
2-El lado positivo
Cuando la delgada pelinegra de 1.58 y piel clara se disponía a soltar sus manos, otras que solo pasaban por el lugar para recoger a un amigo borracho de un bar la sujetaron con fuerza.
Otras manos que lograron evitar que su cuerpo calera al vacío en esa cálida noche de cielo estrellado.
Otras manos que luego se subirla y ver esos ojos que gritaban por ayuda abrazaron a la chica como si la conocieran de toda la vida.
Otras manos que le brindaron el calor que la pequeña Kim Suri tanto necesitaba.
Esas manos no la juzgaron, esas manos la la levantaron y la llevaron en brazos cuando se desmayó, fueron esas manos que le sostuvieron el pelo cuando despertó en un lugar desconocido y lo primero que hizo su cuerpo fue expulsar todo lo que tenía su estómago.
Fueron esas manos que le prepararon una sopa para su estómago dolorido, fue esa sonrisa tierna que la admiraba mientras comía, fue ese cuerpo fuerte que le brindó consuelo en su noche de llanto.
Fue ese corazón de oro que la escucho y aconsejo, fue ese hombre maravilloso llamado Jung Hoseok.
Al día siguiente la pelinegra despertó con dolor de cabeza, pero el castaño ya lo intuía, así que dejó una pastilla y una vaso de jugo a su lado.
Fue con el paso de los días que ella decidió cambiar todo su entorno, fue con la ayuda del hermoso castaño de hoyuelos en las mejillas que ella logró dejar toda esa toxicidad a un lado.
Fue con su ayuda que ella dejó de tomar las llamadas de su amigo, porque si, a pesar de haberse casado el pelinegro aún la llamaba.
Fue con ese hermoso corazón que ella conoció lo que verdaderamente era el amor.
Fue con él con quien debió tener su primera vez, porque luego de ser besada en todo su cuerpo por los labios de un verdadero hombre conoció lo que verdaderamente es hacer el amor.
Porque luego de estar con un hombre que procura tu placer primero y luego el de él es que descubres lo que es ser valorada en la intimidad.
Porque a pesar de continuar con las mismas imperfecciones en su cuerpo no se sintió juzgada o mal vista, solo amada.
Porque fue el castaño quien luego de haberla tomado como suya en lugar de levantarse de la cama e ir con sus amigos como lo hacía el pelinegro, él se levantó y le preparo el desayuno a su amada.
Porque fue el castaño que le pidió vivir juntos cuando descubrió que la amaba tanto como ella merecía.
Porque el no la enamoró con regalos ostentosos los cuales si estaba en la situación económica para hacerle, él lo hizo con ese dulce que le recordaba su infancia cuando aún no era presionaba por sus padres, cuando aún era feliz, él lo hizo con esas salidas al parque a sólo caminar agarrados de mano, dándole así su lugar delante de los demás.
Porque fue él quien le pidió casarse un día 30 de diciembre del 2020 el día de su cumpleaños número 25, en el lujoso restaurante al que la llevó y con el anillo más despampanante que la pelinegra habría imaginado jamás, porque ella lo merecía, y a solo seis meses de conocerse, porque si, para él era suficiente tiempo.
Porque fue suficiente tiempo para ganarse el corazón roto de la pelinegra y curarlo en su totalidad.
Porque fue el que logró esa felicidad de la que ella era merecedora, porque lo merecía.
Luego de vivir una vida para complacer a sus padres como la perfecta hija que debía ser, a su amigo como el tapete que él necesitaba que fuese para el, ahora solo se dedicaba a ser feliz por ella y por el castaño al que llamaba Amor.
Solo se dedicaba a dejarse mimar por el verdadero amor de su vida, y es que ella lo merecía.
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