Había pasado una semana desde que habia llegado aquella casa. Le gustaba estar allí, por las noches, salia en busca de comida. Sabía que aquella casa estaba a nombre de su amiga April y aunque no supiera como es que llego allí, se sentia seguro.

Luego de conseguir un mapa y buscar la mejor ruta a su hogar, preparo una mochila que habia encontrado con algunos víveres, ya que el viaje le tomaría unos dos días.

???: "debo ser cuidadoso, nadie debe verme o nuevamente sere encerrado" -viendo como el sol iba callendo-

Con cautela y de forma rápida tomo rumbo hacia la ciudad. Teniendo cuidado de no ser visto por los humanos que habitaban aquélla zona.

No lejos de allí, otro mutante le seguía el rastro, hacía un tiempo que lo estaba buscando; pero por cosas del destino habia perdido su esencia. Hasta que ayer volvio a percibirla, y sin demora alguna llego hacia aquella construcción. La reviso por completo y al ver que no estaba busco por el pueblo, hasta que allo su aroma saliendo de este.

???: al fin te encuentro pequeño, muy pronto volveras a estar bajo mis pies -rio mientras comenzaba a seguir aquel olor-

En la ciudad, se podía ver el caos que poco a poco comenzaba a surguir entre los dos clanes. Uno, que buscaba a toda costa mantener la paz y otro que pretendia destruirlos y hacerse de aquella dichosa ciudad.

Splinter entrenaba arduamente a sus tres hijos y aunque sabia que estaba siendo algo duro con ellos, no queria nuevamente pasar por aquel dolor. Los menores, daban todo de si, admitían que era algo duro el entrenamiento, pero no se darian el lujo de parecer debiles frente a sus enemigos.

Por otra parte, Destructor había ideado otro de sus terribles planes. Aunque esta vez contaba con la asistencia de los Kraang.

Estos habían aceptado aliarse a él con tal de poder capturar a la humana April O'neil. Aunque tenian en mente otros planes mas.

Al caer la noche las tortugas salieron a realizar su ronda diaria. Por el momento no habia gran actividad, pero aun asi estuvieron unas tres horas vigilando.

No lejos de donde estaban, el Clan del Pie estaba terminando con su tan anciado plan. Garra de Tigre, estaba al mando de aquello y mando a unos cuantos robo-pie a traer la atención de las tortugas.

En las afueras de la ciudad la tortuga pérdida, seguia su viaje a casa. Sin darse cuenta de que estaba siendo seguido. El segundo mutante habia alcanzado al quelonio, veia con deseo a su presa; pero aunque quisiera no podia hacele daño. Solo era capturar y transportar de nuevo a la base.

El joven se detuvo un momento a descansar. Necesitaba reponer energía. Tranquilo se sento bajo un árbol, escondido de las miradas humanas, comia disfrutando de la calma de la noche. Luego de unos minutos, sintio una mirada penetrante sobre su persona. Esa sensación le molesto un poco, guardo todo y siguio su viajecito.

???: "que es esta sensación, por mas que trate no puedo quitarmela" -suspiro y tomo mas velocidad en sus pasos-

A unos paso de él y a la misma altura, el otro ser le seguia y veia las opciones. Mas adelante diviso un campo semi abierto, se adelanto y le espero en la salida. Al verle llegar de un solo golpe le envio hacia el suelo.

Aquel golpe tomo de sorpresa al joven quien no pudo evitar rodar y dar contra uno de los árboles. Con dificultad se levanto y busco con la mirada a su agresor. Dio un paso hacia delante y un nuevo golpe lo mando contra el árbol.

???: hola pequeño, tanto tiempo -rio con gracia acercandose al menor- no esperaba que me vieses asi

???: Le-leonel -le mira con algo de miedo- e-eres un mutante

Leonel: si, fui modificado a voluntad de mi jefe -saco unas cadenas y lo ato con algo de fuerza- y tu mi pequeño, seras otro mas de nosotros.

???: dejame ir! -grito trato de safarse, pero aquellas cadenas le lastimaban el cuerpo-

Leonel: si no hubieras escapado nada de esto pasaria -lo mira con pena-

El joven le miro con miedo, mientras este lo cargaba y tomaba rumbo aquel lugar del que habia escapado. Por mas que lo intentara, no lograba soltarse y en un punto, termino por desmayarse del dolor que sentia.

En la ciudad, los robo-pie estaban por terminar con lo ordenado. Los tres jovenes, los habían perseguido hasta una bodega, dónde los terminaron por destruir. De la nada un humo rojo los rodeó, nerviosos salieron de aquel lugar, sintiendo sus cuerpos arder. Nuevos robo-pie los sujetaron de piernas y brazos, con cara al suelo y frente a ellos estaba Karai, que les miraba divertida.

Karai: se ven tan ridículos -rio leve y se acerco hacia el lider, tomandolo del mentón- quieren saber lo que sintio su hermano?

Tras las tortugas estaban Cara de pez, Bebop y Rocksteady, los cuales tomaron de las cadera a los menores y sin ningún cuidado los penetraron, haciendoles gritan de dolor. Lo cual divirtio a estos e iniciaron con el procesó.

Karai y Garra de tigre se dedicaron a grabar aquello. Debían llevarle a su jefe evidencia de que aquello habia funcionado, al menos esa pequeña parte.

En el bosque, uno de los quelonios intentaba una y otra vez librarse de esas cadenas. El mutante por su parte lo mira de reojos con un poco de lastima. En el tiempo que llevaba cuidandole le habia agarrado un gran afecto y que escapase le provoco una gran desilucion.

???: déjame ir! -exijio con rabia-

Leonel: no, si te libero. Tu me dejaras de nuevo -susurro viendo la pequeña fogata frente suyo-

???: ven conmigo -le sonrie viendole con la esperanza de que acepté-

Leonel: no puedo -baja la cabeza- si me voy contigo, el mandara a buscarnos y luego nos matara -tiembla de solo recordar, como cada uno de sus amigos fue asesinado-

???: eso no pasara, no dejare que te hagan daño -viendole con determinación-

Este lo miro y aun dudando, asintio. Al tratar de soltarlo una fuerte descarga recorrio todo su cuerpo, asiendole gritar de dolor.

???: el jefe tenia razon, nunca debio enviarte -frente a ellos, se allaba un sujeto con gabardina, sombrero y un paralizador en mano- patético, un semihumano enamorado de un monstruo -rio con asco mientras golpeaba al médico-

???: dejalo en paz! -le grita mientras se le avienta y le hace caer de cara a la fogata-

El medico al ver aquello, tomo a la tortuga y se echo a correr rumbo a la ciudad, ignorando todo el dolor que su cuerpo sentia.

En la bodega solo se podian escuchar los jadeo de seis mutantes, tres de ellos disfrutaban todo aquello, cambiando de pareja. Mientras los otros tres solo rogaban de que aquella tortura terminara.

Después de tres horas el Clan del Pie dejo alli mismo a los quelonios, los cuales estaban desmayados por todo aquello.

En casa, su padre caminaba de un lado a otro en la sala, preocupado por la demora de sus hijos. Ya habian pasado mas de seis hora desde que se fueron y no estaban a nada de amanecer. Sin otra solución, se comunicó con los Mutanimales, y les pidio de favor ayudarle a buscar a sus hijos.

No lejos de la ciudad se podía ver a dos siluetas escondiéndose en una vieja cabaña. Habían esta andando por horas y sus cuerpos ya no daban mas. Ambos se tumbaron en un viejo colchon que el lugar tenia y sin reproche alguno dejaron que el sueño les ganara.

Tachan.

Aquí les dejo otra parte de la historia.

Espero que lo disfruten ❤