La cuarta hermana
Los hermanos... una relación de fraternidad es una que se supone que debe ser de las relaciones más fuertes que existen.
Y conmigo eso era verdad... hasta que él se fue. En ese momento mi familia se fue para el desastre total.
Antes sentía que las chicas molestaban mucho e incluso me llegaban a estresar algunas veces... pero ahora que ya no estan junto a mí... realmente las echo de menos.
No sabes lo que tienes... hasta que lo pierdes.
-Ichika Nakano.
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Fuutarou estaba en su salón de clases, estaba terminando de anotar lo último que el profesor había puesto en la pizarra.
-¡Fuutarou! ¿Ya has dormido mejor? Te noto con menos cansancio que ayer.- dijo Maeda.
-En parte... creo que me he calmado respecto a lo que pasó hace unos días.- dijo el chico mientras seguía escribiendo.
-¿Qué fue lo que pasó?- preguntó Takeda.
El peliazul abrió los ojos y por la sorpresa, también terminó realizando un trazo muy fuerte con el lapicero que escribía. ¡No les había contado nada!
-Esto... nada, unos problemas que tuve en casa.- dijo el chico bastante nervioso, cosa que solo hizo que sospecharan más de él.
-¿Tu hermana y padre están bien?- preguntó Maeda.
-Sí, bastante bien.- dijo más serio.
-¿Necesitas ayuda en algo?- preguntó Maeda nuevamente.
-Sí... pero aún no estoy listo para decirles, dejenme ordenar mis pensamientos un par de días... y luego les cuento todo.-
-No te preocupes hermano, todo a tu tiempo. Sabes que cualquier cosa aquí estamos para apoyarte.- dijo Takeda mientras le alzaba el pulgar.
-Gracias... me alegra que sean mis amigos.-
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Ese mismo día en la tarde Ichika estaba realizando unas compras en el supermercado, ahora que vivía junto a Fuutarou tenía que comprar varias cosas para que no se le acabe lo poco que tiene.
Luego de pasar bastante rato, la chica fue a hacer fila para pagar. Estando ahí, vio que una persona que ella conocía bien entró al lugar, era una chica.
La chica tenía puesta unos lentes oscuros y un gorro de color verde.
No hace falta ser un genio, basta con leer el título de este capítulo para saber quién era.
-Yotsuba...- dijo la chica, dudando sobre si acercarse o no.
-Señorita... ¡señorita!- gritó la cajera llamando la atención de Ichika, pues Ichika no pasaba y estaba provocando cola.
-¡Oh, discúlpeme!- dijo la chica al escuchar que le hablaban a ella.
Rápidamente pasó y pagó por sus cosas, al voltear para buscar a su hermana se dio cuenta que ella ya no estaba ahí. Decepcionada, terminó de ordenar sus cosas y salió del lugar.
Cuando salió, sintió que alguien la abrazó por la espalda, casi como que se colgara de su cuello.
-¡Ichika! Sabia que eras tú.- dijo de manera emocionada la pelinaranja.
-Yotsuba... es un gusto volver a verte.- respondió de manera más calmada la chica, pues aunque estuviera feliz de verla, recordaba que la última vez que se vieron fue peleando y temía que algo malo sucediera.
-Digo lo mismo, ¿cómo has estado?- dijo mientras agarraba a la chica y la cargaba.
Ichika soltó sus cosas y rápidamente intentó safarse del agarre de la chica.
-¡Súeltame Yotsuba! ¡Ahora!- dijo alterada, pues no quería que le apretaran el estómago.
La chica algo asustada la soltó, ese tono autoritario le provocó temor, pues nunca había usado ese tono con ella.
-Lo-lo siento. ¿Te lastimé?- dijo la chica apenada.
Ichika solo suspiró y sonrió levemente.
-No... solo que tengo que ser muy cuidadosa con mi cuerpo justo ahora.- dijo más calmada, aunque esto provocó dudas en la pelinaranja.
-¿A qué te refieres?- preguntó mientras inclinaba ligeramente la cabeza y colocaba su dedo en su labio.
-Esto... es que me enfermé, tengo muy sensible el estómago justo ahora, con decirte que ese dolor me llega hasta el cuello.- dijo, y claramente mentía a medias, pues realmente le dolía todo el cuerpo, se sentía algo cansada, aunque nada fuera de lo normal.
-Oh, lamento haber sido tan brusca. De cualquier manera... ¿te gustaría ir a tomar un café o algo? Hay algunas cosas de las que quiero hablar contigo aprovechando que nos encontramos.- dijo la chica.
-Por supuesto, solo dame tiempo en lo que voy a dejar todo esto a mi hogar.- dijo la chica.
-¡Te acompaño! ¡Vamos!- dijo mientras ayudaba a la chica a cargar una de las bolsas.
Ichika sonrió ligeramente y comenzó a caminar mientras charlaba animadamente con Yotsuba de cualquier cosa. Así se la pasaron hasta llegar a la casa de la pelirrosada, ella abrió y ambas entraron.
-Vaya, tu casa se mira muy acogedora. Honestamente pensé que ibas a tener algo muchísimo más excéntrico.- dijo mientras reía nerviosamente.
-No soy como Nino, ella seguro vive en un lugar excéntrico.- dijo mientras reía.
-Por cierto, ¿donde pongo esto?- dijo la chica mientras movía una de las bolsas.
-Eso va todo en la cocina, es esa de ahí... no sé por qué la puerta está abierta, supongo que olvidé cerrarla.- dijo mientras le mostraba donde estaba.
-¡Ya vuelvo!- dijo animadamente mientras iba hacia la cocina.
La chica caminó y notó que, como Ichika había dicho, la puerta estaba abierta. Ella entró y notó que el microondas estaba trabajando, a este le faltaban aproximadamente 30 segundos para que termimara. Ella se acercó por curiosidad y notó que dentro de este había un envase de sopa instantánea.
De pronto escuchó unos pasos en el lugar, indicando que alguien estaba entrando a la cocina.
-Ichika, esto estaba...- dijo, pero se quedó callada al ver a la persona frente a ella.
-Ah... mierda.- dijo Fuutarou al ver a Yotsuba.
El silencio reinó en el lugar, Fuutarou estaba buscando como escapar de ahí... pero su deliciosa sopa instantánea esperaba por él en el microondas, así que huir no era una opción.
Yotsuba por otro lado estaba muy nerviosa, ¿qué hacía ahí? ¿Qué debía decir?
El chico simplemente pasó al lado de la chica, se acercó al microondas y sacó su comida.
-¿Por qué lo pienso tanto? Solo debo ignorarla y listo.- pensó el chico.
-Uesugi-san...- mencionó ella.
El peliazul suspiró, tenía el presentimiento de que Yotsuba iba a intentar hablarle.
-No digas más... ya tuve suficiente escuchando a Ichika, no quiero digas una sola palabra sobre esa época. Ahora no te conozco, ni tú me conoces, que se quede así.- dijo para luego comenzar a irse.
Ella lo tomó del brazo, causando que él la volteara a ver de manera molesta.
-Súeltame Yotsuba.-
-No, quiero que me escuches...-
-¿Qué quieres decirme? ¿Que te arrepientes? No quiero escuchar eso.- respondió con más enojo.
-Pero a Ichika sí la escuchaste, por eso estás aquí, ¿no?.- dijo ella.
-Porque no tuve de otra, si hubiera sido por voluntad propia, la hubiera ignorado. Ahora, súeltame.- dijo el chico.
-¿Qué diablos hizo para que la escucharas? ¿A qué te refieres con que no tuviste de otra?- dijo ella con tristeza.
-No me corresponde a mí decírtelo, si quieres saberlo, que ella misma te cuente. Adiós Yotsuba, no me vuelvas a hablar.- dijo para finalmente safarse del agarre de la chica.
Ella solo se quedó ahí, viendo como se comenzaba a alejar de ella nuevamente.
En ese momento Ichika entró rápidamente, había visto a Fuutarou salir molesto de ahí y ya se había hecho una idea sobre lo que había pasado.
-Yotsuba...- dijo ella, pero cuando la vio se asustó, jamás la había visto así.
-No digas nada... me lo merezco, completamente.- dijo ella. -¿Por qué no dejan de salir?- dijo ella, refieriendose a sus lágrimas.
-Porque... aún lo quieres, ¿no es así?- dijo ella con tristeza.
-¿Cómo...?- preguntó, pero Ichika la interrumpió.
-Porque siento lo mismo... aún lo quiero..., pero sé bien que nuestra relación nunca más será la misma, no después de lo que provocamos.-
-Yo... soy una tonta... me equivoqué... siempre creí que estaba... haciendo lo correcto, pero mi corazón sabía que no era cierto.- dijo con tristeza.
Ichika únicamente atinó a abrazar a la pelinaranja, ella hundió su rostro en el hombro de la pelirrosa y lloró.
Luego de un rato, ella se calmó.
-Yo... ¿podríamos hablar otro día? Honestamente... quiero estar sola un rato.- dijo la pelinaranja.
-Sabes que si me necesitas, aquí estaré.- dijo Ichika con una sonrisa.
Ella sonrió de vuelta y luego salió del lugar. Ichika al principio pensó en ir a preguntarle a Fuutarou sobre lo que había pasado, pero luego de recordar lo que le había dicho... se dio cuenta que no era la mejor idea.
Como si lo hubiera llamado, el chico apareció en la cocina nuevamente.
-Me alegra que ya se haya ido.- dijo el chico mientras suspiraba.
-¿No crees que fuiste muy duro con ella?- preguntó ella con temor.
-Mira... te dije que no te metieras en mis asuntos.- dijo con pesar.
-Sí, pero esto va más allá, es mi hermana, así que me involucra a mí.- dijo con molestia.
-Estoy de buen humor ahora, no quiero que me lo arruines. Ella... ella era la chica que conocí cuando era pequeño, la misma chica con la que hice una promesa, promesa que causó un cambio en mí, uno radical... ¿qué crees que pasó cuando me dijo que todo eso no le importó? ¿Qué crees que sentí cuando me enteré que desperdicié años intentando ser mejor, cuando a ella le importó una mierda? Una pista: me dolió hasta el alma.- dijo el chico con un tono muy serio.
-Sé que ella tiene una razón para haberte dicho eso... tal vez si dejas que...-
-Si no sirvió de nada escucharte a ti, ¿qué crees que hará diferencia? Ichika... a ti te escuché solo porque vas a ser la madre de mi hijo, en caso contrario, créeme que ya no sabrías nada de mí.- dijo serio.
Ella tomó la muñeca del chico con algo de fuerza.
-Aún así me escuchaste, pudiste elegir no hacerlo... pero te excusas con lo que pasó para no decir que querías escucharme, ¿no es así? Aunque no me hayas dejado contarte todo, al menos comprendes que hubo una razón por la que todo sucedió.- mencionó la chica.
Fuutarou bajó la cabeza y no hizo fuerza para soltarse, pero Ichika sintió que su puño se estaba tensando.
-¡Tengo miedo!- gritó. -Tengo miedo de escucharlas... porque no quiero volver a caer en ese juego... no quiero que me endulcen el oído y luego me acuchillen por la espalda... sé que si las escucho, entonces volveré a caer... ¡porque aún las quiero!- dijo el chico con ira.
-Ustedes fueron las primeras amigas que tuve luego de años... el tiempo que pasé con ustedes fue difícil, a veces era molesto... pero siempre sentía que pertenecía junto a ustedes... que estarían ahí por mucho tiempo. Sé que si las dejo hablar... si las escucho las voy a perdonar, sin importar que fuera una razón estúpida... yo realmente estaría dispuesto a perdonarlas, pero no quiero salir herido nuevamente... ya no más, no dejaré que nadie vuelva a hacerme lo mismo.- dijo mientras se soltaba con fuerza.
Ichika no pudo hacer nada para detenerlo, incluso al intentar hacerlo terminó con un poco de dolor en la mano por la fuerza que aplicó el chico al soltarse.
Ella vio como el chico que amó en secreto, se marchaba con el corazón destrozado... otra vez. Y para empeorarlo ella lo sabía, ella sabía que era su culpa. El hecho de que ese chico se haya convertido en alguien que desconfía hasta de su sombra era su culpa.
Ella tuvo la culpa al haber tenido la oportunidad de defenderlo y haber elegido perseguir su sueño.
Ella cayó de rodillas, su mente le repetía una y otra vez que era todo su culpa. Su mente le repetía una y otra vez la escena donde lo vio llorar y romperse emocionalmente.
¡El le había admitido que aún la quería! Y eso la quemaba por dentro, sabía que no había nada que ella pudiera hacer para recuperar lo que una vez fue.
A pesar de eso, Fuutarou era el paciente y ellas eran la cura, pero eso es algo de lo que no se enterarían, al menos no pronto.
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Habían pasado unos días desde ese incidente, el embarazo de la chica estaba entrando al segundo mes ya. El tiempo vuela, ¿no?
Y como al autor no se le ocurrió ni mierda, decidió saltarse ese tiempo, así que bueno.
Desde ese día la "relación" Uesugi-Nakano ha estado pendiendo de un hilo, esos dos apenas si se dirigen la palabra, aunque claramente es por culpa del chico ya que él se niega a conversar con Ichika.
Por otro lado, Yotsuba aún no se había reunido con Ichika, lo cual significaba que ella no sabía que Ichika estaba embarazada y mucho menos la identidad del padre.
Pero eso estaba por cambiar...
Ichika y Yotsuba por fin habían quedado para reunirse en un restaurante. Ichika estaba muy nerviosa, pues planeaba revelarle sobre su embarazo y para ser sincera, le asustaba un poco sobre cómo podía llegar a reaccionar su hermanita.
Para el segundo mes es común que el abdomen comienza a abultarse y redondearse, la ropa comienza a quedar un poco más pequeña debido a esto, así que Ichika decidió utilizar un sudadero que le quedaba medianamente grande para poder ocultar ese detalle.
Ella con muchos nervios llegó al punto de encuentro y se encontró con que ella ya estaba ahí. La pelinaranja estaba con su clásico y confiable listón verde y un bello vestido del mismo color.
-¡Ichika!- dijo mientras se acercaba y la abrazaba gentilmente.
-Hola hermanita, ¿cómo has estado?- preguntó la mayor mientras se separaba de ella.
-He estado mejor...- dijo con un tono triste.
-Yotsuba... ven aquí.- dijo mientras la volvía a abrazar. -¿Y ahora?- dijo mientras se separaba y le sonreía.
-Mucho mejor...-
Ambas luego de eso entraron y se sentaron, ordenaron su comida y se quedaron en silencio un poco de tiempo, hasta que Yotsuba habló.
-Primero que nada... quiero pedirte perdón. Sé que unas simples palabras no van a arreglar nada... no van a eliminar los errores que cometí... ni mucho menos van a reparar lo que nuestra relación como hermanas una vez fue..., pero aún así, no he estado en paz conmigo misma desde ese día. Desde el día en el que peleamos...- dijo ella.
-Siempre... siempre esperé este momento. Me hacías tanta falta hermanita... deseaba escuchar esas palabras.- dijo la pelirrosa mientras tomaba las manos de Yotsuba.
-Yo... me equivoqué ese día, el día en el que decidí apoyar a mi papá y a Nino... ese día cometí el peor error de mi vida... elegí perseguir mi sueño y dejar de lado a quien amaba...- dijo mientras comenzaba a llorar. -Y para empeorarlo todo... terminé alejando al resto de personas importantes que quedaban en mi vida... te alejé de mi vida...- dijo.
-Yotsuba... papá te hizo lo mismo que a mí... ¿verdad?- dijo ella con seriedad.
-Sí... aunque hay cosas que hice por mí misma... te contaré luego, cuando esté lista para hacerlo.- dijo la chica.
-Está bien, tomate tu tiempo.
La pelinaranja asintió, sabía a lo que se refería. Ella nunca quiso decirle todas esas cosas a Fuutarou... pero el miedo nos lleva a tomar decisiones estúpidas. La presión que tenía encima ese día fue demasiado para ella, pues lo quisiera o no, ella fue la que más lo terminó lastimando por el simple hecho de conocerse desde hace tiempo.
-Sé que ya lo dije... pero, ¿podrías perdonarme?- dijo mientras bajaba el rostro.
-Sí Yotsuba... te perdono.- dijo mientras dejaba salir una pequeña lágrima.
La pelinaranja sonrió ligeramente y luego preguntó:
-Ichika... ¿habrá alguna manera de arreglar todo con él?- preguntó.
Ichika la vio y movió la cabeza negativamente.
-Por ahora... no. Él realmente nos odia y con justa razón, realmente él me ha aguantado porque no le queda de otra, si no fuera ese el caso... seguro ya estaría lejos de él.- dijo ella.
-Ichika... esta es la última vez que me deprimo en serio... no importa lo que deba hacer, ni el tiempo que me tome... recuperaré mi amistad con Uesugi-san... y si no logro hacer eso, aunque sea conseguiré el perdón... porque sé que le hace daño cargar con eso.- dijo ella mientras tomaba con más fuerzas las manos de la pelirrosa,
-Yotsuba... me alegra escucharte así. Yo también lo prometo... me esforzaré por arreglar lo que destruí... haré todo lo que pueda para poder hacer eso.- dijo mientras le sonreía.
Ambas chicas se sonrieron, aunque Yotsuba notó que la sonrisa de Ichika no era tan... real, parecía una sonrisa nerviosa.
-¿Todo en orden Ichika?- preguntó Yotsuba.
-Sí, ¿por qué la pregunta?- respondió, pues ya había comenzado a acobardarse sobre revelarle lo que se haría evidente en pocos meses.
-Porque... tu sonrisa es extraña. Te has mordido el labio varias veces desde que estamos hablando... eso no es normal en ti, solo lo hacías cuando estabas muy nerviosa.- dijo la pelinaranja.
-No... no es nada, en serio.- dijo.
La pelinaranja notó como, involuntariamente, la chica se había mordido levemente el labio inferior y su cuerpo se había puesto bastante rígido.
-Ichika... confía en mí, puedo ayudarte de alguna manera... ¿qué pasa?-
-Yo... yo... estoy embarazada.- dijo, aunque susurró lo último.
-Perdona Ichika, escuché mal creo... ¿puedes repetirlo?- dijo mientras se acercaba a ella.
-Yo... voy a ser mamá.- dijo la chica.
La pelinaranja se quedó congelada mientras mantenía su sonrisa, algo muy aterrador de ver sin dudas.
-¡¿QUE?!- gritó la chica, causando que la pelirrosa le dijera rápidamente que se calmara.
-Shh, baja la voz, nos van a sacar.- dijo mientras reía nerviosamente.
-Espera, ¿cómo quieres que me calme? Voy a ser tía... ¡voy a ser tía!- dijo mientras empezaba a aplaudir y a reír.
-Tiene mucha energía.- pensó mientras una gota de sudor bajaba por su rostro.
-¿Y quién es el padre? ¿Tienes novio y no lo sabía? Bueno... teniendo en cuenta que no te hablaba... tendría sentido que no supiera.- dijo la chica mientras ponía su mano en su mentón.
-Esto... no, no tengo novio.- dijo ella apenada, pues tenía miedo de que su hermana la tratara como si fuera una tipa fácil.
-Oh... bueno, ¿quién es el padre entonces?- preguntó ella.
-Esto... es...- dijo mientras puso ambas manos en su rostro y se sonrojaba. -Es...- dijo, mientras recordó al chico al que le entregó su primera vez.
Yotsuba miraba con nervios a la chica ya que Ichika no decía nada.
-¿Y bien?- preguntó animadamente, pues se moría por saberlo.
-Es Fu-Fuutarou-kun...- dijo para luego sentir como humo salía de sus oídos por la vergüenza.
Yotsuba por su parte sobra decir que estaba completamente sorprendida, su rostro era uno digno de admirar.
-¡¿EEEEH?!- gritó la chica mientras miraba a la pelirrosa. -¡¿Di-dijiste que-que es Ue-Uesugi-san?!- preguntó algo alterada.
-¡Baja la voz! Me avergüenzas.- dijo la pelirrosa completamente sonrojada.
-Pe-pe-pero... ¿cómo pasó? ¿Cuanto tiempo llevas?- preguntó la chica aún algo alterada.
-Pu-pues... verás, lo que pasó es que...-
La chica le contó todo lo que había pasado y el cómo y por qué Fuutarou había llegado a su casa.
-Entonces... así fue como terminamos juntos, como pudiste notarlo... esto no va nada bien.- dijo ella.
La chica comenzó a sentirse mal, el montón de sentimientos que había albergado estaba comenzando a desbordarse, eso sumado a los síntomas comunes del embarazo no ayudaban para nada.
-Ven... te acompañaré la baño.- dijo al ver que la chica estaba tomandose el estómago.
Yotsuba la acompañó y dejó que la chica entrara, la pobre chica terminó vomitando, se habia mareado y sus sentidos le jugaron en contra.
-Con Uesugi-san... ¿eh? Realmente nunca hubiera esperado eso... ¿cómo irá a ser como padre? Estoy un poco ansiosa por saber eso, estoy segura que desde que pueda hablar él le va a empezar a enseñar sobre todo.- pensó la chica mientras se formaba una sonrisa tonta en su rostro.
Pero esa no duró mucho tiempo, al recordar la posición en la que se encontraba la chica dejó de sonreír.
-Si no hubiera sido una estúpida... ese podría haber sido mi hijo..., pero lo arruiné... como todo lo que hago en mi vida. Tendré que conformarme con ser la tía cool.- pensó mientras formaba una sonrisa forzada.
En ese momento Ichika salió del baño y notó la cara de Yotsuba.
-¿Todo en orden hermanita?- dijo la chica.
-Eso debería decirte yo a ti... estás hecha un desastre, será mejor que nos vayamos, hablaré con el mesero y le explicaré todo, no te preocupes por nada.- dijo la chica mientras sonreía y se retiraba.
Ichika se acercó al espejo y se revisó, realmente se miraba cansada, a pesar de que según ella estaba durmiendo bien, el embarazo comenzaba a hacerse más notorio y los síntomas ni se digan.
Yotsuba le explicó la razón por la que ya no iban a comer y el mesero entendió correctamente, les dijo que no se preocuparan y que no era necesario pagar.
Ambas salieron del lugar, la pelinaranja con hambre e Ichika con ganas de ir a dormir.
-A partir de ahora llegaré a diario a cuidarte, sé que Uesugi-san está ahí, pero no todo el tiempo. ¿Ya no has estado actuando verdad?- dijo mientras la miraba fijamente.
-No... el último rodaje tuvo inconvenientes, aunque tengo que comunicarle a mi mánager sobre la situación, así que tendré que comenzar a retirarme de la actuación un tiempo... aunque no tienes que venir, seguro que tienes muchos entrenamientos y demás, esa medalla no se ganó sola.- dijo la pelirrosa.
-Para nada, aún siento que te debo mucho y esta es mi manera de pedirte perdón, me alejaré del deporte si es necesario.- dijo ella.
-Agradezco todo... pero no necesitas venir siempre, al menos descansa algunos días, 2 o 3 y en esos aprovechas a entrenar, no puedo acaparar a una estrella olímpica, ¿verdad?- dijo Ichika mientras reía.
-Bien, trato.- dijo la pelinaranja.
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Dos chicas que cometieron errores en el pasado, se dieron cuenta de lo que provocaron.
Las disculpas no arreglaban nada, era momento de que las acciones hablaran.
Ellas eran la cura y el peliazul el paciente,
Un sentimiento de amor surgirá, ¿qué sucederá?
Y la pobre víctima de este amor era un chico que ya no desea saber nada de eso,
Pobre infeliz, la suerte siempre está en su contra.
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Próximo capítulo: Una familia disfuncional.
Ok... para ser sincero, esto terminó siendo algo completamente a lo que tenía planeado.
Yotsuba originalmente era la antagonista principal del fic... pero no sé, no me gustó al fin de cuentas, así que aquí estamos, con la rocky siendo rival/interés amoroso.
Más adelante explicaré varios detalles, como el que pasó luego de que Fuutarou se fuera y la razón por la que se separaron las Nakano.
¿Qué les pareció? El final ya está planeado.. aunque con esto, puede que lo cambie ligeramente, aún lo debo pensar bien.
Como siempre, saben que aprecio sus votos y comentarios.
Y si hay alguna falta ortográfica, pido perdón, es de madrugada y con sueño terminé de revisar esto, les agradeceré si me informa sobre algún error.
Por ahora eso es todo.
Fin de la transmisión.
-Writer_Bryan.
(Debo decirlo, que bien come el frutas... aunque no le quita que está pendejo.)
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