20
La luz perturbó su sueño apenas pestañeó.
Muy lentamente abrió los ojos, dejando que estos se
acostumbraran a la molesta luz de la habitación.
Sintió un fuerte dolor en su espalda baja, siquiera podía
moverse un poco, ardía como el infierno.
Giró su cabeza lentamente encontrando al alfa pelinegro
dormido sobre el pequeño sofá a un lado de su cama. Frunció el ceño confundido, tocó su frente confundido.
¿Por qué estaba en un hospital y porque Hyunjin no estaba en silla de ruedas? O peor aún, ¿Por qué estaba lleno de sangre?
Intentó levantarse, pero el estado de su cuerpo no le ayudó en nada.
La puerta de la habitación se abrió dejando ver a una
enfermera, sonrió apenada y se encaminó hacia él. Revisó su suero y lo miró con una extensa sonrisa.
– Me alegra que haya despertado – Dijo amable, Felix la miró con el ceño fruncido.
Se sentía muy fuera de sí mismo.
El ronroneo del alfa llamó la atención de los dos, la enfermera miró al alfa y después al omega.
– Es muy afortunado – suspiro – Su novio no se ha movido de aquí en casi dos días, ni siquiera se ha querido cambiar de ropa – ¿Su novio? – Ha estado muy al pendiente de usted.
Revisó el expediente con tranquilidad, mientras Felix
intentaba recordar qué había hecho por la mañana.
Pero solo recordaba: Una habitación blanca y.... ver a
Hyunjin al borde del desespero, otro alfa y muchas voces alrededor.
Muchas personas hablando y gritando algunas cosas a las cuales no les encontraba sentido.
¿Sabes a quién metiste a tu casa? A un bastardo. A un policía encubierto que no hizo nada más que poner tu vida en riesgo
– Esta todo en orden – La enfermera lo sacó de sus
pensamientos, pero Felix solo se dedicó a mirar al alfa.
El.... Ahora lo entendía perfectamente.
Ese alfa desconocido sometiéndolo con un arma y ver a el pelinegro al borde del desespero.
– En un momento le diré al doctor que a despertado – Dijo la mujer desde la puerta, cerró con fuerza y con ello logró despertar al alfa.
Hyunjin pareció desorientado los primeros segundos, miró por toda la habitación hasta que sus ojos se encontraron con los del omega rubio.
Sonrió enormemente levantándose enseguida, quería
abrazarlo, besarlo, acariciarlo, su corazón estaba
inmensamente feliz de verlo.
Sin embargo.
Felix puso una mano al frente indicándole que se
detuviera.
– Bonito – Chillo, pero el rubio lo miró fijamente.
– No te me acerques – La sonrisa del alfa se borró.
Su corazón se detuvo por momentos, ya no se sentía la misma emoción.
Felix llevó sus manos a su cabello, peinándolo un poco, todo ante la atenta mirada de Hyunjin.
Ese alfa le había disparado.
Lo recordaba, ese alfa con aspecto intimidante le había
disparado por la espalda.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo en cuanto recordó la
sensación de algo ardiendo atravesándolo, después caer al frío suelo y...
– Felix – Llamo Hyunjin sutilmente – ¿Qué ocurre?
– Esto... – Tartamudeo, ni siquiera podía encontrar las
palabras correctas – Ese alfa... él dijo la verdad, ¿Por qué?
– No entiendo – El rubio frunció el ceño.
– Tu eres un policía – Recalcó fríamente.
Hyunjin lo miró atentamente, como si estuviera buscando algo en el contrario para contestar lo que ya era una afirmación.
Bajo la cabeza y asintió en silencio.
Y a Felix le rompió el corazón ese simple gesto.
– Me usaste – murmuró.
El alfa negó de inmediato, pero eso no fue suficiente para
evitar que el rubio rompiera en llanto.
– No fue así – Dijo firme – Escucharme, por favor... Bonito, déjame explicarte... – El omega lo miró, aún con sus hermosos ojos llenos de lágrimas.
Aún con el nudo en la garganta.
– ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué no me lo dijiste antes? – Hyunjin tomó sus manos, sabía que no podía ser demasiado brusco con él – Yo... ¿Por qué me seguiste mintiendo? – El alfa beso sus manos y se recostó sobre su regazo – ¡Hyunjin!
– Te amo – Confeso de la nada, el omega se quedó quieto – Jamás había experimentado tanto dolor hasta que casi mueres en mis brazos – suspiro – Todo era parte de una misión, ángel, se supone que me escondería en tu casa hasta recuperarme y le haríamos creer a ese imbécil de Yeonjun que había muerto después de nuestro combate.
– ¿Yeonjun? – Hyunjin asintió y Felix se sintió un tanto inquieto.
– Pero las cosas salieron mal y ese infeliz comenzó a desviar las cosas, dieron con las placas del auto que me atropello y así dieron contigo, justamente el mismo día que había decidido dejar este trabajo, Yeonjun te alejó con engaños – El rubio frunció el ceño.
Ahora lo recordaba perfectamente, el alfa que le había pedido su teléfono para llamar, era justamente el mismo que le había disparado. Hyunjin decía la verdad después de todo.
– Jamás quise llegar a esto, creí que ese alfa mantendría los códigos de honor y no involucraría a terceros – Lentamente se reincorporo sobre la cama, mirando atentamente los ojos del omega – Pero encontró mi punto débil.
Felix lo miro en silencio.
¿Qué podía decir? Aun si su corazón estuviera latiendo como loco, su cabeza tenía muchas dudas.
– Soy el alfa más débil de todos cuando se trata de lo que más quiero en la vida – Continuó – Eres lo que quiero proteger siempre, no me importa si tengo que comenzar de nuevo, no me interesa – sonrió – Solo dime que te vas a quedar conmigo.
La habitación se inundó en otro horrible silencio.
El omega no decía nada, solo se dedicaba a mirarlo
atentamente.
Felix Bajo su mirada a las ropas del alfa, había tanta
sangre en ella que parecía recién salido de una película de terror.
– Eso... – Negó pasando sus manos por debajo de sus ojos, limpiando el resto de lágrimas de sus ojos – ¿Es mío?
– No importa, ya no importa – Con sus manos acunó las mejillas del omega – Escúchame bien Lix, eres el primer y único omega en la tierra a quien le preguntaría esto – El rubio asintió – ¿Quieres ser mi novio?
El omega parpadeo un par de veces, ni siquiera podía
procesar el hecho de que había recibido un balazo. Sin duda Hyunjin era un alfa bastante extraño.
Pero Felix lo adoraba.
– No quiero que existan más secretos Hyunjin – El alfa
asintió – Así que seré completamente sincero contigo – Con sutileza retiró las manos del alfa de su rostro, Hyunjin lo miro preocupado – Quiero confesarte que... eres el alfa más increíble que he conocido en mi vida y claro que quiero que la mentira mas grande mi vida sea haga realidad – El pelinegro sonrió volviendo a tomarlo por las mejillas.
– ¿Entonces...?
– Es un si Hyunjin, si quiero ser tu omega.
El alfa lo beso tan pronto dijo lo último.
Estaba ansioso, estaba sediento de los besos del omega. No era más que un alfa sometido a los extraordinarios encantos involuntarios del omega.
De su omega
Hyunjin:
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