísima! Y no solo físicamente
Charles ríe junto a Aaron
—¿Pero cómo supieron dónde estaba y quién era?
—Richard, el amigo de papá la adoptó y la cuidó todos estos años
—¿Nunca pudieron verla?
—No quisimos— esta vez Aaron respondió— tratamos de encontrar el momento indicado no para nosotros sino para ella. El tiempo parece darnos la razón y valdrá la pena la espera.
Eva caminaba tranquila por la acera de la calle, apresurando un poco el paso pues no quería que se le hiciera tarde. Estaba hundida en sus propios de nuevo —eso cada vez era más frecuente y no le agradaba en absoluto—
Pensaba en lo preocupado que se veía Beyazid hablando de ese caso aún no resuelto, en como algunas de sus palabras le traían recuerdos y parecían relacionarse con algo que había oído en su pasado.
¿Y si tal vez era él?
Había escuchado esas historias de la revolución, lo hizo durante toda su estadía en ese infierno. Oía de aquello, de cómo sería parte de una batalla que no quería pelear, pero que, conociendo de los alcances de ese hombre, se vería forzada a hacerlo.
Quería saber porqué había vuelto ahora que estaba poniendo en orden su vida y el daño que le había hecho poco a poco quedaba atrás.
Recargó su mano izquierda en el muro más cercano, el aire comenzaba a faltarle. Decidió ser discreta, comenzando a
inhalar y exhalar despacio, convenciéndose de que todo era producto de su mente, tenía que reponerse.
Siguió caminando, aunque la dificultad para respirar no se iba del todo, además no estaba tan lejos.
Escuchó pasos detrás de ella y al mirar hacia ahí, estaba Erik. Suspiró y continuó con su andar, ya faltaba poco.
—Hoy no ha sido un día difícil— comentó, volteando sobre su hombro para ver a Erik. Su voz sonaba un poco temblorosa y esperaba que él no se diera cuenta
—No, para nada— le respondió él con cierto cansancio
Siguieron en silencio hasta llegar. La reja metálica estaba iluminada con dos farolas en las laterales, y un símbolo resaltaba: la letra X, justo en el centro, de un círculo negro con bordes dorados —este último color también resaltaba en la inicial.
Erik abrió una de las alas de la reja, dejando un pequeño espacio para que ambos pudieran pasar, cediendo primero el paso a la rubia.
Y de nuevo ella sintió esa familiaridad que la invadió en la mañana. Decidió guardar esa inquietud para sí misma y subió los escalones junto al hombre que la acompañaba.
Los hermanos Xavier escuchan la puerta abrirse y de inmediato se ponen de pie. Estaban nerviosos pero solo Charles y Aaron podían hacer que eso pasara desapercibido. Salieron de aquel despacho que con el paso del tiempo —al igual que el resto de su hogar— se volvía cada vez más pequeño.
Ateleia estaba bajando las escaleras y Erik y Eva recién habían entrado. Lehnsherr fue directo hacia su hermana y Eva dejó las maletas recargadas sobre una de las paredes y observó a los tres hermanos con una sonrisa nerviosa en sus labios.
—Los estamos esperando para cenar— la voz de Charles se escucha entre el eco— si gustan acompañarnos, claro.
—Por mi no hay ningún problema— Eva le contesta
El telépata ahora busca las miradas de los demás, esperando también una respuesta.
Erik volteó su rostro hacia Ateleia, y al ella asentir, opta por aceptar.
Entonces los hermanos los guían hacia la cocina, aprovechando para mostrar un poco de la casa.
Había un aroma peculiar; canela, con toques de madera y menta. La luz era cálida y, a pesar de lo que la gente en el condado murmuraba, no lucía en ningún momento como una casa fantasma. Su apariencia era la de un hogar infortunado, que se mantenía intacto, como si el tiempo se hubiera detenido. Cada rincón parecía guardar algo con recelo: las risas de niños, cada memoria de los que ahí habitan, o habitaron. Guarda también un secreto, que a su vez es esperanza.
La esperanza de devolverle a ese hogar la dicha que alguna vez tuvo.
Sintió a alguien cerca, y cuidadosamente se sostuvo de esa persona y siguió con su caminar como si nada hubiera pasado.
Pasó su mano por el antebrazo contrario y sintió que correspondían a ese gesto. Su visión se centró hacía abajo y notó que otra mano estaba en la suya. Y al volver su vista hacia arriba, vió que la persona que la sostenía era Aaron.
—Hay muchas cosas de ti que hasta ahora desconoces, aquí sabrás la verdad.— le susurra
Eva frenó de golpe y por instinto Aaron imitó la acción.
—Tengo algo que decirte— el temblor en su voz se hizo presente— pero tiene que ser en otro lado.
Aaron se quedó en el mismo lugar junto a su hermana, esperando que los demás se fueran. Luego, la llevó a uno de los balcones.
Camino allá, Eva no pudo retenerlo más.
—Este lugar me parece demasiado familiar. Incluso he soñado con él. Pero hay cierta sensación, como si alguna vez, yo hubiera estado aquí— habló, despacio, pero con cierto desespero.
—¿Qué clase de sueños?— Aaron sentía una genuina curiosidad
—Yo, de niña, en este lugar—comienza— en el jardín, corriendo. Alguien llama mi nombre, es un niño de cabello castaño que viene hacia mí… riendo, como si estuviéramos jugando.— su voz se entrecortaba a medida que el relato avanza— pero cuando intento ver cómo es, mi vista parece borrosa. Despierto
—¿Crees que eso tenga algo que ver con tu vida actual o con tu pasado?— le pregunta—muchas veces, a través de nuestros sueños, somos capaces de ver lo que antes no podíamos. O también se nos revela parte de nuestro futuro. El significado depende de ti, de lo que quieras saber.
Y entonces, después de tantos años, ella sintió que se libraba de ese pesar que la aquejó por gran parte de su vida
Aquí les dejo otra actualización, estamos cerca del segundo acto. A partir de ahí las actualizaciones serán más constantes <3
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