El nuevo libro yacia en sus manos, en una semana salía a publicación.

-Es hermoso.

-Si. Le decía que el lanzamiento será en Hokkaido.

-¿Por qué tan lejos?

-Decision de los altos mandos. Viajes por varias prefecturas hasta regresar aquí.

-Ya veo- se cruzó de brazos -. Sería interesante ¿Puedo conocer los lugares?

-Si. Está contemplado 5 días por prefectura. Dos de nosotros viajaremos con usted. furihata-san.

-Comprendo. ¿Cuándo comenzamos?

-en tres días. El sábado tenemos que estar en Hokkaido.

-Bien. Dejaré todo listo.

Después de 5 minutos abandonó la editorial, y se dirigió a casa.

Al llegar todo estaba silencio, ya tenía un año viviendo solo.  Extrañana la compañía de su ex esposo, aunque a veces se reunían cada dos meses. Se alegro al saber que había conocido a una mujer de su edad y que al parecer era mutuo. Esperaba que si..quería que Susuki-san fuera feliz.

¿No has conocido a nadie?

Había respondido que no, que no tenía interés.

¿No has pensado en tener un hijo?

Aquella pregunta lo tomo por sorpresa o  no tanto. Antes de divorciarse había pensado decirle que de verdad quería tener un hijo suyo, pero no dijo nada por no ser egoísta. 

La idea había pasado varias veces por su cabeza.

Aunque no sabía si podía ser padre soltero.

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Aquel pensamiento no le había dejado tranquilo el resto de la semana y el viaje, cuando se dió cuenta ya estaba en Hokkaido.

Llegaron por la mañana, tuvo oportunidad de recorrer el lugar y tomar fotografías, talvez podía utilizarlas para su siguiente libro.  Por la tarde se dirigieron a la sucursal por el lanzamiento.

Su editor le observó -¿Por qué cambia? Furihata-san es muy bello.

Se sonrojo -. Prefiero seguir en el anonimato. Así puedo salir libremente.

-Usui-sama ya vamos a comenzar. Por aquí.

Asintió y siguió al del staff, al salir observó la gran cola. Sería una larga tarde.

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Horas antes...

Golpeó su frente con la ventana, seguía sin creer que había sido arrastrado por su primo y amigos.

-Animo Akashi

-Si, seijūrō-kun. Pronto llegaremos .

-Lo sé. Solo quiero saber que hacemos en Hokkaido. Me arrastraron hasta aquí.

-Es el lanzamiento del nuevo libro de Usui-sensei- respondieron al unisono los donceles.

-¿SI sabías que  en Tokio también iba a estar?- cómo se les ocurría hacerlos viajar por un autor.

-Por supuesto. Pero aquí sería la "premier". Y quiero ser de los primero en leer el libro.

Rodo los ojos -. Me lo hubieras dicho y tendría a alguien aquí en la fila desde hace días.

-La tía dijo que no había problemas. Además, nos vamos a hospedar en el hotel.

-Lo imaginé.  Despiértame cuando lleguemos... - eso había dicho pero a Kazunari se le ocurrió cantar.

De mal humor bajo del auto y llegaron al vestíbulo, dónde las habitaciones estaban listas.

Tras descansar 4 horas, se alistaron y  salieron rumbo a la editorial. Al llegar la fila ya estaba grande.

Seijūrō se hizo a un lado ya que él no estaba ingresado , o eso pretendía hasta que fue jalado por su primo -.¿Qué?

-La tía también quiere el libro, así qué..

-Bien. Se formó detrás del peliceleste.

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La dos horas más aburridas de su vida,lo bueno es que faltaban 10 personas para llegar.

Intentó ver al escritor pero no sé distinguía.

Tetsuya pasó y al fin pudo verlo...cabello negro y ojos dorados con toques cafés, labios rosas... Obviamente era un doncel, un bastante bonito.

-Siguente.

Camino hacia el doncel y tendió el libro.

-Gracias por asistir- le sonrió -. ¿ Su Nombre?

-Es para mi madre, Shiori Akashi.

-Oh ya veo. Tiene un buen hijo- escribió la dedicatoria.

Seijūrō observó las largas pestañas y la pequeña nariz, por un segundo sus ojos se encontraron.

El azabache se sonrojo ante la mirada -L-Listo.

-Gracias- seijūrō miró la dedicatoria y miro al doncel -. Se...

-Enano, muévete.

Fruncio el ceño y miro al azabache -. Adiós.

Se acercó a sus amigos y Tetsuya levantó su pulgar -¿Qué?

-Le hiciste sonrojar. Casi te lo comes con la mirada. Si lo haces tu novio  te lo agradecería.

Negó y abandono el lugar.

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Golpeó sus mejillas.
No podía creer que se había sonrojado a causa de la intensa mirada, los ojos rojos fueron impresionantes.  Su cabello negro con mecha rojas fue impresionante, nunca había visto algo igual.

-Usui-sama, le esperan...

- Lo siento-. Se disculpó -… siguiente.

Continuó por una hora más firmando autógrafos, al final salió mega cansando y con hambre.

-¿Qué les parece si vamos a un restaurante?

-Vamos. ¿Qué dice Usui-sensei?

-Vamos. Será divertido.

Media hora después salieron rumbo al restaurante...  Lamentablemente no era un restaurante normal, era bar.

-Etto....

-Es un ambiente muy  tranquilo, sensei. Y créame, si alguien quiere propasarse con usted lo golpearemos.

-bien- entro al lugar.

En ambiente era más bar que restaurante, los guiaron a unas de las mesas del fondo.

A los pocos minutos regreso una camarera, por los que pidió algo sencillo.   Y una bebida sin alcohol.

Estuvo observando el lugar hasta que fruncio el ceño, era un doncel peliceleste, se le hacía familiar.  Estuvo observando hasta que llegue su pedido.

-¿Qué tal le pareció Hokkaido, sensei?

-Bastante tranquilo.

-Lo es.

Platicaron un rato, sus acompañantes estubieron bebiendo en su honor, ya que él no estaba tomando. O eso pretendía hasta que escucho una de sus canciones favoritas, se levantó y se unió a la pista de baile.

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Tetsuya regresaba del baño cuando chocó.contra alguien en la pista -. Lo siento...

- No se preocupe.

Su boca se abrió al reconocerlo -. Usui-sensei.

-Hola- saludo nervioso, ya lo recordaba, era un fan.

-No puedo creerlo, yo...

-Tetsu-chan ya. ..- Kazunari se detuvo y grito todo emocionado.

Usui-sensei se vio arrastrado a la mesa del sus fanes.

-Nee sensei ¿Qué hace aquí?

-Cenando- respondió algo tímido al notar al varón de ojos rojos mirarlo.

-Lo sentimos. Kazunari lo arrastró hasta aquí.

-Esta bien. No sé preocupen- sonrió al peliceleste, el doncel era muy bonito... Pero de algo se le hacía conocido.

-Nene sensei ¿Cuando saca otro libro?- pregunto Kazunari.

-Aun no está en planificado. Acaba de ser publicado éste, así que en unos meses será.

-uhhh

Kōki rio divertido por la cara del pelinegro.

Estuvieron platicando un reto hasta que llegó uno del sttaf.

-Nos marchamos, sensei. ¿Se queda?

-la cuenta...

-Ya por nuestra cuenta.

-Yo.. gracias. Y me voy...

-No, quédese sensei. Un rato más- dijo el azabache, Kazunari.

-Yo...

-Por favor- pidió el peliceleste.

Kōki no pudo negarse ante los dos par de ojos -. Bien.

-yey- celebraron.