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𝐅𝐎𝐔𝐑

"Back to Westchester"




Noviembre de 2010

Eva solo tuvo tiempo de despedirse de Beyazid. Fue una mañana muy apresurada, aunque por momentos lenta gracias a las ansias de Eva

-Así que al final de cuentas lo del orfanato se descarta- el turco tomó la mochila de la rubia para ayudarla

-Creo que sí. Tal vez mi padre hable conmigo sobre lo que pasó -eva habló sin prestar mucha atención del todo- no tengo algo claro todavía. A veces quisiera que las cosas se quedaran así porque puede que no me agrade saber esa historia

-No quisiera estar en tú lugar honestamente -beyazid alza las cejas

-Ah, hay veces en las que ni siquiera yo quiero estar en mi lugar. Pero me tengo que acostumbrar a esto de los sueños y verdades a medias porque de otro modo no voy a quedar muy cuerda

-¿Vas a ver a tu amigo ahí también?

-¿A Brooks? -Eva le devuelve la pregunta y él asiente- de él hace bastantes años no sé nada. Y la última vez que lo ví casi me muerde- la rubia toca la curvatura de su cuello inconscientemente- pero de verdad me gustaría volver a verlo.

Beyazid se ofreció a acompañarla al estacionamiento del edificio y ahí despedirse. dejó la maleta en la cajuela y la cerró de golpe, dándose cuenta de que Eva ya estaba dentro del vehículo con el cristal abajo

-A Richard le va a hacer muy feliz verte de nuevo- Beyazid recargó su mano en la parte superior de la puerta y con la otra mano y le dió un apretón en el hombro como despedida

-Ojalá- bromea ella

-¡Venga ya! Si sabes que te adora. Creo que en la otra vida en verdad fueron padre e hija

-Yo creo que sí- ella esboza una sonrisa.- es lo más seguro

Eva se fue para por fin iniciar su viaje hacia la ciudad que la vió nacer y en la que encontraría todo eso que buscaba e incluso más

Richard sabía que volver a esa casa luego de casi treinta años sin poner un pie en ella, iba a ser un martirio que le recordaría a su mejor amigo -tal vez, el único amigo leal que tuvo en su vida-

Brian Xavier fue un hombre brillante en su tiempo, y por lo que se decía en el condado de Westchester, sus hijos siguieron sus pasos a su manera, destacando por medio de las profesiones que eligieron como vocación con una notable inteligencia, aunque él no pudo estar con ellos por más tiempo del que hubiera deseado y tampoco pudo comprobar por sí mismo que todo aquello que decían era verdad

Abrió el portón lo suficiente como para poder entrar y caminó por el jardín luego de asegurarse de haberlo cerrado de nuevo.

Charles descubrió por medio de sus habilidades telepáticas que alguien había entrado a su hogar y no tardó mucho en reconocer quién era. Hizo las hojas de su tesis a un lado y dejó el bolígrafo sobre estas.
Salió del despacho y caminó un tanto apresurado hacia el jardín.

Bajó los escalones de dos en dos y cuando pudo alzar la vista, lo vió.
Era exactamente igual, solo que con canas en su cabello y unas imperceptibles arrugas en su rostro.

Richard contuvo las lágrimas mientras intentaba no pensar en el parecido que el mayor de los hermanos Xavier compartía con Brian.

Los dos se dan un abrazo y Charles lo invita a entrar

-¿Crees que sea buena idea?- inquiere el mayor rascando su nuca- Sharon detesta tenerme ahí, además digamos que no estoy de humor para soportarla y aprovechando mi enojo tal vez le eche un par de cosas en cara

-Ésta es mi casa ahora. mi madre hace años decidió que no formaría parte de nuestras vidas, tú siempre vas a ser bienvenido aquí.

-Tenemos muchas cosas de qué hablar, Charles. Incluso temo que no creerás lo que tengo que decir -desde ese momento, Richard comenzó a reunir valor para decirle cómo había pasado casi treinta años cuidando de Eva.

Cuando Charles abrió las puertas, una oleada de recuerdos golpeó a Richard, vió su juventud pasar frente a sus ojos en un instante.

El joven lo invitó a pasar al que era ahora su despacho y ambos tomaron asiento.

-Es muy complicado comenzar con esto, sabiendo que yo tenía la obligación moral de decirlo desde hace ya bastante tiempo. No puedo meter a tu madre en esto y excusarme con que ella me detuvo

-Aunque los dos tenemos muy en claro que ese fue uno de los motivos- charles se pone de pie y va hacia la pequeña mesita en la que tenía un par de licores, luego de escoger uno sirvió dos copas y las llevó con él de vuelta hasta el sillón.

-Pero el argumento que se lleva el protagonismo es mi cobardía-dijo tomando la copa que Charles le extendió-. Fue por eso y porque mi cabeza no era capaz de formular una expresión coherente con la que yo les pudiera dar tan siquiera una pista de todo lo que ha pasado estos casi treinta años. No había podido, hasta ahora

-¿Qué es eso que ha pasado?

Richard hizo memoria de absolutamente todo, suplicándole a su subconsciente no olvidar tan solo un detalle

-La separación entre tus padres así como su matrimonio fue caótica, por decir lo menos -Beckham dió el primer trago, dejando que el sabor acanelado del licor lo ayudase a que las palabras pudieran fluir -.Tu padre no era el hombre perfecto pero tampoco era una bestia despreciable, así que les dejó el sesenta por ciento de sus bienes y la casa en la que viven ahora.

Charles lo escuchaba con atención. Fueron contadas las veces que escuchó algo acerca de su padre y para su desgracia no era nada bueno del todo, ya que Sharon hablaba desde el rencor.

-Dejarlos le dolió más de lo que te imaginas -continúa el médico-, pero desde que la corte de este país le cede casi ciegamente la custodia a la madre, él no pudo hacer mucho. Excepto, claramente, lo que le correspondía de acuerdo a la ley

-¿Qué hizo después?

-Tu padre era un químico brillante, y no era de extrañarse que grandes empresas entraran en disputas por ver quién podía ser el que lo tuviera en sus filas. Fue entonces que decidió trabajar en una planta nuclear de Alamogordo, una ciudad de Nuevo México. Él les escribía cartas. Y dado el nivel de respuestas que recibían esas cartas...

-Mi madre no las entregaba todas. Las escondía

-¿Ella misma te lo dijo?

-No hubo necesidad, era muy evidente. Incluso yo... lo supe por mi cuenta

Las iris de Richard se dilataron. Él ya tenía una idea de cómo Charles pudo haberse enterado de todo, pero decidió dejar que lo dijera él mismo

-¿Cómo fue que te enteraste?

-¿Puedo confiar en tí lo suficiente, como para hablar de algo así?

-Claro ¿Crees que haría algo en contra de ustedes?

Charles dudó y estaba a punto de negarse a decirle algo, pero su instinto lo llevó a confiar en él y hablar:

-Soy telépata. Mis hermanas también lo son. Lo que mi madre lo ocultaba, yo lo descubría con tan solo entrar en su mente.

-Me parece apropiado continuar ahora que las mencionas a ellas -Brian bebe el último trago de licor-, específicamente de Eva

-Si... no creo que te agrade saber lo que le pasó. Y mucho menos lo que tuve que hacer

-Ahora que me has dicho que eres telépata, no me cuesta entender por qué no hablaba de ustedes desde antes. Es como si tú o tu familia no hubiesen existido nunca

-Tuve que borrar sus memorias. No se los había dicho a ellos hasta ahora -explica, pero al prestar atención a las palabras del mayor, añadió - :espera, ¿Por qué has dicho eso? Es como si...

-Es mejor que te lo diga de una vez...

1988

Richard se sintió asqueado cuando esa noticia llegó a sus oídos. Le parecía inhumana la forma en la que Sharon había enviado a uno de sus hijos a un orfanato.

Cuando Richard recibió la llamada de su informante, de inmediato se abrió paso hacia el orfanato, con las esperanzas puestas en que los resultados arrojaran la respuestas que esperaba.

Soltaba con ahínco las maldiciones que salían de su boca cuando los semáforos destellaban la luz roja que le indicaba frenar, cuando lo único que quería era llegar lo más pronto posible.

Cuando llegó, casi se tropieza al querer salir corriendo del coche. Tuvo que recuperar la compostura para cruzar la calle.

Lo único que se permitía escuchar, eran los acelerados latidos de su corazón, y los apresurados pasos de sus pies.

Entró a la oficina de su amiga -era la directora del orfanato-, quien tenía la prueba de ADN entre sus manos.

-¿Qué fue, Madeline? ¿Fue negativo? N-pregunta él sin esperar a nada más

-Eva si es hija de Brian, es la niña que has estado buscando -confiesa

Él se deja caer en un asiento. No sabía si sonreír o echarse a llorar ahí mismo.

-Eso no es todo. Hay más, pero necesito que te calmes

-El resultado positivo en esa prueba era todo lo que quería, Madeline. No necesito más.

-¿Estás seguro de eso?

-Esta es de las pocas cosas en mi vida de las que he estado seguro. Es lo que Brian hubiera querido.

-Y la oportunidad que perdiste hace años

ACTUALIDAD

-La adopté, Charles. Le dí una parte del hogar que había perdido. Tal vez pienses que lo hice por tu padre. Pero en realidad, lo hice por ustedes, para que recuperen el tiempo que desperdiciaron estando separados.

Charles no tenía fuerzas suficientes para decir algo o formar una expresión en su rostro. Las lágrimas bajaron lentamente por sus mejillas y sus ojos se enrojecen al paso de estas.

-Así que por más que mi madre lo intentó, ella, nunca estuvo lejos

-Al menos no por tanto tiempo

Charles limpia sus lágrimas al pasar las manos por su rostro y una radiante sonrisa hace que sus ojos dejen de mostrar pena y los ilumine un destello de esperanza

-¡Pero habla! No te quedes callado ¿Qué ha sido de ella? ¿Está bien?

-Mejor que bien. Es maestra y vivía en la gran manzana pero, creo que regresó hoy

-Es el mejor día de mi vida - dice el castaño en un suspiro mientras se levanta del escritorio para acercarse a Richard y darle un abrazo.

A lo lejos, escucha que la puerta se abre

-¿Charles? Ya volvimos a casa - resonó la voz de Cassandra

Richard y Charles se apartan mutuamente, se miran y Richard asiente

-La noticia les va a alegrar el día

Desde que Eva divisó el letrero de "bienvenidos a westchester" pudo percibir de nuevo esa presión en el pecho y volvió a sentir como la ansiedad hacía su trabajo -el cual era para nada necesario en esos momentos-

Se distrajo viendo cuánto había cambiado la ciudad desde la última vez que estuvo ahí. Algunas cosas permanecían iguales y otras no. Pero su calidez seguía siendo la misma.

Estaba tan absorta en esos pensamientos, como si quisiera enfocarse en algo menos desgastante que escudriñar en el pasado tan solo para entender un poco más de quién era realmente.

Había vivido desde hacía varios años, creyendo que tener a Richard como una figura paterna en su vida era suficiente. Pero cuando menos lo pensó, aquellas preguntas que resonaban en su mente cuando era una niña de orfanato volvieron a surgir con más fuerza.

No sabía con exactitud cómo esos pensamientos comenzaron a formarse en su cabeza, tal vez era culpa de la melancolía que acompañaba al color grisáceo que las nubes le daban al cielo y los truenos que se oían a lo lejos, dando a entender que pronto llegaría la lluvia.

O más bien era causa de su ya atormentada conciencia. La cual había recibido más preguntas que respuestas a lo largo de toda esa etapa de su vida.

Pero nunca dijo nada. Se quedó con esas dudas en su interior, creyendo que no era primordial resolverlas. Pensó que si la habían abandonado en ese lugar era porque sus padres no la querían en sus vidas.

Y era muy curioso cómo la casualidad hacía de las suyas.

Había padres como los suyos, que abandonan a sus hijos sin importar nada, motivados por razones puramente egoístas.

Y hombres como Richard. Que estaban dispuestos a darle un hogar a algún pequeño que lo necesitara, ya que la vida no tenía en sus planes darle un hijo propio.

Decidió dejar todo por la paz, y enfocarse en llegar a casa.


Cuando Richard habló con Cassandra y Aaron acerca de cómo ayudó a Eva cuando era una niña, los dos tomaron la noticia como algo bueno. Les pareció un milagro incluso. Pero hubieron cosas que no quedaron claras del todo

-¿No pudiste haber dicho algo?- Cassandra lo miró sintiéndose un tanto ofendida- esperaste demasiado. Y no me malentiendas, estamos muy agradecidos por lo que hiciste

-Lo que importa es que la recuperamos. El pasado se quedó donde debe: atrás- Aaron los miró a los tres

-¿Qué hay de su mutación? Debió haberse presentado hace bastante- supuso Charles

-Cuando yo la adopté, había veces en las que sus poderes parecían querer tomar el control de la situación. Y sé por tu padre que las habilidades de un mutante se presentan durante la adolescencia. Pero ella era la excepción de la regla

-¿Pero cómo pudo?

-Eso he querido saber. Y ella ha tratado de hablar en más de una ocasión pero cuando lo intenta, se queda a medias diciendo que le duele recordar todo eso. Y yo respeto su decisión de guardar silencio, aunque a veces me da miedo lo que pueda decirme cuando se atreva a hablar.

Los tres Xavier se quedaron en silencio. El ambiente comenzó incluso a ser algo incómodo, hasta que uno de ellos habló

-Si le hicieron lo que creo que le hicieron- Aaron rompió el silencio. Su tono de voz no era el usual- era claro que eso iba a pasar

-¿Qué?- Cassandra va hacia su hermano y se sienta a su lado, dejando su mano sobre el hombro de él

-Es sentido común y tal vez un poco de paranoia, pequeña- la observa fruncir el ceño- no podemos saber lo que tal vez sucedió en esa etapa de su vida. Lo que quizás hicieron con ella. No es normal que hubiera tenido tanto miedo a una pregunta tan simple

-Porque la respuesta quizá no lo es- convino Charles

-Exacto- Aaron chasquea los dedos y señala a su hermano- debe haber algo detrás

-¿Entonces crees que le hicieron algún daño?- Richard sintió un vacío en el pecho

-El mundo ha cambiado, cuando se enteran que hay alguien como nosotros solo hay dos opciones. O nos repudian, o nos usan para beneficio propio. Eva pudo haber tenido la mala suerte de que, de alguna forma, alguien con esas intenciones se cruzara en su vida

Eva llegó a su casa, recordó que Richard solía esconder las llaves debajo de una roca falsa. El 'inconveniente' era que dicho objeto era casi irreconocible así que pasó más tiempo del que le gustaría buscando aquella llave.

Cómo era de esperarse, la encontró momentos más tarde y pudo entrar a la casa.

Todo lucía exactamente igual, entró a la que era su habitación. Dejó su maleta sobre la cama y avanzó hasta las fotos en su buró y las observó. En una aparecía junto a su padre en su graduación de la universidad, después había otra; en esa aparecía junto a un niño moreno, con pequeños colmillos asomándose mientras sonreía.

Entonces entendió que tal vez no necesitaría buscar las respuestas a las preguntas que tantas veces le habían quitado el sueño. Que si la familia que perdió siendo tan joven había decidido no formar parte de su vida había sido por algo.

No se arrepentía de haber regresado a Westchester en absoluto. Extrañaba a su padre y ya no tenía nada por lo que quedarse en la gran ciudad, así que eso era lo más conveniente.

Comenzó a ordenar todo en su habitación mientras preparaba algunas cajas llenas de antiguas pertenencias suyas que serían donativos para el orfanato. Pronto comenzó a llover y escuchó cómo la puerta de la casa se abría.

Richard entró a la casa quejándose por, según sus palabras, "ser un idiota y no haber llevado una sombrilla antes de salir de casa".

Eva ladeó una sonrisa mientras seguía ordenando su habitación

-¡Cámbiate de ropa o te resfriaras! - Eva le dice desde donde está sin dejar de hacer lo suyo.

Richard sonrió cuando escuchó la voz de Eva. No tardó en encaminarse a la recamara dónde su hija estaba.

La puerta entreabierta le dejaba ver un poco de lo que su hija estaba haciendo, así que la abrió un poco más, dejando su mano derecha en el marco y la otra en la perilla.

-¿Desde cuándo llegaste hija? Podrías haberme llamado -le dice

-Lo sé, pero supongo que si saliste de casa debió haber sido por algo importante. Ya conozco lo ermitaño que eres.

-Más respeto para tu padre, jovencita

-Eso no fue una falta de respeto. Sólo ve a cambiarte o te tendré que curar el resfriado- Eva gira su cabeza para ver a su padre por primera vez en todo lo que va de la conversación- anda, ya no tardo

-¿Sabes? A veces creo que tú me adoptaste a mi en lugar de yo a tí- Richard se da la vuelta para ir a su habitación, pero a medio camino alza la voz- tenemos que hablar, Eva

Eva odiaba esa frase más de lo que podía expresar con palabras. Tan solo esperaba que no fuera nada grave.

Iba a recibir las respuestas que se había resignado a no tener.

Originalmente publicado el 5 de abril de 2021

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