Minutos de Aire
No estoy seguro de cambiar de oficio
Mi tiempo voy a imaginar.
Noches en blanco, me subo y arranco
La práctica no hace tan mal.
***
Aquella mañana fue una muy agradable y tranquila para Lincoln, era su tercer amanecer solo en casa y a pesar de lo agotador que fue el día anterior debido a todas las labores que debió realizar por sí mismo, estaba bastante descansado gracias a las horas de sueño extra que tuvo. También había perdido la preocupación que su familia le causaba debido a su ausencia, y aunque seguía sin saber cuándo es que volverían y también se sentía algo confundido de que no estuvieran aun en casa siendo lunes, como mínimo sabía que estaban bien y todos juntos. Menos él, claro.
Pero no había necesidad de preocuparse ya, estaba solo en casa por lo que no necesitaba cuidar sus pasos al caminar para evitar hacer ruido y tampoco tenía que preocuparse por ser rápido al bañarse, aunque lo cierto es que igual hizo esas cosas con prisa y cuidadosamente, la costumbre en ello no desaparecería con un par de días solo. Pero estaba bien, no sentía aquel pesado sentimiento de incomodidad ante la idea de encontrarse con alguna de sus hermanas, si quisiera incluso podría ver un rato la televisión antes de irse a la escuela, podría también salir más tarde de casa para no tener que ser el primero en su escuela y esperar sentado en aquellas butacas que aunque no eran incomodas, si cansaban tras algunas horas sobre ellas. Pero lo más importante es que el día de ayer, a pesar de los inconvenientes que eso causo, Lincoln fue hasta el supermercado y compro víveres por lo que esta mañana tendría un desayuno digno y que en verdad saciara su apetito, su madre dijo que lo único que no debía usar era la pasta, la harina y las verduras y queso ya que su padre los usaría para hacer la cena cuando regresen. Y aun cuando en realidad compro muy pocas cosas además de las mencionadas, aun así tenía cierta soltura al momento de elegir que debía prepararse para el desayuno por lo que no perdió el ánimo. Ciertamente era más desalentador pensar en aquellos ingredientes no por tener prohibido usarlos sino por imaginarse el destino de los mismos. Conociendo a su padre, aquellos ingredientes serian usados para cocinar una pasta, pero de alguna manera Lincoln podía imaginar que en realidad seria una pizza, lo cual era extraño, hacia mucho que su padre no preparaba una pizza casera debido a que no le gustaba aquel platillo, le parecía muy simple para sus habilidades en la cocina, pero seguramente Lola o incluso Lori lo convencieron. Todos en la familia aman el sabor de la pizza, y más aun cuando es su padre quien la prepara, y por lo visto seria una pizza de queso ya que compro tres tipos diferentes de este lácteo, pero ningún tipo de carne. Pensar en ello le producía un enorme antojo, pero sabía más o menos como terminarían las cosas con aquella pizza casera, por lo que no tenía expectativas muy altas.
Habiéndolo pensado un rato, sintiéndose abrumado por al fin tener más de una opción para su desayuno, Lincoln opto por algo sencillo y hasta algo humilde, la única comida que todos en la familia amaban a pesar de todos comerla de formas distintas. Tomo un par de huevos del refrigerador, donde los había puesto el día anterior, y se preparo un desayuno sencillo, solo el par de huevos, un no muy agradable sándwich de cajeta y un vaso de jugo de naranja. En realidad era solo medio vaso de jugo de naranja, el día anterior algo emocionado por la oportunidad que su madre le dio para comprar algunos víveres para él personalmente, termino por consumirlos en demasía en un arranque de gula, pero ese medio vaso de jugo sería suficiente para el desayuno. Lo primero que comió fue aquel sándwich de cajeta que tan poco apetito le provocaba, pero cometió el error de abrir aquel frasco el sábado debido a su necesidad de comer algo, por lo que ahora sería su responsabilidad terminar con él, así que hacerlo poco a poco, con un sándwich diario seria la forma más rápida, por mucho que la cajeta no le gustase. Cuando se comió el huevo revuelto, Lincoln se sintió bastante satisfecho, a pesar de no acompañarlo con nada ya que no quería tocar ningún aderezo o salsa en la casa de la misma forma que no quería gastar pan u otro acompañamiento para la comida, y es que no podía recordar la última vez que había desayunado tanto y sobre todo unos deliciosos huevos revueltos.
Bastante satisfecho y habiéndose encargado de los trastes sucios, se dirigió a la sala con la intención de ver algo de televisión antes de ir a la escuela, aprovechando el enorme tiempo libre que tenía hasta que comenzaran las clases, pero poco fue lo que consiguió con eso. Mientras cambiaba de canales no podía evitar mirar el reloj colgado en la pared de reojo, algo le preocupaba al respecto, incluso podía escuchar el ruido que el segundero hacia al avanzar con una nitidez y fuerza tal que lo desconcentraban. Al ver el reloj de reojo era incapaz de leer la hora en él y eso le molestaba un poco, además del sonido constante del segundero avanzando, le era difícil prestar atención al programa de televisión que decidió ver y al cual no le tomo la menor importancia. Unos cinco minutos después Lincoln no lo pudo tolerar más y se acerco al reloj para ver la hora, aun había tiempo, si salía de inmediato y caminaba a su paso normal, aun podría llegar a la escuela a la hora de siempre. Subió a su cuarto de manera apurada, casi corriendo, tomo su teléfono y bajo con su vieja mochila, tratando de no zarandearla demasiado, incluso tropezó en el último peldaño de la escalera tratando de bajar apuradamente. El sabía perfectamente que no iba tarde, entendía que ir en ese momento a la escuela solo lo haría ver el mismo escenario de siempre, con aquel hombre haciendo su labor en la escuela para luego abrirle la entrada y dejarlo pasar. Sabía bien que ir tan temprano a la escuela era simplemente para evitar toparse con sus hermanas, le era muy incomodo y hasta desagradable la forma en que lo trataban y como la mayor parte del tiempo solo se limitaban a ignorarlo, por lo que era mucho más fácil solo salir de casa temprano por la mañana, soportando solo un poco de frio y esperando un rato sentado en aquellas butacas escolares. Pero esta vez no había necesidad de hacerlo así, estaba solo en casa, no se toparía con ninguna de sus hermanas ya que no estaban ahí y lo cierto es que tampoco podía imaginarse que llegaran dentro de poco a la misma. Tenía la casa para él solo, para no sentirse presionado, pero no podía evitar sentir que debía salir, debía apresurarse para llegar a la escuela como siempre lo hacía, siempre lo hacía de esa manera así que no hacerlo esta vez le generaba esa extraña ansiedad. Era una estupidez pensar en ello, pero Lincoln no pudo evitarlo, si el llegaba mas tarde a la escuela todo sería peor, ser el primero en llegar le permitía evitar pasar por los pasillos llenos de alumnos y también evitar algunos profesores, no podía perder eso. Al llegar más tarde las cosas solo se harían más incomodas.
Ya sentado en su asiento, Lincoln aprovecho para recuperar un poco el aliento. Preocupado por salir más tarde de lo normal de casa termino por hacerlo apresurar el paso hasta el punto de ir casi corriendo, agitándose por ello. Pero daba igual, lo había conseguido, realmente parecía que nadie había llegado aún a la escuela además de él y aquel conserje. Además tenía energía de sobra aun, buenas horas de sueño y un desayuno decente lo respaldaban ese día, además gracias al clima cada día más frio evito comenzar a sudar con aquella actividad física. También aquella caminata apresurada le hizo volver a notar cómo es que su condición física era bastante lamentable, no sabía cómo, pero estaba seguro que debería comenzar a hacer algún ejercicio y evitarse problemas de salud debido a su sedentarismo. Su única actividad era caminar, cosa que hacía mucho, pero no parecía ser de mucha ayuda. Aprovecharía la tarde para pensar en ello, el día anterior había decidido conseguir algo de dinero volviendo a podar jardines de vecinos usando las herramientas de casa, pero sin saber si Lynn aun hacia eso pensó que lo mejor era hacerlo en zonas alejadas de su casa. Pero a pesar de que Royal Wood es un pueblo, era uno grande, por lo que había pensado en visitar la sala de computo de la escuela para pedir acceso a una maquina, su intención era ver un mapa del pueblo y tratar de encontrar un lugar que pueda ser buena opción para aquello. Pero ahora podía aprovechar también el acceso a internet que la escuela le ofrecía para indagar en cómo mantenerse en forma.
Podría simplemente entrar en algún equipo deportivo escolar, pero Lincoln le tenía miedo a esa opción, no solo debía de ser parte de un equipo, lo que implicaba casi de manera obligatoria convivir con otras personas las cuales seguramente lo conocían y sabían de su pobre reputación, también estaba el problema de que Lynn participaba en todos los equipos de la escuela. Ella no pertenecía a todos los equipos, hasta donde el sabia Lynn solo era miembro de tres equipos y era en los tres que era titular, pero su inagotable energía y su espíritu competitivo la llevaba a visitar el resto de equipos de vez en cuando solo para pasar el rato practicando algo además de sus deportes principales. Con esto en mente era fácil saber que aun cuando Lincoln entrara a un equipo en el que Lynn no era permanente, seguramente ella lo toparía en algún momento mientras hacia sus visitas. Otra opción era simplemente ir a un gimnasio o apuntarse en algún equipo deportivo ajeno a la escuela, de estos últimos había algunos en la zona de canchas del pueblo, pero ambas opciones costaban dinero y esto es algo que Lincoln no tenía a disposición y tampoco creía que sus padres le dieran mucha importancia a sus palabras si es que decidía pedirles ayuda. Así que la tercera y última opción en la que pudo pensar en ese momento fue la de hacer rutinas de ejercicio en casa, obviamente el no las haría en su casa, pero podría hacerlas en sus visitas al viejo parque, lo único que necesitaba era buscar algún video en internet que le explique cuáles ejercicios debía hacer y cómo es que debía de hacerlos para conseguir algún resultado. Algo así seguramente era la opción menos efectiva, pero a Lincoln le pareció suficiente, después de todo el no buscaba aumentar su musculatura ni tampoco quería tener un rendimiento físico propio de un deportista, solo quería tener un poco mas de condición física para no fatigarse de inmediato a la mas mínima actividad.
Las clases comenzaron y como tenía por costumbre, Lincoln miro al frente prestando atención en la profesora, tratando de pensar en ella y en lo que decía para así evitar distraerse, sabía que al menor descuido comenzaría a pensar en que los compañeros de tras de el seguro lo estarían mirando y juzgando y eso lo haría escapar a sus pensamientos los cuales evitarían que prestara atención a clases, bajando mas sus notas. Lamentablemente eso también era costumbre. Pero hoy era un buen día, se sentía más relajado y gracias a que no tenía ese constante cansancio sobre sí mismo, pudo prestar atención más fácilmente a su profesora, consiguiendo entender incluso con más facilidad aquello que ella explicaba. La primera clase había sido Ciencias Naturales y en general esa era una asignatura muy sencilla ya que pertenecía a la primaria, mientras que Lincoln era ya de secundaria, eso a causa de un cambio en la retícula escolar del cual Lincoln no se entero mucho, pero sabía que era un error de la escuela. No es que le interesara mucho de todas formas, aun con aquella sencilla materia la cual subía su promedio, lo cierto es que su nota al final del año este a penas cerca de la mínima aprobatoria y no le sorprendería que incluso perdiera el año completo. Ya no tenía ningún interés por la escuela y hacia solo lo mínimo para seguir en ella pero lo cierto es que Lincoln no creía necesitarla, seguramente terminaría consiguiendo un trabajo mal pagado de medio tiempo en algún momento y para cuando llegue a su mayoría de edad podría conseguir un trabajo de tiempo completo, también mal pagado debido a la falta de un título profesional. Viviría de manera muy austera seguramente rentando el cuarto de un motel por la incapacidad de comprar una casa o rentar un departamento decente, viviría así un par de años hasta que su capacidad para soportar se terminara desvaneciendo y entonces terminaría cayendo en la estupidez de consumir drogas, para terminar sus días como un drogadicto mas del montón, el cual seguramente moriría por sobredosis en algún callejón o debajo de un puente, en alguna ciudad alejada de Royal Woods. Era una visión un poco pesimista, pero para Lincoln sonaba como un buen final para un fracasado.
A pesar de todo, la siguiente clase fue bastante amena para Lincoln. Aunque ya no era común que en su escuela se dieran ese tipo de dinámicas escolares, la profesora organizo a los alumnos en pequeños equipos con la finalidad de preparar una exposición sobre un tema específico relacionado a lo que verían en clase ese día. No era algo difícil, la clase era sobre tecnología y solo debían hacer una exposición corta y muy superficial ya que la intención era solo servir como apertura de los siguientes temas, los cuales sería la profesora quien profundizaría para terminar la clase con una ronda de preguntas y respuestas. Esto fue organizado por la profesora nueva, una joven mujer que parecía amar su trabajo y querer involucrar más a los alumnos dentro de sus clases. En realidad no era una mala idea, hacer que los alumnos estudien la base del tema y sean ellos mismos quienes lo presenten ayudaría a que todos en clase tengan el mismo nivel ya que aquellos que estén frente a la clase al momento de presentarse podrían explicar las cosas en un nivel muy parecido al de sus compañeros, y seria la profesora la encargada de tomar esa base para ampliar el tema. Además estaba fomentando la cooperación y la socialización al ser ella quien realizaba de manera azarosa la formación de aquellos pequeños equipos, siendo que evitaba que los grupos de siempre se juntaran a reforzar sus lazos, y por el contrario vería como compañeros que normalmente no conviven los unos con los otros, debido al compromiso de el trabajo escolar, terminan conociéndose más. Ese tipo de estrategias eran buenas sin lugar a dudas, alentaban a los alumnos en muchas maneras, lamentablemente se concentraban en la socialización vista a través de los ojos de una persona extrovertida, dispuesta a experimentar cosas nuevas y conocer personas diferentes, dejaban de lado a personas introvertidas las cuales no se sentían cómodas con cambios de entorno y los sometía a cierto grado de ansiedad. Aun peor eran casos como los de Lincoln, un paria dentro de la escuela, que aunque la mayoría de la gente prefería ignorarlo, ciertamente toda la escuela lo reconocía con facilidad.
Nadie dentro de la escuela podía decir que Lincoln fuera alguien malo o desagradable porque nadie lo había visto ser de esa forma jamás y tampoco era alguien que molestara a otras personas, era simplemente un niño del montón que podría pasar desapercibido de no ser por sus hermanas. Lamentablemente él vivía a la sombra de ellas y eso era algo que todos podían criticar de él, aun cuando no tenían derecho de hacerlo, ya que aquella familia poseía a talentosas hijas, pero el único hijo varón parecía ser la excepción no solo por su sexo. En la escuela podían recordad a Lori y lo relevante que fue su meteórica carrera escolar en el club de Golf, consiguiendo campeonatos escolares y estatales que le permitieron a la escuela gozar de una mayor reputación y de un mayor presupuesto cuando aquel olvidado club deportivo comenzó a ser relevante. Luan haciendo lo mismo pero con el poco popular y muy desatendido club de teatro de la escuela, el cual la llevo al estrellato infantil, a pesar de que ella no quiso aprovechar esa fama para llegar a los grandes escenarios. Luna y sus insaciables ganas de hacer y compartir música, atrayendo a muchos alumnos a ser parte de aquella actividad con su carisma y consiguiendo que las tres ramas del club de música fueran reconocidas a nivel estatal, siendo el club de vientos, el club de cuerdas y el club de música ligera, llegando incluso a proponer aquel club de música rock el cual a pesar de no prosperar por temas de presupuesto igual consiguió llamar la atención de muchas personas. Y por encima de todas estaba Lynn, la hermana que más éxitos ha cosechado en aquella escuela, siendo parte de varios equipos escolares y llevándolos a nuevos niveles de resultados gracias a su increíble habilidad atlética, pero sobre todo a su impresionante habilidad de liderazgo en cada equipo en el que estuvo como capitana. Incluso Leni podía presumir de algunos logros ya que durante la primaria recibió varios reconocimientos de parte del gobierno local a través de programas que pretendían acercar a la juventud con el arte.
Incluso sus hermanas menores habían conseguido también logros extracurriculares en la escuela y los alumnos ya las podían ubicar con cierta facilidad. Primero estaba Lisa, la extraña y excéntrica niña genio de la familia, de la cual nadie sabía nada importante además de que era un genio, pero sabían que había logrado algunas cosas por su peculiaridad. A Lucy la reconocían gracias al club de redacción de la escuela, donde ella era la encargada de escribir la mayoría de los guiones para el noticiero escolar, el cual los alumnos disfrutaban ver debido al lenguaje que se utilizaba en él, y también siendo Lucy una niña que con ayuda de su madre había conseguido publicar algunos poemas, los cuales Rita colaba de manera descarada entre las páginas de sus novelas. Las gemelas también eran bastante notables, la mayor era conocida no tanto por su habilidad sino por su desorden, ya que en su afán por conocer el funcionamiento de todo lo que toca, termina destruyendo la mayoría de lo que llega a sus manos, aunque también es conocida por ser capaz de reparar la mayoría de esas cosas, siendo ella una especie de estuche mágico que es capaz de arreglar la mayoría de las descomposturas que uno se topa en la vida cotidiana, incluso algunos se sorprenden de que siendo una niña pequeña sea capaz de arreglar aparatos electrónicos, eléctricos y mecánicos de complejidades altas, como lo sería el motor de un auto, la torre de una computadora o incluso algunos brazos robóticos del laboratorio de ciencias los cuales estaban almacenados por ser ya inútiles a criterio de los profesores. La gemela princesa por otro lado, era conocida por su habilidad de coaccionar a las personas y por ser capaz de convencer a quien sea de lo que sea, su talento era sin duda especial y algo atemorizante, pero para su lastima no le permitía destacar en el ámbito académico realmente, aun así nadie quería meterse con la Amenaza Rosa y tentar su suerte ante lo que ella pudiera hacer con su reputación. Incluso la melliza de Lincoln era bastante popular, para todos en la escuela ella era una Lola, pero buena y sin animosidad, era la chica ideal de todos los de su curso y se llevaba bien con cualquier persona, además de ser también muy buena en el dibujo y la pintura.
Mientras tanto Lincoln era solo un chico callado, que siempre estaba solo, no tenía ningún amigo o conocido en la escuela, se vestía con ropa desgastada y cuidaba muy poco su apariencia, para algunos era descuidado incluso con su aseo personal, tenía un desempeño académico mediocre y un desempeño físico lamentable y que aun cuando ya habían pasado tantos años, no parecía mostrar ser bueno en nada a diferencia de sus hermanas. Un chico que al igual que sus hermanas no podía ser visto como alguien más del montón, pero mientras que a sus hermanas debían verlas como especiales, a él solo podían verlo como un paria cuya presencia a lo sumo podía generar lastima o indiferencia.
Con esto en mente, y creyendo fervientemente que las cosas realmente eran así, Lincoln escuchaba como al azar la profesora tomaba nombres de su lista de asistencia para así formar los equipos. Eran conformados por cuatro personas y debían juntarse al ser llamados ya que el resto de la clase lo ocuparían para organizarse y quizá incluso comenzar con su investigación del tema asignado. Lincoln había comenzado a respirar de manera agitada ante todo esto, y podía sentir levemente como el sudor comenzaba a acumularse en su frente poco a poco, alistándose para caer sobre su rostro en cualquier momento. Había muchas cosas en su cabeza, no solo debería de ir a juntarse con gente a la que siempre evita, seria mas incomodo ya que él no sabía siquiera los nombres de sus compañeros, al menos de la mayoría. Tampoco era bueno con las presentaciones y no podía recordad la última vez que el fue parte de una conversación con otra persona, todo aquello de lo que hablaba lo hacía en su mente consigo mismo, soltando solo algunas palabras en voz baja cuando estaba a solas para tratar de evitar sentirse demasiado solo. Podía admitir que le provocaba cierta emoción tener la oportunidad de hablar con alguien y sentía que de hecho lo necesitaba, pero no quería que fuera algo tan repentino. No tuvo tiempo de digerir la noticia y de prepararse mentalmente para ello, y la preparación era algo que de verdad necesitaba, incluso hablar con sus hermanas se había vuelto muy difícil para él, lo seria aun más con aquellos chicos de su clase los cuales en su mayoría no podía ni reconocerlos de vista. Pero eso no era todo, aquellos equipos estaban siendo conformados por los alumnos de esa clase, de manera aleatoria, y sabiendo que ese día no hubo inasistencias. No solo era un hecho que formaría equipo con personas que no conoce y que seguramente tienen una mala imagen de él, existía también la posibilidad de que formara parte del mismo equipo que el chico de piel negra al fondo del aula, aquel que seguramente nadie en el aula quiere tampoco como compañero: Clyde.
Para la buena, o mala suerte de Lincoln, su equipo fue conformado por tres compañeras de clase además de él. No conocía a ninguna más allá de haberlas visto en clase e incluso desconocía el nombre de dos de ellas. La primera era una chica alta y con el cabello oscuro y medianamente largo, con una piel de un suave color moreno y algo pecosa, de nombre Stella, la cual Lincoln podía reconocerla fácilmente ya que hace no mucho cautivo la atención de la clase debido a su estatus de alumna nueva, y ya que la mayoría de los niños del pueblo se conocen, siendo ella de otro país, causo cierto revuelo entre todos, aunque la emoción por el tema había disminuido casi por completo para ese momento. Era únicamente por ese estatus de alumna nueva que Lincoln fue capaz de escuchar su nombre las veces suficientes para recordarlo así como ver su rostro. La segunda fue una chica de apariencia tímida, con una larga cabellera castaña adornada por un curioso broche en su pelo de color rosa y con forma de corazón, con una piel muy blanca y cuyo rostro estaba también algo espolvoreado con pecas, pero la cual tenía el nombre más peculiar y menos ortodoxo que Lincoln haya escuchado jamás: Cookie. La tercera era una chica que ya solo por su apariencia podías saber que venía de una familia muy adinerada, con un hermoso, sedoso y muy brillante cabello rubio que llegaba hasta la mitad de su espalda y el cual adornaba con una diadema de color rosa, cuya piel clara estaba perfectamente cuidada y que a pesar de recordarle un poco a Lola, tenía una actitud bastante amena y relajada, su nombre era Mindy. Esta ultima chica a pesar de tener aquella apariencia tan conspicua e incluso algo imponente fue una sorpresa para Lincoln, no solo porque su actitud era completamente opuesta a la que su apariencia hacía pensar que tenia, sino porque Lincoln podría jurar que jamás antes la había visto en clase o en la escuela.
Y como cuarto miembro del equipo estaba Lincoln, bendito entre las mujeres, con su piel blanca aunque algo manchada quizá por la mala alimentación o por daños causados por el sol, vistiendo su polo descolorido y aquel pantalón tan desgastado, con aquella cabellera de un bonito color blanco, pero que palidecía ante lo maltratada que estaba. Todo esto hacía sentir a Lincoln cohibido, no quería estar ahí y no quería ser parte de eso, estaba bien si hacia el trabajo por sí mismo, aunque pensándolo bien, si era ese el caso, también debería pasar al frente y hacer su exposición él solo, eso era mucho peor.
Podía sentir la mirada de sus compañeras, la cual a pesar de no ver directamente ya que prefería desviar su mirada hacia abajo, podía notar cómo se volvía incomoda. No le sorprendía en absoluto que ellas lo vieran de esa forma, pero al menos le gustaría que lo hicieran de una manera menos descarada y con una menor intensidad de la que usaban en ese momento. Afortunadamente el incomodo momento duro poco; aun cuando a los ojos de Lincoln aquello fue eterno, Stella fue la primera en hablar después de aclarar su voz tosiendo suavemente para también con ello llamar la atención de sus compañeros. Ella había notado el estado de Lincoln, así que decidió ir de lleno a lo importante, tratando de no incomodar más al pobre chico. Comenzó por hablar un poco del tema el cual se les asigno y en seguida comenzó a organizar las tareas que cada uno de ellos haría para aportar a su presentación y como si de la jefa se tratara, el resto simplemente siguió sus palabras como si de ordenes se tratara. Esto ayudaba mucho a Lincoln, el carecía de cualquier iniciativa, así que para funcionar bien necesitaba de ordenes directas, cosa que el agradecía de aquella chica. Lo primero fue simplemente indagar un poco en lo que ese tema era, por lo que las tres chicas se apresuraron a sacar sus teléfonos y hacer una búsqueda rápida por Internet, lo cual fue algo incomodo para Lincoln, quien debió explicar cómo su teléfono era incapaz de hacer aquella tarea, dejándolo a la deriva mientras sus compañeras hacían algunas anotaciones en su teléfono. De aquellos apuntes fueron Stella y Mindy quienes pensaron en cómo debía de organizarse la información para la presentación y sin entrar mucho en detalle ya que tenían aun cinco días antes de su presentación ya que su turno seria hasta el siguiente lunes, ambas estaban convencidas que mientras más rápido terminen todo sería mejor y les daría más tiempo de hacer correcciones en caso de ser necesarias. La idea de reunirse en casa de alguno se presento ya que de esa manera podrían tomarse más tiempo para hacer la presentación, organizar la información y quizá hasta practicar un poco la misma. Lincoln en verdad esperaba que a ninguna le pareciese buena idea hacer aquello en su casa ya que aun cuando la fama de su familia era mucha, eso no quitaba que después de haber dicho todas sus direcciones, era obvio que Lincoln era el que vivía más cerca de la escuela y también más cerca del centro del pueblo. Pero de manera muy amable fue Mindy quien ofreció su hogar así como el trasporte tanto de ida como de regreso, por lo que la discusión fue bastante sencilla en ese aspecto. A la clase le faltaba poco tiempo para terminar debido al tiempo consumido en la formación de los equipos, por lo que Stella decidió terminar aquella pequeña reunión acordando que todos harían la primera visita a casa de Mindy para comenzar a trabajar el día miércoles ya que fue el primer día en que todos disponían de tiempo libre, dejándoles como encargo a todos estudiar el tema que les había tocado para no empezar desde cero en aquella visita.
Después de aquella clase Lincoln se sintió mucho más relajado y de alguna forma también se sintió de muy buen humor. Aquellas chicas a pesar de todo fueron muy amables con él y no parecieron prestar demasiada atención a su peculiar apariencia una vez que Stella tomo control de la situación, así que esperaba que eso se repitiera una vez se reuniera con ellas en casa de la chica rubia, algo que lo ponía bastante nervioso. Lincoln no sabía si era algo de lo que sentirse avergonzado, pero lo cierto era que sería apenas la segunda vez que visita la casa de algún compañero de clase, así que no sabía muy bien como debía de actuar en aquel tipo de situaciones. Tenía sentido común y le habían inculcado buenos valores, por lo que no le era difícil saber que lo mínimo que debía hacer era mantener el respeto por sus anfitriones, evitar ser remilgoso y aceptar cualquier cortesía que le ofrezcan sin lucir siempre y cuando no atente contra su salud o principios y lo más importante, no iniciar ningún tipo de problemas. Todo mundo sabía eso, lo que Lincoln no sabía era como debía actuar frente a aquellas chicas, no solo porque no sabía que tan serio o risueño debería de ser con ellas sino porque la ansiedad lo invadía solo de pensar en tener que estar con ellas a solas. A pesar de lo amables que parecían, Lincoln no quería llevarse sorpresas desagradables más adelante, especialmente siendo que si estarían en la privacidad de ser solo cuatro personas, y la confianza de ser la casa de una de ellas, todo podría escalar muy rápidamente. Después de todo, cosas así ya habían pasado dentro de la escuela a pesar de ser un lugar público y que en teoría tiene adultos responsables que cuidan de los alumnos.
***
Cuando la hora del almuerzo llego, Lincoln espero nuevamente a que el aula se vaciara antes de salir, incluso rechazo tan amablemente como pudo una invitación de sus compañeras de equipo para comer con ellas. Ninguno de ellos hablaba normalmente con los otros, por lo que Stella propuso pasar el almuerzo juntos para tratar de conocerse aprovechando que de todas formas tenían que hacer aquel trabajo juntos. La negativa no pareció desairar a ninguna de las chicas, las cuales se retiraron tranquilamente de ahí después de escuchar la tan lamentable excusa que Lincoln les dio, seguramente sabiendo que ese sería el resultado incluso antes de ir a preguntar. Lincoln lamentaba un poco aquello, aceptar aquella invitación era una buena oportunidad de platicar con alguien y convivir, pero estaba seguro que el riesgo era mucho mayor a la recompensa, por muy amigable que llegase a ponerse con esas chicas, estando en el comedor de la escuela era un hecho que se toparía con los bravucones de la escuela, por lo que prefería esperar por otra oportunidad.
Cuando salió del aula, sujetando su mochila en brazos, Lincoln camino por los pasillos en dirección opuesta al comedor, en dirección al gimnasio escolar, con pasos tranquilos debido a que con la mayoría de alumnos en el comedor, aquel lugar era en ese momento muy tranquilo y solitario. A Lincoln no le gustaba la soledad, pero podía disfrutar de los lugares solitarios, especialmente en la escuela ya que esta era un espacio cerrado y todos debían caminar muy cerca unos de otros, eso lo intimidaba bastante y le disgustaba. Dio vuelta en una esquina, viendo frente a él aquel pasillo que lo llevaba directamente al acceso del gimnasio, mientras se acercaba a aquella puerta que al abrirla mostraría aquel edificio del cual utilizaba su parte trasera para esconderse, sintiendo algo extraño el escuchar pasos detrás de él ya que a esa hora esa área de la escuela estaba siempre desierta, pero no prestándole demasiada atención tampoco, existía la posibilidad de que fuera algún alumno que consiguiera permiso para usar el gimnasio y practicar. Sin embargo ese no fue el caso.
Lincoln estiro su mano para poder empujar la puerta estando ya bastante cerca de la misma, planeando únicamente salir, pero en su lugar pudo sentir como al caminar, su pie derecho se desvió un poco hacia la izquierda mientras se levantaba del suelo, lo que provoco que chocara contra su pie izquierdo y ocasionando que el tropiezo lo mandara directo al suelo de forma pesada y consiguiendo que soltara un quejido que dejaba claro como se lastimo por aquello. Al momento de tropezar además de ir hacia adelante en su caída, también termino desviándose un poco hacia su derecha, lo suficiente para que mientras caía su rostro terminara golpeando contra la manija de la puerta, dando directamente contra su ojo, mientras ambas rodillas recibían de golpe el peso de su cuerpo al impactar contra el suelo. Lincoln incluso pudo sentir como su mochila salía despedida hacia adelante debido a que la soltó tratando de detener su caída. El golpe en su rostro lo desoriento un poco a pesar de no ser fuerte, pero el impacto al ser en su ojo consiguió que Lincoln perdiera por un instante la visión en él y enseguida lo sintiera descontrolado e incapaz de enfocar con él, incluso le dio la sensación de que se movía sin control por un momento al mismo tiempo que podía ver las cosas de la misma forma en que lo hacía cuando alguien decide juntar sus ojos al tratar de ver la punta de su nariz.
—Camina bien Larry, ya estas grande para tropezarte de esa manera tan estúpida, aunque siendo tú no me sorprende.
Después de aquello Lincoln pudo escuchar con mucha claridad como esa voz se reía de él de una manera algo exagerada y que podía recordar bastante bien. De inmediato volteo su mirada sabiendo a quien se toparía ahí, detrás de él, aunque esperando también que no fuera él.
>>¿También me extrañaste Logan?— pregunto aquella voz, la cual pertenecía a un chico más alto que Lincoln, de cabello castaño algo desarreglado con un pantalón oscuro y una camisa verde de manga corta y con un estampado estúpido en el centro que parecía ser la silueta de un virus SARS— Vamos, respóndeme, espero que si me hayas extrañado, me pondría muy triste si me dices que no, incluso me olvide de la última vez que nos vimos.
El chico castaño volvió a reír de forma algo exagerada mientras Lincoln lo veía sin responder, preocupado de lo que podría pasar ahora, sabiendo que aquel chico lo busco con la única intención de causar problemas y quizá también malestares.
>>Levántate de una vez idiota, te vez ridículo en esa pose y haciendo esa cara de pocos amigos, hasta parece que están a punto de metértela por el culo en contra de tu voluntad— aquella risa molesta regreso, consiguiendo que Lincoln se levantara tratando de evitar que la humillación continúe—. ¿Dónde demonios te habías metido Luke? De no ser porque tú y Clyde están en la misma clase habría pensado que dejaste la escuela. Aunque esa no es mala idea, a nadie aquí le importaría si dejas de venir, y por lo que se tus notas son igual de lamentables que tu apariencia.
—¿Qué es lo que quieres Chandler?— pregunto Lincoln algo molesto, aunque disminuyendo su intensidad al notar como los secuaces de Chandler se acercaban por detrás de él, incluido el mismo Clyde.
—Maldita sea Lester, no seas tan antipático, solo vine a saludarte y preguntar como estabas. Somos amigos después de todo ¿no?
—No lo somos— aquella respuesta fue más un susurro de parte de Lincoln, quien ya se había intimidado ante la presencia de aquel grupo.
—Ya es bastante lamentable que no puedas siquiera caminar bien y termines por tropezar como un idiota— se burlo Chandler, sabiendo que fue él quien hizo tropezar a Lincoln—. Hasta conseguiste lastimarte dos veces antes de caer, vaya que eres alguien estúpido. Pero sería el colmo si resulta que tu idiotez no te deja hablar bien, así que espero que comiences a hablar fuerte y claro si no quieres tener que recibir un castigo. ¿Entendido?
Lincoln respondió con un tenue "Si" ante aquella pregunta, la cual enojo mucho a Chandler, quien rápidamente soltó un puñetazo en su mejilla izquierda, con tanta fuerza que Lincoln se desplomo hacia atrás, cayendo sobre su trasero de forma dura y perdiendo un poco el aliento con ello.
>>¡Te dije que hables fuerte y claro idiota! ¿Qué parte no entendiste? Maldición, por eso nadie quiere estar contigo, no eres más que un idiota. Apuesto a que la rubia estúpida de tu hermana entiende las cosas más rápido que tu aunque sea una retrasada.
Lincoln se puso de pie rápidamente, dejo de tocar su mejilla y empuño ambas manos, su mirada se veía muy molesta y su respiración comenzaba a agitarse. Ha Chandler eso le causo una sonrisa, pero para sus secuaces no fue así, ellos se pusieron en guardia en cuanto vieron a Lincoln con aquella expresión. El único que no se ofusco fue Clyde, quien únicamente estaba sorprendido por lo que veía, pero no intimidado.
—¡Retira lo que dijiste!— el reclamo de Lincoln fue en voz alta, casi gritando, consiguiendo que los amigos de Chandler dieran algunos pasos al frente, preparándose para intercambiar golpes con el chico de cabello blanco.
—¿Qué harás si me niego idiota?— pregunto Chandler, aun tranquilo y dando una señal a sus amigos para retroceder— ¿Vas a pelear? ¿Al fin lo harás? Lo dudo mucho, te he dado palizas y nunca te has defendido, también te he dicho cosas peores y jamás ha parecido importante. Eras mucho más divertido antes Luca, pero ahora eres solo un pusilánime, por mucho que te quieras ver intimidante no eres más que un llorón.
—No me importa lo que pienses, retira lo que dijiste de Leni— Lincoln dio un paso al frente, tratando de ser un poco mas intimidante, pero sin conseguirlo.
—Oh, así que era eso lo que te molesto— Chandler rio un poco, esta vez sonó como una risa sincera—. Tu en verdad eres un idiota ¿Cómo puedes defender a tus hermanas? ¿Acaso eres también un retrasado?
Lincoln camino rápidamente hasta Chandler cuando escucho aquello, sujetándolo del cuello de su camisa y acercando su rostro hasta estar frente a frente con él, mostrando de nuevo aquella mueca que pretendía ser intimidante. Chandler se limito a ver directamente a los ojos de Lincoln, haciendo ademanes con las manos para evitar que sus secuaces se acerquen más.
>>Si, ahora que lo recuerdo la primera vez que peleamos fue también por culpa de una de tus hermanas, la machorra esa de Lynn. Vaya paliza me diste aquella vez, fue impresionante sin lugar a dudas. ¿Tú lo recuerdas Levi? En aquella época Lynn aun era una llorona y debilucha que siempre estaba escondida detrás de ti. Ha cambiado tanto, ahora es mucho mas masculina que en esa época— Chandler rio de forma burlona para tratar de provocar a Lincoln.
—¡Retráctate! Retira lo que dijiste de Leni y también lo que dijiste de Lynn.
—No pienso hacerlo idiota, haz lo que tengas que hacer para convencerme, veamos que tan valiente eres anciano.
Chandler salió volando hacia atrás, Lincoln lo lanzo con fuerza haciéndolo caer sobre su trasero y alejándolo bastante, consiguiendo que uno de sus amigos se apurase a levantarlo mientras otros dos iban hacia Lincoln con la intención de golpearlo. Sabiendo lo que venía, Lincoln dio un par de pasos hacia atrás, algo atemorizado y habiendo perdido todo el valor que tenia. Pero los dos gorilas que se acercaban no llegaron a golpearlo, se detuvieron a medio camino después de escuchar a Chandler.
—¡Deténganse!— grito el castaño, terminando de incorporarse— No se atrevan a ponerle un dedo encima, lo necesito completo. ¿Y bien, vas a pelear conmigo para hacerme tragar mis palabras? ¿O te irás con el rabo entre las patas después de recibir tu clásica paliza idiota? Te recomiendo que pienses bien en tu respuesta porque no me gusto nada que me hayas lanzado de esa forma y quiero desquitarme lo antes posible.
—Yo... solo quiero que— Lincoln dudaba y le costaba hablar debido al miedo, sabía que se había metido en problemas serios por aquel arranque de enojo tan estúpido—, no, lo que dijiste...
Lincoln cayó al suelo nuevamente debido a otro puñetazo de Chandler.
—Maldita sea Leo, te dije que hables fuerte y claro, no es tan difícil. Piensa bien las malditas cosas y luego dilas en voz alta para que todos podamos escuchar, no seas un maldito marica y ten huevos para variar. Ahora levántate y dame tu maldita respuesta.
—Me da igual lo que me digas a mí— afirmo Lincoln, ya de pie nuevamente y con una mirada lastimera en su rostro, encogido de hombros y con mucho dolor en su mejilla izquierda—, solo no insultes a mis hermanas. Retira lo que dijiste de ellas.
—¿Es en serio Leroy? ¿Haces esto por tus hermanas? Pase estos años molestándote y golpeándote sin ninguna respuesta tuya y lo que necesitaba era solo hablar de tus hermanas. Vaya estupidez, muy propio de ti. Pero tienes que ser sincero y aceptar la realidad Lewis, tu hermana Leni es una retrasada y Lynn es una machorra. También admite que Lynn era una llorona.
Lincoln se quedo callado, sabía que por mucho que le disgustara, todo eso era real, es solo que la forma tan despectiva y grosera que usaba Chandler para decirlo hacia hervir su sangre y le provocaba aquel enojo desmedido. Puede que sus hermanas y el no se lleven del todo bien últimamente, pero eso no significaba que dejaría que alguien les faltara el respeto o les hiciera algo.
>>No pienso retractarme Luciano, así que más te vale ponerte los pantalones y hacer algo al respecto, porque de lo contrario no pienso disculparme— Chandler vio como Lincoln había perdido toda seña de enojo, lo que lo molesto—. Pero pensándolo bien da igual que decidas hacer, comienzo a aburrirme de ti y de lo patético que eres, quizá sea una mejor idea buscar un objetivo nuevo, quizá alguien que me divierta en verdad. Quizá darle una paliza a Lynn entre todos sería fácil, y ver llorar a esa perra me pondría de buen humor— Chandler sonrió al ver la expresión de Lincoln, había conseguido lo que quería—. Y aunque está un poco lejos, podríamos visitar a tu hermana la estúpida, siempre me he preguntado como de suaves serán sus pechos, deben ser como dos malvaviscos enormes, quizá hasta decidamos ir más lejos— Lincoln volvió a tomarlo por el cuello de su camisa, con aquella mirada iracunda que Chandler tanto disfrutaba—, o podría solo apuntar a tu hermanita la rara, esa que viste de negro, seguro ya empezaron a crecerle las tetas, ya está en esa edad ¿cierto?
Chandler cayó al suelo con un fuerte grito mientras sujetaba su cara y se retorcía en el suelo, en seguida Lincoln fue sometido por los chicos grandes del grupo de Chandler, quienes lo tiraron al suelo y comenzaron a golpearlo ahí, obligándolo a tomar aquella pose fetal tratando de cubrirse tanto como pueda. Pero la paliza duro muy poco, de inmediato Chandler se levanto aun quejándose y sujetando su rostro por el cabezazo que recibió.
>>¡Deténganse idiotas! Les dije que lo necesito entero, maldita sea. Ustedes dos están en la cuerda floja, si los atrapan peleando de nuevo los van a expulsar así que más vale que no hagan nada si no se los pido par de estúpidos. En cuanto a ti Lawrence, ponte de pie ahora mismo. Ambos sabemos lo que va a pasar si descubren que peleamos en la escuela, así que por el momento esto se va a quedar así, pero no cantes victoria. Al terminar las clases iremos al parque y ahí podremos continuar con eso, mas te vale que estés listo. ¡Maldición! Mi nariz duele como el demonio, espero que no esté rota. Tienes suerte de que no me este sangrando. Debí saber antes que solo usando a tus hermanas podría conseguir esto. Más te vale no escapar Lawson, tenemos a Clyde vigilándote. Pero eres libre de prepararte de la forma que quieras, hace tiempo que buscaba esto y no pienso desaprovecharlo. Ahora vámonos todos, quiero que la maldita enfermera vea esto, más le vale estar de guardia en la enfermería. ¡Clyde! No permitas que huya, necesito que nos acompañe al parque si o si.
—¿Qué se supone que haga?
—¿Es que acaso son todos ustedes estúpidos? Solo vigílalo Clyde, así de fácil, no dejes que huya, da igual cuanto intente correr tu eres mucho más rápido que el así que lo alcanzarías fácilmente. Pero no se te ocurra golpearlo, ya bastante es que este par de idiotas lo golpearan. Demonios, todo esto escalo tan rápido, quien diría que el talón de Aquiles de este tipo seria sus hermanas. Que estupidez, debe ser masoquista o algo así.
Chandler se alejo de ahí mientras reía nuevamente de forma exagerada, al menos hasta que la molestia en su cara lo hizo quejarse de nuevo y bajar la voz, dejando atrás a Lincoln, bastante adolorido y con sus ojos completamente cristalinos, listos para comenzar a soltar lagrimas mientras sollozaba. Pero no fue capaz de hacerlo, aun había peligro presente y debía tratar de mantener la compostura en caso de tener que huir de ahí. Trato de mirarlo, pero una ola de recuerdos comenzaron a ahogarlo, congelándolo en aquel sitio donde muy a su pesar y sin poder soportar más aquello, comenzó a llorar. Todo el dolor que sentía por los golpes, el miedo que tuvo ante aquellas amenazas, la frustración de no poder hacer nada ante lo dicho sobre sus hermanas y aquellos recuerdos que para estas alturas eran ya desagradables.
—Deberías ir a almorzar— fue todo lo que dijo Clyde, mientras se recargaba en la pared, junto a la puerta, dándole a entender a Lincoln que ahí lo esperaría. Y seguramente también tratando de darle a entender que mas valía que regresara por esa misma puerta cuando terminara la hora del almuerzo.
Dando pasos lentos y muy pesados, con aquella mirada perdida y también mostrando aquella postura encorvada, Lincoln camino hasta donde había caído su mochila, producto del tropiezo que tuvo. La tomo entre sus brazos sin revisarla, aunque a primera vista no parecía haberse dañado con el golpe, y atendiendo a las palabras que le dedico el chico de piel negra, salió por la puerta con la intención de almorzar. Aquello parecía una marcha fúnebre dada por un preso en el corredor de la muerte, con pasos lentos y pesados, tal y como si unos grilletes pesaran en sus tobillos, impidiéndole apresurar su paso, con sus manos al frente, colgando con ambas muñecas estando muy cerca la una de la otra, cargando aquella vieja y maltrecha mochila, dando la impresión de tener sus manos aprisionadas por esposas. Su cabeza colgaba sobre su pecho, con aquella mirada llena de temor y al mismo tiempo con una resignación casi absoluta. Sus pasos lentamente lo llevaron hasta aquel lugar que siempre usaba para sentarse y comer sus precarios y poco nutritivos almuerzos, al momento de posarse sobre el concreto para él fue como tomar asiento en la silla eléctrica. Al menos así era como Lincoln se veía a sí mismo en ese momento. Abrió su mochila y de forma calmada reviso su interior en busca de su almuerzo, el día anterior había comprado unas pequeñas donas empaquetadas para comerlas, lamentablemente habían quedado arruinadas por culpa del impacto, aunque no era importante, seguían siendo comestibles ya que el empaque no llego a dañarse. Tomándolas con su mano derecha, Lincoln pensó que era bastante lamentable que aquella fuera su última comida antes de ir al paredón de fusilamiento.
***
De regreso al aula Lincoln sintió aquel miedo e incomodidad de nuevo, esas emociones que causaban el ser visto por todas las personas a tu alrededor, algo que lamentablemente volvía a pasar ahora, aunque esta vez no era por culpa de su lamentable reputación, era culpa de alguien más. Sabía que quizá su apariencia se veía más desalineada debido al par de golpes que recibió de Chandler y sus secuaces pero no creía que eso fuera lo que llamara la atención del resto de chicos con los que se topaba a lo largo del pasillo, la verdadera causa estaba detrás de él, caminaba a un par de cuerpos de distancia y no le quitaba la mirada de encima. Clyde no era precisamente el chico mas intimidante, a pesar de ejercitar su cuerpo después de que Chandler lo convenciera, lo cierto es que aquella actividad poco rastro dejaba en su cuerpo, por lo que aun se veía algo flacucho y débil, ni siquiera su altura le ayudaba para intimidar. Tampoco era alguien violento, la mayoría de los alumnos que lo conocían eran incapaces de recordar alguna vez en la que él fuera agresivo, mucho menos violento, pero aun así Clyde se juntaba con el par de bravucones más odiosos e intimidantes de la escuela: Chandler y su novia. Tener aquellas amistades ya le daba por defecto aquel estatus de bravucón a Clyde también y en cierta forma lo era, tomando en cuenta que el jamás había metido sus manos para defender a nadie de los abusos de Chandler, por lo que era una parte del problema. Justo ahora hacia algo parecido, seguir a Lincoln de cerca tratando de ser intimidante, cosa que lograba mas por las personas con las que se relacionaba que por su apariencia. En el aula incluso cambio de asiento, tomo su mochila de la parte posterior y sin decir nada fue hasta el asiento junto a Lincoln, retirando la mochila de quien sea que estuviera ahí sentado y quedándose con el puesto. Aunque esos movimientos en Clyde eran realmente simples, el hecho de que los hiciera en silencio y de una forma calmada lo hacían ver como algo intimidante, era algo que Chandler le enseño, si no podía conseguir intimidar por su apariencia, había otras formas para hacerlo. Todos vieron aquella acción y supieron que algo no estaba bien, no entendían como o porque, pero era evidente que Clyde tenía planeado hacerle algo a Lincoln. Stella incluso estuvo tentada a hablar con Lincoln para preguntarle si todo estaba bien, pero el ambiente del aula era denso y termino por acobardarse, de cualquier forma seria algo hipócrita, nunca antes se molesto en prestar atención a Lincoln, así que lo mejor era volver a pretender que no sucede nada antes que meterse en problemas. Si acaso, cuando se reunieran de nuevo para aquel trabajo en equipo se lo preguntaría.
Lincoln no pudo prestar atención a las clases restantes, simplemente se preguntaba cómo fue que termino en aquella situación. La respuesta era sencilla, llego a eso tratando de defender a sus hermanas. Chandler le había convertido en su objetivo hace mucho tiempo, algunos años de hecho, y siempre lo trato de la misma forma que ese día, pero esta vez Lincoln no pudo tolerarlo más. No fue porque colmara su paciencia después de años de abuso físico y verbal, fue porque esta vez dijo cosas horribles de su hermana Leni, aquella chica rubia y hermosa que lo único que tenia para ofrecer era su desmedido amor, una chica que repleta de inocencia y una enorme falta de sentido común es incapaz de pensar en que las personas puedan desearle algún mal, y aun con ello Chandler dijo cosas horribles de ella. Podía sentir su sangre hervir solo de recordar aquello.
También recordó que Chandler dijo algo sobre Lynn, aunque eso no lo podía recordar, quizá no fue algo malo, en realidad a esas alturas ya no importaba, debería ir al parque y enfrentarlo de todas formas. Pero podía recordar otra cosa que Chandler dijo, algo sobre Lynn siendo una llorona. Eso era verdad. Lincoln no era capaz de recordad con exactitud, pero su primer encuentro con Chandler fue gracias a Lynn, en aquella época el debería de tener ocho años, aunque al ser incapaz de recordar con certeza también pudo haber sido más joven o más viejo. Lynn aun era alguien tranquila, aunque ya había comenzado a superar sus problemas de timidez y poca experiencia para convivir. Al ser su parto prematuro ella tuvo una salud muy delicada los primeros años de vida, por lo que al entrar en la primaria sus padres pensaron que sería una buena idea incentivarla a practicar algún deporte, pero eso probo ser algo muy difícil. A pesar de estar ya estable, el cuerpo de Lynn seguía siendo bastante débil y torpe, su coordinación motriz gruesa podría decirse que estaba al nivel de un niño de preescolar, pero nadie podía reclamarle por eso a sus padres, ella debió pasar en casa y en reposo mucho tiempo, tanto que aquel sedentarismo se había encargado de atrofiar muchos de sus músculos con el paso del tiempo. Nada que una rápida rehabilitación y una buena actividad física no pudiera solucionar, pero suficiente para causarle algunas inseguridades debido a su torpeza. Cuando fue parte del equipo de futbol ella sufrió mucho y tardo bastante en adaptarse, y aunque la mayoría de sus compañeros solo bromeaban un poco sobre su torpeza, algunos comentarios eran suficientes para hacerla sentir una inútil, en especial los comentarios de Chandler, los cuales eran hechos con el claro objetivo de ser ofensivos e hirientes y siendo Lynn tan susceptible a ellos, la convirtió en un blanco fácil de aquel niño tan sobresaliente en aquel deporte.
Lynn pensó en muchas ocasiones sobre abandonar el equipo de futbol esperando con ello alejarse de las burlas de Chandler, pero nunca tuvo el valor de decirles a sus padres sobre ello, por lo que se refugió en Lincoln. Aunque él era su hermano menor, el era alguien confiable y valiente, no tenía muchos amigos, pero aun así era alguien que siempre estaba feliz y aunque llevaba un tiempo portándose muy mal con ella y con el resto de sus hermanas, el siempre las ayudaba cuando se lo pedían, por lo que sentirse acompañada por el tanto de ida como de regreso de sus practicas la hacía sentirse más tranquila. También evitaba que Chandler se le acercase, al menos cuando estaba junto al peliblanco. La situación no fue tan buena como esperaba a pesar de eso, aunque la presencia de Lincoln mantenía a raya a Chandler por alguna razón, lo cierto es que Lynn no podía estar tranquila del todo, su hermano menor era ahora el problema, llevaba algunas semanas siendo demasiado agresivo al momento de convivir con ellas y siendo grosero de una forma que Lynn no entendía, pero todo eso comenzó a empeorar poco después de que le pidió su compañía para ir a sus prácticas. Su aun lindo hermano menor ya no era tan amigable, había perdido su agradable mirada y su carismática sonrisa para tener en su rostro siempre una mueca seria y algo enfadada, se había vuelto muy callado e iniciaba discusiones con cualquiera de sus hermanas e incluso con sus padres por pequeñeces. Pasaría algún tiempo antes de que sus padres descubrieran porque Lincoln se portaba así y trataran de explicarle tanto a ella como a sus hermanas la razón de que Lincoln se sintiera tan molesto y triste.
Pero en el apogeo de aquellos sentimientos negativos en Lincoln, fue que Chandler se presento, como solía hacerlo, se acerco a Lynn y comenzó a molestarla. A pesar de todo Lincoln era alguien que no recurría a la violencia por lo que ver aquella interacción solo consiguió confundirlo un poco, pero en cuanto el rostro de su hermana comenzó a lucir triste, sus emociones se apoderaron de él. Una discusión acalorada comenzó entre Lincoln y Chandler, el primero exigiendo una disculpa del segundo, pero incluso antes de que Chandler comenzara a pensar en si daría o no aquella disculpa, Lincoln se abalanzó sobre él sin aviso. Un golpe directo en la cara lo hizo trastabillar y al caer Lincoln se le subió encima para seguir golpeándolo sin piedad, llorando de manera profusa mientras lo hacía. Lynn no pudo hacer nada en ese momento, estaba paralizada, jamás había visto a su hermano actuar de aquella manera y sabia que algo malo pasaba con él para terminar de esa forma, el pobre peliblanco gritaba desconsolado mientras golpeaba al otro niño, parecía reclamarle algo, aunque Lynn fue incapaz de escuchar lo que su hermano decía, estaba demasiado asustada para prestar atención. Al final aquello termino con Chandler completamente golpeado y su nariz rota, mientras que Lincoln debió ser atendido debido a una crisis nerviosa, la cual fue la causa de aquella paliza tan desorbitada.
Aunque no era capaz de recordar la paliza en sí misma, Lincoln podía recordar cómo se sentía mientras aquello ocurría, fue algo catártico para él, cada golpe que daba lo hacía sentirse mejor, era como liberar sus emociones y despedirse de ellas. Pero esa no fue la única ocasión, Lincoln termino por darle dos palizas mas a Chandler bajo las mismas circunstancias antes de que sus padres decidieran llevarlo a visitar un psicólogo para tratar de entender que eran aquellos arrebatos de ira. Ciertamente aquellas fueron palizas que seguramente Chandler recordaba con mucho odio, podía entender porque a partir de ahí el castaño pareció olvidarse por completo de que Lynn existía y comenzó a enfocar todo su acoso en Lincoln, aunque no todo había sido tan malo. Lincoln no pidió ser un sacrificio ni lo quería tampoco, pero gracias a que Chandler ahora estaba concentrado en el, Lynn fue capaz de recuperar su confianza en sí misma de la mano de su mejoría en el equipo de futbol, terminando por convertirse en aquella deportista multitalentosa y popular en la escuela.
***
Cuando las clases terminaron Lincoln se sintió presa del pánico, al momento de levantarse, tanto él como sus compañeros de clase notaron a Clyde seguirlo a unos pasos de distancia, y al pasar por la puerta del aula, otro de los secuaces de Chandler ya lo esperaba ahí, era uno de los tipos grandes que lo tiraron al suelo y lo golpearon cuando el castaño termino en el piso producto de un cabezazo. Ambos chicos eran reconocidos por ser parte de la pandilla de Chandler, por lo que en los pasillos, nadie podía evitar mirar hacia ellos, era quizá el espectáculo más curioso que verían en lo que resta del año escolar sin lugar a dudas. Al centro estaba ese chico raro que no tiene amigos, el que usa ropa vieja y que no habla con nadie, aquel que todos saben causa tanto interés en Chandler, quien lo puso como objetivo principal desde hace mucho tiempo, aquel chico cuya única cosa que lo hacía resaltar era su peculiar cabellera blanca, la cual estaba muy maltratada y desordenada. A ojos de todos en la escuela Lincoln era solo la versión opuesta de su hermana, en prácticamente todo sentido, lo único parecido entre ellos era su peculiar cabello, pero en todo lo demás eran antónimos perfectos. Ella una chica y el era un chico, ella era increíblemente popular dentro de la escuela y el era alguien de quien podías olvidarte por completo hasta topártelo de nuevo y recordar que existe, ella siempre está rodeada de personas, hablando con todas ellas y siendo el centro de atención, a el casi nadie lo ha escuchado hablar desde que saben de su existencia, ella es buena en deportes y una excelente pintora, para algunos quizá igual de buena que su hermana mayor, pero él es un completo inútil, sin ningún talento y al que nunca han visto participar en actividades deportivas que no sean las obligatorias, donde incluso encuentra una manera de evadir el ejercicio, ella siendo una de las cinco divas de la escuela, el siendo solamente un paria, ella con buenas notas la mayor parte del tiempo y el solo dando el mínimo requerido para no desacreditar el año. Muchos alumnos incluso desconocían su mala reputación pues él era bastante irrelevante en la escuela, solo sabían de el ya que su hermana era una de las chicas más populares de su curso, por lo que los extraños rumores alrededor de Lincoln solían perderse ante el poco interés que tenían todos en el dentro de la escuela. Seguramente la única persona que aun le interesaba quien era Lincoln y donde estaba era Chandler, ya que para nadie era un secreto como todas sus hermanas simplemente lo ignoraban y se mantenían alejadas de él.
A su derecha estaba aquel chico de piel negra y lentes, el cual generaba aquella extraña sensación de incomodidad con su sola presencia, nadie sabía si él era alguien bueno o alguien malo. Todos sabían que él estaba siempre con Chandler, nadie pensaba en ellos como amigos, pero sin lugar a dudas se notaba que el castaño apreciaba la compañía del de piel negra. Pero este ultimo jamás había sido visto acosando a nadie, por lo que sus compañeros no sabían que tan malo era en realidad, además de no ser una persona muy conversadora, por lo que pocas veces se le veía hablando de sí mismo y de las cosas que hacía o le gustaban. Pero era también aquel chico de piel negra que, al ser parte de la pandilla de Chandler, nadie quiere cerca, ni tampoco nadie quiere molestar, aun cuando el no haga nada por lastimar a otros, lo cierto es que tampoco impide que su jefe Chandler lo haga, por lo que es para todos más fácil pensar en el cómo alguien que te hará daño antes que defenderte.
A su derecha estaba aquel chico tonto y grandulón que nadie sabía cómo se llamaba, pero al que todos le tenían miedo debido a su corto temperamento y a su gusto por resolver problemas a través de la violencia física. Chico que todos estuvieron felices de que Chandler reclutara ya que era este quien lo mantenía a raya en todo momento.
Para Lincoln, su plan por la tarde era sencillo, usaría su beneficio como estudiante de esa escuela para solicitar el uso de una maquina en el aula de cómputo. Aunque no usaba mucho aquel derecho escolar, lo cierto es que era la única forma en que Lincoln podía tener acceso a internet y de alguna forma enterarse de la mayoría de las cosas que pasaban en su pueblo y en algunas otras ciudades. Su casa contaba con acceso a internet a través de una red inalámbrica, la cual incluso sabía que era de banda ancha ya que había escuchado a sus hermanas Lori, Lana y Luan hablar de lo beneficiosa que era, y por supuesto, todos en casa daban uso a aquella red, por lo que la banda ancha ayudaba a mejorar la experiencia de navegación en la red sin que esta se saturase o incluso terminara por detenerse periódicamente. Lincoln era el único que no podía dar uso a aquel servicio que sus padres se esforzaban por pagar, su teléfono estaba incapacitado para conectarse a una red inalámbrica, nunca supo porque, pero era fácil asumir que la antena receptora simplemente se había dañado y dejo de funcionar, aunque eso daba igual de cualquier forma, en caso de poder conectar aquel viejo teléfono a la red, la desgastada y muy dañada batería seguramente terminaría drenándose de inmediato si mantenía la pantalla encendida por mucho tiempo. También en casa la mayoría de los miembros tenían computadora personal, por lo que de no estar conectados usando sus teléfonos, podían estarlo en aquellas laptops, incluso había dos computadoras de escritorio en la casa, pero ambas eran bastante viejas y ya obsoletas, aunque por alguna razón nadie se había dignado a deshacerse de ellas aun. Los padres usaban sus maquinas para ayudarse con sus trabajos, era obvio, mientras que las hijas mayores la usaban como una herramienta indispensable en el apoyo de sus estudios en la que era ya una época de conectividad. Las menores, por otro lado las usaban mayormente como una fuente de entretenimiento, siendo que las gemelas compartían una misma computadora, aunque ninguna de las dos le daba demasiado uso, y siendo solo Lily y Lincoln quienes no tenían una propia. Por supuesto Lily no necesitaba de aquel aparato para nada ya que siendo una bebe seguramente lo destruiría antes de siquiera entender lo que es y que usos le puede dar. Por ello Lincoln, en caso de necesitar de acceso a internet o dar uso a las capacidades de una computadora, estaba obligado a solicitar permiso para usar una de las que la escuela poseía, afortunadamente para él eso era una de las ventajas que estudiar ahí tenia. Y ese era el plan para esa tarde, se tomaría su tiempo para buscar y estudiar un mapa de Royal Woods y saber qué lugares serian convenientes para el visitar, con la intención de ofrecer su servicio para podar el césped, en busca de algo de dinero. Quizá incluso podría trazar una ruta la cual después podría dibujar en una de las pocas hojas que aún le quedaban a su ya único cuaderno puesto que de querer hacer una impresión la escuela le pediría pagarla debido a lo costosa que parecía ser la tinta de aquella maquina. Con lo que había sucedido en la segunda clase, Lincoln había también agregado a la lista de pendientes para el uso de aquella maquina, el investigar el tema que a su equipo le atañía y que Stella dejo bastante claro debía conocer bien antes de la reunión en casa de Mindy el día miércoles. Después de aquello su día seria normal nuevamente, yendo a refugiarse al viejo parque hasta que regresara a casa posterior a la cena de su familia.
En su lugar, ahora iba escoltado por dos bravucones quienes lo llevarían hasta su jefe para que este le diera lo que muy probablemente sería la mayor paliza de su vida. Al llegar a la entrada de la escuela Lincoln vio como el otro chico grandulón y del cual tampoco sabía su nombre, los esperaba, aunque él no los siguió de inmediato, se quedo en la entrada intimidando un poco a todos los que salían de la escuela. Aunque Lincoln no fue capaz de notarlo debido que al sentirse tan intimidado no se atrevió a mirar a otro lugar que no fuera en dirección a sus pies, aquel chico que se quedo en la entrada parecía vigilar que ningún curioso los siguiera para saber qué pasaría con él.
El viaje fue largo, a pesar de que Lincoln asumió que irían al gran parque en el centro del pueblo, en realidad terminaron por ir al parque pequeño que estaba a varias cuadras en dirección a la salida de Royal Woods. Aquel lugar, al igual que el viejo parque, era poco concurrido, aunque no por ser feo, al contrario era un lugar muy hermoso, parecía un jardín gigante muy bien cuidado y frondoso, pero aburrido debido a que no tenía ningún juego infantil ni tampoco había cerca ningún centro de entretenimiento, por lo que aquel parque era visitado casi únicamente por ancianos que querían pasar un rato tranquilos en aquel pequeño oasis, alimentando a las aves y recibiendo la brisa o los rayos del sol en sus arrugados rostros. La caminata término hasta que se adentraron en la zona con árboles de aquel parque el cual Lincoln recién notaba era incluso más grande que el viejo, parque ahí ya lo esperaba Chandler, acompañado del último de sus secuaces. Tal parece que Lincoln en realidad lastimo al castaño ya que este se presento con una gaza que cubría su nariz, a la altura de aquel golpe que le dio el peliblanco.
—Bonito lugar, ¿no lo crees, Lemus?— Chandler se acerco a Lincoln al mismo tiempo que Clyde y el otro secuas genérico se alejaban— ¿no lo crees?
—Si— respondió Lincoln de manera apresurada, sabiendo que de no hacerlo el castaño arremetería contra el sin previo aviso, entendiendo lo que el repetir aquella pregunta le insinuaba.
—Aquí hay mucho espacio— dijo, extendiendo sus brazos para enfatizar aquella frase—, no tenemos que preocuparnos por el sol ya que las copas de los arboles dan bastante sombra y la brisa nos mantendrá frescos, aunque la verdad es que yo creo que el frio ya es demasiado. El suelo no es rígido gracias al césped y encima de todo este césped está bastante parejo, así que no hay peligro de tropezarse en el. Supongo que es debido a que este lugar solo es visitado por viejos que no tienen nada que hacer además de sentarse a ver pájaros comer mientras que la poca vida que les queda se les escapa entre los dedos como la arena.
Lincoln se mantuvo tan firme como pudo, estuvo casi al punto de verse estoico, pero aun se podía apreciar un rastro de temor en su mirada. Temía por su integridad física después de todo.
>>Esta bien, lo admito, eso ultimo no lo invente yo— confeso el castaño tras ver a los ojos de Lincoln solo por un instante—, recordaba haber leído algo parecido en algún libro y pase toda la mañana tratando de recordarlo. Al final no lo conseguí y tuve que inventarme una parte de la frase para que sonara poética y reflexiva. Pensé que sonaría genial, pero ahora que lo dije admito que suena bastante estúpido, es bueno que ella no estuviera aquí para verme decir esta porquería de frase— rio de manera exagerada, como era común en el—. Como sea Louis, ya estamos aquí y podemos comenzar con esto. Tuviste los huevos para golpearme e incluso te pusiste impertinente conmigo, así que toca una retribución, no puedo dejar que la gente vea como me haces eso.
—Nadie estaba ahí para verlo Chandler— Lincoln dijo aquello tratando de apelar a la cordura de Chandler, esperando algo de compasión de su parte.
—¿Además de estúpido también eres ciego? Clyde y el resto estuvieron ahí.
Lincoln encogió un poco su cuerpo, encorvando su espalda. Ciertamente hubo más personas que vieron aquello, pero todos eran secuaces de Chandler, estaba seguro de que no dirían nada a menos que quisieran enfrentarse a las represarías que aquel castaño loco pudiera tener con ellos.
—No quiero pelear Chandler...
—Oye Clyde, tengo una duda, ¿en algún momento pedí la opinión de Lucio?
Clyde respondió aquella pregunta solamente moviendo su cabeza en un gesto negativo, de haberlo intentado, Lincoln habría conseguido verlo hacer aquello de reojo.
>>Tienes razón Clyde, yo no le pedí su opinión, así que no digas cosas sin importancia Leo. Mejor prepárate para lo que está por comenzar, arroja esa porquería que usas como mochila y prepárate para recibir una paliza. Y más te vale que esta vez si te defiendas, debemos continuar con aquello que hiciste en la mañana, fue bastante divertido y aunque dolió bastante, valió la pena.
Lincoln dio algunos pasos a su derecha después de que Chandler le diera una señal con la cabeza, y dejo su mochila recargada en el césped, esperando que nadie ahí la tomara y quisiera arrojarla a algún charco de lodo o sobre las ramas de los arboles. Cuando regreso a su lugar no pudo evitar temblar, tenía miedo, Chandler le había dado palizas antes y eran muy dolorosas, también sabía que no podía escapar, sus secuaces lo detendrían si intentaba eso. También recordaba que el par de veces que intento escapar y fue capturado, la paliza a puño limpio que le propinaba Chandler término por convertirse en una lluvia de patadas y pisotones por parte de todos sus acompañantes. Era horrible pasar por aquello, contrario a lo que uno pensaría, eran los pisotones los que dolían mas, también daba igual a si era sobre el estomago, en los costados o incluso en la espalda, cada golpe lo dejaba sin aire y le hacía muy difícil respirar. Levantarse en esas circunstancias era prácticamente imposible, y el dolor lo hacia encogerse, por lo que tampoco tenía la opción de tratar de salir corriendo de ahí. Chandler lo amenazo con una gran paliza, por lo que esperaba algo de ese estilo, aunque esta vez Lincoln podía decir que se lo busco solo, después de todo le dejo una herida en el rostro al castaño.
Chandler se abalanzo sobre el peliblanco rápidamente, casi corriendo desde donde estaba, Lincoln no supo qué hacer, así que solo dio un par de pasos hacia atrás mientras levantaba ambos brazos para tratar de cubrir su rostro, pero aquello no fue efectivo en absoluto, el puño de Chandler llego directamente hasta la mejilla izquierda de Lincoln. Era la tercera vez ese día que recibía un golpe en ese lugar y ahora tenía el temor de que quizá eso terminara por tumbarle algunos dientes o abriendo su piel. El golpe agito su cabeza, aunque no le hizo perder de vista lo que sucedía, solo causo un dolor más agudo que el de la mañana mientras comenzaba a sentir como su mejilla se calentaba cada vez mas. El segundo golpe le dio de lleno en la sien derecha, muy cerca de la ceja, consiguiendo que Lincoln se confundiera un poco ante la pérdida de enfoque que tuvo en su vista con aquel golpe que no vio venir, pero que tampoco le causo verdadero dolor. El tercero fue directo a su estomago y pudo sentirlo por completo, no se sintió como un puñetazo, fue más parecido a un pellizco que dejo adolorido su vientre y que le saco el aire mientras lo hacía encorvarse por el punzante dolor.
Después de eso pudo sentir como Chandler simplemente ponía sus manos sobre sus hombros y lo empujaba con fuerza para hacerlo caer sobre el suelo, tal y como dijo el castaño, el césped hacia más suave aquella caída, pero no evito que Lincoln sintiera un dolor en su espalda a pesar de caer sentado y consiguiendo dejarlo aun mas sofocado ante la pérdida de aliento.
—¿Qué esperas para defenderte? Te traje aquí para pelear contigo, no para que te quedes como idiota recibiendo golpes. Eso dejo de ser divertido hace mucho tiempo.
Lincoln levanto su mirada lentamente, aun tratando de recuperar el aliento, pero no intento cruzar miradas con Chandler, en su lugar miro a su alrededor, sabía que si intentaba huir no tendría ninguna oportunidad, pero esperaba ver a alguien cerca a quien pedirle ayuda. Sabía que ese parque debía de tener gente en él y aun cuando la mayoría serian seguramente ancianos, debería ser suficiente para que pudieran detener ese escenario tan lamentable.
>>Cuando alguien te hace una pregunta debes responder idiota— reclamo Chandler, dándole una patada en el costado a Lincoln, quien solo se cubrió con su brazo—. Ahora levántate y comienza a defenderte, esta mañana parecía que te habían crecido las bolas, quiero verlo de nuevo. Es gracioso ver el rostro que pones cuando te enojas.
—¿Por qué me haces esto?— pregunto Lincoln, tratando de incorporarse— ¿Por qué me odias?
—No pongas palabras en mi boca idiota, yo jamás he dicho que te odio, solo es divertido molestarte. Siempre te quedas con esa cara tan estúpida que tienes, mirando fijamente mientras todo sucede, pero no haces nada por defenderte, antes eso era muy gracioso de ver. Aunque ambos sabemos que todo esto comenzó por la paliza que me diste hace años. Fue genial sabes, parecías un maldito lunático aquella vez y tus golpes eran bastante dolorosos. Todos en el club de futbol vieron aquello, la verdad fue bastante vergonzoso recibir semejante paliza ante tanta audiencia, pero ahora es un buen recuerdo.
—Yo me disculpe por eso, de verdad lamento haberte hecho eso...
—Esto no es porque quiera una disculpa— interrumpió el castaño—, y lo sabes bien. No sé porque te gusta pretender que no sabes nada, pero es muy molesto que trates a la gente como si fueran todos estúpidos. Por eso la gente no te soporta, apuesto a que es también por eso que las locas de tus hermanas tampoco quieren hablar contigo.
Lincoln no supo cómo reaccionar, a pesar de lo que dijo Chandler, el realmente no sabía que es lo que tenía en mente o cual era su verdadera razón para tratarlo de aquella forma, mucho menos trataba como estúpido a nadie. "¿Qué demonios tiene en la cabeza?" se pregunto Lincoln, dejando en claro su confusión a través de su expresión.
Chandler volvió a acercarse a Lincoln con violencia, soltando un derechazo directo al ojo del peliblanco, el cual lo recibió a pesar de que intento esquivarlo, en seguida un golpe aterrizo en su mejilla izquierda y después una patada directa a su tobillo izquierdo, la cual lo hizo perder el equilibrio y caer nuevamente, esta vez sobre su costado.
>>Da igual, aquellas veces me humillaste así que solo quiero algo de retribución. Ya sabes, devolverte el favor o alguna de esas cosas psicológicas que no entiendo bien. Después de la primera paliza lo intente, pero solo conseguí que me diera una fiebre por culpa de la segunda paliza y una contusión en la tercera, aun lo recuerdo bien— Chandler rio en tono alto, pero se escuchaba verdaderamente divertido con aquello que dijo—. Toda la reputación que había conseguido hasta ese día se desmorono por tu culpa, tuve que volver a empezar casi desde cero gracias a que todos vieron como me venció el niño anciano.
Pero lo peor fue cuando lo volví a intentar otra vez, estaba seguro de que te ganaría y de hecho lo hice, pero aquella vez no te defendiste, ni tampoco ninguna de las siguientes veces. Te dejabas apalear y eso era frustrante, ganarle a alguien así es más humillante que recibir una paliza. Me debes aquella pelea desde entonces Lincoln, así que más te vale ponerte de pie y prepararte para dar algunos golpes y patadas, no te contengas, si me ganas podrás presumirlo con todos, puede que hasta comiences a mejorar tu reputación.
—No quiero pelear contigo Chandler, no soy bueno en eso, además ya me canse y lo único que hice fue recibir golpes.
—¿Por qué te volviste tan aburrido? Antes eras alguien bastante genial. No tan genial como yo, claro está, pero eras bastante genial. ¿Fue culpa mía? ¿Te volviste aburrido porque a partir de nuestro cuarto encuentro perdiste todas nuestras peleas? No respondas, sé que no es así, de alguna manera todos en la escuela saben que es culpa de tus hermanas.
Lincoln frunció el ceño ante aquello, causando una pequeña sonrisa en Chandler, quien se sintió complacido con la forma en que Lincoln reaccionaba.
>>¿Qué sucede? No puedes negarlo, cualquiera puede verlo, algo pasaba entre tú y ellas. Nunca supe el que, pero tampoco me importa saberlo, supongo que fueron cosas de familia, aunque ¿sabes algo? Cuando volviste a pelear con ellas comenzaron muchos rumores sobre eso— Chandler rio de manera sínica ante eso ultimo, haciendo que Lincoln sintiera que algo no estaba bien— ¿Llegaste a escucharlos?
Lincoln se mantuvo en silencio, con su ceño aun fruncido y ya algo molesto con Chandler, aunque aun atento a cualquier persona que pasara cerca del lugar, esperando a pedir ayuda.
>>Apuesto a que llegaste a escuchar muchos de los rumores, eran bastantes después de todo, pero eran bastante graciosos. Uno decía que tus hermanas dejaron de quererte por no ser talentoso como ellas, creo que aun ahora ese rumor suena de vez en cuando. En otro decían que dabas mala suerte y por eso tu familia comenzó a mantenerte alejado, aunque ese era bastante estúpido. Otro decía que eras adoptado y cuando todas ellas se enteraron dejaron de quererte, pero ese rumor era bastante estúpido, era imposible que fueras adoptado, tu y aquella bruja blanca se parecen demasiado para no ser hermanos. Aunque pensándolo bien podrían ser adoptados ambos. ¿Qué opinas tú? ¿Podrían ser tus padres tan idiotas como para adoptar unos gemelos sabiendo que tienen tantas hijas? Creo que es posible.
Chandler rio descaradamente ante aquel comentario y causo mas enojo en Lincoln, quien poco a poco acumulaba su molestia, dejándola ver únicamente en su ceño fruncido.
>>Mi rumor favorito era ese que decía que tú te le declaraste a una de tus hermanas y comenzaste a darle asco a todas por ser un enfermo. Yo invente ese, lo sé, fue bastante ingenioso y gracioso. Estuve pensando incluso en iniciar otro rumor sobre ti, algo mejor que el de estar enamorado de tus hermanas, pensé en decir que solías escabullirte en la habitación de Leni para robar su ropa interior y usarla para masturbarte o algo así, quizá decir que entrabas en el cuarto de ella para masturbarte mientras la ves dormir y venirte sobre su cara. Es tan estúpida que seguro no lo notaria a la mañana siguiente.
Lincoln se puso de pie muy molesto, ahora sus puños estaban cerrados con fuerza y se notaba claramente su intención de decir algo, pero Chandler no se lo permitió, continuo antes de darle oportunidad.
>>Pero pensé bien aquello y decidí no hacerlo, no era tan genial ni tan gracioso, debía ser algo mucho más escandaloso. Y de pronto, Eureka, la idea vino a mi mente, esparcir exactamente el mismo rumor, pero llevarlo al extremo. No estarías aprovechándote de tu hermana mayor retrasada, lo harías con una de las menores. Quizá con una de las gemelas, las visitabas en su habitación por la noche y las mancillabas mientras dormían...
—¡Cállate!— le grito Lincoln, ya habiéndose acercado a Chandler y sujetándolo una vez mas del cuello de su camisa, con su mirada fija en él y mostrándose completamente furioso— ¡No digas nada más! ¡Yo jamás le haría algo así a ninguna de ellas! No te atrevas a decir eso en la escuela.
—Necesitas amigos— mención Chandler riendo y dejando que Lincoln mantenga el control de aquella situación—, empecé a esparcir ese rumor hace como dos semanas, ya hay bastante gente hablando sobre eso y...
Chandler no pudo continuar, una vez más un cabezazo lo mando directo al suelo mientras se quejaba por el dolor. Lincoln se abalanzo sobre él con la intención de soltar su ira, aquello que había dicho estaba completamente fuera de lugar. Lincoln no sería capaz de hacer algo así a ninguna de sus hermanas jamás ¿Qué clase de persona puede pensar en algo así? Siendo ellas sus hermanas no había forma de verlas más que como eso, ni tampoco tendría él la poca vergüenza y falta de valores como para asaltar a alguien mientras duerme. Y ahora tenía que lidiar con que aquello ya se hablaba en la escuela desde hace un par de semanas, para él no era nada nuevo lidiar con mala reputación, podía tolerar que la gente hable a su espalda y le diga cosas horribles o hasta le deseen la muerte, pero aun así no podía evitar sentirse muy enojado, pero sobre todo muy triste. Si realmente Chandler esparció ese rumor en la escuela, no solo la reputación de Lincoln se vería afectada, la reputación de sus hermanas también terminaría por mancharse de una u otra forma. No podía permitir que algo así pasara, tenía que detener aquel rumor y lo haría haciendo que la fuente del mismo se retractara de él. Haría que Chandler se disculpe por iniciar ese rumor y lo obligaría a confesar que aquello era una mentira para que no afecte a ninguna de sus hermanas.
—No esta vez— aclaro Chandler, mientras se ponía de pie después de haber lanzado a Lincoln usando sus piernas cuando este había terminado sobre el tratando de golpearlo—, eso te funciono aquellas veces porque era demasiado tonto, pero no te va a funcionar ahora. ¿Tanto te molesta que la gente diga cosas así sobre ti?— pregunto en un tono burlón mientras dos de sus golpes hacían contacto contra la cara y pecho de Lincoln— Pensé que te daba igual lo que los otros pensaran o como te veían. Al menos eso dijiste un par de veces, aunque no es difícil de creer eso si me lo preguntas— una patada directa al tobillo izquierdo de Lincoln lo hizo caer al suelo nuevamente—. Solo hay que verte, mira tu ropa vieja y descolorida— Lincoln rodo sobre el suelo esquivando un pisotón que por poco le da en la cabeza, para en seguida ponerse de pie—, esos malditos tenis son horribles y puedo apostar a que no los compraste, seguro los conseguiste en algún bote de basura— Chandler esquivaba con mucha facilidad los golpes de Lincoln que eran muy lentos y amplios, mientras el conectaba con su cuerpo en cada intento—, y esas extrañas canas tuyas, son tan horribles que parecen un maldito estropajo. Incluso tu cara es horrible, ¿es que acaso nunca duermes? Las marcas en tus ojos son enormes— Lincoln comenzaba a lucir cansado debido a su incapacidad para esquivar y frustrado debido a que no podía conectar ni un solo golpe—. Maldición Lincoln, son gemelos y son tan diferentes, tu estúpida hermana es tan hermosa y popular, apuesto a que la piel de su trasero debe ser muy suave— Chandler consiguió tumbar a Lincoln una vez más con un golpe al tobillo— y su cabello es tan sedoso, me pregunto si su vagina tendrá también vellos de color blanco ¿Qué me dices Lincoln?— pregunto Chandler, tomando ventaja de estar sobre Lincoln— ¿Alguna vez la has visto? Apuesto a que si, viven en la misma casa, seguramente la has espiado mientras se baña o algo así— Lincoln solo podía cubrir su rostro ante la lluvia de golpes que Chandler le daba— o ¿será que ella misma te dejo verla? Claro, tiene muchos chicos tras de ella y tal parece que a todos les hace caso, debe ser una puta, si se lo pides seguro que te posaría mientras la usas como material de masturbación. Quizá yo se lo pida la...
Chandler no pudo continuar, un golpe impacto de lleno en su cara, directo en su ojo izquierdo, con una intensidad tan brutal que el desconcierto le hizo olvidar donde estaba o que es lo que hacía. Su espalda quedo erguida al momento del golpe, mientras ambos brazos caían sin gracia, dando la impresión de que la fuerza en ellos se había desvanecido, aquellos que veían la pelea como espectadores pudieron ver el rostro de Chandler perder cualquier expresión, de camino al suelo parecía que perdía por completo cualquier atisbo del enojo y la emoción que instantes antes irradiaba, mientras sus ojos perdían cualquier brillo en ellos e incluso parecían haber perdido su vida. Termino por desplomarse en el suelo de manera dura, parecía que hubieran arrojado algo al suelo por el extraño ruido que provoco, y casi de inmediato gruño un poco antes de ser interrumpido. Lincoln al ver como Chandler caía sobre su espalda, trato de ponerse de pie de manera apresurada, utilizando su pierna derecha como apoyo, pero cayó de manera instantánea al primer paso. Estaba adolorido por todos los golpes que Chandler le había dado, cada uno de manera certera y con una cadencia que probo ser bastante brutal, mientras que su cansancio era ya bastante, no tenía idea de cuánto llevaban peleando, y por mucho que le avergonzara admitirlo, seguramente solo eran unos pocos minutos, menos de una decena quizá, pero Lincoln estaba ya completamente agotado. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que sintió su cuerpo victima de tanto agotamiento, y su pesada y malograda respiración así lo demostraban, siendo tan caótica que debía usar su boca para poder abastecerse de aire. También comenzaba a sentir el mismo ardor de un par de días atrás, surgiendo desde su estomago y subiendo rápidamente hasta llegar a su garganta, quemando de manera molesta todo a su paso, aquello fue repentino y consiguió que Lincoln tosiera de manera errática tratando de recuperar el aliento, pero con ello consiguió únicamente que aquel liquido que había subido hasta su garganta, terminara subiendo aun mas hasta alojarse en sus fosas nasales por culpa de aquel espasmo. Sus ojos, los cuales ya habían comenzado a llorar hacia varios golpes, derramaron mas lagrimas producto de todo aquello, pero sobre todo de la frustración. Pero nada de esto fue lo que lo hizo caer, fue su intento de caminar, al dar el primer paso, recargando su pie izquierdo al hacerlo, pudo sentir un intenso dolor punzante que recorría desde la planta del pie hasta llegar a su cadera, lo que le hizo tropezar en su intento de no recargar el pie por más tiempo para evitar aquel dolor.
Pero Lincoln seguía molesto, aquellas cosas dichas de sus hermanas eran horribles y no permitiría que Chandler siguiera diciéndolas, le daría una lección para que se retracte y cambie aquella actitud. No pensó en defenderse nunca, pues nunca había visto a Chandler como alguien verdaderamente amenazante, era solo un chico que intimidaba un poco y que gustaba de imponerse a través de la violencia verbal y ocasionalmente la física. Lincoln podía recordar las palizas que ese castaño le había propinado antes, pero ninguna había sido como esta, en el pasado el bravucón únicamente se limitaría a darle algunos golpes en el cuerpo, mayormente en el torso, evitando dejar cualquier marca en sus brazos o rostro que evidenciara los golpes. Algunas veces incluso lo sometía y teniéndolo en el suelo le propinaba algunas patadas, pero sin mucho esfuerzo podía notar la fuerza que utilizaba, era únicamente intimidación, no había ninguna animosidad en aquellos golpes, eran solo sus puños escupiendo las mismas groserías que su boca, pero un poco más dolorosas, en ningún momento le pareció que realmente tuviera la intención de lastimarlo. Esta vez había sido completamente diferente, cada golpe que recibió fue con una fuerza que nunca antes sintió venir de Chandler, su rostro también estaba diferente, mostrando aquella extraña mueca que no pudo interpretar y que parecía mostrar sus nuevas intenciones de lastimarlo verdaderamente. Pese a todo Lincoln podía tolerarlo, cada golpe, cada insulto, cada ocasión en la que Chandler consiguió mandarlo al suelo, pero lo que no estaba dispuesto a tolerar era aquellos insultos dirigidos a sus hermanas, en especial a Leni. Hace solo un día que había tomado la decisión de volver a intentar arreglar las cosas con ellas, así que no permitiría que alguien digiera aquel tipo de injurias sobre ellas solo para provocarlo. Lincoln lo sabía bien, a pesar de ser un mal estudiante, seguía teniendo un sentido común normal, podía entender que todas aquellas cosas que Chandler le decía sobre sus hermanas eran seguramente falsas, después de todo no había precedente de aquello, Chandler siempre se limito a molestarlo a él y provocarlo, jamás lo había escuchado decir nada de ninguna de sus hermanas excepto de Lynn, a quien solo mencionaba en presencia de su novia. Era obvio lo que Chandler pretendía, aunque lo lamentaba mucho, Lincoln había caído en sus provocaciones, aun cuando sabia que lo eran. Pero el enojo no iba a desaparecer solo por entender que mentía, aun si era de esa forma, Chandler dijo aquellas cosas horribles de Leni y de sus hermanas menores, las cosas dichas a cualquiera de sus hermanas mayores solian representarle problemas menores, Lori sabia defenderse sola, al igual que Luna y Lynn, en el caso de Luan, sabía que Luna siempre estaría para ella, sea para apoyarla o sea para defenderla, pero en cualquier caso Luan era también una chica capaz de defenderse si la situación la obligaba. Pero Leni era incapaz de pensar mal de alguien, incapaz de dudar de otras personas, incapaz también de intentar insultar o agredir a alguien de una forma que no fuera poner aquella mirada tan intensa, pero al mismo tiempo tan tierna o sujetando con fuerza la muñeca de las personas, como si en su mente ella tuviera la fuerza necesaria para que el apretón causara algún daño, pese a que la realidad es que aquello no lastimaría ni a las hermanas pequeñas. Leni no podía hacer daño a nadie ni tampoco defenderse por si misma, ella necesitaba atención en todo momento y Lincoln lo sabía, a lo largo de los años, y entre mas entendía la delicada situación de Leni, pudo ver como su hermana mayor Lori había hecho muchos sacrificios por el bien de ella, se había resignado a perder muchas cosas y experiencias de su juventud con tal de cuidar de Leni y mantenerla a salvo, alejada de gente que le pueda hacer daño o que intente aprovecharse de ella. Si Lincoln permitía que Chandler digiera aquellas horribles cosas sobre Leni, no solo estaría dejando que mancillaran la reputación de su hermosa y adorable hermana mayor sino también dejaría que mancillaran todo el esfuerzo y sacrificios que Lori ha hecho con la finalidad de protegerla.
Aun cansado, bastante mareado, muy adolorido y ahogándose un poco con su propia saliva por culpa de los tosidos que aquel reflujo le provocaron, Lincoln trato de ponerse de pie una vez más al ver que Chandler no parecía estar capacitado para incorporarse. Abrumado por el dolor en su pie izquierdo opto por gatera hasta ponerse sobre Chandler y sin piedad y tratando de soltar todo ese odio u enojo que tenia encima, lo golpeo repetidas veces en el rostro. Después del primer golpe pudo ver como Chandler pareció reaccionar al fin, parecía haber salido de un estado de shock, o quizá había despertado después de estar inconsciente, recibiendo el segundo golpe y todos los posteriores a ese, defendiéndose con sus manos y quejándose mucho de aquellos duros puños que Lincoln dejaba caer sobre él. Lincoln lo escucho gritar algo en medio de sus quejidos, pero estaba tan concentrado en dar golpes que no pudo entender aquello, simplemente siguió tratando de conectar otro golpe al rostro de Chandler sin mucho éxito. Aquellos que veían todo como espectadores estaban pasmados, no era como se veía en las películas ni tampoco como en aquellos videos de peleas callejeras, los movimientos del peliblanco eran lentos y torpes, quizá hasta algo graciosos de ver de no ser por lo brutales que sonaban los quejidos del castaño ante cada uno, siendo este ultimo incapaz de levantarse debido a que tenia a Lincoln sobre si y dándole una lluvia de puños sin descanso. Ambos se veían muy cansados, pero sobre todo muy desorientados con todo lo que había pasado, el castaño se veía aun atento a lo que pasaba, quejándose de los golpes que recibía y en su rostro se podía ver algo de miedo además de tener aquella respiración pesada que demostraba su cansancio. Pero Lincoln era diferente, el a pesar de tener el control de la pelea en ese momento, no podía parar de llorar, sus sollozos eran a penas perceptibles pero las lagrimas de sus ojos caían de manera profusa, también podía escucharse su hipar ocasional acompañado de un pequeño espasmo.
Clyde y el resto de los presentes estuvieron muy tentados a detener aquel espectáculo tan lamentable y algo retorcido, pero Chandler había sido muy claro cuando hablo con ellos antes de salir de clases, nadie debía interferir y debían dejar que pasara todo lo que tuviera que pasar. Incluso ahora que estaba siendo sometido Chandler les grito una advertencia en cuanto los vio acercarse, y en verdad ninguno de los ahí presentes quería llevarle la contraria, se veía muy serio y emocionado con esta pelea antes de comenzarla, y detenerla seria contradecirlo, ninguno de ellos estaba dispuesto a que Chandler lo botara por hacer aquello, Chandler era un bravucón y una persona casi siempre nefasta, pero tenía muchas ventajas el permanecer a su lado, por lo que en realidad ninguno de los presentes estuvo dispuesto a salvarlo por irónico que eso pareciera. Para tranquilidad de ellos, la pelea no duro mucho más, de manera veloz y bastante inesperada apareció una chica de cabello castaño peinado en una larga coleta y adornado con un moño color azul. Era la novia de Chandler. Se acerco a ellos apresurada y sin temer recibir algún golpe por lo que hacía, tomo a Lincoln para levantarlo y después arrojarlo, alejándolo de Chandler, a quien en seguida se acerco para auxiliar.
Cuando fue arrojado, Lincoln sintió la increíble fuerza que aquella chica castaña tenia, se alejo algunos metros de Chandler con aquel empujón el cual lo lastimo bastante. No por la acción de la chica per se sino porque al tratar de equilibrase Lincoln volvió a sentir aquel profundo y agudo dolor en su pie izquierdo, recorriendo toda su pierna mientras se extendía, y consiguiendo que Lincoln caiga sobre el suelo entre quejidos y algunos llantos.
Chandler por su parte pudo ver a Lincoln separarse de el rápidamente y después salir volando, aquello lo confundió y también lo molesto, hasta que vio frente a él, el rostro de aquella chica que reconoció al instante.
—¿Jordan? ¿Dónde está Lincoln?
—Te lo quite de encima— respondió la chica, mostrándose preocupada por la situación y apariencia en que encontró a su novio.
—¿Qué? ¿Por qué lo hiciste?— pregunto Chandler, tratando de levantarse ayudado por su novia.
—¡Para salvarte el culo idiota! ¡Te estaban dando una paliza!
—¡Lo sé! ¡Ese era el punto de esta pelea!
—¿De qué hablas? ¿Acaso los golpes te volvieron estúpido?
—¡Maldición Jordan! Lo arruinaste, claramente tu eres la estu...
Chandler termino una vez más en el suelo, esta vez por un codazo que Jordan le propino en la boca del estomago, dejando al chico completamente sofocado y quejándose en el suelo mientras sujetaba su estomago con fuerza.
—¡No intentes decir eso de nuevo! Eres un desagradecido, te acabo de salvar, ese chico no se iba a detener y tu no parecías tener fuerza suficiente para quitártelo de encima— el reclamo de la chica termino propinándole una patada en el estomago a Chandler, aunque no pareció ser muy fuerte.
—¿Cuál es el problema con eso?— pregunto Chandler, con una voz quebrada por culpa de aquel sofoco.
—Estuvo a punto de ganarte y...
—¡Ese es el punto de una pelea Jordan! Alguien tiene que ganarla, da igual si soy yo o alguien más.
—Pero el te estaba golpeando en el suelo, eso es injusto...
—Me han visto hacer lo mismo muchas veces antes y no recuerdo que me hayan detenido, ¿Cuál es la diferencia ahora?
—Pues... tú eres mi novio, no quiero que algo malo te pase.
Chandler no respondió, se limito a buscar a Lincoln con la mirada mientras volvía a ponerse de pie. La decepción fue mucha en el al encontrarlo, era bastante claro que había perdido aquel arranque de ira de hace un momento, su mirada ya no era la misma, y sus movimientos tampoco. Ahora estaba aun recostado sobre el césped, llorando profusamente, pero esta vez era obvio que aquellas lágrimas venían del miedo y el dolor, especialmente por cómo se sujetaba el pie, mostrando cuanto le dolía. Cuando sus miradas se cruzaron Lincoln se aterrorizo y su respiración quedo mas entorpecida aun de lo que ya de por si el cansancio se la había dejado. Aun si intentaba provocarlo de nuevo seguramente ya no tendría caso, no conseguiría sacarlo de aquel terror que se veía en su rostro y seguramente la adrenalina en su cuerpo se había disipado ya tomando en cuenta lo mucho que parecía dolerle aquel pie que sujetaba con fuerza. Incluso el podía sentir ahora todo su cuerpo adolorido y muy cansado, tampoco sería capaz de terminar aquella pelea a esas alturas.
Victima tanto del mareo que tenía como del dolor que sentía, sin aviso Chandler vomito, teniendo la cortesía de hacerlo en la dirección opuesta a la que su novia se encontraba, pudo ver incluso algunos restos de comida que aun no eran digeridos. Era asqueroso, tanto como para producirle nauseas nuevamente, pero consiguió soportarlo, y limpiando su boca con su brazo trato de parece tan firme como el dolor se lo permitiera y mirando a Lincoln se despidió de él.
—Es una lástima Larry, parece que no podremos terminar nuestro baile esta tarde, tocara esperar por otra oportunidad. Pero no te preocupes, termine casi igual de mal que tu, así que te voy a dejar en paz un rato, al menos el tiempo necesario para que estés sano de nuevo. Más vale que practiques algo mientras te recuperas, tus movimientos son los peores que he visto en alguien. Da igual cuan fuerte pegues si no tienes la habilidad para que tus golpes acierten a la persona frente a ti. Fue una buena pelea y todo eso, como sea, ya abras visto ese tipo de cosas en alguno de esos comics estúpidos que lees. Fue una buena pelea, recupérate pronto y podremos repetirlo de nuevo.
—Retráctate... lo que dijiste— Lincoln a penas pudo alzar la voz debido al ardor en su garganta.
—¿Qué? Oh, vamos, hasta tu deberías saber que todo lo que dije era mentira, bueno, si hay rumores sobre ti, pero lo de tus hermanas todo era falso ¿en serio no te diste cuenta? Vaya que eres un estúpido, por eso sigues siendo víctima de los bravucones que están por debajo de mí.
—Lo que dijiste de de mis hermanas y...
—Ya te dije que es falso idiota, no esparcí ningún rumor.
—No, lo que dijiste de Leni y...
—¿Qué dijiste de Leni?— pregunto Jordan, interrumpiendo a Lincoln y dedicándole una furiosa mirada su novio.
—No lo sé, tonterías, invente todo sobre la marcha la verdad.
—Dijiste que Leni era una estúpida y que Li...
Un quejido interrumpió a Lincoln, provenía de Chandler quien recibió un fuerte codazo de parte de su novia, directo a las costillas, causando que caiga una vez más al suelo quejándose.
—¿Acaso eres idiota?— pregunto la castaña molesta— ¿Cómo se te ocurre decir eso de ella? Es un amor y no se merece que la insultes. No pienso perdonarte si vuelves a decir algo de ella.
—Maldición— se quejo Chandler, casi en un quejido, pero en voz muy baja—. No siento las uñas y me duele mucho el cabello. Creo que es por el golpe que me diste.
—Muy gracioso Chandler— replico la castaña, entre genuinas risas producidas por aquella estupidez dicha por el castaño.
—Creo que me rompiste una costilla, ayúdame a levantarme.
Aquella pareja formada por el castaño oscuro y la castaña clara continuaron hablando tranquilamente, bromeando un poco entre ellos mientras la chica no dejaba de regañar al chico. A pesar de la situación en la que estaba, Lincoln se dio un momento para verlos, en especial a la chica, así como Chandler tenía una reputación en la escuela debido a su influencia y a ser un matón bastante molesto, la chica era también conocida. Bastante atlética y resaltando en cualquier deporte, Jordan era considerada por muchos profesores de la escuela y por casi todos los alumnos, como la única que podría llegar a tener el nivel de Lynn siendo que ya les había tocado competir entre ellas antes y ambas estaban siempre muy parejas en desempeño. Para Lincoln era la primera vez que la veía, aunque había escuchado a gente hablar de ella antes, y no podía más que sentirse extrañado. Al igual que en el caso de su hermana, Jordan no parecía alguien muy atlética, tenia aquel cuerpo algo escuálido y apariencia débil, aunque era evidente que Jordan tenía una estatura normal para su edad mientras que Lynn parecía no crecer más. Pero por lo que llego a escuchar aquella castaña esta casi al mismo nivel que Lynn, por lo que cuando Chandler comento sobre su costilla rota Lincoln lo creyó, sabía que su hermana había lesionado a muchos compañeros de entrenamiento por no saber medir su fuerza, especialmente cuando comenzó a practicar deportes de pelea. Lincoln debía ser cuidadoso ahora que ella estaba presente, a primera vista parece ser alguien razonable, pero siendo novia de Chandler no le sorprendería que decidieran golpearlo entre los dos.
***
Un par de minutos fue lo que tomo para ver a Chandler partir con su grupo tras la aparición de su novia, tal parece que es ella quien lleva las riendas de aquella relación, aunque no es que eso sea algo malo, parece que es lo normal tomando en cuenta lo fuerte que parece ser esa chica. Lamentablemente esa partida fue tras una amenaza, Chandler dijo estar muy conforme con aquella pelea, pero también muy molesto con el resultado, por lo que le advirtió a Lincoln que volvería a pasar. No dio una fecha exacta, aunque insinuó un periodo de dos o tres meses, quería recuperarse por completo para el siguiente round, aquello era bastante aterrador, aunque Lincoln le resto bastante importancia ya que seguramente para esas fechas estará satisfecho.
Ahora que ya se sentía fuera de peligro, Lincoln se dejo caer sobre su espalda y, sintiéndose muy adolorido, frustrado y triste, comenzó a llorar. Trataba de ahogar un poco su llanto para evitar que alguien lo escuchara, pero era irrelevante aquello, si nadie los había escuchado pelear a pesar de las veces en las que Chandler grito, seguramente tampoco nadie lo escucharía llorar en medio de aquellos arboles altos. Todo su rostro ardía mucho, sentía como si alguien hubiera quemado su piel usando algún tipo de encendedor de bolsillo, parecía ser una quemadura, pero no una muy preocupante, solo una molesta y dolorosa. Sus brazos estaban entumidos, tenia aquella sensación de hormigueo que ocurre cuando una extremidad pierde parte de su suministro sanguíneo, pero al mismo tiempo le dolían mucho debido a los golpes que intento detener usándolos, pero la parte de ellos que más le dolía eran sus muñecas, él no tenía experiencia peleando, y al dar aquellos pesados golpes a Chandler cuando lo consiguió someter causaron que más de una vez sus muñecas cedieran y terminaran arqueándose de forma dolorosa. Su torso estaba también bastante magullado a pesar de que en esa zona recibió menos golpes, solo un par de ellos en el pecho, los cuales no dejaron ningún tipo de daño, pero varios en sus costados, dejando sus costillas muy adoloridas y algunos en su estomago, los cuales parecían haberle hecho mucho daño ya que además de sentir aquel dolor en su piel, semejante al causado por un pellizco, Lincoln podía sentir también su estomago muy caliente y agitado, parecía que en cualquier momento podría terminar vomitando por culpa de aquel extraño dolor, y esperaba que así fuera, ya que la otra opción seria quizá soltar todo aquello, pero por el otro extremo. Pero lo que más le dolía a Lincoln era su pie izquierdo, más específicamente el tobillo, ese dolor era punzante, parecía que alguien estuviera encajando cientos de agujas en aquella área, todas al mismo tiempo y muy profundamente, y a cada latido de su acelerado corazón, podía sentir también como el resto de su pierna compartía aquel dolor, era como si desde su tobillo aquella sensación dolorosa avanzara hasta llegar cerca de su ingle.
Pero aun cuando aquel dolor sin duda aportaba bastante, su llanto no provenía de él, era producto de los pensamientos de Lincoln. Su cabeza había comenzado a doler mientras permanecía recostado tratando de entender porque demonios le había pasado todo esto. Fue tan rápido y tan extraño, esa mañana había sentido que todo saldría bien cuando aquellas chicas fueron amables con él en clase y ahora estaba tirado sobre el césped, completamente adolorido y llorando como hacía mucho tiempo que no tenia oportunidad de hacerlo. Siempre supo que Chandler era un tipo desagradable, pero no pensó que las cosas llegaran tan lejos, y todo para que él se sintiera mejor. Tal vez solo sea algún tipo de masoquista. Daba igual, Jordan apareció en el momento justo, aunque Lincoln no recordaba muy bien toda la pelea a pesar de que había terminado unos momentos atrás, sabía que de haber continuado, se habría lamentado del resultado. No importaba como terminara aquella pelea, para Lincoln sería una forma de perder, aun si conseguía ser él quien le diera la paliza a Chandler, la vergüenza y remordimiento por aquello no lo dejaría en paz. Por mucho que el enojo le haya cegado por algunos momentos, hacerle lo que le hizo a Chandler no lo hacía sentirse mejor de ninguna forma, aun cuando se lo merecía por haber dicho todo aquello, aun cuando se lo merecía por todo lo que le hizo desde que se conocieron, aun cuando se lo merecía por ser una persona horrible, aun cuando se lo merecía por no tener escrúpulos, aun así, aquellos golpes que consiguió darle no lo hacían sentirse mejor consigo mismo, por el contrario lo hacían sentirse como una basura, con aquello lo único que hizo fue rebajarse al nivel de Chandler.
Arrastrándose sobre el césped tan cuidadosamente como pudo, tratando de evitar lastimar aun mas su tobillo, Lincoln se acerco a su mochila, la cual seguía tirada en el mismo lugar donde la había dejado, necesitaba saber qué hora era para no regresar demasiado temprano o tarde a casa. Desabotono aquel manojo de tela parchado y metiendo su mano, encontró el aparato rápidamente, trato de hacerlo reaccionar, pero no lo consiguió, el teléfono no reaccionaba. Sabía perfectamente que había puesto a cargar su batería por la mañana, y no lo había usado en todo el día debido a la preocupación que tenia por culpa de Chandler, pero aun así el teléfono no daba indicios de actividad. Lo reviso por todas partes, estaba hecho un desastre, la pantalla estaba completamente estrellada, la tapa trasera estaba rota, por lo que parte del interior quedaba expuesta, los botones laterales estaban ausentes, en su lugar solo estaba un hueco, y su color estaba ya bastante manchado por la exposición al polvo. La única forma de hacer que aquel viejo teléfono reaccionara era dando dos toques suaves sobre la pantalla, la cual tenía la función de encenderse ante aquello, pero Lincoln no conseguía aquello. Con mucha decepción recordó lo que sucedió en la mañana, con el cayendo al suelo y con ello lanzando hacia adelante su mochila al tropezar por culpa de Chandler. Seguramente aquel golpe termino por destruir su ya moribundo teléfono. Lincoln se sintió aun más frustrado con ello, le sería imposible reemplazar aquel teléfono, por mucho que trabajara, juntar lo suficiente para un teléfono nuevo, por muy austero que fuera, sería una tarea a muy largo plazo, sin mencionar que no tenia aun un trabajo y tampoco sabía si aquella idea de cortar el césped de las casas funcionaria. Por ahora daba igual, ya preguntaría la hora a alguien que se topara en la calle, no tenia mas opción. Por ahora lo que tenía en mente era llegar de alguna forma al baño público de aquel parque, quería enjuagar su rostro ya que aun sentía aquel ardor en su piel y también quería revisar su apariencia, justo en ese momento era casi seguro que parecería alguien completamente desalineado por culpa de la pelea, aunque pensándolo bien, el siempre lucia bastante desalineado, tal vez la diferencia no sería mucha.
Ponerse de pie probo ser una tarea ardua y de mucho compromiso, aun si no recargaba su pie izquierdo en el suelo, el simple hecho de moverlo un poco amplificaba aquel dolor que su tobillo tenia. Debió usar de apoyo uno de los árboles para conseguir erguirse, pero no supo bien que es lo que debía hacer a partir de ahí, para moverse tendría solo dos opciones, caminar cojeando, lo cual le dolería bastante al tener que recargar peso en su tobillo, o desplazarse dando pequeños brincos, dejando su pie izquierdo en el aire, aunque eso era casi igual de doloroso, por pequeño que fuera, el impacto del salto sacudía su tobillo y lo lastimaba. Además debía de llevar en brazos su vieja mochila, la cual estando de pie no fue capaz de recoger debido al dolor, y aun quería visitar el baño público, esperando con mucha esperanza que a diferencia del baño público en el parque del centro, este no tuviera una cuota de acceso, ya que no tenía nada de dinero con él. Después de esperar un rato, con la creencia estúpida de que quizá así aquel dolor menguaría, Lincoln se vio obligado a soportar el dolor ante la prisa que tenia por volver a casa y descansar. Sacaría provecho de que su familia aun no volvía para darse una larga ducha, tomaría las cosas del botiquín de emergencias y vería que podría hacer con su tobillo, esperando que aquella herida no fuera nada realmente serio, el dolor en su estomago quizá no lo dejaría comer en paz, así que no lo intentaría aun, pero podría estar tranquilo en casa ya que estaba sola.
Haciendo uso de toda su fuerza de voluntad Lincoln cumplió con aquello, tomo su mochila y como pudo llego hasta el baño público, era bueno que aquel lugar fuera tan tranquilo, nadie además de el entro en aquel baño, por lo que pudo revisarse al espejo tranquilamente mientras enjuagaba su rostro. Aunque él no lo había notado, su parpado izquierdo estaba algo hinchado y muy rojo, seguramente aquello terminaría convirtiéndose en un ojo morado muy desagradable, su ropa estaba bastante sudada y sucia, realmente parecía haber peleado hace poco, o podría ser también que pareciera un vagabundo. Afortunadamente nada en el sangraba y las únicas manchas de las cuales debía preocuparse eran las causadas en su ropa por culpa del césped u la tierra. La parte más dolorosa vino después, el regreso a casa era largo y sería también lento, a pesar de que trataba de aguantar aquel dolor tanto como podía, de manera muy constante debía hacer pausas para evitar sentirse abrumado, el ardor en su rostro no se detuvo y sus costillas aun le dolían al respirar de aquella manera tan pesada, además el dolor de cabeza había terminado por provocarle un molesto mareo y unas notables nauseas. Debido a aquella apariencia, la mayoría de la gente que lo veía prefería evitarlo, pero no podía culparlos, si su apariencia había empeorado un poco desde que se vio al espejo, en ese momento seguramente se vería fatal, sin duda mostraba ser alguien que traería problemas. En condiciones normales aquel viaje a pie seguramente le habría tomado solo un poco más de una hora a Lincoln, después de todo aquel parque estaba casi al extremo del pueblo y en dirección opuesta a su casa, pero estando en aquella situación Lincoln no supo calcular cuánto tardo en llegar a casa, solo sabía que había sido demasiado tiempo, o al menos así se lo pareció sintiéndose abrumado por todo aquello que sentía en ese momento.
***
Después de haber hecho aquella caminata que a Lincoln le pareció maratónica y completamente desproporcionada por culpa de todos aquellos dolores que le aquejaban, y habiendo terminado completamente empapado en sudor a pesar del agradable clima fresco que podía sentirse por esas fechas, el se vio forzado a detenerse nuevamente, pero en esta ocasión no fue para descansar y tratar de reducir el dolor de su tobillo, tampoco fue por intentar controlar aquella desagradable sensación de nauseas que parecía querer hacerlo vomitar y que provenía directamente del dolor en su estomago, incluso el enorme cansancio que sentía debido a todo lo que había pasado ese día no fue la razón de detenerse.
Estaba frente a la casa del señor Grouse, aquel anciano que tantas veces se había quejado del ruido que su familia causaba. Tratando de relajarse se sentó al borde de la acera, justo frente a la vereda que atravesaba el jardín de aquella casa, en dirección a la puerta. Lincoln, a pesar de lo incomodo y algo doloroso que fue debido a que estaba dándole la espalda a la casa, volteo a verla, a pesar del tiempo que había pasado aun se veía en un buen estado, desde afuera no se veía distinta a cualquier otro hogar en la calle y aunque su pintura se veía ya algo avejentada por culpa de la exposición a la luz del sol, lo cierto es que tenía esa apariencia incluso desde antes. Lo único diferente en aquella casa, y que daba pistas de su estado actual, era su jardín, el césped no estaba realmente alto, pero estaba completamente desprolijo, su tamaño era disparejo y tenía muchos parches de hierba seca. Desde donde estaba sentado, Lincoln apenas alcanzaba a ver la zona de la valla que dividía el jardín de ambas casas, la de su familia y la del señor Grouse, donde este ultimo tenia plantadas algunas flores que cuidaba con mucho esmero, y donde todos los días sin falta se le veía regarlas un par de veces al día. Aquellas flores habían muerto ya y debido a lo descuidado y abandonado que estaba aquel jardín, habían sido reemplazadas por hierbajos que seguramente eran retoños de alguna plaga o incluso del árbol que tenía cerca. Aunque nunca sintió que fuera cercano al señor Grouse, o que siquiera llegara a pensar que le agradaba o lo toleraba, lo cierto es que para Lincoln y seguramente para todas sus hermanas, aquel señor era parte importante de aquella vista que tenían en su jardín, podían verlo desde la cocina regando aquellas flores, o escucharlo siempre que se quejaba del ruido que hacían, o del desorden que dejaban. Eso a nadie le gustaba ni le divertía, pero estaban acostumbradas a ello, por eso cuando aquel viejo gruñón murió, no pudieron evitar sentir que habían perdido a alguien importante. Justo ahora Lincoln estaba seguro que el señor Grouse estaría dedicándole algunos gritos por permanecer sentado frente a su casa simplemente mirándola.
Habiendo pensado en aquello, Lincoln se vio obligado aprestar atención nuevamente a aquello que le hizo sentarse con la intención de tranquilizarse. Afortunadamente explorar aquella casa con la vista le trajo una sensación de nostalgia suficiente para calmar sus nervios un poco y así tratar de pensar más calmadamente. Volteo a su derecha y ahí estaba la fuente de su sorpresa y preocupación, justo frente al árbol de su casa, incapaz de aprovechar la pequeña sombra que este proyectaba, pero en una buena posición en caso de necesitar ser usada o guardada, era el vehículo familiar, vanzilla. Esta vez su familia hacia lo opuesto a aquello que sucedió el viernes, en esa ocasión se fueron sin aviso y dejándolo completamente preocupado porque es lo que había pasado con ellos y donde estarían, pero esta vez habían regresado sin aviso dejándolo completamente preocupado por cómo es que los enfrentaría. Sabía que estaba hecho polvo, podía sentirlo sin lugar a dudas, pero también sabía gracias a lo que vio en aquel baño público que su apariencia delataba su maltrecho estado, al menos en parte. En el momento en que atravesara aquella puerta su familia lo vería y la discusión comenzaría de inmediato, preguntando una tras otra sobre qué es lo que le paso y porque termino en tan precaria situación. Lincoln no podía siquiera saber qué hora era debido a que su teléfono parecía haber muerto, por lo que al entrar a casa podría toparse con toda la familia reunida en el comedor, disfrutando de la comida. Para Lincoln aquella caminata fue tan larga y dolorosa que no le parecía descabellado que los encontrara reunidos en el comedor debido a que disfrutaban de la cena. Pero aun si no era ninguna de esas opciones, lo cierto es que la familia en su mayoría estaría en la planta baja. Después de la comida y hasta la cena, la mayoría de sus hermanas se quedaban en la sala y el comedor, algunas viendo la televisión, otras haciendo tarea, sin duda alguna jugando y puede que otras practicando. La planta baja quedaba sola únicamente después de la cena, cuando los padres iban a su habitación y las hermanas, casi siempre, iban a sus habitaciones a pasar la noche con sus compañeras de cuarto. Llegado ese momento la única razón para bajar que podían tener era buscar alguna bebida o quizá salir de casa para buscar algún refrigerio. Claro, también estaba aquella hermana que hasta hace poco más de tres días esperaba diligentemente en la sala de la casa a que Lincoln llegara y con ello acompañarlo en la cena. Aunque esta última situación se había interrumpido durante el fin de semana y Lincoln no estaba realmente seguro de que ahora volviese a retomarse. Al menos podía agradecer que esta vez Lana no estaba jugando afuera o Lynn practicando.
Aquel pequeño descanso fue suficiente para enfriar el cuerpo de Lincoln, tanto como para que ahora aquella brisa fresca que le daba de lleno le hiciera sentir algo de frio por culpa de su polo empapada completamente en su sudor. Desafortunadamente aquel frio fue insuficiente para adormecer su cuerpo y evitar un poco de aquel terrible dolor en su tobillo, o aquel ardor en su rostro. Dando algunos quejidos y sufriendo mucho con ello, se puso de pie una vez más, y mentalizado al sufrimiento, se encamino a la casa completamente lleno de temor por como seria la recepción que tendría. Sabía que era completamente improbable, pero aun quería creer que al entrar por aquella puerta, lo haría en el momento justo para que nadie viera su estado, aunque pensándolo detenidamente, llegar a su habitación sin ser visto no cambiaria las cosas, su hermana seguramente lo vería ahí después de notar que no llego a la hora de siempre.
Subió cuidadosamente los pocos peldaños que tenía el pórtico, tratando de ser silencioso, y se paro frente a la puerta, había comenzado a temblar de nuevo, pero esta vez no era por el frio, por el dolor o por el cansancio. Tenía miedo. Aun sin pegar su oído a la puerta para mejorar su audición, podía notar a gente caminar dentro, no parecían ser ninguna de las menores ya que ellas serian mucho más ruidosas y estarían gritando mientras juegan como siempre lo hacían. En esa situación quizá las menores serian la mejor opción para topárselas al entrar, a ninguna de ellas le interesaba Lincoln ni lo que hacía, por lo que seguramente lo verían entrar y enseguida dejarían de prestarle atención para seguir jugando. Pero eran solo pasos, así que podrían ser sus hermanas mayores o sus padres. Espero un poco para dejar de escuchar aquellos pasos y lentamente abrió la puerta, de inmediato se topo con dos de sus hermanas, la primera que alcanzo a ver no le causo mucha sorpresa, después de todo siempre la veía al regresar a casa. Estaba de pie, parecía que se encaminaba para salir de la sala, quizá para ir arriba o a beber agua a la cocina, se quedo de pie a la entrada de la sala, claramente interesada en quien es la persona que entraba por la puerta. La segunda bajaba por las escaleras, también se detuvo en cuanto vio Lincoln entrar por la puerta, pero su reacción no fue solo quedarse quieta viéndolo, de inmediato abrió su boca para hacer una pregunta.
—¿Lincoln? ¿Qué fue lo que te paso?— pregunto la chica rubia y de cabellera corta.
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