Una noche tormentosa
Por más que alguien te haya perdonado debes saber que las cosas ya nunca más van a volver a ser iguales, pero si esa persona aún no te otorga su perdón, entonces debes ser incluso más cuidadoso con lo que dices o haces.
Pero no siempre quién se equivoca una vez es la persona que vuelve a equivocarse, somos humanos y somos seres imperfectos.
Muchas veces, alguien herido puede lastimar muchísimo más que alguien en perfectas condiciones.
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Fuutarou despertó, se había quedado dormido en la mesa mientras terminaba una tarea, aunque al despertar estaba completamente perdido, no sabía ni qué hora era.
Se quitó la cobija que tenía encima y tomó su celular, sabía que aún era madrugada porque todo estaba oscuro. Al desbloquearlo, notó que eran las 3 de la mañana, algo que lo alegró pues sabia que tenía oportunidad de seguir durmiendo.
En ese momento, él reaccionó, él no tenía planeado dormirse en la mesa, esa cobija que tenía no la había tomado él. Al alumbrar a su lado, justo al sillón que estaba en la sala, confirmó lo que creía, ahí estaba Ichika dormida.
La chica temblaba ligeramente, pues aunque estaba con un suéter encima, tanto sus manos como su rostro estaban completamente helados.
-No te cansas de intentarlo, ¿no es así? Tan sencillo que sería para ambos el hecho de que no intentaras arreglar las cosas... pero supongo que es tu naturaleza.- dijo el chico para sí mismo.
Él jaló la cobija, se sentó al lado de la pelirrosa y se tapó junto con ella, pues ella estaba tambaleando, por lo que podía irse de lado en cualquier momento. Le hubiera gustado llevarla a su habitación, pero ella había aumentado peso y la condición física del chico nunca fue buena.
-¿Por qué te esfuerzas? ¿Por nuestro hijo? Puede ser, pero tus razones van más allá, realmente quieres que te perdone... creéme, me gustaría que las cosas fueran muchísimo más sencillas, pero te encanta complicarme la vida... desde que éramos adolescentes te has encargado de hacerme la vida imposible.-
Flashback
Fuutarou caminaba tranquilamente hacia el departamento de las odiosas quintillizas, aunque ya llevaran cierto tiempo en esa especie de relación maestro-alumno con las chicas, a veces sentía que quería rendirse porque eran demasiado tontas.
Sin embargo, cuando estaba llegando, él recibió una llamada de Nino, pensó en no responder y hacer que ella esperara hasta que estuvieran de frente para hablar, pero luego pensó que podía ser algo urgente así que decidió contestar.
-Fuu-kun, ¿ya estás aquí?- preguntó ella.
-Estoy por subir, ¿qué quieres?- respondió fríamente el chico.
-Eres muy malo, ¿lo sabías? Agh, no importa... es que quiero pedirte ayuda, Ichika no ha regresado.- dijo ella.
-¿Y a mí qué?- respondió, no entendía bien qué tenía que ver él en todo eso.
-Grosero. Es que... ya debería haber regresado hace rato y no contesta los mensajes ni las llamadas... con las chicas nos vamos a separar para ir a lugares a donde ella suele ir. Necesitamos tu ayuda...-
-Solo porque si no, no estudian... bien, ¿a dónde debo ir?- preguntó el chico.
-Ve a la pastelería nueva esa, se supone que estaba grabando una escena en ese lugar. Iría... pero también podría estar en el comercial, pues había un encargo que tenía que recoger. Yotsuba está con el club de atletismo e Itsuki no se siente bien... así que Miku me ayudará en el comercial, porque obviamente es muy grande y quiero que tú vayas ahí.- dijo ella.
-Está bien, terminemos rápido con esto.- dijo rápidamente el peliazul para luego colgar.
El chico le hizo caso a la pelirrosa y llegó al set de grabación. Al llegar, no pudo entrar directamente, pues estaban a media toma.
Fuutarou no escuchó en absoluto lo que fuera que Ichika estuviera diciendo, pero realmente pudo notar que ella no se sentía cómoda, su sonrisa era demasiado fingida y su lenguaje corporal ni se diga.
Él esperó unos minutos, hasta que vio como el resto de personajes estallaban en risas mientras Ichika realizaba lo que su personaje requería.
El atuendo que llevaba era demasiado revelador, así que con ese pequeño detalle el peliazul terminó de juntar las piezas del pequeño rompecabezas, llegando a una simple, pero cruel conclusión. Ichika únicamente estaba ahí por ser bonita, no por sus dotes actorales.
Esto molestó ligeramente al peliazul, pues ella siempre le decía que se esforzara por encontrar algo que realmente le apasionara, pero parecía ser qur ella no estaba disfrutando eso en absoluto.
Eventualmente la escena terminó de grabarse y el peliazul se sentía molesto, ni siquiera era porque estaba bien y no avisaba, era por todo lo que había presenciado. Ichika literalmente había sido humillada en esa simple, pero corta escena.
El 50% terminó siendo chistes que resaltaban el tamaño de los melo... digo... pechos de la pelirrosa y el otro 50% fue para resaltar que su personaje era estúpido, completamente estúpido.
Ella terminó y se dirigió hacia la parte de atrás, donde se suponía que se iba a cambiar para luego poder salir, pero se topó con un problema, Fuutarou Uesugi estaba esperando en la entrada de la sala de atrás.
-Así que... no sabía que usabas ropa tan provocativa.- dijo mientras señalaba el gran escote que llevaba.
Ella inmediatamente se sonrojó y se cubrió los pechos mientras miraba de manera molesta al chico.
-¡Eres un maldito pervertido!- dijo ella casi gritando.
Fuutarou se acercó a ella, la acorraló contra la pared y puso su mano sobre la boca de la chica, callándola en el proceso.
-¿En serio? ¿Ahora yo soy el pervertido? Luego de haber visto esa simple escena... ¿yo soy el pervertido? Sí... creo que estás equivocada.- dijo, refiriéndose a los directores de la película.
Ella no pudo articular ni una sola palabra, toda vergüenza que sentía había desaparecido al sentir a Fuutarou tan cerca de ella.
-¿Por qué aceptaste grabar esto? Eres mucho mejor que esto, no me hiciste humillarme la noche del festival para terminar así, ¿verdad Ichika?- preguntó él.
-Yo... yo...- dijo ella sin poder seguir hablando.
-Genial, aceptas un trabajo donde eres realmente humillada y ni siquiera sabes por qué... esto es grandioso.- dijo algo molesto el chico, cosa que sorprendió a la pelirrosa.
-Fuutarou-kun... es que...- dijo, pero el chico la interrumpió.
-A mí no tienes que explicarme nada, lo que tienes que hacer es explicarte a ti misma, tienes que comprender si lo que haces está bien o no, si lo disfrutas o no. Ichika, te conozco bien, confío en ti y por eso te diré esto, sé que esto que estás haciendo es algo que no quieres hacer. Eres mejor que esto, no le des el gusto a viejos verdes que solo quieren que aparezcas por tu figura, para atraer miradas de vírgenes urgidos hacia su estúpida película. Eres mucho mejor Ichika Nakano, eres talentosa, eres alguien con mucho para dar, pero estás dejandote llevar por cosas que no vienen ni al caso.- dijo el chico.
Él se acercó a ella y puso su mano en la cabeza de la chica.
-Tan solo mira el como estás vestida... no digo que sea malo, al contrario, te ves muy bien... ¿pero realmente es algo que tú quieres usar?- preguntó.
En ese momento, el chico apartó su mano y se dio la vuelta, pues la chica no decía nada, pero en cuanto se apartó sintió cómo unos brazos le rodeaban la cintura.
-Fuutarou-kun... esto es algo que realmente si quiero usar... pero quiero que solo tú lo veas.- mencionó ella mientras ocultaba su rostro en la espalda del peliazul.
Esto sorprendió al chico, quien rápidamente se dio la vuelta para ver si ella estaba molestando como de costumbre, pero al verla sonrojada se sorprendió.
-¿Qué?- fue lo único que pudo decir.
-Yo... por favor... quiero que tomes esto en serio... todo lo que quiero alcanzar, mis sueños, mis metas, quiero que tú seas el primero en verlos. Quiero que estés en todos y cada uno de ellos... ¿podrías hacer eso por mí?- dijo mientras se separaba de ella.
El peliazul se dio la vuelta, se acomodó y comenzó a caminar lentamente.
-Si para entonces no me has dejado de lado o no me has echado de tu vida y si realmente estás disfrutando lo que estás haciendo... entonces tal vez lo considere... gracias por tomarme en cuenta.- dijo el chico.
Fin flashback
-Es una lástima que pasara todo lo que pasó... realmente... creo que hubiera sido divertido ver todo ese proceso.- mencionó el chico.
Él sintió cómo la pelirrosa dejaba caer todo su peso sobre él, pero al mismo tiempo ella comenzó a respirar agitadamente.
Fuutarou, un poco asustado, comenzó a moverla ligeramente, no quería despertarla, pero tampoco quería que estuviera asustada o algo parecido.
-Ichika... Ichika...- dijo repetidamente mientras le daba golpecitos a la chica hasta que ella reaccionó.
-¡No te vayas!- dijo ella mientras se despertaba, asustando ligeramente al peliazul.
-Soy yo, Fuutarou...- dijo él mientras miraba algo preocupado a la chica. -¿Qué pasó?- preguntó el chico mientras la miraba.
-Yo... yo... soñé... que me... que me dejabas.- dijo ella mientras agachaba la cabeza.
-Sabes bien que yo jamás haría eso, te lo prometí. Además, es mi responsabilidad después de todo, ¿no lo crees?- dijo él de manera serena.
-Es cierto... aún así... sentí que era demasiado real... yo... yo tuve miedo.- dijo ella mientras reprimía sus ganas de llorar.
-Definitivamente el embarazo está afectando sus sentimientos, si es así ahora... no quiero imaginar esa etapa, donde cualquier cosa la hace llorar o la pone demasiado sentimental.- pensó el chico mientras la miraba.
-No importa qué pase Ichika, mientras tenga vida, no te abandonaré.- dijo, aunque pensó: -sé que le he dicho esto miles de veces... pero en estos momentos las hormonas comienzan a afectar la lógica... así que tendré que repetirle estas mismas palabras las veces que sean necesarias.- mencionó Fuutarou.
-Sé... sé muy bien que... que no serías capaz de eso... después de todo, tú no eres como yo.- dijo mientras trataba de contener sus lágrimas.
-Yo...- dijo el peliazul, no sabía cómo responder sin ser hiriente.
-Mu-muchas veces... he llegado a soñar cosas absurdas, ¿lo sabías?- dijo mientras alzaba la mirada.
-¿Y eso a mí qué?- pensó el chico.
-¿Recuerdas lo que te dije aquella vez en la grabación de esa estúpida película?- preguntó ella, a lo que el chico respondió asintiendo.
-Sé que... tal vez ahora es algo ya fuera de mi alcance, pero sigo deseandolo. Aún quiero que tú veas todo lo que tengo para dar... no tengo ningún derecho para decirte estas cosas... realmente no debo decirte todo esto... pero ya no puedo contenerlo.- dijo la pelirrosa.
Fuutarou se asustó, sabía por donde estaba yendo el asunto, así que decidió utilizar su intelecto para evadir el tema.
-Ichika, lo que sientes justo ahora no es nada real... son solo consecuencias de tu embarazo. Se dice que aparte de antojos y cosas así, a algunas embarazadas puede llegar a afectar en sus emociones, es como... como si tuvieras un subidón de adrenalina, es como la "emoción" del momento, pero es algo que eventualmente pasará. Creéme, esto lo digo por tu propio bien.- mencionó el peliazul friamente, dejando completamente aturdida a la pelirrosa.
Ella en ese momento se levantó y se dio la vuelta, sintió como lágrimas amenazaban nuevamente con salir de sus ojos. El hecho de hacer eso llamó la atención de Fuutarou, pues ella no decía nada.
-¿Me estás diciendo... que lo que siento y deseo ahora no es real?- dijo con signos de que su voz se quebraría en cualquier momento.
-Exactamente.- respondió sin más.
Una lágrima traicionera descendió por su rostro, pero esto es algo que Fuutarou no pudo ver, pues ella le daba la espalda.
-¿Estás diciendo... que el amor... que siempre sentí y sigo sintiendo por ti no es verdadero?- dijo mientras su voz se quebraba completamente.
-¿A-amor?- dijo el chico.
-Fuutarou-kun... siempre te he amado... no... no es algo que sienta solo ahora... desde... desde que eras mi tutor y mi mejor amigo... desde ese entonces te he amado y nunca pude dejar de amarte. No tuve pareja jamás... porque siempre soñaba con que nos volveríamos a encontrar, siempre soñaba con volver a ser lo que fuimos una vez, aunque supongo que era demasiado soñadora, era muy buena soñadora...- dijo entre sollozos.
-Ichika...-
-Yo no he dejado de amarte y probablemente no deje de hacerlo por mucho tiempo más... eso es algo que pude asimilar y aceptar fácilmente, pero hay una sola cosa que no puedo aceptar, realmente no quiero hacerlo... pero tengo qué.-
La chica se quedó callada mientras intentaba no estallar en llanto justo ahí.
-Lo que debo aceptar, pero no quiero,,, es que tú nunca me has amado... no me amas... y jamás lo harás.- dijo mientras comenzaba a alejarse entre sollozos y lágrimas.
-Idiota... eres un gran idiota... ¡lo prometiste! Prometiste que cuidarías de ella... esto no es cuidar, solo empeora las cosas... tenemos que ir al médico cuanto antes, este conjunto de emociones negativas puede afectar al pequeño.- pensó el chico.
Nuevamente, aquel muro que le había tomado semanas derribar, se volvía a interponer en el camino de la pelirrosa.
La distancia entre ellos aumentaba y su relación comenzaba a empeorar de nueva cuenta.
Fuutarou intentó decir algo, un pequeño instinto le decía que la siguiera y que hablaran sobre lo que había ocurrido, pero nuevamente las heridas que nunca sanaron comenzaron a recordarle lo sucedido.
-Es lo que merece... sí... ella merece todo esto... pero... ¿por qué me siento mal con todo esto?- dijo el peliazul mientras se levantaba y comenzaba a ir hacia su cuarto.
Sobra decir, que no pudo pegar ojo en toda la maldita noche. El rostro y los sollozos de la chica estaban grabados en la mente del peliazul. Eso no era tan malo, lo que lo hacía malo... era que él había provocado eso, todo lo contrario a lo que buscaba es lo que había sucedido esa noche tormentosa.
Ichika por otro lado, lloró tanto hasta quedarse completamente cansada y dormida en el proceso. Sobra decir también, que aunque pudo dormir, no pudo hacerlo tranquilamente. Las pesadillas comenzaban a torturarla psicológicamente y ella solo deseaba poder despertar.
Nuevamente, habían salido lastimados, aunque realmente, la culpa no era de Ichika esta vez.
Tan al revés el mundo, que quienes se echan la culpa...
Son los que salen heridos, en vez de los que aprietan el gatillo.
Tan al revés, que los que terminan con el corazón roto...
Son los que más se quieren y más dieron de sí mismos.
Tan al revés que los que lloran...
Son esos que solo han querido hacer felices a otros.
Tan al revés, que los que extrañan...
Son los que fueron dejados, y los que dejan son expertos en seguir adelante, sin importarles, sin mirar atrás.
Tan al revés todo, que me tienes aquí queriendo vivir en tus labios...
Mientras que tú ni siquiera deseas estar conmigo.
~~
Al día siguiente, Ichika se despertó. Sentía como si un camión le hubiera pasado encima, sentía que sus ojos pesaban y a la vez le ardían ligeramente.
-Ya... ya recuerdo lo que pasó.- dijo con una sonrisa forzada.
La chica decidió tomar su celular y al ver la fecha, notó que ese día tenía cita con el médico, aparte tenía varios mensajes de WhatsApp, unos de Yotsuba, otros de Miku y uno de Fuutarou.
Ella decidió abrir primero el de Miku, pues era raro que le escribiera.
Miku
Estoy en la ciudad, quiero que nos veamos cuanto antes. Seguro que ella está por acá y no quiero verla.
Ichika se sorprendió un poco, ya había recibido un mensaje así anteriormente, pero esta vez terminó de confirmar el deseo que su hermana tenía para verla.
Ichika
Hoy tengo cita con el médico, ¿podemos vernos luego de eso? La consulta es a las 3.😬
Instantáneamente, la pelicastaña respondió.
Miku
Nos vemos, en el lugar de siempre...😶
Ella cambió de chat y abrió el de Fuutarou.
Fuutarou
A la 1 pasaré por ti, por favor, necesitamos estar puntuales, no te tardes para arreglarte.🙄
Ella simplemente le mandó un emoji que indicaba "Ok". Finalmente, abrió el chat con Yotsuba.
Yotsuba
Espero que tengas un buen día, suerte en el doctor, te quiero.😊
PD: Tenemos que hablar, reunámonos un día de estos.
La pelirrosa movió la cabeza al ver lo último, ¿para qué quería hablarle?
Ichika
Por supuesto hermanita, me organizaré bien y te diré cuando puedo. Cuídate... te quiero.❤️
La chica no esperó respuesta y decidió levantarse, fue a la cocina y notó que nuevamente el desayuno estaba hecho, no había pasado tanto tiempo desde que Fuutarou se había ido.
Ella se sentó, sirvió todo lo necesario y comenzó a comer. El sabor era tan especial, que ella pudo sentir felicidad en unos efímeros momentos.
-Supongo que... aunque no fueras el mejor cocinero que conocí... sabes darle un toque a tus platos. Creo que lo amargo le da un toque especial.- dijo ella mientras reía ligeramente.
Tras todo eso, ella se fue a cambiar y a alistar para salir luego. Es cierto que iba al doctor, pero ella quería sentirse cómoda y de esa manera podía conseguirlo.
Las horas pasaron y el timbre de su hogar sonó, ella se asomó y vio que era Fuutarou, así que decidió abrir.
-Espero que ya estés lista.- dijo sin más ni más.
-Sí-sí... estoy lista.- dijo ella con nerviosismo.
-Vale, vamonos.- dijo el chico con serenidad.
Ambos salieron y comenzaron a caminar, tenían que tomar un taxi para poder llegar, así que caminaron hacia una calle principal, pues ahí es donde se puede encontrar a la mayoría.
El ambiente entre ambos era nuevamente incómodo, con la chica queriendo decir algo y con el peliazul tratando de mantener el contacto al mínimo.
Pero mientras caminaban, pasaron por una tienda donde vendían vestidos y no cualquier clase de vestidos, eran unos que las mujeres usan en el día más importante de su vida, eran vestidos de novia.
Ichika no pudo evitar detenerse a observarlos, como la mayoría de las señoritas, siempre se preguntó cuando y cómo sería el momento en el que ella llegaría a usar uno de esos... pero el destino fue un poco cruel con la chica.
Fuutarou vio de reojo a la pelirrosa, sabía que detrás de toda esa capa de emociones falsas y demás, Ichika era una chica amante de todo ese tipo de cosas, pero cuando recordó eso también vino a su mente lo de la noche anterior.
-Siempre te he amado... no... no es algo que sienta solo ahora... desde... desde que eras mi tutor y mi mejor amigo... desde ese entonces te he amado y nunca pude dejar de amarte...-
-Ichika... yo...- dijo mientras miraba a una ilusionada pelirrosa viendo con ánimos los hermosos vestidos.
-¿Hm?- fue el único sonido que realizó.
-Yo... me equivoqué.- dijo él.
Ella rápidamente sacó su celular, vio la hora y la fecha.
-Pero... la cita sí estaba para hoy.- dijo ella, creyendo a que se refería haberse equivocado respecto a la fecha.
-No me refiero a eso... lo que dije antes... yo...- dijo con dificultad, llamando enormemente la atención de la chica.
-Fuutarou-kun...-
-Lamento haber despreciado tus sentimientos sin más. Sé bien que estuvo mal haber hablado de esa manera... y comprendo mi error. No puedo decir mágicamente que respondo a tus sentimientos... es cierto que alguna vez te quise, eras mi mejor amiga después de todo... aunque nunca de la manera en la que tú a mí. Yo no soy quién para decir que alguna vez vaya a corresponder a lo que sientes, ni siquiera puedo verte de manera amistosa... pero tengo esperanza de que algún día yo pueda sanar y tanto para nosotros, como para nuestro hijo podamos llevar un mejor estilo de vida y de relación.-
El chico no vaciló al final, estaba completamente convencido de lo que había dicho, causando cierto asombro en la pelirrosa.
-Teniéndote de frente lo vuelvo a decir y no tengo miedo de hacerlo, yo te amo Fuutarou Uesugi, quiero que tú seas la persona a la que pueda enseñarle mis logros, lo mejor de mí. Puede que ahora no me veas como alguien importante... pero prometo dar lo mejor de mí para que volvamos a recuperar lo que arruiné.- dijo ella mientras se acercaba al chico.
El peliazul por instinto dio un paso atrás, pero no llegó lejos porque la pelirrosa se acurrucó en su pecho.
-Esto... se siente muy bien.- dijo mientras reía ligeramente.
-Bien... suficiente contacto físico por hoy Ichika, demasiado incluso por el resto del mes.- dijo con su tono serio y monótono.
-Que amargado eres.- dijo ella mientras se separaba de él.
-Sí sí... como sea.- dijo él con desinterés...
Hasta que sintió algo húmedo sobre su mejilla.
Ichika le había dado un beso.
-Ahora sí puedo decir que es suficiente para mí por el resto del mes.- dijo entre risas.
Ella comenzó a caminar, mientras que él se quedó estático viendo cómo la chica se alejaba.
-¿Qué carajo acaba de pasar?-
~~
Recuerda que a menudo en los cielos más oscuros es donde vemos las estrellas más hermosas y brillantes.
~~
Próximo capítulo: Actos del pasado, consecuencias del presente.
Debo decir, este capítulo fue particularmente difícil de escribir, han pasado muchas cosas en mi vida personal y eso no ayudó mucho que digamos.
Pero en fin, aquí estamos de nuevo. Espero que como siempre el capítulo les haya gustado, saben que siempre aprecio mucho sus comentarios y sus votos.
Por ahora no tengo mucho que decir, así que nos vemos en una próxima actualización.
Fin de la transmisión.
-Writer_Bryan.
(La perfección en una imagen).
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