Parte 10; l u n a r e s
Cierro la puerta y volteo a ver a Yoongi hyung. ¿Qué carajo estoy haciendo? Imaginé a Yoongi fuera de mi vida luego de la noche pasada, no pensé que él estaría aquí, en mi pequeño piso, de nuevo. Camino de forma lenta hacia la cocina y me sirvo un vaso de agua, cuando me lo termino y veo a Yoongi hyung viéndome con una pequeña sonrisa socarrona, me ahogo.
—¡Ah! ¿Quiere un poco de agua?
—No, Jiminnie. Estoy bien, ¿lo estás tú? Te noto un poco nervioso.
—E-Estoy bien, hyung. —Camina de manera lenta, como un depredador hacia su presa, que en este caso sería yo. Cuando está lo suficiente cerca levanta su pálida y gran mano hacia mi mejilla, acaricia mi pómulo con su pulgar. Mi corazón se derrite ante ese gesto y sonrió débilmente hacia él.
—No quería mencionarlo, pero apesta a perfume de chica, y no me gusta.
—Eh, yo... —sus manos toman mi cintura y me alzan sentándome en el mostrador. Suelto una risa nerviosa cuando quita el vaso de mi mano y lo coloca en el fregador. ¿Es raro que piense que se ve como el dueño del lugar y más aún si yo pienso que me gustaría tenerlo aquí siempre? Me río de mis propios pensamientos y niego levemente con la cabeza.
—¿Qué te causa risa, Jimin?
—Na—Nada, hyung.
—Bien —se mete entre mis piernas y mete sus manos dentro de mi suéter, me estremezco cuando siento sus manos frías en mi cintura —. ¿Con frío?
—No, sus manos son frías Yoonngie hyung.
—Siempre lo son —sus manos agarran el bordillo de mi suéter y lo sacan rápidamente. Sus dedos tocan mi clavícula y sonríe —. Me gustan tus pequeños lunares, pero éste y el del cuello son mis favoritos.
Sus labios tocan el lado de mi cuello, donde esta mi dichoso lunar, y suelto un pequeño jadeo. Su aliento caliente contra mi cuello envía calor directamente a través de mi cuerpo, poniéndome deseoso y caliente. Como sabía exactamente cómo me sentía, presionó su dureza contra mí, lo que solo hizo que el deseo empeorara. Cuando apretó su pelvis, yo gimo, y él capturó mi labio inferior entre sus dientes y lo pellizcó. Corre su lengua sobre la mordida para aliviar la punzada y se apreta contra mí de nuevo. Me aferro a su camiseta con mis manos, inseguro si lo estaba jalando hacia mí o apartándolo.
Dejando la mesa, se quita su camiseta sobre su cabeza y mis manos quedan recostadas en la perfección de su dureza. La sensación de sentir su pene presionado contra mi, combinado con la increíble piel suave y pálida sobre su estómago plano y levemente marcado debajo de mis dedos, me hace sonrojar. Cuando me muevo contra él, él se aparta de nuestro beso.
—Vamos, te llevaré a tu habitación. —Murmura sin aliento.
Asentí, queriendo terminar la exquisita tortura que se está construyendo dentro de mí, jalo su cabeza hacia mí por más. Nuestro beso se vuelve casi violento, mientras me alza sin esfuerzo para envolver mis piernas alrededor de su cintura y me carga a la cama. Cuando estamos acostados, sus manos van a mi cadera y luego a mi cintura, todo con suaves caricias.
Las caricias suben a mi pecho plano y siento sus rugosas y callosas manos, sus labios se separan de los míos y baja por mi clavícula hasta succionar el pico de mi pezón erecto en su boca, no pude evitar arquearme más sobre la cama y entrar más profundamente en su boca.
—¡Yoongi hyung! —Gemí mientras espasmos de lujuria candente se disparaban hacia mi estómago. Siento mi piel en llamas. Repite el movimiento con mi pecho, y cuando sopla suavemente sobre mis duros pezones, estoy tan cerca de llegar que grito
—Todavía no, bebé. —sonríe con esa arrogante risa que tanto detesto—. Vas a tener que suplicar antes de que te corras. —Tira de mis pantalones con ambas manos, sacándolos por mis piernas dolorosamente lento, hasta que solo quedo en sencilla ropa interior blanca. Él ríe y niega—. Te ves tan malditamente puro e inocente que me matas, Jiminnie.
—¿Solo puedes apurarte?
Él asiente como si lo hubiera convencido y suelta mis pantalones, los tira por algún lado de la habitación. Se termina de desnudar a la velocidad de la luz, toma un condón de su cartera mientras arroja el resto de su ropa al lado de la cama. Deslizándoselo rápidamente, era claro que había practicado muchas veces antes. Podía sentir mi auto-confianza vacilar, hasta que se detuvo y me miró como si estuviera intentando memorizar cada centímetro de mi rostro. No se supone que mi corazón se agite por cosas como estás y menos si viene de él.
Inclinándose hacia adelante gentilmente, me besa como si fuera la última vez que me viera. Eso fue lo que se sintió pero sabía que no sería así, ya que tenía la foto para chantajearme cuando quisiera. Sus habilidosas y callosas manos sostienen mi pantorrilla, luego a propósito las desliza hacia mis piernas. Sus finos labios rosados, hinchados por nuestros besos, capturan mi labio inferior y me muerde suavemente mientras sostenía mi trasero y se frota contra mí. Todos los rastros de languidez habían desaparecido y era como si mi cuerpo fuera suyo para dominar, estaba ardiendo otra vez. Nos devoramos uno al otro con nuestros besos y sabía que nunca sería la misma después de esto. Sabía exactamente lo que estaba haciendo cuando buscó para tocarme tiernamente. Deslizando un dedo dentro de mí, lo movió lentamente dentro y fuera, sincronizando cada empuje con un gentil frote de su pulgar.
—Min, no puedo... —jadeé—. Es demasiado.
—¿Me detengo entonces? —se río.
—¡No! Más, por favor.
—Ah, ahí está la súplica que estaba buscando.
Estoy tan encendido para estar molesto por su regodeo. Aleja sus dedos para colocar la punta de su pene en mi entrada y yo inhalo fuertemente. Desliza sus dedos a través de los míos, mantiene nuestras manos sobre mi cabeza y me da una profunda mirada.
Beso gentilmente sus finos labios e inclino mi pelvis para deslizar su punta dentro de mí. Gruñendo, cierra sus ojos por el éxtasis que lo golpea en ese momento. Se desliza lentamente, dejando que me acostumbre a su tamaño. Es tan grande que me es incómodo al principio pero unos empujes más tarde, está golpeando cada punto correcto que yo nunca había sabido que existía.
Se mueve más rápido dentro de mí mientras se construye mi placer. Cuando deja ir mis manos, las coloco sobre su amplia espalda, saboreando el hecho de que alguien tan fuerte y salvaje pueda ser tan gentil conmigo. Cada movimiento intensifica las sensaciones entre nosotros y me sentía como si estuviera escalando una pared invisible sin ser capaz de ver la cima. Su tierno toque roza mi cadera, luego sube a mi cara y acaricia mi rostro. Justo en ese momento, chupa gentilmente el lóbulo de mi oreja y susurra:
—Vente para mi, Minnie.
Sus palabras me elevan sobre la pared y me vengo fuertemente, viendo luminosas y brillantes estrellas a mi alrededor.
Con un grito ronco, Yoongi se viene fuertemente. Cubierto con una ligera capa de sudor, esta temblando mientras me mira profundamente a los ojos.
—Nunca supe que podía ser así.
FIN DE LA TRANSMISIÓN
LOS CHICOS EN LOS GRAMMYS, LOS AMEEEEEEE
DIOS, LA ALFOMBRA ROJA 7v7 ¿que les pareció?
lo siento por tardar en actualizar
gracias a las pocas personas que me apoyan, todo mi amor a ustedes.
quiero que sepan que empece el segundo semestre en la uni y quiero concentrarme totalmente, así que posiblemente no publique muy seguido.
el final se acerca 7v7
y sin mas nada que decir me despido.
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