Capitulo 8
Hola! Como van? Aquí está el siguiente capítulo, la verdad no pensába publicarlo tan pronto después de haber actualizado mi otra historia pero pues bueeeeno, no me aguante y lo siento de antemano. Al parecer me estoy pasando de dramática con esta historia, pero no puedo evitarloooooo aiudaaaa Jajajaja bueno pues espero les guste, chau :)
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Pasaron varios días, Akane, Tamara y Marín ya se habían recuperado casi por completo mientras que yo me encontraba en casa, encerrada y postrada en una cama mientras sanaba la herida de mi espalda, esto me molestaba de sobre manera, el hecho de estar allí, todo el día, sin hacer nada era demasiado agobiante, y no era por el hecho del reposo físico, era por lo que la falta de actividad le hacía a mi cabeza, sin nada en que ocupar mis pensamientos, estos se dirigían a los lugares oscuros de mi mente donde ahora el protagonista siempre era el caballero de Leo.
Sin embargo las visitas de mis amigos y compañeros me alegraban aquellos momentos de tristeza, todos habían ido a visitarme, Milo me había llevado manzanas, lo cual es un gran gesto sabiendo cómo le gustan y lo mucho que odia compartir, Camus también había ido a visitarme, aunque sé que era una excusa para ir a ver a Tamara, Mu iba seguido para ayudarme con los vendajes e incluso Shaina y Marín quienes ahora vivian Juntas en una pequeña cabaña no muy lejos de la nuestra, habían ido a visitarme también.
Sin embargo alguien aún no había ido a verme, y no era que fuera su obligación, pero yo en mi estupidez todavía tenía la esperanza de que aún un leve recuerdo mío estuviera en lo más recóndito de su mente, pero a medida que los días pasaban, esa esperanza se desvanecía.
Pero el día menos pensado, cuando ya me había resignado por completo, apareció por la puerta aquel caballero de rubios cabellos y ojos color esmeralda que había robado por completo mi corazón y mis pensamientos.
Mis ojos estaban abiertos de par en par debido a la sorpresa que su presencia me causaba, el caballero se acercó lentamente y se sentó en el borde de la cama donde me encontraba mirándome atentamente, ninguno de los dos dijo una sola palabra, por unos minutos solo nos mirábamos fijamente, honestamente no sé que estaba pasando por su cabeza, pero por la mía, al ver su rostro, venían a mi hermosos recuerdos que hacían que mi corazón empezará a latir con fuerza en mi pecho y que mis mejillas se tornaran de un leve tono rosa, aunque también, después de unos segundos se hicieron presentes otras imágenes no tan agradables y en un abrir y cerrar de ojos mi expresión cambio y la alegría que expresaba mi rostro fue remplazada con un ceño fruncido y una mirada triste.
—¿que haces aquí Aioria? –para ser honestos, eso no era lo que quería preguntarle, pero fue lo que primero salió de mis labios. Esto tomó por sorpresa al caballero, no esperaba que su amiga le hablara de esa manera tan hostil.
—yo...vine a ver cómo estabas –dijo Aioria sinceramente.
—Como si te importara –dije cruzándome de brazos lo cual causó un leve dolor al cual no le di importancia, mi mirada había dejado al caballero para ahora posarse fijamente en la pared a mi lado, no quería verle a la cara, temía que en cualquier momento iba a colapsar.
Aioria no sabía que responder o que decir, si, era cierto que hacía tiempo que no hablaban pero eso no significaba que no se preocupara por ella.
—de que hablas_____ por su puesto que me importa –dijo el rubio algo molesto
—¿oh en serio? Pues tienes una forma muy peculiar de demostrarlo –dije mientras volteaba mis ojos. Aioria suspiro
—______, se que no hemos hablado hace tiempo pero últimamente he estado muy ocupado y.... –no deje que terminara de hablar.
—ya sé que has estado ocupado, o más bien con quien –veneno salía con cada una de mis palabras. Aioria frunció el ceño.
—¿a que se debe esa actitud tuya? –preguntó el joven
—¿actitud? Pues déjame pensarlo, tal vez el hecho de que mi mejor amigo de toda la vida, ¡me abandona por completo cuando más lo necesito por estar metido bajo las sábanas de una aparecida! –no sé por qué dije eso, no lo pude contener y era muy tarde para retractarme, los celos sacaban lo peor de mi.
Mis palabras parecieron afectar a Aioria ya que su expresión cambio completamente y la furia invadió su mirada.
—¿con que eso era? Pues noticias de última hora, ______, no eres El Centro del universo y ya estás mayorcita como para que yo tenga que estar detrás tuyo todo el tiempo, y si, tengo otras prioridades ahora y tú deberías hacer lo mismo, búscate un novio o algo a ver si así empiezas a hacer tu propia vida y dejas de meterte en la mía.
No dije nada, mi mente estaba procesando lo que Aioria acababa de decir, para este momento el ya se encontraba de pie, su mirada fija en mi, el enojo se reflejaba en sus facciones duras y en la forma que respiraba agitadamente, sin embargo su expresión se suavizó en el momento que mi visión se nubló por las lágrimas que se asomaban en mis ojos.
Rápidamente me limpie los ojos con la manga de la camisa que llevaba puesta y mire nuevamente a Aioria quien ahora me miraba con arrepentimiento en sus ojos.
—_____...-intentó decir mientras daba un paso para acercarse a mi.
—ni siquiera lo intentes –dije, a lo cual el rubio se detuvo —vete Aioria.
El caballero de Leo me miró por unos segundos con simpatía antes de asentir suavemente y darse la vuelta para dirigirse a la puerta. El joven abrió la puerta pero antes de que saliera mi voz lo detuvo.
—Aioria, perdón por molestarte todos estos años. –dije suavemente.
Vi como Aioria se quedó inmóvil, y a pesar de que su espalda era lo único que podía ver, al conocerlo tan bien, supe que estaba pensando que hacer, no sabía si irse o volver su mirada hacia mí, pero su orgullo gano y después de unos segundos tomó su decisión y sin decir nada más salió por aquella puerta cerrándola de un golpe, dejándome sola para ahogarme en los sentimientos que ahora me agobiaban.
Pasaron varios días y ya mi cuerpo estaba sanado casi por completo sin embargo las heridas en mi corazón seguían abiertas, Akane y Tamara me ayudaron bastante, me hacían reír y salía con ellas a entrenar o a pasear, pero sin embargo las palabras que me dijo Aioria aquel día aún seguían plantadas firmemente en mi memoria y hacían que un día perfecto se transformará en un segundo en un día oscuro.
Pero como dice otro conocido refrán, el tiempo lo cura todo, y si que me iba a tomar tiempo, pero sabía que podía hacerlo, o al menos eso esperaba. Ahora era más que claro que todo tipo de relación que había entre Aioria y yo había terminado aquel dia, sus palabras me habían hecho darme cuenta de que, como el dijo, debo hacer mi vida y dejarle en paz, igual no siempre amar significa que te amen y si el era feliz sin mí en su vida pues así sería.
Tercera persona POV
Los días pasaban y Aioria se encontraba cada vez más seguido pensando en _____, lamentaba profundamente lo que le había dicho, pero su orgullo no lo dejaba ir a buscarla para disculparse, y es que a decir verdad, no entendía la actitud que ella tenía hacia el, si en primer lugar, había sido ella quien empezó a alejarse.
Recordaba como meses atrás, el la buscaba para contarle algo o para simplemente hablar con ella pero siempre tenía una excusa, y a medida que pasaba el tiempo, y Aioria pasaba más tiempo con Marín, está empezó a llenar el vacío que _____ había dejado, por lo cual su ausencia se hizo cada vez más tolerable.
Sin embargo y al contrario de lo que pensaba ______, el no la había olvidado, simplemente pensó que al crecer y madurar era normal que cada uno encontrará otras cosas en las cuales poner su atención y por su lado el era afortunado al haber encontrado a Marín.
Pero después de aquel día que fue a visitar a ______ pudo notar que las cosas no eran como el pensaba, y al verla sintió cuánto la había extrañado y cuanta falta le hacía su compañía, en ese momento quiso que todo volviera ser como antes y no veía por qué no podría ser así, quería volver a recuperar esa bella amistad que tenían antes y volver a tener a su lado a su confidente y consejera.
Pero algo había cambiado, la actitud de _______ era diferente, fría y hostil, Aioria no entendía por qué hasta que la discusión tuvo lugar, El caballero por instinto al escuchar como palabras insultantes eran dirigidas a su amada exploto de una manera que no debió hacerlo, y sin querer hirió los sentimientos de su mejor amiga.
Y ahora estaba allí, caminado por el santuario haciendo La ronda nocturna que le correspondía esa noche, sumido en sus pensamientos hasta que un sonido captó su atención y unos pasos se unieron a los suyos, era su compañero de la onceava casa, Camus de Acuario.
—y bien Aioria, por qué tan callado, eso usualmente es mi característica, no la tuya –preguntó el Acuariano, rompiendo el silencio en el que se encontraban desde hacía ya bastante tiempo.
—nada, es solo que, no se... no me prestes atención –dijo el rubio levantando la mirada hacia el firmamento mientras soltaba un suspiro.
—Aioria se que no somos los mejores amigos, pero puedes confiar en mí, quien quita que te pueda ayudar –dijo Camus en un tono sorprendentemente amable.
Aioria lo medito por unos segundos, tal vez su compañero podría ayudarlo, al fin y al cabo no tenía nada que perder con intentarlo.
—pues verás... hace unos días fui a visitar a ______ pero nada salió como esperaba y termino peor que antes, y ahora no sé que hacer, es solo que ella... –Aioria suspiro —tiene una actitud muy extraña conmigo y no sé por qué.
—voy a comenzar diciendo que eres muy malo contando sucesos, de no conocer yo la historia completa, no habría entendido nada –Camus dijo mientras levantaba una ceja observando al rubio —y segundo eres un idiota.
Aioria estaba ahora confundido.
—¿como que sabes toda la historia? Y como que idiota! –Camus sonrió levemente ante las palabras de su compañero.
—eres muy ingenuo Aioria, pero por qué me agradas te voy a decir algo, ______ se alejó de ti para poder olvidar los sentimientos que tiene por ti.
—¿sentimientos?¿de que hablas? –Aioria volteo su cabeza hacia un lado como un cachorro confundido, Camus volteo sus ojos en exasperación.
—podrás ser muy rápido en batalla pero eres lento de la cabeza –dijo el ojivioleta —¡______ está enamorada de ti!
Esto le había caído como un balde de agua fría al caballero de leo, definitivamente no se esperaba algo así, ningún tipo de escenario o posibilidad que había creado en su cabeza era remotamente aproximada a esto.
—¿que? No, no puede ser, estas loco –dijo Aioria tratando de ocultar la sorpresa que esto le causaba
—es la verdad –dijo Camus tranquilamente
—no te creo, pero si digamos que lo considerara, ¿tú como sabes eso?
—se nota a kilómetros y además Tamara me lo dijo –dijo el acuariano encogiéndose de hombros.
Aioria estaba ahora peor que antes, no sabía si creerle a el caballero de Acuario o no, ¿que haría en caso de ser verdad? Y como averiguaría si era verdad, debía hacerlo directamente con la fuente de dicha complicación, tenía que hablar con _______
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