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Una familia disfuncional

El dolor de sentir que un amor no es correspondido es algo que puede hacer que el alma queme, algo que te provoca un dolor que nunca habías sentido.

Pero... ¿el dolor de saber que a quien amas te desprecia...? Ese dolor es incomparable. Este tipo de dolor te destruye desde el interior, el ver como todo lo que intentas hacer es destruido por el odio... provoca sentimientos de tristeza absoluta.

Ahora... sumandole a eso que todo podría haber sido diferente... si yo hubiera tomado la decisión correcta... hace que todo mi ser sienta que arda desde adentro.

Yo... no merezco su perdón.

Pero... realmente lo deseo.

-Ichika Nakano.
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Narra Ichika
Últimamente todo se ha vuelto muchísimo más complicado para mí, el simple hecho de... tantas cosas que suceden al mismo tiempo siento que van a terminar por aplastarme.

Yotsuba comenzó a venir a mi hogar cada 2 o 3 días... y casualmente Fuutarou-kun desaparece esos días. Usualmente se excusa con decir que tiene que trabajar, pero el resto de días siempre regresa un poco más temprano... es más que obvio que simplemente trata de evitar a Yotsuba.

Nuestra relación no ha hecho más que quebrarse más y más con cada día que pasa, trato de mantener mi compostura... pero a veces siento que es muy insensible... aunque no soy quién para decir eso.

Justo ahora, es cuando más fuerza de voluntad debo tener... no puedo permitirme episodios de depresión, pues podría dañar al ser que está dentro de mí...

Pero... ese hombre lo hace muy difícil.

La puerta se abrió, pensé que era Yotsuba, pues este día es uno en los cuales viene, pero me llevé una gran sorpresa al ver que era Fuutarou.

-Ya llegué...- dijo sin muchos ánimos. Lo único que pude responderle fue moviendo la mano de un lado a otro. ¿Por qué... siento temor de lo que pueda decir?

-Estás más callada de lo normal. ¿Estás bien?- preguntó. Mi corazón no pudo evitar acelerarse en ese momento, se muy bien que él solo dice eso porque estoy embarazada... pero no puedo evitar sentir un poco de felicidad.

-Sí... todo bien.- dije.

-Bien, estaré estudiando, me dieron el día libre para que estudiara por los exámenes... es extraño que mi jefe sea tan amable, pero qué se le va a hacer.- dijo con los mismos ánimos bajos de siempre.

-Claro...- dije.

Él comenzó a caminar hacia su habitación... pero algo que no entiendo me dio un impulso para ir y tomar su muñeca. Esto causó que volteara a verme de manera confundida.

-¿Por qué me detienes?- preguntó.

¿Por qué lo detuve? ¿Qué respondo si ni siquiera yo lo sé? Mi mente se puso en blanco y yo entré en pánico, no sabía qué debía decir o hacer.

-Por... porque...- dije con nervios, pero en eso recordé que en la noche iba a haber un maratón de la película americana "Volver al Futuro". Es cierto que cuando vi eso pensé que sería genial que lo vieramos juntos, pues tal vez eso podría ayudar a mejorar lo que tenemos ahora, pero preferí guardarlo. Estaba completamente segura de que rechazaría la propuesta acompañandola de un insulto...

-¿Y bien?-

-Porque... esta noche... va a haber un maratón de "Volver al Futuro" y me preguntaba... si quisieras verlas conmigo...- dije, para luego cerrar los ojos. ¿Por qué le pregunté si ya sabía la respuesta?

-Si termino de estudiar, lo consideraré. Aunque dudo que termine antes.- dijo para luego soltarse de mi agarre e ir a su cuarto.

Yo me quedé bastante sorprendida... acaso... ¿él dijo que lo pensaría? Eso ya es bastante, considerando que es Fuutarou-kun de quien estamos hablando.

No pude evitar que una sonrisa boba se formara en mi rostro... quizás esto podría ayudarnos a acercarnos un poco más... al menos para poder eliminar el ambiente pesado que se forma aquí.

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No sé por qué esperaba algo diferente... en serio creí... que sería diferente, pero me equivoqué.

Los créditos de la última película pasaban de manera rápida, mi cuerpo temblaba ligeramente por el frío... y en la mesa que tengo en la sala habían dos vasos, uno vacío y otro lleno.

Quiero llorar... realmente esto me afectó mucho más de lo que creí que iba a hacerlo.

En verdad... ahora comprendo bien cuanto odio me tiene. Pero simplemente no puedo culparlo, lo que hice no tiene perdón... tiene todo el derecho del mundo de ni siquiera verme.

No puedo evitar comenzar a sollozar, este dolor que siento en mi pecho no hace más que incrementar, me siento muy mal... demasiado.

Fue tan fuerte que... todo se volvió negro.

Narra Fuutarou
Realmente... estos proyectos se vuelven cada vez más y más imposibles... es tan molesto...

Por cierto... ¿qué hora es?
Tomé el reloj y vi que ya eran más de las 12 de la noche, el dichoso maratón seguro había acabado ya, comenzaba a las 6 de la tarde.

Supongo que ella debe estar molesta, aunque no es que me importe realmente. Aún así... espero que el bebé esté bien... agh, que remedio, será mucho mejor salir a ver.

Salí de mi habitación e iba directo a la suya, pero noté que había una tenue luz junto a un sonido muy leve que provenía de la sala. Tal vez estaba terminando el maratón.

Al acercarme pude notar que ella estaba... ¿dormida? Eso parece... pero no me dejó tranquilo, así que lo primero que hice fue tocar su frente.

En ese momento, debo confesarlo... me asusté mucho, tanto así que la comencé a sacudirla levemente, con intenciones de despertarla, pero no había ninguna respuesta.

Con rapidez, logré juntar fuerzas de Dios sabe donde y logré llevarla cargada hacia su habitación.

No sabía bien que hacer, lo primero que se me ocurrió fue llamar al hospital... pero inmediatamente recordé que había una opción mucho mejor.

Tomé el celular de Ichika y gracias a Dios, se desbloqueaba mediante huella dactilar, así que colocando su dedo pude desbloquearlo.

Por más que lo niegue, debo decir que sentí mucha curiosidad por su WhatsApp... pero... no es correcto.

Rápidamente busqué entre sus contactos a quien necesitaba y lo llamé rápidamente.

-¿Ichika?- escuché del otro lado.

-Soy Fuutarou Uesugi, estoy seguro que me recuerda muy bien... Maruo Nakano.- dije con seriedad.

-¿Qué quieres? ¿Por qué tienes el celular de mi hija?- dijo el hombre de manera molesta.

-Le seré sincero, ella está embarazada, pero justo ahora se encuentra con fiebre, lo llamé porque aunque sea una persona... despreciable, reconozco que es un excelente médico y que no dudará en apoyar a su hija.-

Él no dijo nada, por un momento temí lo peor, pero grande fue mi sorpresa al escucharlo decir:

-Iré para allá inmediatamente.- dijo para luego colgar.

Realmente me sorprendí, no esperaba una reacción de ese calibre de su parte.

Pasaron varios minutos, no me aparté de ella en ningún momento, sentía como todo pasaba como si de una eternidad se tratase.

Finalmente, para mi alivio, escuché que tocaron la puerta... estoy seguro que es él.

Abrí rápidamente y lo primero que vi fue al hombre serio que recordaba tan claramente.

-¿Donde está?- preguntó él.

-La llevé a su cama, está reposando ahí...- respondí

Él pasó empujandome y se dirigió a toda velocidad a la habitación de la pelirrosa. ¿Tanto le preocupaba? Es su hija... pero nunca lo vi preocuparse tanto.

Cuando llegué, vi que él tomó varios instrumentos médicos que llevaba consigo y comenzó a revisarla.

Pasaron varios minutos, mi ansiedad no desaparecía, aunque él estuviera ahí, el hecho de que ella no despertara estaba asustándome mucho.

-Ven.- dijo el hombre sin previo aviso, obviamente sorprendiéndome.

Me acerqué como me lo indicó, solo para tomar mi mano y colocarla en la frente de la chica.

-¿Puedes sentirlo? Disminuyó su fiebre.- dijo él.

-Es cierto...-

-Lo que le sucedió... fue que su tensión arterial disminuyó rápidamente. El hecho de estar embarazado afecta sus... "sentimientos" por así decirlo, se pone más sensible de lo normal, por lo que sea lo que lo haya causado, se acumuló con lo que ella carga por su cuenta y eso provocó que colapsara y su temperatura aumentara.- dijo de manera seria.

-¿Hay algo que deba hacer ahora?- pregunté, no sabía tan a detalle esas cosas...

-Por ahora, solo cuidar de ella hasta que despierte. Es tarde ya, aún tengo pendientes que atender en el hospital, regresaré mañana para ver el progreso. También debo hablar seriamente con ella.- dijo mientras me miraba fijamente... agh, ya sé por donde va esto.

Tras eso, él se fue tan rápido como había llegado. Yo me senté al lado de la cama donde ella reposaba... ¿había sido mi culpa? Ese y otros pensamientos daban vueltas por mi mente.

-Fuu...tarou...- dijo ella, llamando mi atención rápidamente. Pero cuando la volteé a ver, noté que seguía dormida. Seguro está soñando...

-Eres una idiota.- dije mientras me levantaba y ponía una silla al lado de la cama. Por más que me desagradara, hice la promesa de cuidarla... y si el viejo me ha enseñado algo, es a no fallar a mis promesas.

Me senté mientras la miraba fijamente. En ese momento, comencé a notar muchas cosas que había estado ignorando. Primero, el cansancio se notaba mucho en su rostro, ella tenía unas ligeras ojeras, cosa que realmente me sorprende un poco, pues aunque ella no era como Nino, Ichika era de las que más cuidaban su apariencia.

Segundo... no sé, pero hay algo que me llama mucho la atención, no consigo descifrar qué es... me molesta un poco.

Ichika Nakano... supongo que ahora tendré que tener más cuidado contigo... aunque no lo quiera, tendremos que aprender a llevarnos bien... por más que diga que te odie... que no pueda perdonarte... aunque mi corazón se sienta destrozado... tendremos que ser compañeros que estan para el otro en las buenas y en las malas.

Aún no puedo perdonarte... mejor dicho... no quiero hacerlo. ¿Cómo puedo llevarme bien contigo si no lo hago?

Inconscientemente, tomé su mano. La vi temblar... ¿qué estará soñando?

No tienes remedio... Ichika.

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Narración normal.
Eran las 6 de la mañana, Ichika apenas estaba abriendo los ojos, pero sintió un calor que provenía de su mano izquierda. Al voltear a ver, vio que Fuutarou estaba tomando su mano, ella no pudo evitar sonrojarse ligeramente por eso.

Verlo dormir era algo tan pacífico, el rostro que él tenía en ese momento era uno tan relajado, uno que ella no había visto desde hace años.

-¿Qué me pasó...?- dijo ella. Lentamente se soltó del agarre del chico y salió de la cama. Al acercarse a él, notó que él temblaba debido al frío.

-Aún así... te quedaste a mi lado... ¿como es que tuve el valor para traicionarte...? Esos pequeños gestos solo me hacen sentir aún peor... je...-

Ella antes de salir se acercó lentamente al chico... y le dio un beso en la mejilla.

-No importa cuanto tiempo me lleve... daré todo de mi para poder arreglar el grave error que cometí...-

Ella salió a la cocina y comenzó a preparar el desayuno, preparó tanto para ella, como para el peliazul, esperaba que aunque fuera esa vez él comiera junto a ella.

Tras varios minutos, el olor de la comida despertó al peliazul, quien se encontraba algo confundido al despertar.

-¿Donde estoy...?- preguntó para sí mismo.

El chico se levantó y salió, debía admitir que no olía nada mal. ¿Desde cuando Ichika sabía cocinar?

Ella notó su presencia y con una sonrisa radiante le preguntó:

-¡Buenos días! ¿Cómo dormiste?-

-Bien supongo. ¿Tú cómo seguiste?- preguntó él.

-Oh...- dijo ella, no pudo evitar que su ánimo decayera un poco, pues ya recordaba lo que había pasado.

-Supongo que mejor...- dijo ella con tristeza bastante notoria.

El chico suspiró, luego alzó la mirada y dijo:

-Lo siento. Fue mi culpa el que terminaras así. Debo ser más cuidadoso contigo.- dijo de manera seria.

-No... no tienes que disculparte.- respondió ella forzando una sonrisa.

-Deja de hacer eso.- dijo molesto.

-¿Qué cosa?-

-Tu sonrisa... me molesta mucho. Desde que te conozco has hecho lo mismo, siempre sonríes y ocultas todo lo que sientes. Escucha... las cosas en este lugar tienen que cambiar, empezando conmigo.- dijo él mientras se rascaba la cabeza.

-Yo...-

-Mira... seré sincero contigo, porque no vale que esté mintiendo. No me agrada la idea de esta relación que llevamos... pero es lo mejor, para ambos.- dijo el chico.

Él se acercó a ella y puso su mano sobre su cabeza.

-No puedo decir simplemente, "empecemos de nuevo", porque me volvería un hipócrita. Realmente no quiero hacerlo, yo... no te odio, pero no me agradas. Necesito tiempo para poder sanar y llevar esto en paz.- dijo el chico.

-Sí... yo comprendo muy bien todo.- dijo la pelirrosa algo apenada, pues sintió una gran calidez cuando el chico puso su mano sobre su cabeza.

-Bien... cuando sientas algo extraño, si alguna actitud mía te está afectando o algo así, avísame inmediatamente. No podemos darnos el lujo de que dañes a nuestro hijo.- dijo mientras retiraba su mano de la cabeza de la chica.

-Nuestro hijo... aún se siente como un sueño.- pensó mientras esbozaba una sonrisa. -Está bien, lo haré. Pero para que yo pueda estar bien; tú también debes estar bien. Sé que no te inspiro confianza, estando en tu lugar ni yo me tendría confianza... pero quiero que sepas que si necesitas hablar con alguien, puedes contar con tu Onee-san.- dijo mientras sonreía provocativamente.

-Lo... intentaré.-respondió sin más.

-¡Bien!- dijo mientras juntaba sus manos. -Ahora serviré el desayuno, no queremos que esto se enfríe.- dijo ella.

El chico solo vio mientras ella se retiraba, soltó un gran suspiro y susurró:

-Esto va a ser mucho más complicado de lo que creí...-

Tras unos segundos, reapareció la pelirrosa, esta vez llevaba puesto un delantal y traía dos platos de comida.

-Espero que te guste, tal vez no soy tan buena cocinera... pero no creo que mi comida te mate.- dijo mientras sonreía nerviosamente.

El chico aceptó el plato y esperó a que se sentara. Si todo se viera de otra perspectiva, hasta parecería que eran una especie de familia.

Lo que nadie sabía, es que esa familia era una disfuncional, una familia disfuncional en donde ambos estaban dispuestos a darlo todo para el bien del otro...

Al menos hasta que su hijo naciera.

El día transcurrió de manera normal luego de eso, Fuutarou salió a trabajar e Ichika se quedó en casa, pues el rodaje de su película aún seguía en pausa.

Unas horas luego de que el peliazul se fuera, llegó Yotsuba.

Las hermanas pasaron charlando, Ichika le contó sobre lo que había pasado, cosa que preocupó un poco a la pelinaranja, pero tras contarle que todo parecía cambiar a mejor, la chica se alegró.

-Me alegra mucho que aunque sea un poco todo haya mejorado. Puede que sea pronto para decir esto, pero creo que vas por buen camino, puede que algún día consigas que te perdone.- dijo ella.

-No lo sé, no me gustaría precipitarme para decir eso. Estoy segura que es solo por la responsabilidad que compartimos.- dijo ella mientras se rascaba la cabeza y reía nerviosamente.

-Bueno, si algo puedo decir es que eso es mejor que nada.- respondió con una sonrisa un tanto más forzada.

-Yotsuba...-

La chica no pudo terminar, pues escuchó que tocaron la puerta, ella se sorprendió ligeramente, pues sabía que era imposible que fuera Fuutarou y no esperaba a nadie.

Al abrir la puerta la chica cayó sentada debido a la impresión.

-¿Pa-padre?- dijo ella nerviosa.

-Ichika... es bueno verte en mejor estado.- dijo el hombre de manera seria. -¿Puedo pasar?- dijo mientras le extendía su mano a la chica.

-Claro...- dijo ella mientras dejaba que su padre la levantara.

Ella se levantó, se hizo a un lado y dejó pasar al hombre.

-Tenemos mucho de qué hablar, ¿no es así?- dijo el hombre,

-¿Quién era?- dijo Yotsuba que apareció de repente en el lugar.

-¿Yotsuba?- dijo al ver a la pelinaranja.

-¡¿Papá?! ¿Qué haces aquí?- dijo ella con un tono molesto.

-Es bueno verte también hija, ya han pasado...-

-3 años, lo sé, ha sido complicado, pero me las he arreglado.- mencionó la pelinaranja.

-Yo...-

-Será mejor que regrese luego Ichika, si papá vino a buscarte, seguro es porque quiere algo... después de todo, solo nos busca cuando necesita algo de nosotras.- dijo mientras lo miraba de mala manera.

-Sabes que no es cierto.-

-Por supuesto, debo estar loca, esos años donde tuve que trabajar para buscar mi sueño, esos momentos donde incluso todo parecía oscuro son imaginaciones mías, porque siempre me apoyaste y me alentaste a seguir adelante...- dijo sarcásticamente.

-Tengo una...-

-Padre, es en parte tu culpa el que todo haya terminado así... no me interesa la excusa que tengas. Lo único que me interesa es que no le hables pesado a Ichika, seguro que con eso de que quieres saber todo ya conoces lo que pasó con Ichika, de hecho, estoy casi segura que estás aquí por eso mismo, de no ser así, ni nos dirigirías la palabra.- mencionó fríamente Yotsuba.

Ichika estaba sorprendida, sabía que ella no estaba en buenos términos con Maruo, pero no creía que todo estaba hasta ese nivel.

-Lo siento Ichika, no me agrada el hecho de que presencies esto, hablaremos luego. Te veo pasado mañana.- dijo la pelinaranja mientras se retiraba.

-Claro.- dijo ella sin muchos ánimos,

El sonido de un suspiro la regresó a la realidad, al voltear a ver a su padre vio que este estaba tranquilo, parecía como si nada hubiera pasado.

-Ayer estabas muy mal, ¿qué provocó eso? Sé que tu presión arterial se vio afectada... pero no entiendo qué te llevó a todo eso.- dijo el hombre seriamente.

-Verás... estoy embarazada, estoy seguro que eso lo sabes ya.- dijo ella.

-Por supuesto, creo que fue la única razón por la que el incompetente hijo de Isanari me llamó, de otra forma, no lo hubiera hecho.- dijo él.

-Lo imaginé... bueno, el punto es ese, tuve ciertos... altibajos y eso sumado a mi embarazo, provocó que colapsara.- respondió la chica.

El hombre suspiró y colocó su mano en su rostro.

-No preguntaré el por qué hablas con el inútil hijo de Isanari, no me interesa. Lo que me interesa es saber quién es el padre de tu hijo y donde está ahora.- dijo seriamente.

-Bueno... veras... es una historia chistosa.- dijo ella mientras apartaba la mirada y reía nerviosamente.

El hombre comenzó a ponerse nervioso, así que fue directo al grano.

-Se directa Ichika, sabes que odio los rodeos.-

-Padre... Fuutarou es el padre de mi hijo.- respondió ella.

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Fuutarou caminaba tranquilamente, había estado delirando sobre todo lo que había estado pasando.

-Aún se siente tan... irreal todo esto, pero supongo que debo actuar de forma madura de ahora en adelante.- dijo para si mismo.

Mientras caminaba, aún perdido en sus pensamientos, vio a una chica que conocía muy bien, esa era Yotsuba. Inmediatamente el chico intentó alejarse de ahí, pues aunque tratara de arreglar todo con Ichika, el resto de las Nakano era otro cuento.

Lastimosamente para él, su presencia fue notada por la pelinaranja. La chica rápidamente se acercó a él y le habló.

-Uesugi-san... yo...- dijo, pero el peliazul la interrumpió .

-Creí haberlo dejado muy claro el otro día, no quiero hablar contigo, ni ahora ni nunca.- mencionó.

-Lo sé... pero esto no es por mí, es por Ichika. Papá está con ella...- dijo con nervios la chica.

-Agh maldita sea... supongo que tanto tú como él ya saben todo.- dijo el peliazul, a lo que recibió una respuesta positiva de la chica.

-Realmente... quería quedarme y mantener todo en orden... pero hay varias cosas que me lo impiden. Se que esto es descarado de mi parte, aún más luego de todo lo que pasó... y no trato de excusarme ni nada, comprendo lo que hice, me arrepiento de haberlo hecho, pero arrepentirse no eliminará lo que sucedió. El punto es... que no te pido esto por mí, te lo pido por Ichika... no dejes que él esté cerca de ella, va a alterar su estado emocional, Ichika es la más débil de nosotros en ese sentido luego de Miku, en la condición actual creo que incluso es aún más débil.- dijo la chica mientras bajaba la cabeza.

-No tenías que pedirmelo idiota... es mi responsabilidad después de todo.- dijo mientras se alejaba rápidamente.

Ella tuvo que reprimir su deseo de correr, abrazarlo y llorar, pues aunque deseaba de corazón hacer todo a un lado, esa misma cualidad que tuvo desde joven le impidió todo.

Ella siempre buscó la felicidad de sus hermanas, aunque fuera a costa de la suya. Siempre vio como todas retrocedían si era necesario por ella, disfrazaba ese sentimiento de impotencia con su actitud siempre optimista, pero el conflicto interno que las llevó a rechazar a Fuutarou fue su acabose, su episodio de depresión más fuerte.

Flashback
Habían pasado varios días desde que las chicas habían borrado a Uesugi de sus vidas, al menos para nuestras chicas protagonistas, la razón del por qué Maruo había actuado de esa manera permanecía como un completo misterio.

Yotsuba se encontraba en su habitación, el conflicto que tenía consigo misma la carcomía, ella había dicho todo eso para salvar su propio pellejo, su carrera como atleta. Pero ella misma veía como Fuutarou pasó de ser un chico medianamente sociable, a ser un inadaptado social. Ella veía como el chico se sentaba solo en una de las mesas del comedor, justo como el día en que lo reconoció y se le acercó a hablarle.

Pero ahora él era objeto de burla, si bien antes lo era, él estaba acostumbrado a todo eso, él simplemente dejaba que esas palabras resbalaran como si gotas de agua fueran, pero ahora todo era distinto. Ella llegó a tomarle mucho cariño en tan poco tiempo, para bien o para mal, ella ya lo conocía como a sus hermanas.

En cierta ocasión, vio todo claramente.

El chico estaba sentado solo como era habitual, cierto grupo de chicos se sentaron justo al lado del chico, en la mesa que estaba libre. Al principio todo marchaba normal, él no les hacía caso y ellos estaban charlando sobre sus asuntos, eso fue hasta que uno de ellos reconoció a Fuutarou.

-¿Te puedo preguntar algo?- dijo el chico, a lo que Fuutarou respondió de mala manera moviendo únicamente la cabeza en señal de afirmación.

-¿Cómo diablos lo hiciste hermano? Digo... puede que tu plan haya funcionado por un corto período de tiempo... pero haberte juntado tanto tiempo con las Nakano... es algo que me sorprende. ¿No te gustaría compartir la estrategia?- preguntó.

-No hice nada, fueron ciertas coincidencias de la vida, aunque ahora ya todo eso pasó.- dijo como si nada.

-Ya veo... es una lástima, creí que podía aprovechar tu táctica para llegar a otra base, a diferencia de ti.- dijo el chico.

-Lo sé, todo eso fue demasiado para mí, me metí con cosas que no eran de mi incumbencia y luego terminé siendo rechazado.- dijo el chico con una sonrisa falsa.

-Bueno... debes admitir también que apuntabas muy alto.- dijo.

-Tienes razón... todo eso fue demasiado para alguien como yo.- mencionó mientras su falsa sonrisa se notaba aún más.

Yotsuba se molestó bastante, pero en ese mismo instante recordó que ella lo había hecho sentir aún peor.

-No importa qué... hablaré con él de nuevo, tengo que arreglar esto.- pensó para sí misma.

Tras terminar clases, Yotsuba se quedó en la escuela con la excusa de que el club de atletismo iba a tener una reunión de última hora, aunque claramente ella solo planeaba ir a buscar a Fuutarou.

Tras buscar y buscar, ella lo encontró en su salón, el chico al ser el presidente de su salón, tenía el deber de quedarse y ordenar el lugar, algo que ella sabía de antemano.

-Uesugi-san...- dijo ella mientras entraba al salón.

Fuutarou volteó a verla, sus ojos parecía que se habían iluminado por un instante, pero en ese mismo momento en el que se encendieron, en ese mismo momento perdieron toda señal de brillo.

-Nakano-san, ¿necesitas algo?- dijo con su tono de siempre.

-Yo...- dijo mientras apretaba su puño. -Yo... necesito...- intentó decir, pero las palabras no le salían de la boca. -¡Di algo! Estabas lista, sabías qué decir... ¿por qué no puedo hacerlo?- pensó.

El peliazul, obviamente irritado, perdió la paciencia y habló:

-Tengo asuntos más importantes que atender, como veo que ni siquiera sabes qué quieres, será mejor que me empiece a retirar.- mencionó mientras terminaba de ordenar unos escritorios y tomaba su mochila.

-Uesugi-san...-

-Por favor, nunca más me vuelvas a buscar. Estoy haciendo hasta lo imposible por reconstruir la poca autoestima que tenía...- dijo mientras le daba la espalda a Yotsuba.

-Todo tiene una explicación.- dijo ella, esperando que el chico la volteara a ver.

-No me importa, no me interesa escucharla. Lo hecho, hecho está. No es así, ¿chica de Kioto?- dijo mientras hacía énfasis en lo último. -Espero que estés feliz, realmente yo no las odio, nunca lo haré, todo lo que puedo desearles es la felicidad absoluta. Más a ti, que fuiste quien me ayudó a cambiar y a volverme una mejor persona. Esto no lo digo sarcásticamente, realmente te agradezco eso... y también que me hayas abierto los ojos. No me arrepiento de decir... que te quería... un poco.- dijo mientras comenzaba a alejarse.

Ella no pudo hacer nada, solo vio como el peliazul se retiraba. Lágrimas comenzaron a descender por su rostro, lágrimas que no era capaz de controlar.

Ese día ella supo... que había perdido para siempre a Fuutarou Uesugi.

Fin del flashback.

Fuutarou corría a toda velocidad, sabía que tenía que llegar cuanto antes, él sabía sobre lo cruel que podía llegar a ser Maruo, a veces era igual o peor que él y eso realmente lo aterraba.

Tras varios minutos, donde el chico ya sentía que estaba entregándole su alma al mismo Dios, logró llegar. Entró rápidamente y vio que ella estaba en la mesa, con la mirada "perdida".

-Ichika, ¿donde está tu papá?- dijo el chico algo alterado.

-Está...-

-Fuutarou Uesugi, nos volvemos a encontrar.- dijo una voz que salía de la cocina.

-Maruo Nakano, diría que es un placer, pero estaría mintiendo y no quiero eso. Vaya al grano, no me agrada la idea de que esté aquí.-

-No eres quién para hablarme así, te recuerdo que Ichika sigue siendo mi hija y tú no eres su esposo o algo así como para alejarme de aquí.- dijo seriamente.

-Puede que no lo sea, pero yo soy el padre del hijo de Ichika, mi responsabilidad ahora es velar tanto por su bien, como por el del futuro bebé. Y ella no estará bien, si usted está por aquí, Yotsuba mencionó que usted podía llegar a decir cosas que la lastimen... y si le soy sincero, la impresión que he tenido de usted siempre ha sido una muy mala.- mencionó el chico molesto.

-¿Crees que dejaré que todo esto pase como si nada? ¿Que diré que acepto todo lo que está paasando y ya? Pues te equivocas Fuutarou Uesugi.- dijo de manera molesta.

-¿Usted cree que me importa un carajo que me acepte o no? Eso no cambia nada, no puede borrar el hecho de que yo soy el padre. Usted como médico debería saber, que exponer a la madre a cualquier tipo de estrés emocional es completamente contraproducente.- dijo el chico mientras miraba seriamente al hombre.

-Fuutarou-kun...- dijo la pelirrosa, sabía bien que todo lo hacía únicamente por su responsabilidad, pero el sentir que él la defendía hacía que su corazón latiera con rapidez.

-Por favor, le pido amablemente que se retire de nuestro hogar. Le prometo que hablaremos de esto, pero en una ocasión donde ambos estemos tranquilos, Ichika necesita descansar justo ahora.- dijo seriamente.

-Está bien... Ichika, una última cosa, ya me comuniqué con el director de tu película, supuse que no lo habías hecho todavía. Le hablé sobre tu situación actual y él está de acuerdo con darte tiempo para que tengas a tu hijo, me pidió que te dijera que necesita hablar contigo, así que debes ver eso.- dijo mientras se daba la vuelta.

-¿Por qué hiciste eso? Necesitaba algo de tiempo para...-

-¿Para qué? Sabía que tú no lo habías hecho, te conozco bien después de todo. Tranquila, igual solicité que esta información no se hiciera pública, así que tu imagen seguirá intacta por ahora.-

La chica se puso muy nerviosa, comenzó a respirar rápidamente, cosa que alteró a Fuutarou. El peliazul se acercó y puso su mano en la mano de la chica.

-Tranquilízate, resolveremos eso. Ahora no pienses en eso, no vale la pena.- dijo el chico. -Por favor, no me haga repetirme. Fuera de aquí.- dijo con tono autoritario, a lo que el hombre respondió retirandose, no sin antes dirigirle una mirada molesta a ambos, pues era más que obvio que no aprobaba esa situación.

-Fuutarou-kun... gracias...- dijo ella mientras trataba de tranquilizarse.

-No es nada, pero en cierto punto tiene razón, la forma en la que lo hizo estuvo mal, pero en algún momento tenías que hablar con el director de tu película. ¿Qué harás cuando ya no puedas esconder el hecho de que serás madre?- preguntó el chico, le causaba verdadera curiosidad el como planeaba manejarlo.

-Yo... no había pensado en todo eso.- dijo ella mientras reía nerviosamente.

-Supongo que lo idiota no se quita...- dijo mientras suspiraba.

Ella solo lo miraba de reojo, hace unos días apenas y se dirigían la palabra, ahora ya no era así, si bien casi todo podía llegar a resumirse en una simple "tregua" por responsabilidad, era algo muy extraño que todo pareciera en orden, parecía irreal.

Lo quisieran o no, se habían vuelto una familia.

Una familia completamente disfuncional.

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Próximo episodio: Por siempre mi estrella.

Creo que ya era justo y necesario que actualizara, ya pasaron casi 2 semanas desde que terminé "Destino o casualidad", así que el tiempo de descanso terminó.

Como siempre, espero que el capítulo haya sido de su agrado.

Por otro lado, esta vez no haré votación para la siguiente historia, esta la decidí yo. Se enfocará en la panadera, Miku Nakano. El prólogo ya está en mi libro dedicado a esos, se llama "La novia de mi amigo".

Dejando de lado eso, saben que aprecio mucho sus comentarios, puede que no responda la mayoría, pero siempre los leo,

Por ahora no tengo nada más que decir, nos vemos en el próximo capítulo.

Fin de la transmisión.

-Writer_Bryan.

(La palabra diosa se queda corta para describirla.)

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