Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C4

Al primer lugar a donde me dirigí fue en donde peleó por primera vez, recorrí el lugar vacío mientras algunas personas me miraban en la calle, no había nadie. También fui al último lugar en donde supe que Dante boxeó, habían algunas personas esperando una pelea, me encontré con el tipo que siempre animaba nuestras peleas clandestinas, me observó de lejos y luego se acercó a saludarme animosamente.

- Caín ¿Cómo estás? -Me preguntó.

-Estoy bien ¿Y tú? -Le respondí mirando en silencio a las personas que entraban por la pequeña puerta de metal.

-Bien -Respondió. - ¿Qué haces por aquí? ¿Tu pasado te llamó?

-No -Lo miré. -Es sólo que Dante está desaparecido, estamos buscándolo, tal vez puedes haber visto a alguien, qué sé yo ¿No ha venido para acá?

- ¿Dante? -Me preguntó frunciendo el ceño. -Ah, Dante Winstone -Recordó. -No, no lo veo desde hace meses, pero sí sé algo cuenta con que voy a decirte.

-Gracias, nos vemos -Mantuve la distancia y me fui.

Caminé en silencio por las calles que aunque fueran las doce del día parecían ser oscuras, pasé por el bar de Quentin, me encontré con algunos amigos de mi padre, otros trabajadores y ninguno parecía haber visto a mi amigo, también pase por el lugar en donde Mark trabajaba, pregunté y hasta me atreví a entrar a mirar mal a algunos tipos con los que trabajaba él, nadie me dijo nada, pero mi amigo no estaba ahí.

Miré mi celular unas cuantas veces, llamé a Dante sabiendo que me mandaría al buzón de voz, pero siempre había una esperanza. Ni siquiera sonó, de inmediato salió el buzón de voz. Llamé a Ian y a Jaxon, ellos ya se habían enterado hace horas y también estaban por todos lados buscando, pero ni siquiera una pista habían conseguido, sólo me quedaba una opción.

- ¿Caín? -Contestó.

- Hola, papá -Respondí. Era la única persona indicada para ayudarme, aunque esté en prisión y queriendo remediar sus errores, sé que al fin y al cabo me ayudará, aunque deba ensuciar sus manos o las de otras personas con sangre.

- ¿Cómo estás?

- No tan bien -Comenté. -Seré breve. Dante está desaparecido hace dos días, nadie sabe nada de él y mi intuición dice que no es nada bueno.

- ¿Estás en NY? -Le contesté que sí, él tardo unos segundos en responderme hasta que habló nuevamente. -Está bien Caín, pondré a trabajar a algunas personas para averiguar sobre Dante, por el momento no te metas en problemas.

-No prometo nada -Miré la calle que se extendía frente a mí.

-Te llamaré si sé cualquier cosa, ¿Bien?

-Gracias, nos vemos.

-Adiós -Colgó.

Cuando decidí ir a vivir a Inglaterra junto a Cailín, pensé ilusamente que los problemas acabarían, que podría vivir una vida en paz sin más preocupaciones de las normales, como por ejemplo limpiar la cocina, el baño o qué desayunaríamos. Pensé que sólo me dedicaría a boxear para vivir una vida pacifica junto a Cailín, pero me he equivocado. Siento que mi mejor amigo no desapareció porque él quiso hacerlo, realmente me preocupa, nunca he perdido una amistad de esa forma tan veloz y no quiero perder a Dante, realmente si no logro salvarlo, no me lo perdonaría.

Regresé al departamento con un sabor amargo en mi garganta, Annie se encontraba ahí también. La saludé cabizbajo y continué mi camino hasta la habitación de Dante, la recorrí en silencio, pero nada encontré ahí.

-La policía ya revisó todo -Escuché la voz de Cailín.

Volteé a mirarla, sus ojos estaban hinchados, no dije nada y sólo me acerqué a abrazarla. El llanto de ella fue como un reflejo, me apretaba con fuerza y aunque yo también me sentía bastante mal, no puedo soltar ninguna lágrima, no suelo darme por vencido tan rápidamente, no me desespero ni entro en estado de shock, sólo reacciono de inmediato.

-Le pedí ayuda a Darell -Le conté y ella se separó de mí mirándome a los ojos.

- ¿Piensas que es necesario?

-Sí, no es normal que Dante desaparezca.

Nos sentamos en la cama de Dante en silencio, luego ella me contó que la policía buscó hasta en la ciudad en donde crecieron Dante y ella junto a su tía, pero nada había ahí.

Pasaron cuatro días, los ánimos cada vez empeoraban más. Zoe parecía destruida, sus ojos no estaban más de cinco segundos sin llorar, Cailín quería mantenerse fuerte.

Cuando pensábamos que todo iba mejorando, parecíamos retroceder unos cuantos pasos más. Pensé que no sería tan difícil, pero cada vez parecía tener una mochila más pesada en mis hombros. Me sentía inútil, en realidad todos nos estábamos sintiendo igual. La policía encontraba pistas, pero siempre había una excusa para decirnos "No, no encontramos nada"; "Nos parecía sospechoso este tipo, pero no". Ni siquiera recibíamos alguna llamada telefónica para pedirnos dinero, es lo típico que hacen en los secuestros, pero ya me estaba oliendo algo demasiado rebuscado, tal vez sólo buscaban venganza, pero ¿De qué? Mi pasado se borró hace tres años y no quiero que vuelva para atormentar a nadie.

Eran alrededor de las siete de la mañana, estaba trotando por los alrededores, Anthony me había dicho que no debía perder el ritmo y mientras miraba a mí alrededor debía avanzar, no podía estancar mi vida. La música de mi teléfono se detuvo y una llamada apareció en la pantalla "Darell", enseguida contesté.

- ¿Hola? -Jamás había contestado una llamada con tanta esperanza.

-Te tengo noticias -Dijo de inmediato, somos iguales, siempre vamos al grano enseguida y eso me parece bien, odio los rodeos. -Sólo te diré que debes viajar tres años atrás en tu vida.

- ¿Qué? -Mi voz se cortó queriendo golpear algo.

- Hay un soldado de Mark, ese de los fieles, que ha estado dando vueltas por varios lugares en donde iban tú y los chicos. No lo conoces, pero es el tipo que nos parece más sospechoso hasta el momento, en realidad Caín... Todas las cartas apuntan a que él tiene que ver con algo.

-Pero ¿Por qué? -Sentí como el enojo subía desde mis pies hasta mi cabeza, mi mente iba a explotar, sólo daba vueltas en círculo y ya sentía que iba a estrellarme contra el pavimento.

-No lo sé, Caín. Hay personas muy resentidas y envidiosas.

-Bien Darell, dime todo. Sus características físicas, como camina, algo que tenga para diferenciarlo, qué sé yo.

- ¿Pretendes entrometerte en problemas nuevamente? -La voz de él sonó molesta.

- La verdad no me importa, sólo dime lo que te he pedido. Debo encontrar a Dante antes de que esos hijos de puta lo maten.

-Caín... -Su voz se mantuvo en el aire por unos segundos. -No creo que sea una gran idea.

-Claro que no es una buena idea -Lo confirmé. -Pero ya me importa una mierda las ideas, buenas o malas. Si ese tipo quiso aparecer en mi camino tres años después de toda la mierda, se las verá conmigo.

-Deja que nos encarguemos nosotros, al fin y al cabo yo estoy en prisión y no pueden hacerme nada.

-No -Me molesté aún más. -Dime y si no quieres, pues lo averiguaré yo mismo.

-Ojos café, alto, debe ser algunos centímetros más bajo que tú. Su piel es morena, está rapado, tiene una cicatriz en el mentón.

- ¿Algo más?

-Me parece que han visto que tiene un tatuaje en su mano.

- ¿Dónde podría encontrarlo? -Comencé a caminar hacia el departamento.

-Siempre está frecuentando las calles cerca del bar en donde trabaja Mark o a veces está dentro de él fumando cigarrillos o bebiendo cervezas.

-Bien, gracias -Dije de inmediato. -Nos vemos.

-Adiós y por favor cuídate, intenta no entrometerte demasiado -Me dijo. Luego colgamos.

Llegué al departamento, me di una ducha y llamé a Ian, luego a Jaxon. Necesitaba que ellos me acompañaran, pero que se mantuvieran al margen de todo lo que podría hacer, para lo único que los necesitaba ahí era para que miraran si había alguien más pendiente de nosotros o queriendo entrometerse, tal vez no es sólo él quién sabe algo. Pueden haber dos o quizá hasta diez personas.

-Caín, sabes que hay periodistas en todos los lugares en los que alguna vez fuiste -Me reclamó Cailín cuando estábamos solos.

-No me interesa -Dije nuevamente.

-Sólo quiero que te cuides.

-Ian y Jaxon irán conmigo.

-Sí y Annie está histérica.

-Gisselle no -Me encogí de hombros.

-Pues porque no lo sabe -Me regañó.

-El que está en juego en este momento es Dante y la verdad es que no me interesa si debo matar a ese tipo hoy, voy a conseguir la dirección y todo está bien.

-Recuerda que estamos aquí -Me miró fijamente.

Fue como un reflejo mirar su estómago.

Ni siquiera he podido sentarme a pensar la situación que estamos viviendo, fue como si los momentos buenos pasaran como un par de segundos, como cuando estás leyendo tan concentrado y llegas al final y quedas con un gusto amargo, como cuando no disfrutaste nada. Cailín está embarazada, tendrá en siete meses un bebé que será nuestro y ni siquiera lo he digerido con calma. Estuve feliz, pero una llamada telefónica me ha hecho olvidar lo feliz que fui en Inglaterra.

-Lo lamento -Coloqué mis manos en sus hombros y ella aflojó su mirada.

-Tranquilo -Respiró profundo. -Hemos estado bastante acelerados, Caín. Todavía no puedo sentir que estamos completamente bien.

-Lo sé, pero te prometo que vamos a enfrentar esta situación con calma -Le dije regulando mi voz.

-Siento que tal vez no debería haber quedado embarazada, no en este momento.

-No digas eso -Fruncí el ceño. -Las cosas pasan por algo y debemos ser fuertes, tal vez es lo mejor que nos pudo pasar.

-No me dejes sola nunca -Me sonrió y yo besé sus labios.

Cuando la noche llegó, Ian y Jaxon ya se encontraban en el departamento. Estaba preparado para enfrentar a un tipo que no conocía sin ninguna arma en mi mano. Puede que sea muy idiota o muy inteligente, pero no le temo, en realidad me da exactamente lo mismo. Quise mantener el silencio respecto a la policía, ellos suelen entorpecer todos los planes porque exactamente no saben tratar con personas que se han criado bajo las oscuras sombras de la calle.

Nos subimos en el auto de Jaxon, él colocó una canción y condujo rápido, sólo como él lo haría hasta el lugar en donde trabajaba Mark antes de morir. Nos bajamos juntos, pero entramos separados. Ya les había dicho las características a mis amigos.

Ian suele ser el más observador, mira con cuidado y cuando algo sale mal nadie sospecha de él. En ocasiones es conflictivo, pero sólo cuando la situación lo amerita, sino, sólo se mantiene al margen. Es de gran ayuda, ya que nunca he visto que mi amigo se equivoque en alguna predicción.

Jaxon es como yo, me arriesgaría a decir que a veces es incluso peor que yo. Es un gran observador también, pero cuando tiene a alguien entre sus cejas, no lo piensa y se adelanta al conflicto, no tiene pudor, no le importa si alguien está rogándole que se detenga, él continúa. Siempre me burlé de él diciéndole que cuando peleáramos iba a matarme sin remordimiento, sin embargo, dentro de todos estos años él ha sido el amigo más leal que he tenido.

El lugar estaba lleno de personas, el humo del cigarrillo se metió en mis poros haciendo que me dieran náuseas. Las chicas con poca ropa que había ahí, se acercaron, pero yo las ignoré mientras que Ian y Jaxon debían darles algo de atención para que nadie sospechara otra cosa. Miré entre las personas, el lugar era bastante oscuro por lo que se me haría difícil buscar el rostro del tipo. Miré a Ian a la distancia, luego a Jaxon, los dos no sabían nada.

Sentí miradas puestas en mí, que dentro de unos minutos comenzaron a incomodarme, cuando no sabes quién está mirándote, pero te sientes completamente observado. Miré alrededor hasta que choqué con los ojos que estaban mirándome directamente, no lo conocía, pero sus ojos eran claros. Lo ignoré, supongo que no es tan raro que alguien sepa quién soy.

Ian me señaló a un tipo con su mentón y sus ojos, me acerqué de a poco queriendo pasar desapercibido entre las personas. Él estaba sentado, solo, con capucha y bebiendo una cerveza. Tomé el respaldo de la silla que estaba frente a él y la moví hacia atrás, me senté mirándolo fijamente. Ojos cafés, cicatriz en el mentón. Miré sus manos, pero estaba con guantes, de los que usa Jaxon para la moto, sin dedos.

Me observó en silencio y se apresuró a ponerse de pie, Jaxon que estaba detrás empujó sus hombros y volvió a sentarlo.

-Soy Caín -Le dije y él sonrió irónico.

-Lo sé, te conozco -Su voz era grave, pero sus ojos demostraban nerviosismo.

-Vengo aquí muy poco ¿Y tú? -Miré a mí alrededor y luego fijé mi mirada en la de él.

-Siempre -Respondió.

-Qué raro, nunca te había visto -Mis ojos se mantenían fijamente en los de él. - ¿Siempre cuándo? ¿Después de la muerte de Mark?

Él se mantuvo en silencio.

-Vengo aquí por una sola razón y su nombre es Dante Winstone.

Él frunció el ceño.

- ¿Quién es él? -Me preguntó confundido.

- No te hagas el imbécil conmigo, no resultará. Si tu jefe no te ha dicho quién soy yo, supongo que no sabes los problemas que puedes tener.

-Sé muy bien quién eres -Confirmó. -Pero no sé de qué mierda estás hablando.

-Seré claro -Me puse de pie y me acerqué a su silla, puse mi mano en el respaldo. -Desapareció y eres el único imbécil de tu equipo que ha levantado sospechas, más te vale correr. -Empujé su silla hacia atrás haciendo que se estrellara en el piso. Rápidamente quité su guante y levante su mano tomando su muñeca, ahí estaba el tatuaje. Él algo lento se levantó del suelo, se tocó la cabeza, ya que se había estrellado en el suelo.

- ¡No sé nada de él maldita sea! -Exclamó con enojo. Me dio un empujón hacia atrás y sin pensarlo dos veces golpeé su rostro de un puñetazo.

Las personas nos miraban, pero como de costumbre nadie se entrometía. Lo arrastre del brazo hasta estar en la calle.

-Dime dónde está Dante -Intenté regular mi voz.

- ¡No sé! -Gritó.

- ¡Me dices o aquí mismo voy a matarte! -Exclamé. Comencé a golpear su rostro sin recibir ninguna respuesta de él, ya que no podía defenderse. Sangraba de la nariz y boca. - ¡Habla!

-No tuve nada que ver -Dijo con dificultad. -Ellos, ellos han sido.

- ¡¿Quiénes?!

- Mike... Mike Holland.

- ¿Quién es su cabecilla?

-No sé -Decía con sangre en su boca.

- ¡¿Quién es?! -Exclamé tomando su camiseta, lo levanté y volví a estrellarlo contra el pavimento.

- ¡No lo conozco! -Gritó nuevamente.

- ¡Si no me dices te voy a matar!

-Realmente no lo sé -Su voz temblaba. -Mike lo conoce, yo no -Decía con miedo. -No quiere que lo conozcan, no sé quién es.

Esta vez le creí.

-Dime tu nombre -Le pedí.

-Soy Theo Peters, ya basta, maldita sea -Reclamó. - ¡Te estoy diciendo la verdad!

Golpeé su rostro una vez más y lo dejé tranquilo. Miré a Ian y a Jaxon, caminamos rápidamente hasta el auto de Jaxon, me quité la chaqueta que se encontraba llena de sangre, miré mis nudillos que estabas rojos, luego miré a Ian por el espejo retrovisor.

- ¿Viste a alguien? -Le pregunté.

-Nadie -Respondió. -Al parecer estaba ahí solo.

Cuando llegamos al departamento, Ian sacó el ordenador de Dante y comenzó a buscar el nombre de Theo Peters, realmente era el mismo tipo al que estaba golpeando, así que no debía estar mintiéndonos sobre el tal Mike Holland. Ian comenzó buscándolo, pero nada había de él. Comencé a caminar de un lado a otro por la habitación hasta que me detuve en seco, no había mejores detectives que los trabajadores fieles de Darell, lo llamé una vez más y le di todos los datos que tenía. Nunca pensé en pedirle tanta ayuda a Darell alguna vez en mi vida.

Cuando Darell devolvió el llamado no tenía nada para decirnos, dijo que el nombre de Mike Holland no arrojaba nada más, luego se quedó pensativo unos minutos, nombró algunas calles, hasta que nos dio su dirección exacta. No nos pudo dar características físicas.

-Debemos ser inteligentes -Dije mirándolos.

Jaxon e Ian estaban sentados frente a mí, Cailín se mantenía sentada en el sofá junto a Zoe, Annie se removía inquieta por toda la sala.

-Vamos Annie, cálmate -Reclamó Cailín.

Ella se sentó en silencio a un lado de Zoe.

-En este momento ellos ya deben saber que los encontramos, Theo no vio el rostro de ustedes, sólo el mío -Los miré. -Debemos localizar al tipo y la única forma de hacerlo es preguntándole directamente su nombre, debemos asegurarnos de que no haya nadie más en su casa, no quiero involucrar a más personas en esto.

-Yo voy -Ian alzó su voz. -Mañana iremos a casa de Mike. Iré vestido elegante, le preguntaré algunas estupideces, qué sé yo -Se encogió de hombros. -Si está solo, entramos, si hay gente, esperamos que salga.

-Caín y yo estaremos en la parte trasera de la casa -Dijo Jaxon. -Por la dirección que nos dio Darell, puedo inferir que son casas con grandes patios y con bastante espacio entre ellas.

-Está bien -Asentí. -Plan b, si nos descubren, ya saben -Los miré fijamente. Ambos asintieron.

"Ya saben" y siempre lo han tenido más que claro. Cuando hay problemas hay que acabarlos drásticamente a veces, pero no iba a decir "mátenlos" en frente de Cailín, Annie y Zoe, se volverían locas y lo que nos desvela hoy es la desaparición de Dante. No queremos histeria ni algo que nos detenga.

CAILÍN TAYLOR.

No soy tonta, sé perfectamente lo que "Ya saben" significa.

Hemos dormido muy poco estos días, Caín se ha esforzado un montón por saber de Dante y pareciera como si los policías caminaran en círculos.

No quiero detener a Caín, pero me aterra lo que está haciendo, me aterra porque es como si su pasado le estuviese jalando los pies, es como si alguien quisiera que estuviese cada día más inserto en la mierda de la que pudo salir hace tres años. No hay nadie más en su mundo que las personas cercanas que tiene que lo quieran ver triunfar, todos parecen querer verlo en el suelo, muerto, derrotado o decayendo lenta o rápidamente.

Jaxon pasó por el a las seis de la tarde, ni siquiera pudimos despedirnos bien, sólo se marchó diciéndome "Nos vemos más tarde".

Cuando piensas que todo ha acabado, no sé qué exactamente es lo que te dice "En realidad no, no terminó aquí". Cuando en los cuentos de hadas te señalan "Y vivieron felices por siempre", ya no les creo. Comienzan un sinfín de problemas, tantos que no sabes si quieres hundirte con ellos o atravesarlos. Volver a NY es como tener miles de flashback atravesándote el pecho, intento cerrar mis ojos cuando los recuerdos vuelven, pero siguen ahí atormentándome como si lo estuviese viviendo nuevamente. No quiero que nada le pase a mi primo, sé que las personas que lo tienen son malas y capaces de todo, pero no puedo asimilar lo que está pasando. Dante siempre ha sido mi contención, el pilar que no se derrumbaba cuando yo estaba hundiéndome, no sé qué haría si alguien me dijera que Dante no estará en mi vida nunca más. Es irreal, tan irreal que mi pecho se aprieta al pensarlo y enseguida las lágrimas quieren salir de mis ojos.

***

He tomado en cuenta diversas opiniones, no quiero decepcionarlas con esta temporada y estoy poniendo todo de mi parte por hacerla interesante. Tal vez voy muy rápido, pero les prometo que no se arrepentirán :)

Muchas gracias por sus críticas constructivas, siempre se agradecen.

BESOPOS
XOXOXOXO

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro