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Un pasado doloroso

Cuando dije que quería más adrenalina en mi vida... tampoco me refería a tener sexo con Ichika Nakano.

Maldita sea. Esto no me gusta para nada. Aún siento rencor hacia ella por lo que pasó... no entiendo cómo lo toma con tanta tranquilidad.

Ella y yo no somos compatibles para nada, debo alejarme lo más pronto posible.

-Fuutarou Uesugi.

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Pasó un poco de tiempo donde el peliazul pudo sacar todo lo que tenía guardado, todo el tiempo había guardado tanto rencor, que al sentir una leve chispa... él simplemente explotó.

Ichika pasó todo el tiempo acariciandole el cabello, verlo en ese estado tan deplorable la llenaba más y más de culpa.

-Uesugi-kun...-

-Mejor llámame como lo hacías antes, cuando me llamas así me recuerdas a Itsuki, no quiero tener que recordar a ambas solo por la forma en la que me llamas.- dijo el chico.

-Fuutarou-kun... yo...- intentó decir, pero el chico la interrumpió.

-Ahórrate las disculpas Ichika. Ya es tarde... demasiado tarde.- dijo el chico mientras se levantaba.

-Pero quiero que me escuches.- dijo la chica mientras aún lo tenía agarrado.

-¡NO!- gritó el peliazul. -Escucha Ichika... me metí contigo porque estaba ebrio. Tú especialmente, me dejaste muy claro que no me necesitabas. Te deshiciste de mí como si fuera un sucio perro.- dijo el chico mientras se safaba del agarre de la pelirrosa.

-Por eso quiero hablar contigo. Quiero explicarte por qué hice eso.- dijo la chica.

-No, no quiero saberlo. A estas alturas ya no tiene importancia. No se puede arreglar lo que pasó. Solo súeltame, aunque seas escoria como persona... eres mujer y no quiero tener que usar la fuerza para hacer que me sueltes.- mencionó el chico.

-No te soltaré aunque me golpees. Me vas a escuchar y luego tendremos que hablar de lo que acaba de suceder. Esto no puede quedar como una noche de pasión y ya. Debes hacerte responsable de tus actos, así como yo de los míos.- dijo la chica, realmente estaba decidida a no dejarlo ir.

-Si quieres hablar, que no sea sobre nada del pasado. Ya te lo repetí, pero parece que tu idiotez hizo que no lo escucharas. No quiero saber las razones por las que me echaron, no cambiará nada. Aunque fuera con buena intención, lo que pasó... no, no quiero hablar de eso.- dijo el chico un poco molesto.

-Fuutarou-kun... entiendo bien que no quieras hablar de eso... y respetaré eso. No mencionaré nada del pasado... hasta que tú quieras hablar de todo eso.- mencionó ella.

-Bien, estamos en la misma sintonía. ¿Qué diablos quieres hablar? Digo, ya hablamos de lo que pasó. Tomemos esto con madurez y dejemos todo como está.- dijo de manera molesta, realmente quería salir de ahí cuanto antes.

-Pero...- intentó decir Ichika, pero el peliazul la interrumpió.

-Sin peros Ichika. Debo retirarme, hay cosas más importantes que merecen mi atención. Adiós, espero no tener que volver a verte nunca más.- dijo el chico mientras se safaba del agarre de la chica.

Ichika intentó hacer fuerza, pero sintió como toda fuerza abandonaba su cuerpo. Se sintió débil, tanto física, como mentalmente.

Y así como lo vio llegar, así desapareció. Ella le habló, pero no le hizo caso. Lo vio irse de su vida... otra vez.

Narra Ichika
Seguramente muchos de ustedes se están preguntando sobre lo que pasó hace años... déjenme contarles a grandes rasgos, porque hay cosas que incluso yo desconozco.

Por ciertas razones, Nino y mi padre, Marou Nakano... se aliaron.

Realmente si soy sincera, no sé si era solo Nino quien se alió con él. Pero Yotsuba e Itsuki no actuaron como ellas mismas ese día.

Miku y yo estábamos en el apartamento, ambas esperábamos la llegada de nuestro amado tutor. Miku me había confesado que ella amaba a Fuutarou-kun... eso realmente fue un golpe bajo para mí, porque yo también lo amaba.

El punto es, que ese día Nino llegó de repente, cuando entró cerró bruscamente la puerta, llamando la atención de Miku y la mía.

-¿Qué tienes hoy?- preguntó Miku.

-Solo me di cuenta de que muchas cosas no son como uno desea.- respondió Nino con enojo.

-¿Y a esta qué le picó?- dije en tono de burla, causando que Nino me viera de mala manera.

Pasó de largo y no le tomé mayor importancia, unos minutos después llegaron Yotsuba e Itsuki. Ambas tenían un aura... sombría por así decirlo, algo un poco normal en Itsuki, pero sin duda extraño en Yotsuba.

-¿Y ustedes qué tienen?- pregunté, Miku solo las miraba atentamente.

-Estuvimos hablando... y creo que debemos detener las tutorías.- dijo Itsuki.

-Sí... lo mejor es detenerlas indefinidamente.- dijo Yotsuba.

-¿Por qué haríamos eso? Vamos a buen ritmo, no lo perdamos ahora.- dije yo mientras esbozaba una sonrisa. Miku me apoyó únicamente asintiendo.

-Es que... Uesugi-kun ya no puede ser nuestro tutor. Más bien... no debe serlo.- dijo Itsuki.

-Él ha cruzado los límites de la barrera tutor-alumno. Por esa misma razón, debemos detenerlo. ¿Qué tal si intenta aprovecharse de alguna ahora que ya es nuestro "amigo"?- dijo Yotsuba.

-¿Dé que diablos están hablando? ¿Quién les metió esa estúpida idea en la cabeza?- pregunté molesta.

-Ichika tiene razón al preguntar eso, ¿qué les pasa?- preguntó Miku.

En ese momento, Yotsuba sonrió de una manera falsa, era tan falsa que dolía.

-Porque... Uesugi-san ha realizado cambios en nosotras, cambios para mal. Mira a Nino, su actitud cambió totalmente y para mal con nosotras.- dijo ella.

En ese momento con ira me levanté y le di una cachetada a Yotsuba.

-¿Qué clase de excusa de mierda es esa? Vuelve a decir algo parecido y te llevarás más que una cachetada.- dije con ira. Mi pensamiento era que no iba a permitir que hablaran así de Fuutarou-kun.

En plena discusión estábamos, cuando escuché pasos acercándose, con esperanza de que fuera Fuutarou-kun me asomé, pero me llevé una decepción. Era mi padre.

-Ichika, ven un segundo. Itsuki, ya sabes qué hacer.- dijo él mientras señalaba a Miku.

Itsuki asintió y tomó del brazo a Miku, para poder dialogar con ella en otro lado.

-Mira lo que ese idiota ha provocado en ti. Tú jamás le pegarías a tu hermana.- me dijo.

-Se lo merecía por hablar así de Fuutarou-kun.- respondí molesta.

-Ichika, al ser tú la mayor, eres de quién más espero entendimiento. Fuutarou Uesugi se ha pasado de la raya con ustedes. No es sano para ustedes que estén cerca de él, solo ha provocado que existan discusiones entre ustedes.- dijo mientras me miraba seriamente.

-¡Eso no es cierto! Desde que él llegó solo ha llenado el vacío que tú como mi padre tendrías que haber llenado. Nos ha hecho cambiar, sí... pero para bien.- respondí molesta. Sentía que en cualquier momento iba a estallar.

-Pensé que lo entenderías, pero me obligas a hacer esto. Si Fuutarou Uesugi no se ha largado de sus vidas para mañana, entonces puedes irte olvidando de que te apoye en tu carrera como actriz, como castigo, haré que te sea imposible conseguir un papel hasta que él se vaya.- me dijo mientras se daba ma vuelta y se iba.

-¡No puedes hacer eso!- dije molesta.

-No dudes que lo haré.- dijo antes de irse.

Furia, impotencia y tristeza era todo lo que sentía en ese momento. Pero esos mismos sentimientos, fueron los que me llevaron a cometer uno de los más grandes errores en mi vida.

Unas horas después de todo eso, Fuutarou-kun llegó, yo le abrí la puerta y lo dejé pasar. Parecía más animado que de costumbre, traía consigo una bolsa.

-¡Buenas tardes chicas!- mencionó animadamente el chico.

Todas estábamos ahí, pero las expresiones en los rostros de cada una eran aterradoras.

-¿Y a ustedes qué diablos les pasa?- dijo un poco más serio al notar la tensión en el ambiente.

-Uesugi-kun...- dijo Itsuki, pero él la interrumpió.

-Antes de cualquier cosa, quiero darles algo. No soy de hacer este tipo de cosas, pero siento que ustedes se... ya saben, se han vuelto importantes para mí.- dijo el chico de manera animada.

-Por favor... para, no lo hagas más difícil.- pensé.

-Detente, justo ahí.- dijo Yotsuba.

-¿Qué tienes hoy Yotsuba? Te noto más seria que de costumbre, de Miku o Itsuki lo esperaría, pero de ti no.- dijo el peliazul.

-Nosotras... queremos que dejes de ser nuestro tutor.- dijo Itsuki.

El rostro de mi amado en ese momento... es algo que tengo presente incluso hoy. Su rostro decayó y se pudo notar que estaba dolido.

-¿De qué hablas? Estamos tan cerca de la meta, no se pueden rendir ahora.- dijo él, inconscientemente haciendo todo más difícil para mí.

-No podemos ser amigas tuyas, lamentamos desilusionarte, pero siempre te vimos como una herramienta para perseguir nuestros sueños, ha llegado el momento de deshacernos de esa y elegir algo mejor.- dijo Miku.

Me sorprendió escuchar a Miku decir eso... hasta la fecha dudo si realmente pensaba eso o le tocó una situación igual a la mía.

-Por cierto, todo lo de Kioto era una farsa, yo soy la niña que conociste ahí. Nunca tuve intención verdadera de ser tu amiga.- dijo Yotsuba

-¿Qué? ¿Eras tú Yotsuba...? Pero... la promesa que hicimos...- mencionó él algo decaído.

-No la cumplí porque no me importaba realmente.- respondió.

-Yotsuba... yo...- trató de decir, pero poco a poco su voz se empezaba a cortar. ¿Tanto le importábamos? Nunca lo sabré realmente.

-Nos graduaremos sin tu ayuda, solo has estorbado aquí.- dijo Nino, la mirada que ella tenía era escalofriante. Parecía que penetraba su alma.

En ese momento, escuché cómo Fuutarou susurraba algo, aunque no alcancé a escuchar qué era.

Su rostro... esa preocupación que tenía, era algo que nunca había visto en él. Debí haber hecho algo al respecto...

-Tu presencia desde el principio fue innecesaria.- mencionó Miku.

-Lo siento, mis hermanas me dijeron que me alejara de ti... y creo que tienen razón, nada bueno saldrá si sigues cerca de nosotras- dijo Yotsuba. ¿Por qué dijo eso? Nunca le dijimos nada...

-Nunca te necesité, estaba y estaré bien sin ti. Es más, estoy segura que pasaré el resto de mi vida bien si no te vuelvo a ver- mencionó Itsuki, si soy sincera, el rostro que tenía en ese momento es algo que no olvidé nunca.

Él, al parecer esperanzado o algo así, volteó a verme. Pude notar que aunque no habían lágrimas, la tristeza se notaba a kilómetros.

-Yo...- intenté decir, estaba a punto de defenderlo... pero recordé las palabras de mi padre.

Y sí, elegí perseguir mi sueño en lugar de apoyar a quien me consideraba como su amiga. Lo que dije... aún me arrepiento por haber dicho todo eso.

-Ya no te necesitamos.- dije mientras trataba de mantenerme serena, sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, pero el miedo me ganó.

-¿En serio creíste que podíamos ser amigos? Que ridículo, para ser tan inteligente, en verdad eres un estúpido.- mencioné, causando que Nino comenzara a reírse de él.

Pude ver cómo él se destrozaba. Esa imagen nunca la podré borrar de mi cabeza.

-Yo... realmente les tenía aprecio, pero veo que no era recíproco. A pesar de todo, les agradezco por haberme abierto los ojos... no importa cuanto lo intente, las personas siempre van a utilizarme.- dijo mientras esbozaba una sonrisa forzada.

-Solo para ser utilizado sirves... nunca olvides eso.- dijo Nino para terminar de rematar al chico.

Fuutarou ante eso solo bajó la mirada y apretó su puño derecho, estrujando así la bolsa que llevaba consigo.

Él la soltó y salió corriendo del lugar. Yo me acerqué a ver qué contenía dicha bolsa, pues podía ser algo importante para él... pero al abrirla, lágrimas comenzaron a salir.

La bolsa contenía 5 rollos, cada uno de estos tenía indicado cual era para cada una de las chicas.

Lo único que hice fue tomar todos e ir corriendo a encerrarme, sentía que ninguna tenía derecho a ver lo que contenían.

Ni siquiera yo... pero aún así lo hice, al estar encerrada abrí el rollo, solo para encontrar algo que me hizo llorar.

Gracias por estar siempre para mí, eres una persona confiable y una amiga preciada para mí. Sé que cumplirás tu sueño, serás una gran actriz.

Leer eso... hizo que comenzara a llorar como nunca antes, había traicionado a mi amigo/amor secreto y él había hecho ese lindo detalle, un chico que no quería nada sobre cosas afectuosas... nos había hecho esas pequeñas, pero importantes notas.

Sin duda, ese día cometí el peor error de mi vida, lo dejé ir.

Y por esa razón... no puedo quejarme, él tiene todo el derecho a estar enojado. Nuestra relación es irreparable, nunca será lo que fue, ni siquiera quiere verme... y si soy sincera, yo tampoco querría verme estando en su posición.

Soy... un asco de persona.

Soy de la peor escoria que existe...

Perdón... perdóname Fuutarou.

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Han pasado 2 semanas desde ese encuentro, por más que he intentado ver si lo encuentro, no veo a Fuutarou-kun por ningún lado. Quiero hablar con él, aunque sea una última vez, pero quiero expresar todo lo que he mantenido guardado desde que pasó eso...

Era un día como cualquier otro, me dirigía a realizar algunas audiciones para ver si lograba protagonizar una nueva película, una que prometía mucho.

De pronto, vi de espaldas a una figura que se me hacía bastante familiar, era casi como ver a Fuutarou-kun... pero rubio.

Una vez hablamos sobre él, incluso me enseñó una foto, ya que nunca lo conocí en persona. Ese hombre era su padre, Isanari Uesugi.

Me acerqué temerosamente, le toqué el hombro y el hombre se dio la vuelta mientras sonreía.

-¡Hola! ¿Necesitas algo?- me preguntó, que amable es.

-Mucho gusto... usted es... ¿Isanari Uesugi?- pregunté, si bien recordaba la foto, queria asegurarme de que fuera él.

-Sí claro, ¿quién pregunta?- respondió.

-Mi nombre... es Ichika Nakano, solo quisiera...- dije, pero me interrumpió.

-Vete.- respondió sin más, su sonrisa había desaparecido y se dio la vuelta, tratando de escapar.

-Por favor, escúcheme, hay algo que necesito hablar con Fuutarou-kun... por favor, realmente tengo que hacerlo.- dije, esperando que me ayudara.

-¿Por qué dejaría que mi hijo te vea? Si no recuerdo mal, la última vez que él se relacionó con una Nakano, todo terminó mal. ¿Sabes el daño que le provocaron? Ese día él salió feliz de aquí, nunca lo había visto esmerarse tanto como en esas notas que les hizo... y cuando regresó... Dios, me duele solo de recordarlo...- dijo mientras ponía su mano en su rostro.

-¿Cómo regresó...?- pregunté, ¿tan mal estaba? Bueno... esto confirma que soy un asco.

-Sus ojos estaban tan hinchados... su uniforme estaba lleno de lodo y su temperatura estaba por los cielos. Pasó meses así, unas veces incluso lo escuché llorar en la noche, se la pasaba preguntando una y otra vez... "¿qué fue lo que hice mal? ¿Por qué me duele tanto?". Y demàs preguntas de esa naturaleza. ¿Sabes cuanto le costó recuperarse? Por supuesto que no, porque tú fuiste la que provocó eso. No dejaré que mi hijo sufra de nuevo por los Nakano.- dijo de manera seria, pero con un tono triste.

-¿Yo... provoqué eso...? Yo...- traté de decir, pero las palabras no me salían.

-Sí, tú lo hiciste, junto a tus hermanas. Enfrenta las consecuencias de tus actos.- dijo.

En ese momento comencé a sentirme muy mal, comencé a sentir naúseas, el olor del humo de la calle comenzó a volverse muy fuerte y molesto, caunsando que me mareara y cayera. Uesugi-san me ayudó, a pesar de todo... me ayudó.

-¿Qué diablos? ¿Estás bien?- preguntó, quise responder que sí, pero estaría mintiendo.

-No... tengo muchas... naúseas. Dios... esto es... horrible.- dije de manera entrecortada, nunca había sentido algo parecido.

-Ven... siéntate.- dijo, a lo que yo hice caso.

-Lamento las... demonios... las molestias, Uesugi-san.- dije, realmente no tengo derecho a molestar tanto.

-Pff... aunque no me agrades, no puedo ignorar a alguien que se siente mal, eso que te dio no es tan grave, aún así, ¿quieres que te lleve con un doctor?- me dijo, ahora entiendo de donde provenía el lado amable que ese chico tuvo conmigo cuando éramos amigos.

-Yo... se lo agradezco de corazón... aunque creo que estaré bien, no tengo derecho a pedirle tanto.- dije, puedo llegar con un doctor por mi cuenta.

-Bien dijo Fuutarou, son tan tercas que duelen. Vamos, te llevaré.- dijo mientras me tomaba del brazo.

Así, a paso lento, logramos llegar a un doctor. Él me realizó exámenes de todo tipo y no encontró nada que pudiera haber provocado eso.

-Los exámenes son concluyentes, Nakano-san. Usted... no tiene nada, está en perfectas condiciones.- dijo el médico, ¿qué diablos es entonces?

-Ya veo, gracias por su tiempo entonces.- dije mientras tomaba mi bolso y salía de la clínica, aunque antes de salir, el doctor habló y me detuvo.

-Un momento.- dijo mientras se ponía la mano en el rostro. -Como olvidé eso... ¿ha tenido relaciones sexuales recientemente?- mencionó.

-Yo... diablos...- dije, no creo que pueda ser eso... utilizamos protección.

-Esos síntomas son comunes en mujeres embarazadas, podría ser algo como eso. Le recomiendo que realice esa prueba, no pierde nada.- dijo el médico. Tiene razón en ese punto.

Salí de ahí y me encontré a Uesugi-san sentado en la sala de espera. ¿Por qué...?

-Nakano-san. ¿Todo en orden?- mencionó.

-Necesito... realizarme una prueba de embarazo.- dije con un sonrojo, al pensar en esa posibilidad, lo único que me llegaba a la mente eran recuerdos fugaces de esa noche con mi amado.

-Ya veo, no es nada grave, al menos en cuestiones de salud, me alegra eso. Bueno, diría que fue un gusto, pero no quiero mentir. Nos vemos Nakano-san.- dijo mientras se levantaba y se comenzaba a ir.

-Sí... gracias por todo Uesugi-san. Se lo agradezco de corazón.-

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Narración normal.
-No... no puede ser verdad, esto no puede ser posible.- dijo Ichika mientras miraba la dichosa prueba.

Y sí, como todo cliché, había dado como resultado positivo.

-Esto no es cierto... maldita sea, no puede ser cierto.- decía la pelirrosa con preocupación.

La chica tomó sus cosas y rápidamente salió de su hogar, el cual era un pequeño apartamento en un edificio cerca de la zona central. La chica hacía años que no vivía con sus hermanas, de hecho había perdido comunicación con todas desde que se graduaron y se enfocaron en sus propios asuntos.

Ichika caminó hasta el área donde se había topado con Isanari, teniendo esperanza de verlo por ahí. Y por suerte (poder del guion) lo vio comprando unas cosas, aunque a su lado estaba una adolescente peliazul.

Ella se acercó y llamó la atención del rubio, el cual al ver quién era, reaccionó negativamente.

-¿Qué quieres ahora Nakano-san? Ya te dije que no dejaré que hables con Fuutarou.- dijo de manera molesta. La chica peliazul al escuchar el apellido, inmediatamente frunció el ceño y se colocó al lado de Isanari.

-Escuche, de verdad necesito hablar con él. La razón va mucho más lejos que una disculpa, es algo más serio.- mencionó la pelirrosa.

-Sea cual sea la excusa, será mejor que se largue de aquí, no dejaré que lastime a mi onii-chan de nuevo.- dijo la chica de manera molesta.

-Escuchen... entiendo que están molestos conmigo y sé que tienen todo el derecho... pero esto va más lejos. Yo... estoy embarazada.- dijo mientras bajaba el rostro y trataba de ocultar su sonrojo.

-¿Y eso a mí qué?- dijo Isanari.

-Que... Fuutarou-kun será el padre.- mencionó la chica.

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Fuutarou estaba descansando, acababa de terminar los deberes de la universidad, así que tenía el resto del día libre.

De pronto, pudo escuchar que alguien tocó la puerta del apartamento donde estaba viviendo. Él pudo permitirse eso debido a que Isanari logró deshacerse de la deuda que atormentaba a su familia, así que el sueldo que ganaba de su trabajo, lo utilizó para ser independiente.

El chico se levantó, abrió y notó que ahí estaba Raiha, su hermana menor.

-Onii-chan, vengo advertirte. Papá viene hacia acá y está molesto. Será mejor que prepares algo para el dolor porque creo que te va a golpear.- mencionó la chica.

-¿Eh? ¿De qué hablas? ¿Por qué el viejo me pegaría?- preguntó el chico, verdaderanmente ajeno a la situación.

Tras unos segundos, apareció Isanari, el hombre se veía bastante molesto, pero para joderlo todo más para el peliazul, detrás de él estaba Ichika.

-¿En serio viejo? ¿Con Ichika? ¿Qué mentira te contó ahora?- dijo mientras veía como se acercaba más y más.

Sin darle tiempo a reaccionar, el hombre le dio un golpe en el rostro al chico.

-¡¿Qué mierda?! Tienes un problema... maldición, duele...- dijo mientras se tocaba la zona golpeada.

-Bien... pude liberar el estrés. Te pegué porque te lo merecías, Ichika va a explicarte todo.- dijo Isanari mientras se sobaba los nudillos.

-Fuutarou-kun... escúchame por favor.- dijo la pelirrosa.

-¿Con qué engaño vas a salir ahora? Esto será divertido.- dijo el chico de manera irónica.

-Recuerdas lo de hace unos días... ¿no?- dijo la chica, recibiendo como respuesta una afirmación con la cabeza de parte del chico.

-Parece ser... que al estar ebrios, cometimos errores con la protección.- dijo mientras se sonrojaba más y más.

-Ichika... me estás asustando. ¿Cuál es el punto de todo esto?- preguntó el chico.

Fuutarou-kun... vamos a ser padres.

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Próximo capítulo: ¡Seremos padres!

Aquí el primer capítulo como tal de esta historia. ¿Qué les pareció? Digo primero porque el anterior fue más como un prólogo, pero equis.

Dejen sus comentarios, si les gustó apreciaría que votaran, me hace feliz ver eso :)

Por ahora no hay mucho que decir, aparte de que este fic era el que más ganas tenía de comenzar para ser sincero. Ichika es un personaje que me gusta mucho y escribir sobre ella la verdad es entretenido.

En fin, cuídense.
Fin de la transmisión.

-Writer_Bryan

(IchikaGOD)

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