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Su segunda semana promocional comenzó, ahora tenía una cuenta de Instagram donde habían publicado las mejores fotos que le sacaron, estaba tan feliz de que muchas personas la estuvieran apoyando, sus familia había hablado con ella por llamada deseándole suerte y reconociendo que había hecho un buen trabajo como modelo pues habían visto unas cuantas de sus fotos.

A lo largo de la semana continuó esforzándose con sus entrenamientos y promociones, no había visto para nada a Momo pero continuó tocándose pensando en ella. Aunque tampoco es que quisiera verla, la exitada el pensamiento de Momo follándola pero como persona aún la odiaba, después de todo seguía siendo una pedófila de 30 años que había robado la virginidad de una niña de 16, o al menos eso seguía intentando recordarse la menor cada que pensaba en la posibilidad de algún día salir con Momo, no podía hacer eso, no, ella debía odiarla.

Momo por su parte también pensaba en la menor, sentía que ya nada la satisfacía como Dahyun lo hizo, las prostitutas a las que contrataba no lograban darle lo que Dahyun le había dado, extrañaba mucho ese apretado coño abrazando su pene y las prostitutas ya estaban muy anchas para su gusto, necesitaba a Dahyun urgentemente y sabía en donde podía encontrarla.

Cuando supo que era la hora del descanso de la menor caminó a paso rápido hasta la cafetería esperando ver a la coreana entrar por ella, unos minutos pasaron hasta que vió a Dahyun caminar hacia una de las mesas al lado de una chica casi de su misma estatura mientras ambas hablaban animadamente, Momo intentó fingir formalidad y se acercó al par para hablarle.

—Señorita Kim— Llamó Momo tocando su hombro a lo que Dahyun la miró con el ceño fruncido.

—Oh por dios, ceo Hirai— Saludó la amiga de Dahyun haciendo una reverencia.

—Hola, necesito hablar sobre algo importante con Dahyun.

—Es mi hora de almuerzo, no puedo saltarmela, además de que nos dán muy poco alimento— Respondió secamente la más pálida a lo cual su amiga la regañó con la mirada dando un leve golpecito a su brazo con su codo.

—Dahyun es la ceo— Susurró empujándola hacia Momo.

—¿Me acompaña señorita?— Volvió a preguntar la japonesa mirando a Dahyun.

Esta suspiró pesadamente despidiéndose de su mejor amiga para ir tras Momo.

—Nos vemos luego Chaeng.

Y sin más caminaron hacia la oficina de Momo quien al llegar cerró la puerta con seguro y aprisionó a Dahyun contra esta metiendo sus manos bajo su blusa mientras besaba su cuello desesperadamente.

Cuando Dahyun comenzó a ceder tirando su cabeza hacia atrás para que Momo pudiera tener suficiente acceso a su cuello reaccionó y la empujó lejos de ella.

—¿Qué diablos te pasa?— Preguntó irritada.

—Te extrañé mucho pequeña.

—No, ya cumplí tus cochinadas, ahora es momento de que me dejes en paz— Reclamó la más bajita.

Pero Momo solamente rió.

—Ay Dahyunie, aún no has hecho lo suficiente y realmente me hiciste mucha falta estás semanas que no te he visto— Confesó haciendo un puchero.

–Solo déjame en paz— Suplicó la menor en un susurro —Debo... Enfocarme en mis promociones ahora.

—Pero claro que debes hacerlo— Respondió acercándose a ella nuevamente —También debes ser obediente si no quieres que tus promociones acaben pronto, ¿O tal vez debería cancelarlas? ¿Así tendrías más tiempo para mí pequeña?— Preguntó con falsa inocencia en sus palabras poniendo un mechón de cabello tras la oreja de la contraria.

—Por favor no lo hagas— Pidió la menor con lágrimas en los ojos.

—Por supuesto que no voy a hacerlo cariño, sería una pena que perdieras más de 300 mil seguidores en Instagram— Comentó sin dejar de acariciar su cabello —Es por eso que debes seguir esforzándote.

Y dicho esto volvió a meter sus manos bajo la blusa de Dahyun acariciando su tersa piel. Dahyun no podía creer que se había masturbado pensando en ese mounstro que tenía frente a ella, era simplemente repugnante.

Momo la cargó obligándola a sostenerse de su cadera con sus piernas sintiendo la erección de la japonesa a través de la tela de sus pantalones deportivos, si no podía negarse al menos podía olvidar el contexto por un momento y disfrutar de lo que Momo tenía por ofrecerle.

Al llegar hasta el escritorio Momo tiró al piso algunas cosas que habían sobre este para poder acostar a Dahyun ahí y comenzar a quitarle la ropa dejándola únicamente en interiores.

Suavemente besó su cuello mientras su mano acariciaba la intimidad de la menor por sobre la delgada tela de sus bragas sintiendo lo empapadas que estas se encontraban, su miembro se puso aún más duro al sentir toda esa humedad en la menor y metiendo su mano por debajo de su lencería comenzó a estimular su clítoris.

No podía aguantar más, quería probar a Dahyun, degustar ese seguramente delicioso líquido que emanaba de ella por lo cual bajó sus bragas por completo y sumergió su rostro entre las piernas de la coreana escuchando a esta gemir de placer ante ese acto, para Momo eso era el paraíso, el embriagante olor y sabor de Dahyun empapando su rostro la tenía tan extasiada, estaba disfrutando tanto devorar la vagina de la menor pero su erección se había vuelto muy dolorosa que sin poder soportarlo más se bajó los pantalones no sin antes tomar un preservativo de su bolsillo, sabía que iba a follar con Dahyun por lo cual se había preparado.

—Detesto tanto los preservativos— Admitió la mayor comenzando a colocarselo para después entrar en Dahyun de una sola estocada arrancándole un gutural gemido.

Recordaba que Dahyun era mucho más apretada la primera vez que tuvo sexo con ella pero poco le importaba ya que a pesar de eso Dahyun seguía teniendo un tamaño perfecto para apretarla mejor que las prostitutas que había contratado, aunque la duda seguía rondando por su cabeza mientras la embestía.

—Te estuviste masturbando ¿No es así?— Preguntó la mayor escuchando a Dahyun intentar hablar en medio de los gemidos que escapaban de su boca.

—No te impor~ta, aah, en lo más mínimo~ mhg ~mi vida privada— Respondió con corage la menor mientras Momo la embestía, por lo cual la contraria simplemente atacó con arrogancia.

—Seguramente pensabas en mí cuando lo hacías.

Dahyun quiso responder, defenderse de Momo, pero al abrir su boca solo salieron incontrolables gemidos por culpa de la mayor quien había aumentado la velocidad de sus penetraciones.

—Aahh hmm mierda Momo aahhh— Gimió la menor al sentir como la mayor golpeaba constantemente su punto G.

Y sin poder soportarlo más la menor se corrió gritando el nombre de la japonesa, haciendo que esta también llegara al orgasmo por sentir los calientes fluidos de Dahyun a través del látex del condón.

Les tomó un par de minutos recomponerse para que la mayor saliera de su interior y se quitara el preservativo para atarlo y tirarlo en el baño de su oficina.

—Maldita pervertida— Dijo Dahyun al levantarse del escritorio para comenzar a vestirse.

—Mañana a primera hora te quiero esperándome afuera de mi oficina, hay algo importante que debemos hacer.

Sin tomarle mucha importancia a las palabras de Momo una vez vestida Dahyun abandonó su oficina dando un fuerte portazo.

Momo ya sabía que Dahyun se iba a ir de la misma manera.

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