Cap. 14
Confundida I
Me gustaba verlo dormir, siempre parecía ser feliz cuándo dormía. Tal vez era porque yo no estaba para arruinarlo. Acaricie su cabello y aparte un poco de ellos que estaba tapando su frente. No se veían sus ojos, pero aún así me gustaba. Dormía plácidamente, como su nada malo sucediera en sus sueños.
Que lastima que seguía enojada con el.
Le arroje el agua sobre la cara y despertó gritando "¡Me ahogo!". Tardo unos minutos en recomponerse del susto, y cuándo me vio de brazos cruzados frente a su cama con el vaso de agua en una mano, su rostro se puso rojo de rabia.
-¡¿Por qué demonios hiciste eso?! -Se seco una camiseta que encontró tirada sobre el velador y me asesino con la mirada.
-¿Esa es la forma en que tratas a tu futura esposa? Te podría demandar por agresión verbal, pero no lo haré. -Lucía sorprendido, no era común que hablara de nuestro compromiso como si nada. Menos después de que el me ignorara alrededor de un mes.- Vístete, la abuela llega a las doce y son las diez.
No espere a que me contestara y salí de su habitación.
Este era mi plan; hacer que se arrepintiera por haberme ignorado. En ese lapso hizo que me diera cuenta que de verdad lo quería y que su ausencia me afectaba demasiado, incluso me deprima. Y no se lo perdonaría jamás. Así que lo haría sufrir con mi indiferencia, no como lo hizo el, sino que haría como que nada sucedió y me trasformaría en la chica perfecta hasta que me pidiera perdón.
Me arregle minuciosamente, repare en cada detalle como luciría la novia idea de Lincoln. Cepille mi cabello y dude en maquillarme, fue bastante raro, pero no use tanto maquillaje, al final, no lo hice. Hacía frio así que me un buzo y una blusa. Aunque mi plan fuese eso, mi dignidad valía más y jamás en mi vida me pondría un vestido en otoño. me ate el cabello y me puse unas zapatillas, baje veinte para las once. Vague por por los pasillos esperando a que Lincoln estuviera listo. Cuándo me senté a ver televisión en el living, apareció Rita con Lily y Carlitos para salir.
-¿Adonde van?
-Al parque, Los chicos quieren pasear antes de que llegue tu abuela, ¿Nos acompañas? -Dijo Rita
-No puedo, yo la esperare y le abriré la puerta. -Le dije. Rita asintió y salió-
Se marcharon y a los minutos bajó Lincoln. Aún iba en pijama.
-¿No te dije que te vistieras? -esto no estaba resultando. No serviría de nada esforzarme por cumplir mi venganza si el no ponía de su parte inconscientemente. ¿Dónde había quedado el chico dulce y comprometido a hacer lo que yo le diga?
-Si, pero no tengo porque hacerte caso -se encogió de hombros y fue a la cocina, seguro a desayunar. Ok, definitivamente era un idiota, a este paso lograría hacerme enojar más.
Lance el control remoto contra el sofá y gruñí para mis adentro. Cerré los ojos y trate de controlarme para no ir a la cocina y agarrar el primer cuchillo que viera para matarlo.
Per, ¿Por qué estaba tan enojada? ¿No era eso lo que quise desde un principio? ¿Qué las cosa volvieran a la normalidad? No, ya no podía, no había vuelta atrás. Nos casaríamos de todos modos.
Me sentí frustrada al no poder acomodar mis pensamientos ¿Lo quería o no lo quería? ¿Lo odiaba o no? ¿Me gustaba más así o como el chico que me amaba?
-No frunzas el ceño, pareces anciana -escuche de pronto. Lincoln salía de la cocina y se dirigía hacia mi con una taza de café en una mano y una galleta en la otra. Me extendía esta ultima pero la rechacé, no tenia hambre.
-Te queda una hora para arreglarte -le recordé
-¿Porque la abuela Rosa debe venia hoy? -Se sentó a mi lado y le dio un sorbo a su café.
-Porque se le dio la gana. -le conteste. Recordé mi plan de la chica perfecta y me acomode a su lado, recostando mi cabeza en su hombro.
-¿Te encuentra bien? -inquirió preocupado. Se aparto de mi y me miro como si estuviera loca. Suspire y dirigí mi mirada hacia el suelo, sin responde a su pregunta. No lo 'podía entender, si quería ser buena, dudaban de mi, y si hacia de mala lo arruinaba todo. Tal vez eran las hormonas del simple hecho de ser mujer, pero los sentimientos se me enredaban haciendo nudos en mi pecho que provocaban que todo me afectara. Sentía unas fuertes ganas de llorar al oír su pregunta "¿Te encuentras bien?" ¿Tan malvada me consideraba como alarmarse si yo era cariñosa?
-Ronnie Anne, estas pálida... -Farfullo mientras tragaba un bocado de la galleta.
-Estoy bien -le dije de mala gana.
Mis planes nunca resultaban, era una fracasada. Jamás sería el prototipo de chica perfecta. ¿En que demonios estaba pensando? Así que reconsidere mejor la situación y llegue a la mejor solución para todos mis problemas; Como jamás sería lo suficiente buena para Lincoln, debía encontrar a alguien que lo fuera. Total, me había prometido hacerlo feliz, y si yo no era la candidata que todos esperaban, seguro otra chica lo sería, Los nudos en mi pecho se hicieron más fuerte, tan fuerte que imposibilitaron respirar por unos segundos.
-En serio, estas muy pálida ¿Quieres un poco de agua? -Negue con la cabeza y empecé a respirar.
Las cosas comenzaron a darme vueltas y a brillar mucho. Lincoln soltó su taza y su galleta y corrió a la cocina, regreso con Ellie y una gran vaso de agua. Ambos me ayudaron a beber un poco y a recobrar el sentido y la respiración. Sus ojos azules destruyeron mi alma. Yo solo quería hacerlo feliz, nada más.
-Casi me matas del susto -me dijo en un susurro mientras chocaba su frente con la mía con sus manos sosteniendo mis mejillas.
-¿Que te sucedió, cariño? -Me pregunto Ellie. No supe que responderle, cosa que los dejo más preocupados.- Lincoln deberías llevarla al medico, no es normal que suceda esto.
Sostuve su brazo y le suplique que no. Hacía frio, lo más probable es que de camino me de hipotermia.
-La llevare a la habitación, si no mejora la llevare luego -Le dijo finalmente. Subimos, pero yo fui a mi habitación.
Cerré la puerta en sus narices y maldije todo lo que pude. Era una estúpida, no siquiera podía comportarme como una chica dulce y tierna. No siquiera sabía porque esto me enfadaba tanto, era absurdo. ¿Por qué me esforzaba tanto?
Recordé el día de ayer, cuándo fui a separar a Lincoln y Cristina. Iba decidida, sabiendo lo que tenía y debía hacer. Hoy no tenía la menor idea de nada, todo era demasiado confuso, las preguntas inundaban mi mente y me hundían en la incertidumbre y las dudas.
Me acosté en mi cama y me tape hasta la cabeza en posición fetal. Minutos después, que me parecieron una eternidad, escuche que alguien entraba. Lincoln me destapo un poco y frunció los labios en una mueca, estaba vestido, eso me hizo sonreír
-Te vestiste -le dije, pero mi voz sonó ronca.
-Si -se limito a decir. Estuvo de pies unos segundos y luego se metió a la cama conmigo. Se acomodo a mi lado y me tuve que acomodar de nuevo. Me abrazo por la cintura, sentía su respiración en mi cuello y eso me relajo.- Lamento haberte ignorado -susurro.- ¿Sabes que te amo, Cierto? -volvió a susurrar y dejo un beso en mi cuello. Voltea entre sus brazo y quedamos cara a cara. Oculte mi rostro en su cuello y comencé a decir todas las cosas que me atormentaban en ese momento;
-Ya lo sé, y eso es lo peor. Me gustaría decírtelo pero no puedo. Simplemente siento que no lo siento ¿Comprendes? o tal vez, no me he dado cuenta y no quiero reconocerlo. Creo que lo mejor sería que estuvieras con otra chica, con una que de verdad te aprecie y que no mire a otros chicos porque si, una que no te haga enojar y que soportes. Todavía me pregunto porque te quieres casar conmigo, si negaste con tanta facilidad nuestro compromiso frente a Cristina. A veces pienso que me pediste matrimonio para fastidiarme o porque no tienes sentido común. ¡Vamos, Lincoln! Soy el prototipo de chica que nadie quiere. ¿Por qué tu me tenia que querer?
Estaba llorando, no lo había soportado más. Nunca antes le había dicho a alguien pero necesitaba desahogarme. Mi voz fue casi inaudible, y supe que no fue por el llanto, me había enfermado. Esto era patético. Yo era patetica
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