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Jugó con sus manos antes de entrar a su casa, suplicó mentalmente que sus padres no estuvieran, se mordió la lengua y tragó saliva corriendo la puerta despacio.
—E-estoy en casa—murmuró tan bajo que esperaba nadie le escuchara.
Se quitó sus zapatos dejándolos en la entrada y entró en silencio queriendo escabullirse a su pequeña habitación.
—Yuuri.
La voz de su madre le hizo temblar, bajo la cabeza y retomó el camino a la sala. Sus padres estaban ahí y su profesora, Minako, quiso abrazarse y esconderse detrás de la mujer, ojalá no fuera lo que estaba pensando.
—Siéntate—pidió su progenitora con una fingida voz suave.
Él hizo lo que ordenó, intentando no quejarse por su cuerpo adolorido.
—La maestra dice que tienes problemas en la escuela, que tienes golpes y te aíslas, ¿está todo bien? —preguntó su padre, con la mirada tan firme y fija en él que sentía la amenaza directa.
—Sí...solo...no me he sentido bien, no pasa nada—murmuró con la voz más calmada que tenía.
—Yuuri, ¿estás seguro? —preguntó Minako inclinándose a él. —No tengas miedo, no te pasará nada si nos dices, ¿hay alguien que te molesta?
—No, maestra, todo está bien, de verdad—sonrió levemente con la mirada en sus manos. —Gracias por...preocuparse, pero no pasa nada en verdad.
La mujer hizo una mueca, sabía que mentía, lo notaba en la forma en que le evadía y tenía una idea de lo que pasaba, pero no quería ser tan directa.
—Está bien—sonrió fingiendo tranquilidad. —Perdonen entonces las molestias, estoy suponiendo cosas sin sentido—se inclinó en forma de disculpa y se puso de pie. —Me retiro ahora—dijo tranquila, aunque no se iba a dar por vencida con eso. —Con permiso.
Yuuri cerró los ojos y quiso suplicarle que lo llevara con ella, en cuanto cruzara la puerta del jardín sería castigado. Escuchó cuando sus padres se pusieron de pie y después la mano de su padre le tomó del brazo, intentó zafarse jalándose, pero el agarre era tan fuerte...sus ojos se llenaron de lágrimas y se quejó cuando su cuerpo tocó el suelo de su habitación.
Gateó tratando de llegar a la esquina a esconderse, pero sintió el agarre en su tobillo para jalarle de regreso, cayó al suelo de nuevo cuando sintió el golpe en su espalda y contuvo un jadeo adolorido, las lágrimas se desbordaron de sus ojos y trató de huir de nuevo.
—P-por favor...no—murmuró entre sollozos, su espalda ardía y estaba seguro que le habían abierto la piel de nuevo.
— ¡Le contaste a esa mujer! —otro golpe y comenzó a sentir la sangre bajando por su espalda. — ¡Omega estúpido! Siempre has sido una molestia para nosotros.
—P-papá...lo siento...
Las manos de su padre rodearon su cuello y comenzaron a apretarle, Yuuri trató de quitar sus manos arañando sus muñecas, le faltaba el aire y pateaba intentando de alejarlo, murmurando cosas inentendibles y pedidos muy bajos de ayuda.
— ¡No lo mates! —escuchó el grito de su madre y de inmediato les separó.
Su cuerpo cayó débil en el suelo y jadeó intentando recuperar el aire.
—Déjame.
—No seas estúpido—le reprendió alejándole más. —Si lo matas sabrán que lo golpeábamos.
—Quiero librarme de él de una vez, si dejamos que siga con vida solo nos traerá más problemas.
—Míralo—le dijo señalando al niño de casi catorce años, su ropa estaba rota y llena de sangre, su cuerpo estaba tan delgado por la falta de alimento y en las heridas casi podían notar sus huesos. —Es la imagen de la muerte, echémoslo y que muera en el frío, así dejará de ser nuestro problema.
El hombre pareció meditarlo haciendo una mueca, su cuerpo aun temblaba de rabia y quería seguir golpeándolo, pero su esposa tenía razón, mejor deshacerse de él con vida y decir que huyó por rebelde si alguien preguntaba. Tomó aire despacio tratando de calmarse y asintió. Señaló a Yuuri que apenas podía verle entre los cristales rotos y lo vio con el odio en la mirada.
—Tienes diez minutos para sacar todo lo que puedas de aquí, si en diez minutos no estás afuera de esta casa te mataré—la advertencia fue clara y ninguno de sus padres se esperó a verle guardar todo.
Yuuri trato de levantarse con el cuerpo temblando y aguantando el ardor en su piel, tomó la maleta más grande que había en su habitación y echó la poca ropa y pertenencias que tenía, era incluso tiempo demás, le dio tiempo de bajar buscando el cajón que escondía en la sala con dinero ahorrado, sabía que eso le serviría algún día. Se puso la única chamarra que poseía, despacio para intentar no tocar sus heridas, y salió con prisa del lugar con la mochila en la mano, morir afuera de hipotermia o morir en su habitación a manos de su padre...ninguna opción sonaba viable...pero era mejor tomar la única salida que tendría, aunque no tenía idea de a dónde ir.
Observaba a la nada intentando pensar en alguna opción para él, era un frío noviembre, tenía trece años...y estaba solo.
-/-
Se quejó mientras limpiaban sus heridas, sus manos estaban apretadas en puños y trataba de no llorar, pero dolía mucho y el doctor decía que la anestesia le haría daño en su estado.
—Solo una y ya, aguanta un poco más—le pidió la enfermera, acariciando su cabeza, estaba aterrada con la apariencia del niño.
— ¿Estás seguro que no quieres decirnos como pasó esto?
—N-no lo sé, solo...las tengo—murmuró tratando de no quejarse mucho.
— ¿Quieres que llamemos a tus padres? —sugirió la mujer limpiando su rostro con dulzura.
El menor no contestó, sentía la aguja pasar por su piel y no sabía si ardía más en ese momento o cuando le lastimaron. Suspiró aliviado cuando sintió que vendaba su cuerpo y relajó un poco su cuerpo.
— ¿Cómo me dijiste que te llamas?
—Yuuri—respondió con la mirada baja.
— ¿Quieres que llame a tus padres, Yuuri?
Tragó saliva y negó con la cabeza, mordiéndose la lengua.
—N-no tengo...
— ¿No tienes? —el doctor jaló el banco para sentarse frente a él, haciendo que le viera. — ¿Con quién vives?
—Con nadie—respondió con la voz rasposa, muy baja y forzada.
—Está bien—asintió, era obvio que esas heridas se las había hecho un alfa, pero si el niño no hablaba no había forma de saber toda la historia. —Tienes...infecciones en las viejas heridas, necesitas tratamiento y no te recomiendo que salgas ahora con este frío—se estiró a la bandeja a su lado para tomar una jeringa y un frasco de medicina. —Quiero que te quedes esta noche, ¿bien?
—N-no tengo dinero para pagar todo...solo la curación.
—Está bien, esto es parte de la curación.
Asintió no muy convencido y sintió los brazos de la enfermera rodearle para acomodarle en la camilla, se quejó un poco, pero se sentía mejor y sus brazos estaban tan fríos que no sintió cuando le inyectó la medicina, le daba un poco de pena que le vieran con el cuerpo así.
—Traeré tu cena—la mujer se alejó, saliendo a paso lento de la habitación.
—Yuuri, ¿estás seguro que no quieres hablar de lo que te pasó?
—No sé qué pasó—desvió la mirada.
—Está bien...necesito tu nombre completo para poder hacerte un expediente.
—Yuuri—asintió como si no hubiera nada más que decir, seguramente si los delataba lo encontrarían y le harían daño.
El doctor suspiró y asintió poniéndose de pie.
—Después de cenar trata de descansar, si mañana estás mejor puedes irte.
—Gracias—dijo muy bajo, realmente estaba agradecido. —P-por favor...no le diga a nadie que estoy aquí.
—No lo haré—le aseguró revisando que la intravenosa del suero estuviera bien.
Notó como el cuerpo del niño se relajaba y entonces le vio sonreír, cerrando los ojos, no quería imaginar lo mal que la había pasado. Salió de la habitación encontrándose con la enfermera que llevaba la bandeja entre sus manos.
—Quédate en la habitación toda la noche—le pidió con la voz baja, tendría que pagar él la cuenta de lo que había usado con el niño para que no hubiera rastro de él, comprendía bien el miedo del menor solo viendo sus cicatrices. —Está tan delgado...temo que no amanezca.
—Despertará—murmuró con la mirada baja.
—Si lo hace lo llevaremos a Servicio Social.
La mujer asintió y entró a la habitación, le sonrió al niño que se quitó los lentes, era igual ver con ellos o sin ellos.
—Es algo ligero para que puedas dormir bien, además creo que tu estómago no aguantará algo muy pesado.
Hizo una mueca viendo la taza de té, la gelatina y un sándwich muy ligero.
—N-no había comido en todo el día, gracias—suspiró y estiró la mano sin la intravenosa para tomar el sándwich. —La aguja me duele—dijo viendo a su brazo.
—No te preocupes, es normal—sin borrar su sonrisa se sentó al lado de la camilla. —Come despacio, si sientes que te hace daño entonces puedes dejarlo.
Masticó bien los bocados y aunque quiso hacerle caso había devorado todo, se sentía un poco mejor ahora y su cuerpo estaba realmente cansado, por primera vez en años dormiría en una cama...estaba tan cómoda.
— ¿Tienes frío, Yuuri? —le preguntó dejando la bandeja de lado.
—Un poco...
Ella se puso de pie y rebuscó en el armario bajo la ventana para sacar dos cobijas, cubrió su cuerpo con ellas y le arropó.
— ¿Mejor?
Asintió hundiéndose en las almohadas.
— ¿Qué harás mañana cuando puedas irte? ¿Irás a tu casa?
—N-no lo sé, yo...no tengo a dónde ir.
— ¿No hay ningún lado al que quieras ir?
Yuuri hizo una mueca, pensando bien a donde iría.
—Podría ir a Italia—sonrió ampliamente. —Vi fotos en un libro de la escuela, la Toscana es linda.
Ella asintió, enternecida con su respuesta.
— ¿Y tienes dinero para ir?
—No lo creo...no tengo trabajo y mi dinero es muy poco...
Acarició el dorso de la mano del niño y le ayudó a acomodarse mejor en la cama para dormir.
—Te propongo un trato, Yuuri.
El pequeño omega le vio interesado y un poco confundido.
—Si tú eres buen niño y te quedas aquí hasta que tu cuerpo esté mejor, te compraré el boleto para que vayas a Italia, ¿está bien?
— ¿De verdad? —preguntó asombrado.
—Por supuesto...pero tendrás que aprender italiano mientras estés aquí, ¿trato?
—Sí, muchas gracias.
—Eres un buen niño, Yuuri—apagó la luz y encendió la lámpara junto a la camilla. —Ahora duerme, estaré aquí si necesitas algo.
Asintió y suspiró cerrando los ojos, no pasó mucho tiempo para que su cuerpo cediera y se quedara dormido, la mujer solo podía preguntarse cuanto tiempo llevaba así.
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bueno, he aquí el primer cap :) es corto porque es un poco la introducción...y...no me hago responsable de lagrimeos, sollozos y bebidas con cloro(?) xD espero no haberme pasado con ustedes...pero bueno...es angst xD...no hay mucho que decir xD me aburro sola en mi casa y me duele la cabeza, mañana el ultimo cap de Consecuencias :) espero que no me maten por este cap xD
Les loveo :3
Rave~
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