El silencio se apoderó de la llamada, Hyunjin apretó el teléfono al ser conscientes de lo que acaba de decir.
— ¿Quieres una aventura con él? ¿A eso te refieres?
— Quiero a Felix — repitió —Changbin rió con nerviosismo.
— ¿Tú? — Balbuceo — ¿Estás enamorado de ese omega?
— No lo sé, tal vez sea momentáneo, pero solo quiero hacerlo una vez más para entenderlo. Quiero besarlo una vez más, quiero verlo, escucharlo hablar todo el día.
— Y porque...
— Bangchan tiene razón — interrumpió – Tiene la maldita razón, nosotros no podemos darnos el lujo de relacionarnos con las demás personas.
— De hecho....
— Si las cosas fueran diferentes — sonrió — Felix sería el omega indicado para mí.
— Claro, si no tuvieras a más de dos clanes detrás de ti y con ganas de matarte — Hyunjin resoplo molesto — Tal vez si llegas a un acuerdo con Bangchan, no lo sé, podrías quedarte por más tiempo.
— Me retiraran el yeso en tres días más, eso será imposible — suspiro — Por una vez desearía que las cosas fueran distintas a como son.
— Te entiendo — Hyunjin frunció el ceño confundido, aunque su ceño fruncido cambio a una cara de completo terror al ver al omega sentado en la cama.
— Mierda — Se sobresaltó de inmediato, pego el teléfono a su oreja y sin perder de vista a Felix, le dijo a Changbin que lo llamaría después.
Felix lo miraba con atención, a pesar de que la habitación estaba en completa oscuridad, Felix no lo
perdía de vista.
— Buenas noches – Saludó amablemente, pero Felix no contestó — ¿Cuánto llevas despierto? — Felix subió los hombros.
Hyunjin jugó con sus manos, estaba nervioso, ansioso y con ganas de desaparecer.
— ¿Escuchaste todo? — Felix volvió a mirarlo.
— No — contestó secamente — Solo.... desde — mordió su mejilla por dentro y carraspeo su garganta — Desde que le dijiste a tu amigo que.... — Hyunjin sentía su cara completamente caliente, todo se complicaba en el momento menos indicado
— Iré a dormir al sillón, lamento tardar tanto.
Rápidamente se levanto de la cama, tomo una de sus tantas pijamas y caminó hacia la puerta, sin embargo, Hyunjin no se movió de la puerta.
— ¿Qué escuchaste? — Felix retrocedió lentamente.
Lo miró momentáneamente mientras jugaba con los bordes de su bonita pijama, sintiendo la intensa mirada del alfa sobre él.
— Quiero a Felix — Contestó fingiendo la voz grave del alfa — Quiero abrazarlo, quiero besarlo, quiero seguir viéndolo todos los días.
Hyunjin dejó el aire de sus pulmones, por un momento creyó lo peor.
No obstante, tampoco estaba del todo tranquilo.
Hyunjin soltó una risilla, pero Felix lo miró fijamente
de nuevo.
— No tiene importancia, me voy a dormir — Hyunjin volvió a impedírselo — ¿Qué?
— Te quiero — El rubio se quedó estático en su lugar — Te quiero, te quiero sentir, te quiero besar, quiero abrazarte, quiero....
— Cállate — siseó — No digas esas cosas, cállate — Hyunjin negó.
— Te quiero escuchar, te quiero tocar — Sin mucha fuerza lo jalo del brazo, solo lo necesario para que ambos estuvieran a la misma altura — Quiero tus regaños, quiero tus preocupaciones, tus gritos, tus malas caras, tu...
— No sigas — Con sus dos manos cubrió la boca del alfa — Tu terminaste conmigo — Hyunjin volteo los ojos — Y además.... — Lentamente quitó las manos del rostro del alfa, Hyunjin fue testigo de cómo poco a poco el rubio se volvía pequeño en su lugar — Te irás mañana, tus padres te esperan y...... nosotros no somos novios.
— ¿Lo dices porque acabamos de terminar? — Felix negó.
— Yo soy el culpable de que estés en esa silla de ruedas — Felix cerró los ojos con fuerza, esperaba con miedo que todo el ambiente se rompiera o que Hyunjin le gritara — Ese día te atropelle con mi auto, estaba muy asustado y no sabia que hacer, cuando el doctor dedujo por sí mismo que yo era tu novio y.... — Limpio sus ojos y continuó — Lo lamento, en verdad lo siento mucho.
Hyunjin mordió su mejilla por dentro, evitando reírse de lo incómoda que era la situación.
Felix estaba llorando y él se estaba aguantando las ganas de reír.
En cuanto Felix se sentó en la orilla de la cama, Hyunjin se aproximó hacia él. Sin pena tomó una de las mejillas del rubio entre sus manos, intentando secar sus lágrimas con el pulgar.
— Esta bien, esta bien — Dijo tranquilo.
— No puedes querer a un omega que casi te mata y.... — Fue abruptamente interrumpido por los labios del alfa que se había abalanzado contra él.
Apenas pudo reaccionar, solo atinó a poner sus manos en su pecho, el beso era bastante rápido, aunque en un principio se mostró sorprendido, con el pasar de los segundos se dejó llevar.
El alfa lo apegó más hacia él, formando una especie de abrazo mal hecho.
Cuando el aire se volvió nulo para ambos, los dos se separaron. Felix lo miró desconcertado, mientras que
Hyunjin lo miraba apacible.
Fue ahí cuando lo comprendido, necesitaba más.
Pero no podía hacer mucho estando en esa silla de ruedas.
— Nunca fuimos novios — Hyunjin rompió el silencio — Siempre lo supe Felix — El rubio lo miró sorprendido, sus labios se entreabrieron para decir algo, sin embargo, no salió nada — Si hubiera sido tu novio, jamás lo hubiera olvidado — Los ojos del rubio se aguadaron. Hyunjin tomó el momento de vulnerabilidad de Felix para acercarse.
— ¿Me perdonas? — El corazón del pelinegro se apretujo, por primera vez estaba experimentando lo que era la ternura.
La ternura que Felix despertaba en él.
— Acércate — Pidió con voz sombría, Felix se acercó lentamente.
Hyunjin lo tomó nuevamente por las mejillas, beso su frente y después dejó un casto beso en sus labios, jamás se cansaría de eso.
— ¿Te irás mañana? — Hyunjin retiró sus manos de su cara lentamente — Hyunjin....
— Me muero de sueño — Formo una sonrisa que parecía ser bastante creíble — ¿Tu no?
— No mucho — Formó una pequeña sonrisa levantándose de la cama, sentía como si un gran peso se le hubiera quitado de encima.
Con amabilidad ayudo al alfa a recostarse en la cama, dejo la silla en una de las esquinas y dio por sentado que Hyunjin no se iría al día siguiente.
Aquello también era un alivio para él.
— Duerme conmigo — Pidió Hyunjin — Por favor — Felix lo miró atentamente, el alfa no estaba bromeando.
Felix asintió en silencio, ahora ya no sentía la barrera que se interponía entre ambos, se sentía libre, liviano como si su mentira se hubiera hecho realidad.
Como si en algún remoto momento él tenía una relación con el alfa.
Hyunjin se volteó a verlo en cuanto el rubio se recostó a su lado, Felix sonrió tímidamente.
— Te quiero — Confesó de nuevo el pelinegro.
— No digas esas cosas — rió bajito.
— He querido muy pocas cosas en mi vida Felix, no soy un alfa que habla en serio muy seguido, pero ahora quiero que me creas que te quiero — Felix frunció el ceño confundido, de un momento a otro el semblante del alfa cambio a uno completamente neutral — No se que suceda después, pero ahora en verdad quiero que me digas que no tienes ganas de salir corriendo muy lejos de mí.
—¿Por qué dices todo eso?
— Lo entenderás después — Golpeó la punta de su nariz con su dedo, Felix formó una sonrisa, sin embargo, su mirada aún estaba llena de confusión.
Si Hyunjin se quedaba con él, entonces.... ¿ellos serian novios? ¿lo intentarían? Miro con atención al alfa, tenía tantas preguntas que hacerle, pero optó por descansar, había sido una larga noche y quería descansar.
Hyunjin lo pesco por la cintura una vez se le dio la oportunidad, el rubio no se resistió.
— Hueles bien — murmuró Felix tomando la pequeña libertad de hundir su cara en el pecho del alfa — A fresas con menta o tal vez eucalipto.
Hyunjin inundó su nariz en su cabello, lo que provocó que Felix lo abrazara con fuerza.
El corazón del alfa comenzó a latir intensamente, estaba como un loco, como si quisiera brincar de su pecho y continuar por su cuenta.
Acarició la cabeza del omega en busca de que se relajara y durmiera un poco más, aunque él lo intentara, el sueño lo había abandonado.
Mañana tendría que hablar con Bangchan respecto a su traslado, tenía que hallar la manera de persuadirlo para que lo dejara quedarse, él podría proteger a Felix, en solo tres días volvería a ser el mismo de antes.
Bangchan tenía que comprender que ahora había algo más importante en su vida, qué importaba si tenía que renunciar a su trabajo.
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