Mi agonía sin perdón
Buscaré tu perdón en todo lugar del infinito, en las alturas celestiales, en las profundidades del abismo.
Vagaré sin conciencia del tiempo ni de nada, por las más horribles sombras hasta conseguirlo.
~~
Yotsuba Nakano, la cuarta hermana de las quintillizas Nakano, siempre fue conocida por todos como la chica optimista del grupo. No importaba en absoluto lo que sucediera, ella era tan capaz y fuerte como para afrontar los problemas con una hermosa sonrisa.
Desde pequeña ha sido la encargada de cuidar por sus hermanas de una manera en la que ella misma no se ha dado cuenta, tiene un corazón tan grande y tan puro, que antepone la felicidad de los que le importan a la suya.
Cuando creció, se volvió una hermosa mujer con ese mismo corazón, un corazón tan puro como nadie más. Lastimosamente, su intelecto no era como su corazón, causando muchos "problemas" como ella decía.
Empezó a sentirse como una carga para las demás, el recordar que el hecho de que ellas terminaran en la escuela donde estaba Fuutarou era su culpa, le provocaba tristeza.
Ella vio como Fuutarou Uesugi había cambiado, por bastante tiempo lo vio crecer y madurar, lo vio cambiar, vio como ese nerd comelibros se convertía lentamente en un gran hombre. ¿Y qué fue lo que hizo?
Darle la espalda.
A día de hoy, ella sigue culpándose por no haber hecho nada, ella sabía bien que culparse no cambiaría nada, sin embargo, le era imposible estar en paz.
Flashback
Yotsuba se encontraba echando humo por todos lados, parecía que su cerebro se había fundido y no era para menos, pues nuestro querido peliazul estaba encargándose de que ella aprendiera lo suficiente para el examen.
-Debemos seguir Yotsuba, no me quedé tiempo extra para que te estés quejando.- dijo el chico.
-¡Pero Uesugi-san! Ya estudiamos demasiado.- dijo ella quejandose, pues realmente sentía que ya no daba más.
-Hablar contigo es como hablar con una pared... escucha, entiendo que pueda parecerte aburrido y hasta innecesario el estudio, pero es lo que te va a abrir puertas en el futuro. ¿Qué es lo que quieres ser?- preguntó.
-Quiero... representar a mi país siendo una atleta.- dijo ella levantando la mirada.
-Incluso los atletas tienen mucho que aprender, debes ser al menos capacitado para poder ingresar a diversos programas de entrenamiento aquí en Japón.- mencionó el chico.
-Yo... no sé si seré capaz de lograrlo... creo que mejor buscaré otra profesión.- dijo a tono de broma, aunque en parte se sentía decepcionada.
-No es posible...- dijo, para luego soltar un suspiro. -¿Tan fácil das por perdido tu sueño? Entonces no eres tan genial como creía.- dijo él.
-¿Eh?- dijo mientras se sonrojaba ligeramente. -¿Me consideras alguien genial?- dijo ella con asombro.
-Bueno... siempre me pareció bastante admirable tu optimismo y el esfuerzo que pones en las cosas que haces.- dijo él.
-Yo... no lo sé, es decir... por más que me esfuerzo no logro avanzar, siempre me equivoco en cosas tan simples... soy una tonta.- dijo mientras bajaba el rostro.
-Sí, lo eres. Eres una gran tonta, al igual que tus hermanas. Son un dolor de cabeza, realmente me estresa que siempre se equivoquen en lo mismo.- dijo él, causando que ella se sintiera peor.
-Pero... tú eres la única que no ha caído en todo eso. Es cierto, aún eres la que más se equivoca y no voy a ocultar eso, pero... siempre que veo tus errores, cada uno de ellos es distinto. Te has esforzado por cambiar, por mejorar y eso es algo que realmente ninguna de tus hermanas lo tiene. Eres genial Yotsuba, que nadie te diga lo contrario.- dijo el chico.
Yotsuba en un acto reflejo se acercó y le dió un beso en la mejilla al chico.
-Nino se equivoca, sí que sabes cómo tratar a una dama.- dijo mientras reía al ver a Fuutarou confundido y sonrojado.
-Te quiero, Fuutarou Uesugi.- pensó mientras lo miraba nervioso.
Fin flashback
Pero ahora... todo era tan diferente. Básicamente cada uno había hecho su propia vida y lo peor de todo, es que no había forma de que pudieran volver a congeniar.
~~
El cuarto mes por fin había llegado, las señales de que Ichika estaba embarazada ya empezaban a notarse ligeramente. Su barriga se notaba un poco más abultada y las náuseas ya habían prácticamente desaparecido.
Ahora... era una chica tan enérgica como Yotsuba, sentía que no podía gastar tanta energía, quería correr de un lado a otro y hacer mil y un cosas.
-Ichika, necesitas descargar esa energía de alguna forma... hablé con el doctor y dijo que eres capaz de hacer ejercicio, obviamente no cualquier tipo... pero me mandó una lista de lo que puedes hacer.- dijo el peliazul.
-Creo que podrías darle esa lista a Yotsuba, hoy va a venir.- dijo ella.
-¿Y por qué no se lo das tú?- preguntó el chico. -Ya sabes que no... no me siento bien cuando estoy cerca de ella.- dijo.
-Fuutarou-kun, ya hablamos de esto.- dijo la chica.
-Lo sé... entiendo que tal vez me he pasado un poco... pero hay cosas que no entiendes, no... estuviste en mi lugar.- dijo el chico.
Ichika suspiró, aunque habían hablado sobre que él debería ser más comprensivo con Yotsuba, parecía que de nada había servido.
-Yo sé... mira... te hicimos daño, nos equivocamos... pero tú tampoco pareces estar dispuesto a escuchar... somos diferentes ahora...- dijo ella mientras tomaba la mano del chico.
-Yo... mira... es cierto... he sido un completo cretino últimamente, pero... es solo... que no estoy listo para escucharlas. No importa la razón, no importa quién lo causó... solo importa lo que sucedió luego de eso.- mencionó el chico.
-Espera... quiero mostrarte algo.- dijo la pelirrosa.
El chico se quedó sentado ahí pensando sobre todo lo que habia estado ocurriendo, cada vez era más innegable el hecho de que se estaba ablandando con Ichika, algo que parcialmente lo asustaba.
Pero por otro lado, con Yotsuba había cruzado palabra apenas pocas veces desde el inicio del embarazo... y eso que habían ciertos días donde ella llegaba a cuidar de Ichika.
El chico siguió en sus delirios hasta que Ichika regresó, ella traía consigo una mochila algo vieja, pero una que Fuutarou reconoció inmediatamente.
-¿Por qué la tienes tú? Creí que había perdido esa mochila.- dijo el peliazul.
-Bueno... el día de nuestra estupidez...-
-Ese puede ser cualquier día, sé precisa.- dijo él.
-Como sea, cuando... ya sabes... te fuiste.- dijo con dificultad, pues no le gustaba recordar ese dia.
-¿Cuando me echaron? Sí, lo recuerdo. ¿Eso qué tiene que ver con... oh...- dijo, para luego quedarse callado por unos segundos.
-Ese día me diste... algo que me ha cuidado desde ese entonces, algo que me permitió seguir actuando sin miedo... algo que me decía que era una amiga muy querida para ti... que era tu Onee-san.- dijo conteniendo lágrimas.
El peliazul no pudo contener su sonrisa al ver el rollo que hizo aquel fatídico día, nunca creyó volver a ver eso.
-Gracias por estar siempre para mí, eres una persona confiable y una amiga preciada para mí. Sé que cumplirás tu sueño, serás una gran actriz- dijo el chico, causando que Ichika se sorprendiera.
-Aún... recuerdas.- dijo ella.
-Por supuesto... eso lo escribí... de corazón.- dijo con algo de dificultad.
¿Y aún recuerdas lo que le escribiste a cada una de nosotras?- preguntó ella.
-Sí... recuerdo bien todo. Pero realmente no me gusta hacerlo, al recordar eso hace que me sienta tonto.- dijo el chico
-No eres tonto y lo sabes...- dijo ella suspirando, sabía que el chico seguia considerando el haberse conocido como "un error", pero para ella era todo lo contrario.
Ichika puso su mano en el rostro del peliazul y lo vio directamente, esta acción obviamente causó que el chico se sorprendiera y alzara la mirada.
-Fuutarou-kun... entiendo que aún tengas miedo de relacionarte conmigo, entiendo el por qué desconfías, yo haría lo mismo sinceramente. Pero... yo no pienso que habernos conocido fuera un error... sé que tú piensas así, pero yo no lo hago.- mencionó ella. -Fue gracias a ti que pude salir adelante, fue por ti que pude perseguir mi sueño de ser actriz... aunque aún siga persiguiéndolo.- dijo ella entre risas.
Fuutarou en ese momento se apartó rápidamente de la chica y se levantó.
-I-iré... a caminar un rato, necesito despejar mi mente y aclarar mis ideas.- dijo el chico.
Que los demonios me miren y se burlen,
que la inocencia se escurra, se trueque en sabiduría.
Que la oscuridad murmure mi nombre y mi sentencia
que no tenga paz, sólo agonía, sin tu perdón sólo melancolía.
~~
Fuutarou caminaba sin destino alguno, simplemente quería alejarse de Ichika, últimamente se sentía muy confundido respecto a todo lo que sucedía.
Mientras caminaba, pensaba en ellas, en las quintillizas Nakano, aquellas que le habían dado tanto alegrías como penas.
Ichika siempre fue muy complicada para él, esa actitud de hermana mayor era un poco atrevida, sin embargo, siempre estuvo cuando la necesitó, por supuesto exceptuando ese día.
Nino fue una piedra en el zapato en todo momento. Primero, quería deshacerse de él a toda costa y luego quería enamorarlo a toda costa.
Miku fue el caso especial, su actitud tan sumisa la hacía alguien de carácter débil, incapaz de tomar el liderazgo aún siendo la única en condiciones de hacerlo. Sin embargo, fue quien menos problema le dió, fue una gran ayuda en los momentos difíciles.
Yotsuba... era de quién tenía más sentimientos encontrados. Primero, fue la única que dió todo de sí al comienzo, la única chica que se acercó a él a pesar de lo patético que se veía. Por otro lado, era quien más molestaba de las cinco, peor aún cuando no le prestaban atención, pero la razón por la que no podía dejarla ir era porque fue ella quién estuvo junto a él en Kioto.
Fue quién lo impulsó a mejorar, a llegar hasta donde estaba ahora, sin duda siempre le estaría agradecido por darle ese impulso, aunque no fuera consciente de ello.
Itsuki... fue difícil, era una relación de amor-odio, si bien siempre fue alguien molesta, habían momentos en los cuales ella era un poco sabia, podía aconsejar correctamente y fue de gran valor para el chico.
Tras pensar en ello un rato, se dio cuenta que estaba en un parque, ese lugar no era para nada conocido, no entendía cómo había llegado hasta ahí.
Estando allí, decidió sentarse y ver su celular, de ese modo podía desconectarse del mundo.
Mientras navegaba por sus redes sociales, escuchó un llanto, causando que alzara la mirada. Al ver de donde provenía, vio que era un bebé cuya madre intentaba calmarlo con claros signos de desesperación.
El peliazul veía que ella se encontraba sola, la pobre mujer estaba al borde del colapso, aparte del bebé que llevaba en sus brazos, había una niña pequeña jalando su falda.
Fuutarou pensó en ayudar, pero mientras decidía si hacerlo o no vio que Yotsuba se encontraba ahí. La chica venía a lo lejos, venía trotando, ya llevaba rato pues se notaba el sudor en todo su cuerpo. Sin embargo, cuando pasó cerca de dicha señora, no dudó en ofrecer su ayuda.
-Disculpe... veo que está teniendo dificultades con sus niños, ¿desea que le ayude con algo?- pregunto, la mujer parecía que quería sacar algo de una mochila, pero con el bebé y la niña molestando le era imposible.
-Al fin alguien que no se acerca a reclamar porque no puedo callar a mi hijo... es un alivio. Te agradecería si pudieras sacar unos papeles, contienen una dirección, pero con estos dos molestando me cuesta mucho.- dijo la señora.
-No se preocupe, con gusto le ayudaré.- dijo ella.
Entre tanto, Fuutarou observaba la escena desde una distancia segura, era capaz de oír, pero estaba relativamente lejos del alcance de Yotsuba.
-Siempre ha sido así, nunca entenderé el por qué ella ayuda siempre que puede y... todo con una sonrisa. ¿Qué pasa por su cabeza? No lo comprendo... ¿por qué no me ayudó cuando la necesité?- pensó el chico.
Narra Yotsuba
Desde que tengo memoria he sido un chica que sin duda alguna es capaz de mantener el optimismo a niveles exorbitantes. Siempre me he esforzado por ver el lado bueno de todo lo que me rodea, incluso si parece no existe...
Al ver a esta pobre mujer sufriendo para sacar unos simples papeles me hizo imaginar un poco a lo que le pudo haber pasado a mamá cuando eramos bebés. Cinco niñas que son idénticas, cinco bocas que alimentar, cinco niñas que cuidar, etc.
Pero... a su vez... hizo imaginarme lo que podría suceder en el futuro. No conozco si esta mujer está con alguien que le ayude o no... pero a mí no me gustaría que a Ichika le pasara algo así y no tuviera a alguien que la ayude, yo quiero que Uesugi-san esté junto a ella... aunque yo lo ame.
Lo amo... y lo seguiré haciendo... pero la felicidad de Ichika es primero, más ahora.
Una voz me sacó de mis pensamientos, era la mujer que había ayudado.
-Querida, no sé cómo agradecerte.- dijo ella mientras se inclinaba levemente.
-Jeje no tiene que hacerlo, mi hermana... dentro de unos meses va a tener gemelos... y pues no me gustaría quedarme viendo sin darle apoyo.- dije mientras reía nerviosamente.
-Wow, tu hermana debe ser muy afortunada por tenerte apoyandola. Las envidio.- dijo mientras sonreia.
Si supiera todo lo que hice... no creo que hubiera dicho eso. Ichika no merece que le haya hecho eso... me comporté de manera egoísta tras todo lo que pasó con Uesugi-san. Primero, me dejé manipular por papá... y luego le dije cosas horribles. Fue en esa época donde lo perdí todo.
El chico que me había motivado a ser mejor se había ido, mi relación con mis hermanas se destruyó y a pesar de eso alcancé mi sueño.
¿Eso me hizo feliz? Por supuesto que no. Todo ese proceso en el que me convertí en una de las mejores deportistas de Japón era supuestamente uno de los mejores... pero no tuve a nadie con quién compartirlo.
Cuando era joven y tonta dejé que mis emociones tomaran control sobre mis palabras.
Ese día lo recuerdo con demasiada claridad...
Me encontraba aún algo afectada por todo lo que había pasado con Uesugi-san, yo siempre sospeché que papá fue influenciado por alguien... quisiera decir que no por alguien que conociera, pero lastimosamente creo que fue alguien de mi propia familia.
El ambiente en nuestro hogar era uno bastante pesado, nadie había dicho una sola palabra sobre lo ocurrido y ya había pasado algo de tiempo.
Eso en parte me molestaba, pues parecía que a nadie le importaba todo lo que había pasado.
La que más había cambiado era Ichika, yo no entendía el por qué, pero ahora puedo verlo... siempre ha escondido bastante bien sus emociones.
Ese día intenté hablar con ella, pues la noche anterior la había escuchado llorar. Yo había salido a tomar agua, pero unos sollozos llamaron mi atención. Sin embargo, sin querer hice ruido en la cocina de más y cuando eso pasó el sollozo se calló de golpe.
Cuando la confronté ella se comportó de manera hostil conmigo, todo lo que decía estaba de tal manera que hacía parecer como si yo hubiera tenido la culpa de lo de Uesugi-san. Dijo que todo hubiera sido diferente si ella fuera la chica de Kioto. Dijo que... que Uesugi-san tuvo la desdicha de toparse primero conmigo y no con ella.
Por supuesto yo no me dejé y dije algo de lo que aún me arrepiento hasta hoy.
-¡Pues hubiera deseado que tú no fueras mi hermana mayor! Madre estaría decepcionada de ti, pues más parece Itsuki la mayor que tú, ella sí nos ha cuidado.- dije gritando.
Esa fue la gota que derramó el vaso... ni siquiera pasó una semana luego de esa discusión cuando Ichika nos reunió a todas en la sala.
-Me voy de la casa.- dijo.
Pero... lo que me sorprende es que aunque todas estabamos algo aturdidas... o eso quiero creer, nadie intentó detenerla, ella simplemente se fue y nadie dijo nada al respecto. Ese fue el declive de nuestra familia.
A partir de eso, Miku fue la siguiente en salir de ahí, en ese momento fue cuando entendí el por qué trabajaba tanto, era para poder pagar el lugar a donde se iba a ir.
Yo por más que hubiera querido, no podía. No había hallado trabajo, así que pasé ahí hasta el final de ese año.
Fue entonces cuando se presentó una oportunidad y pude comenzar a entrenar con la nueva generación de atletas.
Pintado en mi cabeza, todo ese escenario era completamente distinto. Cuando alcancé uno de los que considero los mayores logros de mi vida... fue entonces que simplemente recibí un "felicitaciones" de parte de mi entrenador y uno que otro abrazo de mis colegas.
Pero... yo deseaba compartir eso con mi familia, mis hermanas y Uesugi-san. Yo quería que estuvieran orgullosos de mí, quería por fin demostrar que había cambiado, que había cumplido la promesa que hice con él en Kioto... pero no tuve nada de eso.
A cambio, tuve que hacerlo todo sin que existiera alguien que me apoyara emocionalmente. Estando allí conocí a un chico, era muy amable y bastante apuesto, hasta puedo decir que por un momento me atrajo... pero realmente me di cuenta de la verdad, esa "atracción" era una jugada de mi mente... para poder olvidar a Fuutarou Uesugi, así que no dude en marcar límites y no pasar de la barrera de "amigos".
Recuerdo la vez que gané mi primera competencia a nivel nacional. No obtuve el primer lugar al comienzo, si no que fue una medalla de plata, pero ya era suficiente para estar feliz.
El festejo fue una locura, todo el equipo celebró como locos y tuvimos una pequeña especie de fiesta luego de todo. Cuando llegué a casa es cuando volví a caer a mi realidad.
Deseando mostrarle mi logro a alguien fue cuando me di cuenta de verdad de lo sola que estaba y ese día de celebración se terminó convirtiendo en el inicio de una etapa que me costó superar.
Y ahora que mi momento de competir está en pausa es cuando vuelvo a estar cerca de él... al menos de distancia.
Quiero que se fije en mí... quiero que voltee su mirada hacia mí... pero quien recibe todo eso es Ichika y ni es porque él quiere.
Lo he aceptado finalmente... él jamás me va a perdonar y estoy bien con eso... lo que siento no cambiará... solo podré ser una tía orgullosa de su sus sobrinos y a la vez una hermana que intentará apoyar a otra con todo su corazón.
Ichika... sé que ya me perdonaste por lo ocurrido... pero ni yo misma me he perdonado por eso...
Uesugi-san... yo sé bien lo que hice, sé bien cuánto me he equivocado... ¿aún así es egoísta el desear tu perdón?
¿Agonía he dicho? Sin tu perdón ya estoy muerta
~~
Narración normal
Yotsuba caminó sin prisa hacia casa de Ichika, pues faltaban alrededor de 15 minutos para la hora estipulada de su llegara, ella siempre llegaba a eso de las 2 de la tarde, para poder ayudar con el almuerzo a Ichika.
Cuando llegó, notó que todo estaba en silencio, algo bastante normal, pues a esa hora Fuutarou se suponía que estaba en camino hacia su trabajo, sin embargo, ella no sabía que ese día él se había reportado enfermo.
Ichika no se encontraba en ningún lado, pero la mochila de Fuutarou sí estaba ahí, indicando que él estaba ahí.
Yotsuba no se tentó el corazón y sabía que el chico la echaría, así que tras revisar en la cocina y en el cuarto de la chica decidió que lo mejor era irse.
Sin embargo, cuando salió del cuarto y se dirigía hacia la salida vió que en el marco de la puerta estaba recostado el peliazul.
-Yotsuba, tenemos que... no.- dijo mientras hacía una gran pausa. -Quiero hablar contigo.- dijo firmemente.
-¿Eh? ¿Por qué quiere hablarme? ¿Acaso hice algo mal?- se preguntó.
Luego de eso la chica asintió y el peliazul le indicó que quería que se sentara. La pelinaranja se sentó en el sofá y a su lado se sentó Fuutarou.
-Yo... quiero disculparme. Entiendo que he actuado de manera muy infantil y te he causado daño con lo que he hecho o dicho. Puede ser... que tal vez merezcas eso, pero ya no será de mi parte. Sé que me he comportado como un idiota y por eso mismo... te pido perdón, Yotsuba.- dijo el chico mientras intentaba aguantar la vergüenza que sentía.
-¿Eh-eh?- gritó. -¿Por qué tan de repente? Qui-quiero decir... yo soy quien debería pedirte perdón por todo lo que hice.- mencionó ella mientras bajaba su rostro.
-Puede que sea cierto, pero... me he dado cuenta de muchas cosas últimamente y es que no gano nada simplemente haciendote a un lado mientras te lastimo con mis actos. Dejé que el rencor tomara control sobre mí y actué de manera irracional.- dijo el peliazul.
Yotsuba apretó los puños, no se sentía bien con eso, sin embargo... era algo que deseaba.
-Yo... yo...- dijo ella. -También lo siento... y no pienso excusarme con lo que hice, ya lo que hice no puede ser borrado y debo vivir con eso... pero...- dijo ella mientras se quedaba callada.
-¿Pero?- dijo el chico.
-Hay una cosa que quiero decir y hacer.- mencionó Yotsuba.
-¿Qué es?-
-Yo...-
Te amo
~~
Sin tu amor la hoja seca de mi vida no tendrá donde caer
Por siempre se la llevará el viento del horror y el desatino
Sólo seré salvado por tu perdón, el resto será delirio.
~~
Próximo capítulo: Double Trouble
Bueeeeeno, si me disculpara por cada vez que tardo en actualizar ya sería rico, así que pasaré de eso.
Espero que el capítulo haya sido de su agrado, escribir sobre Yotsuba fue particularmente... complicado, me gustó, pero fue algo desafiante.
Debo decirlo, hemos llegado casi a la mitad de la historia, es algo que sin dudas me pone feliz, la recepción que ha tenido es bastante buena y me pone contento eso, pues siento que Ichika ha recibido mucho hate que no merece y pues la gente no suele tomar bien historias enfocadas en ella.
En fin, me extendí mucho, sin más que decir, nos vemos en una próxima actualización.
Fin de la transmisión.
-Write_Bryan.
(Aprecien a la bella Yotsuba).
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro