Hola! Bueno acá está el capítulo, algo corto, lo siento es que estoy súper enferma :( lo cual es bueno y malo, bueno por qué tengo más tiempo para escribir y malo por qué me duele :( jajaja bueno, espero les guste, saludos
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sin darme cuenta estaba corriendo, y en menos de nada ya me encontraba en mi casa, estaba respirando agitadamente así que tome una gran bocanada de aire y abrí la puerta tratando de hacer el menor ruido posible

Al parecer no resultó muy bien...

—¿quién está ahí? –dijo una voz algo adormecida
—¿eres tú _____? –dijo una segunda voz algo más despierta

Suspiré profundamente

—si, soy yo, sigan durmiendo –dije mientras cerraba la puerta y me dirigía al baño, tratando de sonar lo más casual posible, aunque mi voz resultó algo temblorosa por las lágrimas que aún no paraban de salir de mis ojos.

—ah no, me haces el favor y nos cuentas que pasó y por qué estás llorando – dijo la voz que pude reconocer, provenía de Akane, ¿como lo supo? Pensé
—¡estas llorando! No llores ______ -dijo Tamara, mientras salía de su cama para encender La Luz.

La Luz brillante hizo que mis ojos ya hinchados por tanto llorar se cerrarán de inmediato.

—Por Zeus, quien puso esa luz tan brillante –dije mientras me cubría los ojos con las manos
—ehhh es la misma luz de siempre –dijo Akane en tono interrogante.

Poco a poco fui abriendo mis ojos para encontrarme con dos pares de ojos violetas que me observaban atentamente, suspire nuevamente, sabía lo que me esperaba.

Una sesión interminable de preguntas por parte de mis dos queridas amigas.

Así que con resignación, camine lentamente hacia mi cama y me acomode, lista para su interrogatorio.

—¿y bien? –dijo Akane

A decir verdad no sabía ni cómo empezar, era la primera vez que iba a hablar de esto con alguien, Nadie sabía de mis sentimientos hacia el caballero de Leo, si, sabían que éramos buenos amigos, pero nada más, y hablar de ello no era muy sencillo que digamos, así que decidí empezar por el principio.

—Bueno, ustedes saben de mi buen amigo Aioria de Leo ¿verdad? –las dos chicas asintieron. —Entonces, como saben, somos amigos desde niños y bla bla bla –dije mientras hacía gestos con mis manos, las chicas asintieron de nuevo.
—también saben que Marín está saliendo con alguien ¿verdad? –dije
—si, aunque es muy misteriosa al respecto –dijo Akane mientras levantaba una ceja
—es verdad, le he preguntado varias veces y no me dice nada –dijo Tamara mientras apoyaba su cabeza en su mano con resignación.

Yo voltee mis ojos

—bueno pues aquí viene lo interesante, pero deben prometerme que no le dirán a nadie, ni una palabra de esto con absolutamente nadie, ¿lo prometen? –dije mientras les daba una mirada amenazante
—lo prometemos –dijeron ambas a unísono mientras la curiosidad hacía que pusieran toda su atención en lo que estaba a punto de decirles.

Suspiré con tristeza

—Marín está saliendo con Aioria –dije mientras agachaba mi mirada con tristeza, volvían a mi las imágenes que hacía pocos momentos había observado en aquel lago.

Ambas chicas tenían sus ojos abiertos como platos y sus labios entre abiertos con sorpresa, el silencio era absoluto.

—awwww que ternura, hacen muy linda pareja –dijo Tamara
—¡cállate! ¡No vez que ______ está enamorada de él! –dijo Akane mirando molesta a Tamara, mi mirada se levanto para clavarse en la chica
—ohhhh –dijo Tamara con realización en su expresión —hacen horrible pareja –se apresuró a decir, Akane se dio una palmada en la cara ante la imprudencia de su amiga.
—espera un momento Akane, ¿tú como sabes eso? –dije tratando de aclarar mis dudas
—ay por favor ______ se te nota muchísimo, solamente en la cara que pones cada vez que lo ves, cualquiera se daría cuenta – dijo ella como si fuera lo más obvio del mundo
—ahora que lo pienso, si, cada vez que el pasa, solo te faltan los corazoncitos alrededor de tu cabeza –dijo Tamara

Suspiré por décimo sexta vez esa noche, ¿para que negarlo si al parecer era tan evidente?

—bueno si, estoy perdidamente enamorada de él –dije mientras volteaba mis ojos —la cuestión aquí es que el no de mi, y pues está bien, yo soy feliz siendo solo amigos –dije sonriendo con nostalgia
—ese cuento no te lo crees ni tú –dijo Akane mientras se cruzaba de brazos
—Akane tiene razón ______, ahora dinos, ¿por qué estabas tan triste y llorando? – dijo tamara con tono de preocupación
—bueno pues....-a decir verdad me daba vergüenza, ¿estar llorando por eso? Yo era una guerrera, no tenía por qué dejarme afectar por ese tipo de cosas, aunque no lo podía evitar. Ambas chicas me miraban expectantes.
—pues...hoy...los vi, a Aioria y Marín, juntos –dije mientras volteaba mi cara para evitar que vieran como nuevas lágrimas se formaban en mis ojos, por que tenía que ser tan débil, pensé.

Hubo un momento de silencio hasta que sentí como mis dos amigas se acercaban a mi y me abrazaban fuertemente, no pude evitarlo y un sollozo se escapó de mis labios, me estaba desahogando.

—tranquila _____ ya pasara –decía Akane en tono consolador
—lo que tienes que hacer es buscarte un novio, que tal... –dijo mientras hacía una pose pensativa –¿el caballero de Escorpio? No, dicen que es mujeriego, que tal ¿el caballero de Virgo? No, casi ni siquiera sale del templo.. que tal... –Tamara fue interrumpida por Akane quien le tiro una almohada a la cara.
—cállate, no es momento para eso –dijo la oji violeta dandole una mirada severa, Tamara se cruzó de brazos.
—que tú seas una aburrida no significa que _____ también tenga que serlo –dijo Tamara haciéndole una mueca.
—¿aburrida? ¿Yo? –dijo la de cabellos plateados en tono indignado —bueno, para que veas que no soy aburrida, creo que la pareja perfecta para ______ es el caballero de acuario, Camus, ¿tú que opinas Tamara? –dijo Akane mirándola con malicia, mientras que el rostro de Tamara se tornaba de un fuerte tono carmesí. Ante esta escena no pude evitar soltar una carcajada.
—tranquila Tamara que no te voy a quitar a tu amor, no es mi tipo –dije aún riendo con las muecas que se estaban haciendo entre ellas
—¡el no es mi amor! –dijo la pelinegra con sus mejillas aún rosadas
—si claro, y el agua no moja –dijo Akane

A decir verdad me sentía un poco mejor, tal vez era esto lo que me hacía falta, hablar con alguien y quién mejor que tus amigas para escucharte.

Esa noche no fue tan terrible después de todo, Akane, Tamara y yo, la pasamos hablando y riendo, nos quedamos dormidas a la madrugada más por agotamiento que por qué en realidad quisiéramos dormir

Aunque algo no pasó desapercibido para mí, Marín no llego a dormir...