Hola! La verdad me siento ahorita con mi corazón rotito en pedacitos así que voy a escribir algo para darme ánimos, igualmente para darles algo de gusto a aquellas que están que piden a Saga a gritos, pero debo aclarar que esto NO VA A PASAR EN LA HISTORIA, es un universo alterno, por qué en la historia aún faltan varios capítulos para que él salga, esto es un paréntesis loco que nada tiene que ver pero que a su vez sigue la misma línea jajaja yo y mis enredaderas, bueno ahí les va
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La joven se encontraba allí en aquel prado, sentada observando el agua moverse suavemente al son de la brisa fresca que brindaba el final del verano, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas al recordar al caballero de leo, suspira odiandose a si misma por permitirse sufrir por el pero simplemente no puede contenerse, la joven se queda allí dejando que sus lágrimas caigan como cascadas que poco se percata de que alguien la observa desde hace ya un tiempo.

El caballero de Géminis suspira al verla, sabe que no está bien observarla de lejos pero mucho menos acercarse, sin embargo en pocos segundos se encuentra caminando en su dirección, odia verla así, ella solo merece derramar lágrimas pero de felicidad, llorar de la risa que le produce un ataque de cosquillas o la risa que le produzca alguna historia que el se muere por contarle, por qué es así, el quiere ser ese hombre, el que la haga reír hasta llorar, el que la abrace por las noches y le lleve el desayuno a la cama, el que vea abrir sus ojos y ser el primero en ver esa sonrisa en las mañanas, quiere ser el que bese sus labios y quiere que sus manos se hagan dueñas de su piel, quiere ser el dueño de su corazón como ahora ella es la dueña del suyo, sin embargo ella piensa en otro hombre, su corazón le pertenece a ese idiota que no hace más que pisotearlo cada vez que puede.

El ojiverde camina y se sienta a su lado sin decir una palabra, ella levanta la mirada y lo observa sorprendida tratando torpemente de limpiar sus lágrimas.
—Saga...¿Qué haces aquí? -pregunta tratando de sonreir un poco.
—Estas otra vez llorando por ese imbécil -dice serio.
La joven frunce el ceño pero niega —no...no...es solo un mugre que se me metió en el ojo
—No tienes por qué mentir -suspira mientras voltea a verla, y se le parte el corazón un poco al verla así —te conozco
Ella lo observa y no puede contener las nuevas lágrimas que salen de sus ojos, el frunce el ceño y abre sus brazos invitandole a perderse en ellos, ella no lo duda y de inmediato se lanza a sus brazos apegandose a el tanto como es físicamente, el cierra sus brazos acomodándola en su regazo, te amo...te amo tanto... Piensa el caballero mientras la tiene segura en sus brazos, le acaricia suavemente los cabellos mientras deja que ella llore en su pecho, quisiera arrancarle esa tristeza de un tajo pero sabe que es imposible.

Ella suelta unos cuantos sollozos pero lentamente se calma, el firme latido del corazón del ojiverde logra crear una dulce melodía que hace que ella se relaje, suelta un gran suspiro mientras se acomoda en su pecho inhalando su aroma a pino y canela, era tan intoxicante que la hace sonreír sin darse cuenta, hacía mucho tiempo no se sentía así, con ganas de sonreír.

Pasan algunos minutos y el sigue sin decir nada, se siente bien con solo tenerla en sus brazos y al parecer a ella también le gustaba estar así con el.
—Saga...-dice ella en voz baja y delicada
—¿Sí? -dice mientras sigue acariciando sus cabellos.
—¿Por qué eres tan bueno conmigo? -pregunta la joven aún recostada en su pecho —eres serio y siempre pareces estar enojado -rie un poco —pero eres dulce conmigo.

El joven suspira mientras observa un momento al cielo, sabía que no era un buen momento para decirle como se sentía pero tampoco quería mentirle, el no sería capaz de mentirle jamas

—de verdad quieres saberlo? -pregunta el en voz suave a lo cual la joven asiente mientras se sienta frente a él observándolo a los ojos con una pequeña sonrisa.
El la observa con nada más que adoración en sus ojos, le parece hermoso como su cabello se mueve con el viento y como sus mejillas y nariz están algo enrojecidas, le parece tierno y adorable, y esos ojos brillantes que lo miran con dulzura hacen que su corazón palpite con fuerza, pero luego están esos labios rosados que se ven tan invitantes, su mirada se queda allí por unos momentos sin poder evitarlo, se sonroja un poco pero se acerca poniendo su mano en su mejilla suavemente pasando su pulgar por aquellos bellos y provocativos labios, siente como ella se pone algo nerviosa ante su toque y levanta la mirada para ver sus ojos, ve en ellos algo de confusión y duda pero también ve algo más, algo que le dice que no se detenga, que todo estará bien, lentamente se acerca y sonríe al ver que ella no se aparta, roza suavemente sus labios con los suyos y siente electricidad por todo su cuerpo pero no sé compara en absoluto a lo que sintió cuando junto sus labios en aquel primer beso.

La joven cerro sus ojos dejándose llevar por ese nuevo sentimiento que sobrecogía su corazón, sentía que ese pequeño gesto despertaba en ellas aquellas mariposas en su estomago que hacía tanto tiempo no sentía y siente como su corazón volvía a latir rápidamente, ella tímidamente sube sus manos y las enreda en el cuello del chico apegandose a el haciendo que aquel pedacito de felicidad durará un poco más, el sin dudarlo posa sus manos en su cintura correspondiendo con todo el amor que sentía en ese momento, maldecia a sus pulmones por necesitar aire haciendo que por obligación debiera separarse de ella.

Al separarse la observa a detalle, sus labios entreabiertos y sus ojos aún cerrados, no puede evitar sonreír.

—es por eso -dice suavemente el joven —es por eso que soy dulce contigo, por qué llevo enamorado de ti desde que te ví la primera vez y no sabes cuándo me duele verte sufrir por ese gato idiota, me gustaría poder verte reír y verte ser feliz cada día de tu vida -dice mientras acaricia su mejilla suavemente —no te imaginas cuántas veces he pensado como sacarte una sonrisa, invitarte a salir, cocinarte tu comida favorita, besar tus dulces labios, hacerte el amor... -dice sonrojado —no te imaginas cuánto te amo... -dice finalmente mientras la observa, le estaba abriendo su corazón con algo de temor a lo que pudiera pasar pero estaba dispuesto a correr el riesgo.

Ella lo observa con ojos bien abiertos, no sabe con certeza que decir, jamás se imaginó que algo así pudiera pasarle y ciertamente nunca se había sentido asi, acaso eso se sentía ser amada? Ese calor es su cuerpo y esa sensación de felicidad en su interior

—Saga...yo...-dice la joven observándolo mientras le toma la mano a lo que él lleva su dedo índice a los labios de ella.
—No digas nada...yo entiendo, se que es pronto y repentino y que en este momento tu no me amas pero...quisiera que me dieras esa oportunidad de hacer que te enamores de mi...que me dejes amarte y demostrarte lo que es el amor -dice sinceramente a lo que ella no puede evitar soltar una lágrima pero creía que ahora era de felicidad.

La joven sonríe mientras se lanza a sus brazos de nuevo, escondiendo su rostro en su cuello, el tenía razón, aún ella tenía clavada la espina de Aioria de leo en su corazón pero tal vez el caballero de Géminis podia sanarla, y ella lo iba a dejar —Si saga... Tienes tú oportunidad