Dedicatoria #10: ¿Otra perspectiva u otro sentimiento? El inicio de un final suele ser indistinguible, pasar desapercibido y mezclarse con la esperanza, es por ello que el destino de ambos es desgastarse hasta morir.

A lo mejor no fui capaz de vivirlo, tuve mucho miedo, lo confieso. Así que intentaré escribirla, que todos conozcan y lean lo que nunca fui capaz de decirte.

No soy quién para determinarlo, lo sé, pero siempre creí que no eras apto para reconocerlo en mis labios.

Era muy joven, muy nena, extremadamente orgullosa, lo sé. No sabía cómo darle el orden indicado a mis prioridades. A lo mejor viene del hecho que me enseñaron a poner en primer lugar a la sensatez, esta no tuvo ningún problema hasta que enfrentó al escándalo de mis emociones. Mi única opción fue poner sobre todo aquello la racionalidad, tratarlo como las matemáticas, ¿Funcionó? No, caí en lo erróneo, lo sé.

No hay fórmula química que me despegue de ti, de lo mucho que deseo estar a tu lado y tomarte otra vez de la mano, sentir tu respiración cerca, los mechones de tu pelo rozando mi cuello.

Me llena de tanta frustración concentrarme en lo que me haces sentir y notar que me desborda, que estoy llena de ti, de recuerdos que catalogue como nuestros, de sueños que quisiera que se hicieran realidad, y... de todo lo malo.

Soy inteligente, honesta y fiel a mis ideas, pero ninguna de esas cualidades me sirvió a la hora de demostrarte compasión, interés y ternura.

No pido que me entiendas. Pido que me quieras mientras cambio, que me esperes, que no busques en nadie más lo que viste en mí. Juro que no encontrarás algo igual, eso, a pesar de no ser yo lo que buscabas.

Puedo ver como fui la única que decidió ponerte a un lado y es precisamente por ese motivo que no me olvidaras tan fácil.

Aun así, desespera tanto que seas el dueño de mis reproches y sonrisas, también de mis lágrimas y mi mirada herida.

Volví a escribir pensando en ti y me convencí de que las cosas han cambiado. Entre tú y yo, evidentemente no hay nada. Lo sé, es difícil de admitir, pero es así, así de crudo, así de cierto, ¿Qué puedo hacer yo?

Ocultártelo.

Sin embargo, no es un castigo para ti, y lo sé. Lo hago por terca, porque lo último que quiero es que leas esto.

Que descubras quién soy. Cuanto enfado me causa que todavía trates de traer a mi lo que hace tiempo perdiste.

Fui tan tonta, te he tenido tan cerca muchas veces, te he tenido tan mío todas las oportunidades posibles y las dejé ir.

Es que en serio no sabes cuánto lo intento, me exijo dejarte ir. Es que no estoy segura si podrás ser feliz conmigo, si te daré lo que necesitas, si soy yo lo que quieres ¿puedes comprender?

Podré mostrarme ante ti de una forma. Pero es obvio que no soy lo que parece...

En el fondo me encanta escuchar tu voz, la forma tan rara en la que te aproximas a mí, como buscas la manera de hablar conmigo de lo que sea, que no te aguantas las ganas de tocarme, podría hacer una lista, podría estar idealizando todo esto.

No es lo que haces, es lo que logras hacerme sentir con tan poco.

Lo sé, soy sinceramente tonta, cada día me martirizo mentalmente por ese hecho. ¿Crees que pude haberlo evitado?

Me propuse ser más cruel, más dura, más difícil, de todo por y para alejarte ¿sabes? Me dolía demasiado tener que inventar todo este teatro cuando envidiaba justo lo contrario.

¿Cómo pude esperar amor a cambio de desprecio?

El dueño de mis sentimientos, la fuente finita de mis emociones. No soltaría el control por nada del mundo, me aterra.

Soy tan severa a veces, llegue al límite de negociar conmigo misma hasta el mínimo gesto que necesite enseñarte, los condicionantes no me lo permitieron.

Cada vez que abrazo a un hombre quiero que seas tu. Cada vez que un hombre me mira recuerdo todas las veces que evite tu mirada. Cada vez que un hombre me dice que me quiere y que le gusto, imagino, desgarradoramente, todo lo que daría porque estuvieras en su lugar.

No quiero verte más, no quiero que me veas herida y luego pienses que debes alejarte al fin, no. No quiero terminarlo, no es justo, después de todo lo que pasé no es justo.

Una conexión que no muere, unas ganas que no cesan, mi corazón aún se aguanta ese suspiro al verte llegar.

¿Por qué no sé qué hacer? ¿Por qué no me enseñas? ¿Por qué simplemente no me ayudas a olvidarte?

Lo siento, es que siempre he creído que vas a lastimarme, mi punto más débil lo tienes en la mirilla y vas a disparar sin piedad, lo sé.

Debería odiarte, más no puedo.

No puedo porque me cansé de mentirte, de ocultarte, de disimular o fingir frente a ti escenas y personajes que no son.

Me muero por besarte, por sentirte, por palpar tu sangre arder en mis dedos bajo tu piel. Te concedería conocer porque soy tan celosa de mi cuerpo. Dejaré que observes lo que quieras ver de mí o a través de mí.

Ojalá pudiera expresarte todo esto sin decir ni una palabra, la palabra "fin" me corta el alma en pedacitos. Mi voluntad teme tantear el fallo donde decido dejarme llevar y no pienso en las consecuencias.

Dímelo, ¿Espero por ti? ¿Alguna vez lo acabarás?

O debo ser yo...

NOTA DE AUTORA:

¿Es de los más armoniosos, verdad?

Debo confesar que las aguas están muy calmadas y, aunque lo parezca, no es una buena indicación.

Dejen sus preguntas, curiositos.

¿Les ha tocado enfriarse incluso en una época de invierno total?

¿Cómo les ha surgido las mejores de sus inspiraciones?

¿No les pasa que su intuición los guía hacia las respuestas de las interrogantes menos incontestables?

El titulo apremia lo que se tuvo que vivir para llegar a esta dedicatoria.

Consejo: Llora: solo así podrás soltar parte de la culpa que ahorca tu propio cuello (arrepentimiento).