El joven caballero se encontraba sentado en su templo, la tercera casa del zodiaco, Geminis...

Saga estaba sentado en las escalinatas de aquel gran templo mirando el horizonte que le daba a la vista aquel lugar, era de noche y ya casi iba a amanecer, el no sabía qué hora era pero el cielo tomando un color más claro al pasar de los minutos le indicaba lo que menos deseaba en ese momento, debía irse, subir los templos, y llegar a los aposentos del patriarca...al fin y al cabo eso era ahora no? Solo que nadie lo sabía...ni tampoco nadie sabía de su profunda agonía...

El suelta un pesado suspiro y se levanta, da una última mirada a aquel paisaje y dándose vuelta para empezar su camino hacia la cima del santuario, comienza a recordar y la tristeza invade su corazón.

Al caminar por las frías paredes de su templo no puede evitar que su cabeza se llene de pensamientos, aquellos que lo lastiman, que le gritan lo inútil que es, lo mal que hace, lo insuficiente que es.

Recuerda a su amigo aioros, aquel con el que jugaba de niño, aquel que lo ayudó a entrenar y a hacerse fuerte y aquel que lo animo mientras todos los demás se encargaban de recordarle lo inútil y débil que el era.

Siente de nuevo esa punzada en su corazón al recordar como el en un ataque de ira, guiado por aquellas voces en su cabeza que no puede acallar pero que ha logrado aprender a sobrevivir con ellas, había asesinado a su maestro, y en circunstancias similares había sido el que ordenó la muerte de su mejor amigo.

Después de esos sucesos, el ojiverde se sintió culpable, pensó en entregarse, en admitir las consecuencias de sus actos, sin embargo nadie lograría entender lo profundo de su cabeza, lo difícil que era lidiar con aquellas voces y lo doloroso que podría llegar a sentir que tus pensamientos son tu peor enemigo y tu eres tu peor verdugo... El más cruel.

Y allí estaban de nuevo aquellas voces, recordándole lo débil que era, lo inútil e insuficiente, y allí estaba también esa ira que había sido el único sentimiento que lograba atenuar los intentos de aquellas voces por hacerlo caer.

Así que el calló, y decidió seguir con su plan, en toda su vida había tenido que lidiar con su cabeza que solía ser su peor enemigo, y lo peor era que jamás podría separarse de ella, siempre había pensado en el suicidio pero de nuevo las voces lo detenían, recordándole que no era ni lo suficientemente valiente para acabar con su vida

A veces los pensamientos hieren más que la más afilada navaja contra la piel y eso sólo lo sabía saga de geminis.

Nunca pudo confiar en nadie para decirle lo que pasaba con el y con sus pensamientos, ni siquiera con su mejor amigo, tenía miedo al rechazo, ala burla, al deshonor...

Así que se propuso a solucionar sus conflictos el solo, al fin y al cabo las personas van y vienen y al final del día te encuentras solo, y tu única compañía es tu cabeza.

El siempre fue muy solitario por lo que su semblante serio y su actitud fría se volvieron su fachada, su barrera, si no podía vencer a aquellas voces, al menos las callaria.

Se propuso demostrarles a ellas y a él mismo que no era nada de lo que ellas afirmaban, se volvió manipulador, frío y calculador, fue cegado por la codicia de poder y la gloria y placer temporal que sus acciones perversas  le concedian.

Se volvió poderoso, muy fuerte e inteligente y logró acallar aquellas voces, pero esto sólo fue temporal...

En las noches se encontraba en su cama, dos hermosas doncellas dormían a su lado, ambas tan frágiles y tan delicadas, el las observaba y solo pensaba en lo inútiles que podían ser, siempre trataban de complacerlo pero a pesar de darle placer, el no se sentía satisfecho, siempre algo faltaba.

Y se encontraba allí, de nuevo sumido en sus pensamientos y recuerdos, a veces sentía ira de escuchar de nuevo aquellas voces y a veces sentía tristeza al no escucharlas, al sentirse solo con sus recuerdos y las consecuencias de sus actos.

Era en esos momentos que decidía ir a su templo, lugar donde pasó su niñez y adolescencia, acompañado solamente del silencio y la soledad, y era allí donde volvía a ser el mismo, donde todas esas fachadas se desmoronaban y volvía a ser aquel joven que anhelaba tener una vida plena, servir a su diosa con honor, amar y ser amado...

Amor... Esa era una palabra sin sentido para el, nunca lo había experimentado y siempre le había parecido algo estúpido, como alguien puede amar a otra persona?, no lo entiende si los seres humanos son tan despreciable... El ha aprendido a usar a las mujeres, a sacar provecho de ellas, placeres carnales que es lo que a veces la gente confunde con amor.

Pero el sabe que no siente nada por ellas, ni nada por nadie, y eso hace parte de su barrera, evitar los sentimientos por que... El que siente es débil y es vulnerable y el no tiene derecho a permitirse ser así. El debe ser perfecto, no tiene derecho a equivocarse por que el mismo es su juez y su verdugo.

Sin embargo, aunque el no lo quiera aceptar, si sintió amor, amor de hermano por su gemelo, amor de amistad por aioros y amor de admiración por su maestro, y son esos sentimientos los que lo mantienen despierto y lleno de tristeza y culpa las noches que decide ir a su templo.

El joven sale de la tercera casa del zodiaco y sube a paso lento hasta llegar a sus aposentos, allí se quita la pesada bata que lleva puesta para evitar que descubran su identidad y se recuesta de nuevo en su amplia cama con sus dos doncellas, cierra sus ojos y trata de dormir.

Sin embargo no puede y a las pocas horas se encuentra preparándose para un nuevo día, su cabeza va a mil por hora maquinado planes y creando ideas para lograr sus cometidos.

Sin embargo hoy es un día diferente, el se siente confundido al ver a una caballero de plata frente a él, y más aún pidiéndole una misión que para él podría resultar beneficiosa, sin embargo sabía que era una misión suicida.

Le causaba curiosidad los motivos de la joven y no pudo evitar quedarse perdido en la belleza de ella, no se comparaba con las doncellas que lo servían.

Ella era diferente, era hermosa pero fuerte, era delicada pero en sus ojos se veía firmeza, era todo un enigma y el en su búsqueda de darle sentido a su existencia, le encantaba cualquier tipo de reto.

Por lo que le causaba curiosidad saber todo lo relacionado con las razones de la joven para hacer aquella solicitud, así que al escuchar el nombre del caballero de leo entre sus razones, su curiosidad se incremento, esto teniendo en mente siempre su propio beneficio, era egocéntrico y egoísta y no tenía ningún reparo en ocultarlo.

Y allí se encontraba ahora, mirando fijamente a los ojos verdes del caballero de leo, el cual estaba hecho una furia al ver que el había decidido enviar a la joven caballero a aquella misión, Saga trató de descifrar lo que pasaba por la cabeza de aioria pero no pudo, veía en sus ojos furia, preocupación, culpa, y algo más... Pero no podía descifrar que era.

Y no sabía que era por qué era algo que él desconocía, era amor... Algo que era inútil para el, así que soltando una pequeña rísa entre dientes dio la sentencia.

—caballero de leo, voy a perdonar tu insolencia pero no olvidaré tu atrevimiento, ahora te iras a tu templo y obedeceras mis ordenes, por las buenas o por las malas...

El rubio aumenta de nuevo su cosmos y de nuevo sus compañeros lo detienen

—Aioria... Calmate - le dice el caballero de la sexta casa, Shaka de virgo —con esto solo estas causando que el la castigue a ella, sabes que el sabe como tocar a las personas donde mas les duele, y no es en su cuerpo físico, si no es lastimando a aquellos que viven en sus corazones, piénsalo - le dice el joven, siempre tan sabio y tan certero con sus palabras.

El ojiverde suspira pesado y algo derrotado, dándole la razon a las palabras de su amigo, decide calmarse no por su propio bien si no por el bien de ella, de _______.

Saga suelta una risa interna al ver al caballero de leo, definitivamente los hombres eran débiles y eso solo lo llenaba de orgullo al creerse intocable ante eso que la humanidad llamaba sentimientos.

—así está mejor caballero de leo... Ahora larga te - sentencia el peli azul con autoridad —y tu _______, prepárate, partiras mañana mismo. - dice para luego indicar con un ademán que todos se retiraran y volver a la soledad que no sólo lo acompañaba físicamente si no en su interior. Era un hombre solo y vacío...

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Hola, perdón la demora, se que siempre me disculpo pero tengan la seguridad que terminaré esta historia, algún día, agradezco sus opiniones y comentarios, son muy importantes para mí, espero les guste este capítulo, las quiero mucho