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capitulo 19 - Parte 2

Tercera persona POV

La joven voltea a ver al caballero de escorpio y aún con lágrimas en sus mejillas le toma la mano

—no Milo...no vale la pena -dice en un susurro pero lo suficientemente alto para que el lo escuche.

El joven caballero voltea a verla y frunce el ceño, al verla así, lágrimas en sus ojos, sus mejillas sonrojadas y esa mirada que solo contenía tristeza...siente aún más furia, así que sin más, se suelta suavemente de su agarre y camina con paso firme hasta la entrada.

—¡Aioria de leo, sal ahora mismo! -dice gritando el caballero de escorpio mientras un pequeño aura dorado cubre todo su cuerpo.

Luego de unos segundos el caballero de leo sale, su expresión seria mientras sus ojos fijos en el caballero de escorpio.
—Que quieres Milo -dice en un tono tranquilo pero amenazante.

Ella los observa desde unos escalónes más abajo, se sentía como una niña que la tienen que defender del chico malo de la escuela, quería subir y gritarle a Aioria, golpearlo, quería que sufriera por lo que le había hecho pero a la vez...no quería hacerle daño, no quería lastimarlo, ella a diferencia de el, si lo amaba y jamás haría algo para herirlo, por más de que a él poco le importará pisotear su corazón a cada oportunidad que tenía.

El caballero de escorpio sin dudar se acerca y le da un puñetazo con todas sus fuerzas mandandolo directo a una de las paredes del templo, su majestuosa capa se mueve mientras se acerca peligrosamente a el y le toma del cuello.

—fue lo primero que te dije Aioria...que no la lastimaras...que si atrevías...te iba a matar...y sabes que cumplo mis promesas -dice el ojiazul mientras apretaba su agarre en el cuello del rubio.

El caballero de leo lo miro fijamente a los ojos mientras llevaba sus manos al antebrazo de el —jamas...quise lastimarla -dice con la voz entrecortada debido a la presión en su garganta.

Milo gruñe al escucharlo —eres un maldito mentiroso -dice dándole un empujón contra la pared tan fuerte que está se comenzó a agrietar.

El ojiverde no quería defenderse, sabía que había hecho muchas cosas mal y sentia que no tenía el derecho de hacerlo.

Ella los observa y una lágrima baja por su mejilla, la limpia con su mano y sube corriendo hasta llegar con ellos.

—Milo...suéltalo... -dice acercándose lentamente, el poder que emitía el caballero de escorpio era demasiado fuerte, y si no tenía cuidado la enviaría volando por los aires.

El voltea a verla y frunce el ceño —vete...es peligroso que estés aquí -dice aún sin aflojar el agarre el el caballero de leo

Ella niega y se acerca un poco más, lo suficiente para tomar su otra mano que estaba formada en un puño, tan fuerte que sus nudillos eran blancos, ella toma su manos entre las suyas y la comienza a acariciar con sus dedos suavemente.

—Milo...sueltalo...déjalo ir...por favor -dice suavemente tratando de persuadirlo. El por su parte la observa y luego mira al ojiverde
—mirala....¡mírala ahora! -dice furioso a lo que Aioria dirige su mirada a la joven, ella lo observa con tristeza.
—Esta chica ha estado contigo desde niña, te defendió de todos y de todo cuando tu hermano no estaba, te cuido, te protegio,ha estado para ti desde el día que se conocieron, ella siempre ha dado todo por ti, siempre te pone a ti antes que a ella misma, ella daría su misma vida por ti... mírala...y a pesar de todo ¡Tú! Maldito idiota! -dice golpeándolo de nuevo contra la pared —tu no haces más que lastimarla...incluso ahora...con su corazón hecho pedazos...está aquí... arriesgandose, pidiéndome que no te haga daño...¿Puedes creerlo? -dice soltando una risa sarcástica —esta jovencita es un tesoro el cual tú no sabes ni nunca sabrás valorar...y no te voy a matar...pero no por ti...si no por ella, por qué se que eso le causaría dolor, y yo a diferencia tuya...no sería capaz de hacerle daño -dice finalmente el caballero de escorpio mientras suelta su mano del cuello del rubio quien cae sentado al suelo tosiendo fuertemente.

Ella lo observa y suelta un suspiro de alivio, mira a Milo y le sonríe levemente en agradecimiento mientras da unos pasos hacia Aioria y se agacha a su nivel, suavemente levanta su mano y la lleva a su mejilla, le acaricia suavemente el pómulo donde ahora hay un moretón y le limpia con cuidado un poco de sangre que sale de su labio, el la observa sin decir nada.

—perdoname Aioria...por no se lo suficientemente buena para ti...perdóname por insistir y por estar siempre ahí... molestandote...ahora se que tu nunca me amaste ni me quisiste...pero está bien...una persona no puede obligar a otra a que la ame, y yo soy la culpable por tratar de despertar en tu corazón algo que no existe -dice poniendo su mano en el pecho de el donde su corazón latía rápidamente

—Perdoname Aioria...de ahora en adelante no te molestaré jamás...y aunque sé que no lo harás igual te lo voy a pedir...no me busques, si algún día te sientes triste, te sientes solo, te sientes furioso...por favor no me busques, debes encontrar a alguien que haga eso por ti, que te consuele cuando estés triste, que te haga reír y cocine un pastel para ti cuando te sientas solo y que te susurré y acaricie tus cabellos cuando estés furioso por qué yo...ya no puedo hacerlo...y no por qué no quiera...si no por qué eso no es suficiente para ti... -dice la castaña con lágrimas en sus ojos mientras un sollozo escapa sus labios.

—Adios Aioria...-dice ella mientras se intenta levantar pero el sube su mano y agarra la de ella evitando que se ponga de pie
—No te vayas...por favor -dice el caballero en tono súplicante, sus ojos verdes brillaban con lágrimas que amenazaban por salir, ella lo observa y por unos segundos siente tentación...de quedarse con el...de lanzarse en sus brazos y curar todas sus heridas... pero no...no lo haria.

—lo siento Aioria...no puedo -dice soltandose de su agarre mientras levanta la mirada para ver a Marín, ahora vestida, que salía corriendo en su auxilio, la castaña le dedica una última sonrisa al caballero de leo
—Ahi viene tu princesa caballero... -dice con una media sonrisa mientras se acercaba a Milo y le tomaba la mano dejando caer ahora esas lágrimas que parecían que jamás se acabarían, el ojiazul voltea a ver y dándole una última mirada de odio al caballero de leo comienza a bajar las escaleras con ella, ella decide no mirar atrás, no se siente lo suficientemente valiente como para ver aquella escena.

Por su lado Aioria tiene su mirada fija en ella, poco le importan sus heridas físicas y no escucha lo que su novia le dice, todos sus sentidos están enfocados en ella, en el danzar de sus cabellos y en el bailar de su caminar mientras se alejaba de el.

—Mi princesa...eres tú -dice en un susurro mientras observa a la castaña alejarse cada vez más.

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Aqui esta parte 2 jajajaja de hecho....creo que habrá una parte 3 de este capítulo jajajaja no me cupo y si lo ponía quedaba muy largo... Así que la próxima semana publicaré otra vez

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