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—¿Qué? ¿Cómo estás seguro de eso?
Su corazón volvió a acelerarse y se estrujó de tan solo pensar que le podría haber pasado algo a su hermano menor. Su cerebro dejó de funcionar por un momento, su cuerpo se puso rígido y las lágrimas empezaron a escapar de sus ojos sin previo aviso, dejando rastro en sus mejillas.
—Hoy le toca historia... su profesora siempre los lleva a la biblioteca.
Escuchó a su amigo suspirar y maldecir. Los sollozos empezaron a salir de sus labios de manera inevitable.
—Okey, escucha. —Lo agarró por los hombros firmemente e hizo que lo mirara directo a los ojos— La biblioteca es la zona más alejada en el pabellón de Beom y no sabemos con seguridad si es que todo esto llegó hasta allá aún, tenemos tiempo para llegar y encontrarlo bien, no te preocupes ¿Sí? Beom seguro está bien, es un chico inteligente.
La seguridad en la voz de Taehyun le dio suficiente tranquilidad para que el llanto se detenga y poder pensar con un poco claridad. La mente de Yeonjun se estaba despejando cuando ambos jóvenes escucharon pasos acercarse, por lo que rápidamente se miraron asustados durante un momento, antes de observar el lugar del cual provenía el escándalo. Fue entonces cuando vieron a uno de sus compañeros, un chico extranjero, correr hacia ellos con un rostro decorado por el pánico y el terror; sus ojos parecían querer escaparse de sus órbitas de lo abiertos que estaban. Justo atrás de él, venían a gran velocidad dos de esas cosas con el uniforme bañado en sangre, soltando unos gruñidos salvajes y horribles.
—¡CORRAN! —El grito de Jay, el muchacho extranjero, llegó hasta ellos y los devolvió a la realidad, por lo que no esperaron otra señal y empezaron a huir nuevamente de aquellos monstruos que querían devorarlos.
El ruido producido por el grito de Jay y las pisadas de los tres jóvenes alertó a más de aquellos seres, pues desde el otro extremo del pasillo pudieron ver como varios se acercaban a ellos a paso acelerado y con las bocas completamente abiertas, esperando poder llegar hasta sus presas y así acabar con ellas.
—¡SÍGANME! —La voz del extranjero volvió a escucharse por encima del caos, alertando a los dos amigos que atinaron a seguir su orden.
Corrieron hasta las escaleras y bajaron a gran velocidad, esperando que ninguno de los infectados los alcanzara; muchos de estos tropezaron con los escalones, logrando darles más tiempo a los muchachos para huir del peligro que esas cosas significaban. Los amigos vieron al extranjero llegar hasta la puerta de un salón y abrirla de golpe, entrando al aula, Taehyun apresuró el paso e imitó la acción de su compañero que ahora se encontraba tratando de recuperar el aire mientras se sostenía de una pared.
De un momento a otro, la distancia entre la puerta y Yeonjun se volvió gigantesca y aterradora, se veía tan lejana que una parte de su mente le decía que no iba a llegar, que sus piernas cederían al cansancio y lo dejarían caer antes de llegar a su salvación, sentía que una de esas cosas iba a saltar encima de él y entonces sería su fin. Imaginó a Beomgyu, solo y preocupado, tal vez esperando a que él llegara para ayudarlo, y se dijo que no podía hacerle eso a su hermanito. Con la fuerza que le quedaba aumentó la velocidad y llegó hasta el aula, escuchando como esas cosas gruñían y golpeaban, volteó y pudo ver a Taehyun intentando cerrar la entrada, mas unas manos ensangrentadas no se lo permitían y rasguñaban para ingresar. Se acercó a gran velocidad hasta su amigo y se apoyó en la puerta para evitar que esas cosas se hicieran camino.
—¡JAY, AYÚDANOS! —Gritó Yeonjun lleno de pánico.
El mencionado se acercó a ellos a paso apresurado con un caballete de madera en sus manos y empezó golpear con fuerza todo lo que se asomaba por la abertura. Entonces la puerta cedió en un momento y se cerró, Yeonjun puso el seguro por instinto y sintieron que por fin podían descansar, los tres dejaron escapar un gran suspiro y trataron de normalizar su respiración.
Yeonjun no supo cuándo, pero Jay ahora se encontraba en el otro extremo del aula con la cabeza escondida detrás de sus piernas, se veía agotado y pensó que él debía verse en el mismo estado. Volteó para ver a su mejor amigo, que se encontraba aún a su costado sentado frente a la puerta; pero la visión de Taehyun se encontraba fija en un punto de su cuerpo; su menor habló.
—Yeon... Estás sangrando. —Fue como un susurro, la voz tan suave y apagada que casi no lo escucha, pero lo hizo. Yeonjun bajó su mirada y entonces lo vio, una mancha de sangre húmeda en la manga derecha de su camisa, remangó lentamente y pudo ver la marca de unas uñas en su piel.
—Estoy bien... —Atinó a decir el mayor, cuando su cabeza trataba de procesar que en algún momento una de esas cosas se le acercó lo suficiente para hacerle esa herida y él no se dio cuenta.
Taehyun asintió lentamente mientras lo miraba, Yeonjun no supo interpretar los sentimientos en los ojos de su amigo, pero supuso que estaba tan preocupado y asustado como él en ese momento.
"No me volveré una de esas cosas."
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