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Dos semanas habían pasado desde aquel "altercado" que tuvo Dahyun con su ceo, no sabía que hacer, estaba muy preocupada porque sabía que después de eso y la manera en la que se fué de la oficina no habría forma en que Momo la debutara por su simple talento, se sentía abrumada mirando fotos de su familia mientras en la televisión se escuchaba el programa de supervivencia al cual no había sido incluída, sin poder evitarlo una lágrima se resbaló por su mejilla al imaginar como le diría a sus padres que había perdido la oportunidad de ser idol y simplemente les dejaría una gran deuda que podría enviarlos a la carcel, ellos confiaron en ella al dejarla entrenar y ahora les pagaría de esta manera.
Sorbió su naríz una última vez antes de cerrar su álbum fotográfico y apagar la televisión, no quería hacerle esto a su familia pero tampoco había manera de salir ilesa de todo esto, detestaba el pensamiento de involucrarse con una mujer que casi le doblaba la edad pero no quería llorar, a lo largo de todos estos años se había mantenido fuerte, no podía derrumbarse ahora, no después de seis años de arduo trabajo.
Con el mismo coraje de hace dos semanas salió de su habitación en dirección a la oficina de Momo para después entrar sin siquiera tocar la puerta y seguido cerrarla tras ella con seguro.
—¿Hyunie? ¿Pensaste mejor en mi oferta?— Preguntó la japonesa con arrogancia cerrando su portátil.
—Cierra la boca y bájate los pantalones— Pidió la menor sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos.
No iba a llorar, no podía mostrarse débil ahora, ella debía soportarlo.
Momo obedeció con una sonrisa bajándose los pantalones y el bóxer hasta las pantorrillas mirando a Dahyun arrodillarse frente a ella.
Los rumores eran ciertos, Momo era intersexual.
La menor no quería ver, se sentía tan asqueada ante esta situación, no por el hecho de que Momo fuese diferente, sino porque prácticamente estaba siendo obligando a hacer eso, aún así dió una bocanada de aire y tomó el miembro de Momo entre sus manos para comenzar a frotarlo suavemente.
Sus manos abrazaron el pene de Momo comenzando a moverse a lo largo de este haciéndolo despertar, su pulgar comenzó a jugar con la punta para después volver a bajar.
No quería hacerlo, realmente no quería pero no le quedaba de otra, por lo cual comenzó a acercar su rostro al miembro de la japonesa ante la atenta mirada de esta y sin más sus labios capturaron ese gran miembro comenzando a bajar lentamente.
Momo gruñó, ella si que lo estaba disfrutando.
Dahyun mantuvo sus movimientos constantes mirando a Momo cerrar los ojos y tirar la cabeza hacia atrás mientras le acariciaba el cabello, se notaba cuanto lo estaba disfrutando por lo cual la coreana no quiso dejarlo así, Momo debía sufrir un poco.
Cuando notó que Momo estaba mucho más relajada que hace unos momentos decidió llevar a cabo su pequeña venganza así que bajando nuevamente por la extensión de la mayor dió una fuerte mordida al pene de esta escuchándola gritar del dolor.
—¡¡¡AAAHHH!!! ¡Dahyun!
—Lo lamento Momo, me emocioné, fué por la inexperiencia— Se apresuró a disculparse riendo internamente al ver a Momo con las manos cubriendo su miembro mientras se revolcaba del dolor —Ven aquí dejame compensarlo— Pidió atrayendo la silla de Momo para volver a atrapar su pene entre sus labios.
Sabía que no debió hacer eso ya que se arriesgó a hacer enojar a Momo y de ser así su sacrificio no habría valido nada, por lo cual resignada comenzó a acariciar los muslos de la japonesa en un intento por calmarla, pues esta seguía temblando a causa de la inesperada mordida que había recibido.
Minutos bastaron para que Momo se sintiera cerca del orgasmo por lo cual siendo considerada apartó suavemente a Dahyun de su entrepierna.
—Es todo, puedo acabar sola— Aclaró comenzando a masturbarse hasta acabar en su propia mano.
Dahyun se quedó ahí esperando que sería lo siguiente que Momo le diría, por su parte la japonesa sacó un paquete de toallitas húmedas de uno de sus cajones y comenzó a limpiar el desastre que había ocasionado mientras Dahyun seguía impaciente por una respuesta.
—Y bien...— Habló la menor mostrando su impaciencia.
—Te incluiré al programa, formarás parte de él apartir del siguiente capítulo, no me decepciones.
Y con esto Dahyun abandonó la oficina dando un portazo pero estando satisfecha de solo pensar que debutaría en el nuevo grupo, aunque sentía una extraña sensación de culpa por lo que había sido obligada a hacer, ella no era culpable de nada pero no podía sacarse esa idea de la mente, con las emociones hechas un lío continuó caminando en dirección a su habitación, tenía que descansar para al día siguiente poder entrenar como debía, estaba tan cerca de su debut así que debía esforzarse al doble.
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