Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20. " Más cerca que nunca "

-Rápido… no hay moros en la costa-. Luz arrastró a Amity de la escalera del pasaje secreto hacia la casa Brontë. Luz pensó en cómo la mayoría de las señoritas de Hexside ahora se encontraban en casa, comiendo alimentos cocinados por mamá y sentadas frente a sus cálidas chimeneas y televisores de pantalla ancha.

No se detuvieron hasta que se hallaron a salvo dentro de la residencia de estudiantes. Boo esperaba ansiosamente por la puerta. Al segundo que cruzaron el umbral, cerró la puerta detrás de ellos.

-No puedo respirar-. Amity se dobló con la mano en el corazón. Fueron recibidas por una mirada de reojo poco impresionada.

-Tener una fiesta de pijamas con una chica que no pertenece a Hexside...-. Boo hizo un mohín, en respuesta a un texto que Luz le había enviado anteriormente. -Tengo que decir, este plan de expulsión tuyo está en el camino correcto-. Luz le restó importancia.

-Tenemos que mantenernos unidas. No sé por qué. Simplemente tenemos que-.

-Mamá tiene un turno de noche-. Amity le dijo a Boscha lo mismo que le había dicho a ella.

Sí, dejar que se quedase a dormir era un riesgo loco, pero parecía mucho menos mortal que dejarla dormir en una casa vacía.

Boscha cedió. -Lo que sea. Tomé tanta comida como pude de la cafetería. La señora de la cena debe pensar que soy una acaparadora o comedora compulsiva o algo así-. Señaló a la gama de sándwiches envueltos, patatas fritas y yogures en el escritorio bajo la ventana. Un gran festín de medianoche.

Sacándose los tenis, Luz se dejó caer en su cama, con las piernas cruzadas, al estilo de Buda. -Esto está empezando a tener algo de sentido-.

-¿Sí?- Boo desenrolló un pendiente de aro, mientras que Amity se apoyó contra la cama en el suelo.

-¡Sí! Si Lilith estaba embarazada, eso explica el llanto del bebé en el video de Edric para empezar, pero también le da una razón para huir-.

Amity asintió. -¿Tenían casas de trabajo en 1954?Apuesto a que fue a una de esas-.

Luz acarició la cabeza de ella, con sus embelesadas manos reacias a estar en cualquier lugar que no fuera en Amity. -Siglo incorrecto, pero buen intento-.

-¿Habría sido capaz de tener un aborto en ese entonces?- preguntó Boo, reflejando su postura sobre su propia cama.

-No sé- confesó Luz. -Supongo que incluso si era legal, probablemente no era algo sobre lo que charlabas en el almuerzo con tu grupo de amigas-.

Boo repentinamente saltó como veinte centímetros en el aire. -¿Has visto Dirty Dancing?-.

-Sí...- Luz miró a Amity, sin saber a dónde iba esto. Su cabeza descansaba contra su pantorrilla y por ahora eso era suficiente, pero estimó que había desechado aproximadamente doce por ciento de su cerebro concentrándose solo en los persistentes recuerdos del beso.

Si Boo notaba la creciente cercanía entre ellas, su necesidad de estar dentro de un rango de un milímetro de la otra, ella no lo mencionó. Luz sospechaba que conseguiría el interrogatorio, una vez que estuvieran solas. Ya sea que su futuro tuviera sesiones de chismes quedaba por ver.

-Bueno, en Dirty Dancing, la bailarina, Penny, se hace un aborto en un lugar de mala muerte por un charlatán y casi muere-.

Luz procesó la teoría y encajaba bien. -Esa no es una mala idea. Si era joven y se encontraba asustada y desesperada, quizá habría hecho cualquier cosa para deshacerse del bebé-.

-Pero eso no fue lo que viste en el sueño- le recordó Amity. -Dijiste que Mary era feliz cuando estaba con Blight-.

-Sí-. Luz frunció el ceño antes de contarle rápidamente a su compañera de cuarto sobre la identidad del potencial amante secreto de Mary. Ahora entendía la felicidad que Mary había compartido con su profesor, porque había tenido su primera muestra durante el beso en la sala, como un niño tomándose a escondidas un sorbo de champaña en una boda.

Los sueños de Mary eran como una imagen de Instagram de la misma explosión multicolor de alta definición que acababa de experimentar de primera mano. No había nada en los sueños para hacerla pensar que Mary no estaba más que enamorada de Blight. Pero sí se sintió sola, y tal vez si se cansó de estar sola....-.

-Tal vez tuvo al bebé...-.

-¡Tal vez tuvo al bebé y MURIÓ EN EL PARTO!- exclamó Boo con un nivel inadecuado de regocijo morboso. -Eso era una gran cosa en ese entonces-.

-¡Dios mío, estás llena de datos horripilantes esta noche!- Luz hizo una mueca desagradable. -Pero también es una buena idea. Todo está conectado. Mary, Blight, su bebé. Nos estamos acercándonos ahora, realmente, realmente súper cerca-.

Amity resopló. Se puso de pie y comenzó a picotear la comida que Boo les había conseguido. -Es bueno también, porque nosotros tenemos menos de un día de sobra-.

Eso humedeció su humor para decir lo menos. Luz se volvió hacia Boscha. -Boo, ¿segura que no has visto nada en tus sueños?-.

Su amiga se encogió de hombros, haciendo que sus mechones de cabello rosa chicle cayeran de su hombro. -Ya te lo he dicho, no he soñado en toda esta semana. Nada. Nada-.

Amity la miró dubitativa. -¿Qué? ¿No has tenido un sueño durante toda la semana? Si claro-.

-Bueno... no sé. Es como que estoy soñando… ya sabes, ¿cómo en esa sensación de que estás teniendo un sueño? Pero no hay nada sucediendo-.

-¿Eh?- Amity sacó la ensalada de un sándwich de ensalada de jamón, haciendo una mueca ante la abundancia de mostaza-.

-En el sueño no hay nada, sólo una gran mancha de color negro. Hace frío sin embargo-. Luz se enderezó. -Eso es un sueño. Estás soñando que estás en un lugar frío y oscuro en alguna parte-.

-Puede ser. No me muevo sin embargo. Como si estuviera atrapada-. Hielo se deslizó hasta las vértebras de su columna vertebral.

-¿Atrapada? ¿O enterrada?-.

Boo se estremeció. -Um... no lo sé. Supongo. No lo había pensado de esa manera... pero sí-.

Amity se tragó un bocado de su sándwich antes de desechar el resto. -De acuerdo, eso no es bueno-.

-Oh Dios, no quiero pensar en ello-. Boo se abrazó a sí misma.

Ahora Luz no podía pensar en otra cosa (a excepción del doce por ciento). Que pasó, Mary, pensó para sí misma. ¿Esto es todo? ¿Es todo lo que nos estás dando? Tan solo les dieron cinco días. Cinco días podrían no ser suficientes.

-¿Qué hacemos ahora?- preguntó Amity.

-No lo sé. No podemos arriesgarnos a vagar alrededor de la escuela. El hecho de que nadie te ha visto es un milagro-. Con la  mayoría de las chicas ahora lejos hasta el lunes, la escuela estaba más tranquila de lo normal por lo que la señorita Odalia estaría aún más centrada en las pocas que se quedaron. -Creo que tenemos que deshacernos del espejo de alguna manera-. Luz hizo un gesto hacia el armario. La idea de la puerta del armario crujiendo abierta en el medio de la noche...-.

-Tienes razón- concordó Boo. -¿Cómo quieres hacerlo?-.

Resultó que la cosa se hallaba atornillada dentro de la puerta. Sólo les tomó un par de minutos desenroscar los tornillos que lo sujetaban. Si Mary estaba en el espejo, Luz no pudo verla esta vez, pero evitó mirar directo a su reflejo.

Ella y Boo cogieron el vidrio y se lo llevaron como una camilla a la zona de relajación mientras que Amity se escondió de nuevo en su habitación. Fueron vistas por una gordita de primer año, que fue despedida con una palabra innecesariamente fuerte de Boo.

-Vamos- dijo Boo, inclinando el espejo contra la pared. -No deberíamos dejar a ya-sabes-quién sola allá arriba.

-Espera-. Luz se quedó atrás. -Hay algo que tengo que hacer-.

Comprobando que no había nadie al alcance del oído, Luz regresó a la cabaña sin siquiera encender la luz. Boo regresó a su habitación para que Amity no tuviera la tentación de venir a buscarlas.

Luz respiró hondo y marcó el número de su madre.

Su madre respondió en el cuarto timbre. -Hola, cariño, ¿cómo estás?-.

-Estoy bien. ¿Estás ocupada?-.

-No, no, está bien. Estoy en mi descanso. Entre tú y yo, querida, Jared está siendo un absoluto dolor de cabeza. No va a hacer nada a menos que el director lo engañe haciéndole creer que es su idea-. Luz sonrió. En otros lugares, la vida seguía exactamente igual de normal. Si ella moría, con el tiempo, su madre aún sería su madre. -¿Qué hay de nuevo contigo?-.

-Nada. Sólo quería decirte que lamento haber actuado tan raro la última vez que hablé contigo-.

-No seas tonta. ¡Para eso estoy aquí! Estaba preocupada, cariño. Es tan raro que me preguntes cosas que de verdad creí la hora de prepararme para tener los ojos rojos-.

Luz cerró los ojos. No lloraría. Su última conversación con su madre no sería una llorosa.

-No hagas eso. Estoy bien-.

-¿Estás segura? ¿No es tarde para ti, querida? ¿No deberías estar en la cama?-. En el fondo, oyó a alguien gritar: ¡Cinco minutos! Y el ulular de una ambulancia de NY. Sonaba ruidoso, como si su madre estuviese en la calle, probablemente con un café del tamaño de una cubeta y un cigarrillo.

Luz no había preparado un discurso y como que deseó haberlo hecho. Las últimas palabras se supone que deben ser épicas, conmovedoras y memorables. No tenía nada.

-Mamá, estoy bien. No  quiero que te preocupes por mí, como siempre, porque estoy bien. Así que sólo ten un buen momento y ni siquiera pienses en mí-.

-¿Estás un poco borracha, cariño?-. Ella se echó a reír.

-No, no lo estoy. Sólo pensé que tendría la oportunidad de decir lo que realmente pienso de una vez-.

-Debieras. Te enseñé a expresarte siempre-.

-Lo hiciste. Así que, básicamente, te amo-. Esa era una cosa tan no-británica para decir y se sintió ridículo saliendo de su boca. -Realmente lo hago-. Esta vez su madre se echó a reír.

-Bueno, no sé lo que te pasa, Lucía Noceda, pero me gusta. También te amo. Más que nada en el mundo entero-. Oh, podría ser peor, pensó Luz. ¿Quién dijo que la vida tenía que ser larga con el fin de que sea considerada un éxito?

Probablemente iba a morir mañana, pero se sentía amada. Siempre lo había hecho. Ese era un logro.

-Está bien, mamá, me tengo que ir-. Más o menos la verdad de la situación. No la engañaría con te llamo más tarde o hablaremos pronto. -Adiós, mamá-.

Resulta que, el saber que es tu último adiós no significa que sea fácil.

Cuando se había se secado los ojos (su resolución se había derrumbado al segundo que colgó) y volvió al dormitorio, Amity estaba de espaldas a la pared en su cama, con las piernas para arriba y con los codos equilibrados sobre sus rodillas. Estaba charlando con Boo, pero se interrumpió para hacer una pregunta.

-¿Crees que deberíamos haberlo roto?-.

-Creo que ya hemos experimentado suficiente mala suerte con los espejos, ¿no?-. Luz medio sonrió, esperando no demostrar que acababa de perder la mitad de su peso corporal en lágrimas. -No necesito otros siete años aparte de esta semana-.

Amity le devolvió la sonrisa, mirándola bajo unas cejas castañas. -De ninguna manera voy a dormir. ¿Y si llega en la noche?-.

-Totalmente- concordó Boo. -¿Podríamos dormir por turnos?-. Amity sacudió la cabeza.

-De ninguna manera. No quiero morir en mi sueño como un viejo abuelo. Si ella viene... que venga, pero le voy a dar una pelea-.

Siguió un silencio en el que Luz y Boo no necesitaron decir que no dormirían tampoco. Esto era todo. Un sueño más. El pensamiento de lo que el mañana podría traer era demasiado para su cerebro cansado como para procesar. En el otro lado de esta noche algo esperaba.

Cuando el silencio se hizo insoportable, Luz dijo, con un brillo en sus ojos -¿Alguien sabe alguna historia de fantasmas?-.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro