Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

A pesar que trabajando podía tener mi mente ocupada, siempre tenía un minuto para pensar en Julien.
Exactamente estaba confundida, su historia me conmovió e incluso llego a plantearme que tanto él en su mundo de lujos como yo en el mío ambos necesitamos un poco de amor alguien que nos entienda y nos comprenda para entender que la soledad no es la mejor opción para seguir adelante en un mundo muy soberbio donde hoy tienes todo y mañana quizás no tengas nada.
Necesitaba ver a Julien, no sé porqué, era como una inquietud o algo similar por lo que hablo con Heide para que me dejara llevar la comida al señor Káiser.
Ella con su sonrisa habitual me prepara el carrito con la comida que había mandado pedir.
Ahora que me sé de memoria donde está la oficina de Julien camino más confiada pero con el temor de que si emprendo este juego todo pueda terminar mal y estaría exponiendo me a tirar por la borda mis ideas, las esperanza de obtener aquello por lo que d ser pequeña me explicaba mi padre cómo debía de hacerlo para llegar una vida honrada y me hiciera feliz.
Con lo que no contábamos era con la guerra donde nos ha dividido dejándome marcada para siempre sobreviviendo en un lugar donde debo de seguir aprendiendo a como sobrevivir dentro de las medidas posibles.

Antes de tocar la puerta llego a escuchar una conversación al parecer tenía compañía femenina seguro.
¿Qué espero de este hombre que vaya a cambiar sus hábitos por mí?
Pienso que sería una labor imposible y más si pretendo cambiar a un hombre que lo tiene todo por mi manera de ver la vida por haber pasado por tanto a mis veinticinco años.
Toco la puerta otra vez y él inmediatamente me da paso.

Abro despacio la puerta por si pudiera ver otra escena como la anterior.

— Buenas tardes, aquí le traigo su comida.  — Le voy diciendo mientras dejo el carrito y colocando la bandeja en la mesa.

— Hola preciosa. —Su  voz era... como lo podría definir, sensual e intrigante. 

Un escalofrío recorre toda mi espalda sintiendo una punzada en mi vientre. Maldigo  para mis adentros pues tenerlo tan cerca examinándome de  arriba a abajo con su mirada cargada de lujuria no me estaba ayudando a mantener mi compostura sino todo lo contrario, me derretía  por dentro.

— Aquí tiene señor su comida, ¿puedo retirarme? — Puedo observar como la mujer de cabello castaño, joven y educada se levanta de la silla, se acerca hasta Julien dándole un par de besos y guiñándole un ojo se marcha en silencio, no si antes echarme un último vistazo.

— Puedo preguntar, ¿quién es la mujer que estaba hablando contigo?

— Simplemente es una trabajadora del casino, no pienses lo que no es, los celos no son muy buenos aliado y ahora  siéntate deseo hablar contigo.

— ¿Conmigo? —Pregunté asombrada.

— Sí. Mire Samira, lo he pensado muy bien y sé perfectamente como este plan a de funcionar, por supuesto no debes enamorarte de mí ni yo lo haré de tí. No debe existir sentimientos entre nosotros, recuerda que todo esto es un juego porque sólo fingimos ante mi abuela.
Espero que estés de acuerdo y aceptes el dinero que te voy a ofrecer.

— Y usted, ¿acaso no le atraigo como mujer?

— Admito que eres bonita, inteligente y con un carácter muy fuerte. Pero yo en estos momentos no pienso en el matrimonio, para ello debo de estar seguro de que en verdad ame a esa persona y mi amor es correspondido para dar ese paso.
No quiero lastimarte Samira, esa no es mi intención y mucho menos hacer algo en contra de tu voluntad.
Aunque admito que me gusta mucho mi vida de libertinaje.

Trago saliva mientras mis manos arrolla mi mandil de la furia que  manaba por mis venas. Aprieto mi mandíbula conteniendo las ganas de abofetearlo por engreído.
Alzo mi barbilla demostrándole mi orgullo.

— Estoy de acuerdo  contigo. El amor no forma parte de mí, soy una mujer que tiene las ideas claras y entiendo que ambos estemos a falta de cariño. Aunque yo soy pobre y tú un estúpido niño rico que no sabes aún lo que es pasar necesidades te envidio pero al mismo tiempo te tengo lástima.
Ahora si me disculpa tengo que trabajar.

— Espera, toma, es un regalo. Espero que te guste es una pulsera de oro blanco con diamantes.

— ¿Un regalo, porqué me haces una regalo tan costoso? No puedo aceptarlo.

— No tiene nada de malo que aceptes un regalo de alguien que quiere conseguir tu confianza aunque soy un estúpido niño rico.

Abro la caja de terciopelo que me  entrega, mis ojos se abren mucho, jamás nadie me había regalado una joya. Sin poderlo evitar una lágrima se desprende de mi ojo en un susurro le di las gracias.

— Bueno, ¿te ha gustado?

— Sí. Es preciosa, nunca he tenido joyas hasta miedo me da de ponerla.

— Seguro que en la fiesta que dará mi abuela en dos noches la lucirás viéndote hermosa.

—Haré lo que pueda.

Quería abrazarlo, pero tuve que retenerme debido a que él mismo me había dejado claro que nada de amores.
Me iba a sentar a comer junto a él cuando tocan a la puerta, era  un hombre alto con rostro serio vestido a la antigua. Los dejé solos y me marché de allí escondiendo la pulsera en mi delantal.
Empiezo  a trabajar de nuevo sintiendo me algo torpe, no podía dejar de pensar en Julien y en cómo podía darme una  negativa y después me hacía un regalo tan costoso.

Tras acabar mi jornada, antes de llegar a casa llamé a Ilse para que me ayudara a comprarle algo a Julien, por nada del mundo quería que pensara que era una aprovechada.
Estuvimos horas recorriendo las mejores y más caras boutiques para comprarle una dichosa camisa. Al final y gracias a la ayuda de la dependienta le compré una. Al mirar el precio casi me desmayo ahí mismo. ¡Dios mío esa camisa vale tres veces mi sueldo!
Le hago entrega de mi tarjeta temblando me la mano y  adiós a mis ahorros de tres años.

— Venga Samira alégrate verás como le gusta.

— ¿Pero tú has visto que  precio? Si con un poco más y me compro un piso.

— Ah, no. Ahora no vengas con arrepentimientos, tú  has querido comprarle algo y debes de entregárselo es un regalo que has querido hacerle por lo que no protestes ahora.

— Ya.  Espero que le guste. Si no te juro que le pego una patada ahí mismo y se los pongo de corbata.

— Anda Hulk, verás como le gusta.— Nos echamos a reír mientras vamos de camino hacia la parada del bus.

Después de despedirme de mi amiga, me voy para mi casa.
De nuevo yo, mi soledad, mis recuerdos y mi falta de experiencia con hombres.
Desde que me pasó aquella desgracia, siempre he tenido mucho miedo agradezco a Dios de poder de vivir en un país libre y que me diera la oportunidad de poder reconstruir mi vida como un puzzle.
Julien, me paso mis manos por brazos sintiendo emociones desconocidas apoyo mi frente en el cristal de la fría ventana volviendo a fantasear con él imaginándome lo que nunca sucederá.
Porque así es como debe de ser, debo de seguir con este juego porque he sido tan estúpida que he aceptado sin medir en las consecuencias, espero que cuando todo esto acabe no deba de arrepentirme.

(...)

Julien:

— Julien, ¿qué te ocurre, te veo muy distraído?

— No es nada George, lo único que creo que estoy desconfiando de  Samira.

— ¿Has leído el informe?

— Sí. Cada palabra. Aún no me lo creo, una chica que estuvo en un centro de menores, al parecer no tiene familiares  y fue adoptada por una vieja que murió hace un par de años, y ahora está sola. No tiene familia, o no querrán saber nada de ella. 
Menuda pieza habrá sido para acabar en un lugar como ese.

— Ya te digo. Bueno y ¿qué piensas hacer?

— De momento la he puesto a prueba. Le he dado una pulsera de imitación al oro blanco y diamantes. Su reacción me ha sorprendido, pero sigo desconfiando de ella.

— Ándate con ojo esas mujeres son muy astutas.

— Lo sé. Pero si no fuera por su carácter fuerte y frío, y ese temperamento que tiene aunque  reconozco que es muy hermosa, la había despachado pronto pero aunque intento pensar en hacer las cosas de otro modo admito  la falta que me hace.

El detective me da un apretón en el hombro y se marcha dejándome  furioso e indignado con el informe que me había entregado. Resentido, agarro la americana y me marcho de la oficina esta noche no me apetecía nada salvo ir a casa y descansar para seguir pensando en lo que debo hacer referente a Samira o si me estoy equivocando en dudar de ella.

Voy conduciendo revolviendo me el cabello, estoy enojado conmigo mismo.
Soy joven y millonario, las mujeres con las que me rodeo ansian ser mis esposas llegando a ser ambiciosas con sus juegos de seducción.
El problema que yo caigo en su juego y mi abuela es quien se encarga de quitarme las de encima.
Pero Samira no es precisamente esa clase de mujeres, le gusta trabajar y tiene poco dinero ahorrado.
Todo lo que le estado proponiéndole hasta ahora ha aceptado y sin embargo no entiendo nada, si es tan honrada como me hace de creer, ¿Porqué quiere hacerse de pasar por mi novia sin obtener amor por mí parte?
Todo esto es muy confuso y yo creo que se me está escapando todo de las manos.
No he debido de hacerle este tipo de proposición a Samira para enfrentarla a mi abuela pero
todo hay que decirlo, la muy bruja no se le escapa nada y lo que no sabe lo investiga.

—Buenas noches Julien, ¿es que se ha acabado el alcohol que me honras con tu visita? — Maldita bruja y sus comentarios hirientes.

— Porque te quiero tanto que deseaba cenar contigo querida abuela.

— ¿Necesitas dinero?

— No abuela. Solo quiero descansar.

Lo que quiero es estar lejos de tí vieja bruja que me has estado malcriando a propósito. Y aún sabiendo lo he seguido haciendo todo lo que ella me ha estado diciendo a cambio de dinero por borracheras y humillación por parte del resto de mi familia.
Samira lleva razón, soy un inútil y un cobarde que no sé prácticamente nada de la vida.

(...)

Samira:

Me encontraba terminando de envolver la camisa para dársela a Julien podía llegar a sentir una pequeña felicidad imaginándome la cara que pondrá. Aunque pensándolo bien, el tiene muchas camisas solo espero que le guste ésta.
Escucho que llamaban a la puerta, abro la puerta e inmediatamente una descarga de furia comienza a transportarse por mi cuerpo.

— Buenos días señorita Kittel, ¿puedo pasar? — No podía creer lo que veía, Diana en mi casa. ¿A qué habrá venido?

— Adelante, a qué debo su visita

— ¡Uff! Esto es una pocilga, ¿en qué estima te tiene mi nieto?
Pero yo no he venido ha eso, voy a ser directa contigo no quiero perder mi valioso tiempo.
¿Cuánto quieres por dejar a mi nieto en paz? Si te ha comprado yo te pagaré el doble, venga dime una cantidad de dinero ahora mismo lo obtendrás.

— Mire señora, con todos mis respetos, yo no soy una mujer aprovechada y menos le voy a consentir que venga a insultarme a  la cara guárdese su dinero y le pido que nos deje en paz.

— Vaya, vaya. Pero si la muerta de hambre tiene genio. Mira asquerosa te lo he avisado, o te alejas de Julien o voy hacer de tu vida un infierno. Avisada estás.

— A mi sus amenazas no van conmigo, no le tengo miedo y menos voy a permitir de que me insulte. ¿Acaso sus buenos modales le hacen de perder el control tan rápido?

— Avisada estás te acabas de ganar una enemiga.

Veo como esa arpía se marcha en compañía de un hombre vestido de con traje negro.
Tomo asiento en mi sofá pensando en la manera tan especial de tratarme Diana, ahora me queda claro lo que esa señora se propone.
Entiendo a Julien cuando me explicó como si abuela lo ha estado malcriando con la intención de que sea un completo inútil en vez de un hombre de provecho.
Ahora,   si esa bruja quiere guerra, la tendrá porque estoy más que dispuesta a  ayudar a Julien, sé que me estoy metiendo en territorio peligroso, pero cuando sientes algo por una persona haces hasta lo imposible.
Solo espero de que la bomba no me estalle en mi propia cara por haber pretendido ayudar a otra persona digna de lástima por compararla conmigo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro