Hoy amaneci con los ánimos por el suelo, con muchas ganas de solo tirarme a llorar, el recuerdo que tuve por la noche no me permitió descansar, intenté no pensar en ello, pero obviamente que no funciono, puedo decir que desde que me mude de casa de mis padres mis ánimos han ido creciendo, y no, no es porque este lejos de ellos, claro, todo adolescente desea con irse y estar lejos de sus padres, y es algo que en algún momento u otro va suceder, porque es cuestión de crecer, de surgir, pero también cuando hay mucha alegría y paz en la familia es increíble permanecer ahí, y bueno ese no fue mi caso. Hay días en los que me digo que estoy superando aquello que me sigue atormentando y aunque son pocas las veces en las que puedo decir que me encuentro feliz, cuando lo hago es porque es así realmente, pero la mayoría de los momentos que irradian alegría, suelen ser pasajeros, algo de momento, que, cuando te das cuenta de ello, deseas a ver disfrutado cada pequeño detalle.

Hoy desafortunadamente me tocó uno de esos días que despiertas y deseas no haberlo hecho, días en los que te cuestionas tu existencia, y te haces tantas preguntas, sabiendo que no obtendrás ningún tipo de respuestas, sintiéndote cada vez con más frustración. Y es que odio sentir un gran vacío, odio sentir tanta soledad en mi, aún sabiendo que tengo personas que les importo, pero es algo que no se puede evitar, no se pueden evitar este tipo de momentos que hacen sentirnos vulnerables ante cualquier cosa. Desde que llegué a esta ciudad he tenido mis sube y baja, pero estoy consciente de que, una de las razones por la cual también quise estar lejos de casa fue para olvidar, aunque fue un gran error pensar que, estando en otra ciudad olvidaría todo lo que pasó, claro, puedo decir que, estar en otro ambiente me ha traído mucha tranquilidad, con ello haber conocido personas, pocas, pero me siento bien de que así sea, es bien decir que tú círculo de amigos es muy reducido, y aún más cuando son esas personas la causa de que han sido varias ocasiones en las que he sentido una felicidad plena, en la que ya no me mortifico tanto por el pasado, dónde solo me importa disfrutar y vivir.

Solo han pasado dos horas desde que estoy en la universidad, no le he prestado ni la más mínima atención a ninguna de las dos primeras clases, lo peor es que en ambas materias tendré exámenes para esta semana. Vaya Annie, lo estás haciendo increíble nótese el sarcasmo. Al llegar saludé a Sansa y Hadab, ella ha notado mi apariencia de zombie y me hizo prometerle que luego habláriamos de ello Uuh no creo que pueda Sansa, y este último me dió un abrazo, si señores, el señor misterio me ha dado un abrazo, seguramente si tengo un lugar en lo más profundo de su corazón. Después de eso les pregunté por Austin y no supieron que decirme, solo lo que ya sabíamos, que estaba ausente, casi no se la pasaba con nosotros, pero el seguía diciendo que todo estaba bien.

                           ● ☆ ●

Es la hora libre, y me encuentro dirigiendome a la cafetería, podré estar triste y todo, pero mi estómago está muy enojado, ya que está rugiendo mucho, creo que debería colocarle mini leoncito, y es que salí sin siquiera comer un pan tieso, salí totalmente como una loca, despeinada, aunque eso es muy normal en mi cabello, es muy rebelde y esponjoso, colocandome solo unos jeans, que por cierto eran de papá y yo hice maravillas, junto a una camisa con su respectivo logo de una banda, específicamente de AC/DC Uuf re buena, tampoco me preocupe por colocar algo de maquillaje en mi, en conclusión si parezco un zombie.

Llego y veo la fila que hacen los demás alumnos, para la comida gratuita, veo a las señoras que sirven la comida que dan aquí, siendoles sincera prefiero comer arepa tiesa, que la comida de acá, no es por nada, pero siquiera entra en la clasificatoria de "sabe más o menos". La primera y última vez que comí algo que dan gratuitamente aquí fue "pollo con ensalada y papas", lo comí porque mi estómago estaba mega furioso y porque Austin me reto, acepte porque vaya, ¿Que tan mala podría ser la comida de la universidad?. Pues.. diré que al instante ya estaba amistosa con el baño, y no solo ese día, estuve como una semana como un pato, soy muy sensible con mi estómago. Paso de largo dejando a las señoras con cara de amargadas, y voy al mini cafetín que también está en este lugar pero desde luego que no es gratis, al menos hay comida decente. Me acerco a observar que puedo pedir para calmar a mí furioso estómago y de inmediato una chica muy linda y siendo muy amable me atiende, debe tener más o menos mi edad, ella comenta que mi camisa es genial y de ahí conversamos un rato, luego pasamos a hablar sobre lo horrible que es la comida de la cafetería principal y desde que llegué rei con ella genuinamente, me dijo que tenía flow y le encantaba mi cabello, con eso tras compartirnos nuestros números me voy alegre con mi comida a una de las mesas que quedan vacías y muy lejana de toda esta gente, tomo asiento y no espero para devorar la lasaña, que por cierto está re buena, no puedo evitar hacer un sonido de deleite.

— Decidí ser buena persona y sentarme justo aquí, contigo — reconozco esa voz y nada feliz dejo de comer mi lasaña, para verlo frente de mi —. Debes aprender a comer, mira como te manchaste toda de salsa.

— Oh, la generosidad abunda en ti. — digo rodando mis ojos —. Empiezo a creer que de verdad no me odias, Hadab — tomo una servilleta y la paso por mi boca rústicamente limpiandome —. O soy tu última opción, ¿Acaso no querías comer solo?

El ríe negando.

Uy, pero que raro anda don misterio.

— Joder y yo empiezo a creer que realmente te has tragado un loro.  —dice mientras empieza a comer un trozo de pastel, Uuh está compartible.

No le respondo, no tengo ganas de tener una estúpida discusión, así que me concentro en mi lasaña, el hace lo mismo con su pastel y es inevitable soltar.

—¿Puedo probar?

—  ¿Eh?

— Que quiero probar — Hago un intento de decir ya que tengo la boca llena de lasaña.

— Dime. ¿Específicamente que quieres probar?, Annie. - Me pregunta colocando ambos codos sobre la mesa y une sus manos mirándome con aire divertido.

— ¿Que estás pensando tu?. ¡Oh Dios eres un perverso! — Hago el intento de lanzarle una servilleta, y digo intento, porque, esta no agarra vuelo y termina por caer en mi pobre comida.

— Aquí la perversa eres tú, Lorita, por mi mente no ha pasado ese tipo de pensamientos — entonces el sonríe de una manera terrorificamente sexy —. Pero si tanto quieres probar, podría hacer un espacio para ti en mi agenda.

¡Vaya vaya!

Que hemos descubierto aquí.

Ladeo mi cabeza viendo dirección a la puerta de la cafetería con extrañeza, luego vuelvo a dirigir mi vista a el enarcando mis cejas.

— ¿Estás seguro que no te secuestraron los aliens y te intercambiaron y ahora eres una masa mucosa que dice ser Hadab? — suelto oprimiendo una risa burlona.

Me ve con cara de pocos amigos.

— En todo caso, Lorita, tu pregunta es muy absurda, si fuese "una masa mucosa", no te lo confirmaría — dice enrollando y lanzandome una servilleta que si llega a su destino, osea, mi cara.

Activando modo drama.

¡AGARRENME PORQUE LO MATO!

Me está sacando de mi casillas.

Respiremos, ¿como era?

Ah sí, Inhala, exhala.

Se levanta y se va... Nah mentira se queda mirando a la masa mucosa, en efecto sería una masa muy sexy, ruar.

Ya estando a punto de decir mi sabio y muy maduro insulto, me distraigo olvidando completamente lo que estaba a punto de soltar, cuando dirijo mi mirada detrás de Hadab, observando a la persona que se ve malditamente sexy comiendo una banana.

No sabía que eso era posible.

—  Hola pequeña Ann — dice y dirige su mirada a mi acompañante no invitado, que, de repente cambio su semblante a ser modo serio como de costumbre.

Ja, yo sabía qué ese humor repentino de Hadab no iba a durar tanto.

—  Oh, hola a ti también, ¿Quieres? — dice ofreciéndole la banana a Hadab y en ese momento olvido que hoy vine modo triste, porque me es inevitable estallar en carcajadas.

Noto que ambos me miran sorprendidos, Marcel me mira con una pequeña sonrisa, mientras que Hadab.. uuf, si las miradas mataran ya estuviera degollada. Marcel se acerca y me da un beso en la mejilla, y no puedo evitar sobresaltarme ya que estos actos de cariño me sorprenden.

— ¿Recuerdas lo que te dije en nuestro último encuentro? — Me dice y Hadab me ve elevando sus perfectas cejas, yo por mi parte vuelvo a observar a Marcel con desconcierto porque eso ha sonado muy comprometedor.

— Como que, "¿Nuestro último encuentro?"  — le pregunto con voz confundida.

Marcel dibuja una sonrisa torcida en su estúpidamente perfecto rostro.

Que me pasa con los halagos hacia estos chicos.

Bueno chica, no eres ciegas solo admiras la belleza que les otorgó Dios. Dice mi subconsciente.

— ¿Tan rápido se te olvidó? — me dice de forma.. ¿seductora?

De repente escúchamos un carraspeo, pero, ese era el, CARRASPEO, viniendo de parte de Hadab, oh, había olvidado su compañía con todo este enredo de Marcel.

Marcel lo ignora y no titubea al preguntarme.

— ¿Te veo en la salida? — Y como si eso fuera revivido la voz de Hadab el responde robando la atencion de mi otro acompañante.

— Annie, a la salida hablaremos con Austin.— me ve seriamente y el nota mi cara de "Wtf", porque osea, no hemos planeado hablar con Austin, entonces el repentinamente me da un golpesito por debajo de la mesa con su pie. ¿Se supone que me ayuda a un plan de escape?.

¿Yo quiero un plan de escape?.

Marcel lo vuelve a ignorar y me mira esperando una respuesta, veo de el a Hadab que me observa con intensidad, ahs, ¿Y si realmente quiere que hablemos con Austin?. Tal vez para eso se acercó. Aunque me da mucha curiosidad de ir con Marcel, decido tomar una sabía decisión.

— Ehh.. Marcel, bueno, ya sabes, hablaremos con mi amigo, Austin — Suelto cosas que siquiera se que estoy diciendo —. Así que..

—  No podrá hoy. — Dice Hadab despreocupado. Lo fulmino con la mirada y el solo me ignora.

— Si.. eh, ya tenía planes. — Uy pero que mentira —. Supongo que para otra oportunidad. — digo levantándome para esta vez literalmente irme —. Nos estamos viendo.

Me voy a paso apresurado sin esperar respuesta, dejando a mis dos acompañantes no invitados atrás, salgo de la cafetería dirigiendome a la próxima clase.

                          ● ☆ ●

Luego de tomar todas las clases que faltaban me dirijo a la salida para irme a mi querido apartamento, necesito descansar. De repente siento una vibración que proviene de la parte trasera de mi pantalón, saco mi teléfono del bolsillo y veo que tengo una llamada entrante de Brinny.

Descuelgo la llamada.

—  Hola Bri ¿Todo bien, todo correcto? —  le digo mientras tomo el camino.

— Y yo que me alegro, Nyn — responde efusivamente.

Y dale con el bendito apodo.

—  ¿Recuerdas esos días dónde estábamos locas por los vídeos de Auron Play?

— ¡Como olvidarlo! aún lo amo.— De repente escucho algo romperse seguido de una maldición de parte de Brinny.

— Oye Bri ¿Dónde estás?.

— En tu apartamento ¿Porqué?  — dice de manera relajada —. Por cierto se cayó un plato. ¿Ya vienes?

Ay dios.

¿Como conchales entro en mi apartamento?

Ah sí, yo le di una copia de mi llave. Jeje

Decido colgarle, siendo ese un acto muy maduro de mi parte, guardo mi teléfono y en eso escucho un chirrido y me sobresalto con el sonido, veo a la pinche moto y ya mis alertas para correr por mi vida estában por activarse, cuando nada más y menos veo que, quien la maneja, es masa mucosa, conocido como don misterio.

—¿Podrías haber esperado? — dice de manera odiosa —. Súbe rápido.

— ¿Que?, Yo no subiré a esa cosa —  me cruzo de brazos.

— Anda Annie, tampoco es que voy a darte un Tour por toda la ciudad. — rueda sus ojos —. Realmente necesito hablar contigo sobre Austin.

Me interesa mucho saber que tiene para decirme, ya que se trata de mi mejor amigo, y aún más cuando no vino hoy a clases. Termino por acceder pero con una condición..

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— No puedo creer que te hiciera caso — dice refunfuñando mientras lleva su moto rodando, si, le pedí que si quería que habláramos, fuéramos a mi apartamento caminando.

Inserta risa maliciosa.

Al llegar, le digo que subiré mientras el busca dónde estacionar su moto, Aun me sorprende lo extraño que estuvo el está mañana en la cafetería, fue muy raro.

Subo las escaleras llegando a mi destino, introdugiendo con pereza la llave en la cerradura, abro la puerta con pesadez y no esperaba encontrarme con lo que mis ojos ven, y es a Brinny bailando salsa con la escoba, con el estéreo a todo volumen, en conclusión limpiando mi humilde apartamento y la verdad no le quedó nada mal.

Me dirijo hacia ella y le toco el hombro ya que estaba de espalda a mi, ella se sobresalta y se voltea de inmediato.

— Y yo que pensaba que no ibas a aparecer. — me dice con una sonrisa —. Ven pasa, sientete como en tu casa—  y eso me da gracia ya que es mi apartamento, nos dirigimos al sofá y en ese momento me pregunto dónde se metío la masa mucosa y entonces escucho como tocan la puerta.

Lo llame mentalmente.

Bri mira de la puerta a mi, y decide por sentarse, y yo que pensaba que ella sería la que abriría la puerta ahs. Me levanto, dirigiendo mis pasos perezosos para abrirle la puerta a la masa mucosa.

— ¿Que onda? cuánto tiempo sin verte — me la doy de graciosa, pero el me ignora y pasa como si fuese su casa haciéndome de lado, cierro la puerta y cuando volteo para ir donde se encuentran ellos, me doy de cuenta que Hadab se quedó paralizado con la vista fija a medio camino, está viendo a Brinny, ella se da cuenta de su mirada y lo ve con estado de sorpresa sin apartarle la mirada.

Raro.

— ¡Chico ardiente! Wow, ¿Tu qué haces aquí? — le pregunta a Hadab con curiosidad.

Hadab por su parte no le dice nada y yo estoy más confundida que nunca.

— ¿Se conocen? — pregunto en medio de ambos, tipo reallity.

— Si.

— No.

Sueltan al mismo tiempo.

Y pensar que mi mañana empezó triste y ahora está transcurriendo con muchas confusiones.