Hyunjin soltó a Yeonjun, pero solo porque Jeongin lo detuvo.

Choi comenzó a toser exageramente mientras tocaba su cuello.

Tomo el arma de su saco y apunto a Yeonjun.

Con el rabillo del ojo pudo ver como Felix ya era
auxiliado por Seungmin  y Chan.

– ¡Jamás debiste meterte con él! – Gritó rompiendo el tenso silencio que se había formado, Jeongin lo miro con atención, ni siquiera podía reconocerlo – Con él no – Sus ojos se llenaron de lágrimas.

Por su culpa.

Todo era su culpa.

Por aferrarse a algo que no debía.

Por no obedecer.

Por creer que su vida podía ser distinta.

Por creer que un ser como él podía disfrutar de alguien tan especial como Felix.

– A diferencia de ti – Yeonjun se puso de pie – Yo no soy débil.

Hyunjin cargo el arma.

– Hyunjin no – Jeongin intento tranquilizarlo – Tu no eres un asesino, iras a la cárcel, te quitaran tu puesto.

Pero eso no lo detuvo.

Jeongin miro a Chan, pero el alfa estaba al borde del
desespero igualmente, por un lado, tenía a un omega
debatiéndose entre la vida y la muerte y por otro tenia a su amigo apunto de convertirse en un asesino.

– El cruzo la línea – Yeonjun seguía con esa sonrisa de burla, Hyunjin no podía soportar siquiera respirar el mismo aire que él.

– No te tengo miedo – Dijo seguro.

– Yo no tengo nada que perder – Contesto Hyunjin devuelta – Mátame porque acabas de robarme la única razón para permanecer con vida.

– Eres un completo imbécil, acabe contigo de la manera más estúpida que puede haber, un cadete de tu rango acaba de ser derrotado por algo tan simple como un omega – Hyunjin endureció la mirada – Eres tan estúpido como tu padre.

Jeongin miro con preocupación a su amigo.

– Un imbécil que rogo, suplico que no dañaran a tu madre – rio burlón – Y fue la primera en caer.

– Hyun – Llamo Jeongin intentando calmarlo, acercándose lentamente para tomar su arma.

Sabia que Yeonjun estaba buscando una oportunidad para salir huyendo del país como lo había hecho ya varias veces, si Hyunjin le disparaba, tendría la excusa perfecta.

Hyunjin lo miro nuevamente.

Lo odiaba, lo odiaba tanto por lo que había hecho, por lo que su familia había hecho.

Pero había algo más importante para él.

Bajo el arma y la lanzo lejos de él.

Yeonjun aprovechó ese instante para salir corriendo por la puerta, como el cobarde que siempre había sido.

Jeongin miro a Hyunjin, al menos aún había algo de razón en él.

Hyunjin limpio sus ojos con sus mangas y camino hacia Felix, nuevamente se tiro al piso y miro a Seungmin .

– Lo siento Hyunjin.

El alfa negó con los ojos rojos, como un desquiciado a nada de hacer una locura.

Con desesperación pego su oído al pecho de su omega, en busca de algo, en busca de cualquier cosa que no lo hiciera sentirse en el mismísimo infierno.

– Regrésalo, regrésalo por favor – pensó mientras lo pegaba más hacia él.

Un débil latido reboto contra su oreja.

Sus ojos se abrieron por la sorpresa.

– Estas vivo mi amor – Murmuro intentando sonreír.

Se levanto del suelo con el omega en brazos, era un ángel, el siempre sería su ángel.

Aunque esperaba que no fuera literal.

– Vas a estar bien, vas a estar bien – Repitió una y otra vez.

A toda velocidad salió corriendo con el omega en sus brazos, con sus ropas manchadas de sangre y con sus amigos detrás.

Nada lo detendría, ni siquiera la misma muerte.

NO SE MURIOO