A Sky Full of Stars
Una estrella, es un astro o cuerpo celeste que brilla con luz propia en el firmamento.
Estos seres nacen en lugares llamadas "nebulosas", también conocidas como "cunas de estrellas". Estos seres brillan de una manera tan intensa a pesar de encontrarse a años luz de distancia.
Sin embargo, así como existen estrellas que brillan con una gran intensidad, existen aquellas llamadas "enanas marrones".
Estas se balancean entre la delgada línea de ser una estrella o ser un planeta, poseen la capacidad de iluminar de una manera muy tenue.
Un corazón puede brillar tan intensamente como lo haría una estrella normal, pues este no se encuentra en mal estado y se encuentra en su mejor momento, sin embargo un corazón herido no puede hacerlo.
Los corazones heridos se asemejan a las enanas marrones, por muy oscura y tenue que sea, siempre existe una luz que ilumina el camino, una luz que indica que ese corazón sigue latiendo, una luz que significa que la esperanza no se ha perdido.
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-¿Qué carajo estás haciendo?- mencionó una mujer de manera bastante alterada.
El sonido del metal impactando contra la carne es algo completamente desagradable de escuchar, pero ese sonido retumbaba y se repetía a medida que la figura hablaba.
Cada ataque iba con más y más fuerza, el sonido causaba náuseas y mareos a todo aquel que lo estaba escuchando, era algo completamente inhumano.
La figura femenina se acercó lentamente a la persona que acababa de cometer algo atroz, sin embargo se fue de espaldas al momento de ver el rostro del atacante. Lágrimas, sudor e incluso fluidos que salían de la boca y de la nariz era lo que recalcaba en ese rostro.
-Nino...- dijo la mujer, revelando su identidad como Ichika al momento de hablar.
Nino aumentó la velocidad con la que atacaba, causando que el estómago de la pelirrosa se revolviera.
-Ahora soy la única... no tiene más opciones, solo me puede escoger a mí, esto terminó por fin.- dijo la mencionada, causando que la otra mujer pegara un grito al cielo.
Parecía que Nino no escuchaba a la mujer, pero ella pudo escuchar que alguien se quejaba por otro lado y notó a una chica que no conocía, dicha chica era peliazul y se encontraba en el piso huyendo de la mujer.
-A-aléjate...- decía entre llanto y desesperación la chica. Ella volteó a ver hacia la mujer y con esas lágrimas y el poco aire que tenía formuló unas palabras.
-Mamá... ayúdame.-
La figura comenzó a desvanecerse; mientras que Ichika se veía atrapada entre una especie de vacío que impedía que se moviera. Esto causó que la pelirrosa comenzara a llenarse de ansiedad y de pánico, no podía hacer nada y le dolía el pecho.
Asi siguió hasta que se despertó bastante agitada, derramando el vaso de agua que se encontraba en el mueble de al lado.
-Maldición- dijo mientras ponía una mano en su pecho, sintiendo como su corazón se agitaba de una manera incontrolable, sintiendo que la respiración le hacía falta por momentos.
La pelirrosa se levantó con dificultad y limpió el desastre que había hecho, sin embargo al ver su cama nuevamente, sintió mucho miedo de volver a tener una pesadilla, estaba completamente traumada y necesitaba despejar un poco la mente.
De manera silenciosa, la chica salió y se colocó en la entrada de su hogar, necesitaba algo de aire fresco para recobrar la compostura pues su ritmo cardíaco estaba muy acelerado. La chica maldecía por lo bajo, pues le preocupaba que sus gemelas se vieran afectadas por esos subidones y bajones emocionales.
-Ichika... ¿qué haces despierta? Son las 3 de la mañana...- dijo Fuutarou, haciendo que la pelirrosa ae sobresaltara por estar pensando en muchas cosas.
-¡Aaaah!- gritó la chica, asustando al peliazul. -Ahem... esto, tuve una pesadilla y no tengo muchas ganas de volver a dormir.- dijo ella algo molesta, pues estaba cansada, pero no quería asustarse otra vez.
-¿Y si duermes conmigo?- dijo el chico aún somnoliento, él solo quería que todo pasara para poder ir a dormir nuevamente.
Por supuesto la chica aplaudió y se emocionó, quería aprovechar esa oportunidad que le había quedado en bandeja de plata. -¡Sí!- dijo con emoción la chica, haciendo que el chico esboce una sonrisa.
-Iré a arreglar todo, apúrate.- dijo el mientras se retiraba, sin saber que había hecho a la pelirrosa muy feliz.
-Definitivamente, escogí correctamente al padre de mis hijas.- dijo mientras sonreía y hablaba consigo misma.
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Las horas pasaron, eventualmente la chica pudo descansar. Eran las 9 de la mañana y la chica, por alguna extraña razón, estaba nuevamente siendo tapada solo por el edredón.
Ella volteó a ver y el peliazul seguía dormido, el chico se miraba notablemente cansado y ella estaba sintiendo un poco de culpa, eso debido a que ella fue quien probablemente causó que él no descansara adecuadamente.
-Fuutarou-kun... gracias por todo.- dijo mientras le daba un beso en la frente. Sin embargo, su sonrisa desapareció cuando el chico dijo entre sususrros "Nino".
La chica volvió a sentir un gran temor, escuchar
ese nombre hacía que su paz se viera alterada. No sabía qué decir y tampoco sabía bien qué pensar al respecto.
-Si sueña con ella es por algo, ¿no? Tal vez quiere hablar con ella... o tal vez ella lo persigue, o tal vez él se anda besando con ella...- decía con algo de paranoia la pelirrosa, tanto "balbucear", según ella, provocó que el peliazul se despertara.
El peliazul bostezó y se frotó los ojos de manera muy suave, esto con el propósito de acostumbrar su vista a la luz nuevamente. El chico ni se inmutó al ver a Ichika recostada a su lado, prácticamente desnuda.
-¿Cómo es posibke que hayas terminado desnuda? A este ritmo voy a terminar en prisión por algún malentendido, van a pesar que hice cosas innombrables.- dijo mientras rodaba los ojos, aunque disimuladamente queria distraer a la chica de lo que acababa de soñar.
-Pues... si quieres hacer esas cosas... me puedes decir.- dijo ella muy apenada y sonrojada.
Este comentario explotó los sentidos el chico, no se esperaba ese tipo de respuesta en absoluto, aunque esto solo causó que la chica explotara en carcajadas.
-Igual ya lo hicimos, ¿por qué te avergüenzas?- dijo ella aún sonrojada.
-Porque esta vez si me acordaría de todo.- respondió rodando los ojos, causando que la chica terminara aún más roja que su propio cabello.
-Fuutarou-kun... quería preguntarte si podíamos hacer algo... ya sabes, una cita.- dijo ella de manera directa, aunque con algo de vergüenza.
Antes de que Fuutarou pudiera responder comenzó a sonar el celular de la chica. Ella con mucha curiosidad tomó el celular y vio que la llamada era de alguien que llevaba años fuera del mapa, Itsuki.
-¿Aló?- fue lo único que pudo responder la chica, causando que la pelirroja suspirara levemente en señal de alivio.
-Ichika, no creí que fueras a contestar si te soy sincera, pero que bueno que lo hiciste, escucha, ando algo ocupada, pero me contaron por ahí que estabas embarazada. Sé que la relación que teníamos las 5 se fue deshaciendo por diversos motivos, pero quería que sepas que cualquier cosa que necesites pues te voy a apoyar.- dijo con su tono característico la chica de las estrellas.
-Itsuki... wow, de verdad que no me esperaba eso en absoluto. Me gustaría que nos viéramos.- dijo la chica con una templanza que solo el peliazul podía presenciar.
Narra Fuutarou
Esta chica sin duda alguna me sorprende cada día. Si bien es cierto que me enamoré lenta y accidentalmente de ella, aún me siento bastante reacio a realizar algo. Por supuesto que quiero lo mejor para ella, pero hay ciertas cosas de mi propio ser que me lo impiden.
Y por otro lado, también me alegra profundamente que ella esté encontrando la paz y el amor que siempre mereció, es cierto que tal vez vivió bastante bien, pero la experiencia fue tan fuerte que todos esos recuerdos bonitos se ven opacados por el trauma. Yo prefiero mil veces que olvide todo, pero sé que ella no querría eso.
Me alejé un poco para arreglar el desastre de este lugar, sin embargo me es imposible apartar la mirada de esta chica, es como si estuviera hipnotizado. Pienso que ella fácilmente me diría que sí, después de todo ya me confesó su amor, pero me da miedo lo que viene después. El amor es sumamente impredecible.
-Claro, quedemos a las 4 en esa cafetería que dices.- escuché que dijo ella. Supongo que sí quedó con Itsuki, es mejor que salga a despejarse de todo lo que la acongoja últimamente.
Pude notar su bella sonrisa y como su cuerpo se relajó bastante, era obvio que extrañaba a su hermana menor y el que ella fuera quien la buscara hacía que se sintiera feliz, a pesar de que ella estuvo del lado de Nino y su padre al inicio, se escuchaba que lo que decía era genuino, todo parecía ir bien de nuevo, con excepción de Nino.
Tanto que ha sufrido, no lo merece sin duda alguna. Nadie lo merece, incluso Nino... no merecía ese destino. Hay veces donde me he preguntado, sí; incluso yo tengo ese tipo de dudas existenciales...
¿Y si no hubiera llegado? Tal vez no hubiera arruinado a esa familia... tal vez seguirían juntas y cada una andaría en lo suyo, con sus propios amigos y parejas. A veces pienso que mi existencia en la vida de estas chicas solo les causó problemas.
-Fuutarou-kun, cielo lindo... ¿no hay problema con que me vayas a dejar en la tarde?- me preguntó.
-Claro, solo ten cuidado cuando te quedes sola.- dije sin dudarlo. -Cualquier cosa puedes llamarnos a mí o a la odiosa de tu hermana.- dije mientras sonreía levemente.
Ichika se levantó de manera algo lenta, pero feliz. Se sentía bastante cansada últimamente, cada vez el embarazo pasaba más y más factura en su cuerpo.
-Gracias cielo.- dijo ella. ¿Desde cuando se acostumbró a decirme así? No entiendo mucho a esta chica.
Pero lo único que sé bien es que me complicó la vida de maneras en las que nunca creí que lo haría. Y desgraciadamente, no parece que eso se vaya a acabar pronto, porque no solo es ella quién causa problemas en mi propia cabeza.
Narración normal
Itsuki Nakano, la quinta hermana, la menor de las quintillizas, siempre fue una chica bastante extraña, si bien no era tan rara como Miku, ni tan "tsundere" como Nino, tenía ciertas cualidades que la hacían parecer una mezcla de todas las hermanas.
Si bien es cierto que ella llegó a sentir dudas sobre lo que sentía por su ex-tutor, eventualmente logró superar todo eso al separarse de él durante años, sepultando de esa manera cualquier indicio de amor hacia el peliazul.
Ella siempre estuvo agradecida por todo lo que habian hecho por ella; tanto sus hermanas como Fuutarou, pero ella siempre prefirió mantenerse al margen de todo. Por esa razón logró rehacer su vida de buena manera, no era la perfecta vida que soñó, pero era una buena vida.
Si bien es cierto que por miedo se equivocó y rechazó al chico, ella comprendió que fue su culpa por acobardarse ante las amenazas de Nino y de su padre. Sin embargo, Fuutarou nunca le contestó las llamadas y mensajes; asi que eventualmente dejó de intentarlo, era como hablar con una pared.
La pelirroja mentiría si dijera que estuvo pendiente de lo que sucedía con sus hermanas, sin embargo lo de Ichika se esparció de manera muy rápida, sorprendiendola de manera ligera, aunque ella sabía que Ichika seria la primera en tener hijos.
-¿Podría darme ese ramo?- preguntó la chica. Ella estaba comprando un ramo de flores para la pelirrosa como una especie de felicitación y de disculpa, sabía que lo había arruinado hace años, pero no tuvo el coraje de enfrentar los problemas hasta hoy, ella era completamente ajena a la situación actual.
La chica estaba en su mundo mientras realizaba la compra, pero de pronto sintió que alguien tocó su espalda y eso provocó que la chica se diera vuelta de manera rápida. Al darse la vuelta notó que su hermana Yotsuba la miraba con una sonrisa.
-¡Itsuki!- dijo la chica mientras la pelinaranja sonreía ligeramente. Si bien es cierto que estaba feliz de verla, la pelinaranja estaba tomando la situación con pinzas, preferia ser precavida.
-Yotsuba...- dijo ella antes de casi romper en llanto. La pelirroja abrazó con fuerza a su hermana y simplemente soltó un suspiro de alivio.
-Tenemos que ponernos al día... aunque veo que hay cosas que no cambian.- dijo ella mientras señalaba los pendientes de la chica.
-¿Estos? Ah sí... es un recuerdo de una bonita adolescencia.- dijo ella con una sonrisa nostálgica, causando que Yotsuba sonriera. -¿Tú también verdad?- dijo ella mientras señalaba el listón de la chica.
-Claro, no sería yo misma si no la usara.- dijo mientras reía.
Ambas chicas comenzaron a platicar luego de que le entregaron las flores a Itsuki. Tenían tanto de qué hablar y tanto de lo que ponerse al día, iba a ser una charla un poco larga, Itsuki queria aprovechar el tiempo que iba a estar en la ciudad, pues ella no era de ese lugar, por eso es que no se habían cruzado.
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¡¿BESASTE A UESUGI-KUN?!- gritó la pelirroja mientras tapaba su boca con la mano que tenía libre.
-No era necesario gritarlo...- dijo la chica mientras se reía nerviosamente y colocaba una mano en su cuello.
-Perdón... aún no me creo eso. Es increíble que sea él el padre de los hijos de Ichika... es simplemente increíble. Y aún más que se haya besado contigo.- dijo ella
-Bueno, no nos besamos, yo lo besé para decirle lo que sentía, aunque no funcionó, soy feliz con eso.- dijo ella con una sonrisa.
-Es tanto que pensar.- dijo Itsuki, le era algo simplemente increíble.
Mientras hablaban, dos figuras conocidas aparecieron en el lugar, aunque eran bastante distintas a como Itsuki los recordaba.
-Hola... Itsuki.- dijo ella con algo de timidez, mientras que Fuutarou solo miraba atentamente.
Itsuki estaba demasiado nerviosa, ella solo se levantó, cerró los ojos y extendió la mano donde sostenía el ramo, ella estaba asustada y sentía que su corazón iba a salir de su pecho, sentía mucho miedo en ese momento.
-Yo... te compré esto, sé que no compensa nada...- dijo, pero fue interumpida por Ichika que la abrazó con suavidad.
-Te extrañé mucho, hermanita.- dijo mientras intentaba no llorar, aunque esto solo hizo que la pelirroja devolviera el saludo y que Yotsuba se les uniera.
-¡Bien! Poco a poco vamos reconstruyendo todo!- dijo la pelinaranja con felicidad. Esto causó que las chicas rieran y se abrazaran con más fuerza.
Itsuki se apartó y analizó detenidamente a su hermana mayor.
-Y decían que yo era la glotona...- dijo entre risas al ver la gran barriga de Ichika.
-Ja, ja, muy chistosa.- dijo la chica mientras sonreía.
Sin embargo, para todo este punto, Fuutarou no había dicho absolutamente nada, para él todavía era duro ver a Itsuki y recordar la vez que lo echaron. Si bien había perdonado en su interior, seguía un cierto dejo de incomodidad dentro de el.
Itsuki por otro lado se agachó y puso su mano sobre el vientre, causando que los bebés patearan ligeramente. Esto hizo que la pelirrosada sonriera, extrañaba sentirse segura entre su propia familia.
Yotsuba solo vio de reojo a Fuutarou y se acercó mientras las otras estaban distraídas, ella se acercó y susurró:
-Itsuki parece que de verdad quiere enmendar las cosas, no seas tan duro con ella.- dijo para luego darle un beso en el cachete de manera muy sutil, causando que el peliazul la viera inmediatamente.
-¿Acaso tengo un cartel en la cara que dice "ven a besarme"? Dios, pero está bien, lo haré por ustedes, veo que esto está ayudando en gran manera a Ichika, eso es todo lo que importa.- dijo mientras miraba de reojo a las hermanas
Yotsuba sonrió con nostalgia, sabía que el chico amaba a la pelirrosada, cambiar algo como eso era demasiado difícil, por no decir imposible, sin embargo ella era feliz, logró mucho más de lo que alguna vez había soñado.
-Uesugi-kun...- dijo la pelirroja mientras veía al peliazul acercarse, ella se sentía completamente avergonzada.
-Itsuki.- fue lo único que dijo, causando que la chica dejara de acariciar la barriga de Ichika y se levantara. -Escucha, yo tengo tanto que decirte.- dijo
-¿Lo sientes y quieres que te perdone? ¿Hiciste todo porque temías por tu futuro?- dijo él sin más, sorprendiendo a la chica.
-¿Cómo lo sabes?- dijo ella de manera sorprendida.
-Años han pasado y sigues siendo una tonta.- dijo, ganandose un puchero de parte de la chica. -He escuchado esta misma maldita disculpa casi 4 veces, supongo que es más que obvio.- dijo mientras rodaba los ojos.
La pelirroja estaba completamente anonadada, no sabía qué decir o cómo proceder, el peliazul ante esto decidió hablar.
-He cambiado, gracias a Ichika y a Yotsuba he comenzado a ver todo desde una perspectiva más... amigable por así decirlo. Si quieres mi perdón, bien, ya lo tienes, pero como se los advertí a ellas... no hay otra oportunidad.- dijo el chico mientras suspiraba,
Sin esperarlo, la pelirroja lo abrazó con fuerza, si bien nunca fue apegada a él como sus otras hermanas, había sido un gran apoyo y en cierta manera, aunque le costara admitirlo, había sido un gran amigo que siempre estaba cuando lo necesitaba, a su modo, pero ahí estaba.
-Ya ya...- dijo él mientras intentaba separarse.
-Gracias... muchas gracias.- dijo ella, sentía como si una gran carga desapareciera de su vida, había logrado enmendar algo que siempre estuvo afectandole, era un buen inicio para una nueva amistad.
Ichika y Yotsuba sonrieron, se sentían felices, pues parecia que todo estaba comenzando a tomar un buen rumbo, las cosas por fin parecían ir a bien.
Tras esos eventos, los chicos compartieron un buen rato platicando sobre sus experiencias, poniendose al día y por supuesto, causando que Itsuki le diera unos buenos pellizcos al peliazul por haber embarazado a Ichika de esa manera.
Horas pasaron y los chicos apenas sintieron el tiempo, pero como dicen, todo lo bueno tiene un final y era hora de que cada uno regresara a sus hogares.
Itsuki sonrió y se despidió de todos, prometiendo que se mantendría en contacto y asegurando desde ya un apoyo incondicional para la familia Uesugi Nakano.
-Bien, por aquí me despido también, ¿nos vemos pasado mañana?- preguntó la pelinaranja a la pareja.
-Sí, Yotsuba, si todo va según el plan, entonces sí.- dijo la pelirrosa mientras la abrazaba y se despedía de ella.
Fuutarou solo asintió y estaba por irse cuando la pelinaranja lo tomó de la camisa, causando que este se sorprendiera.
-Yo... no me entrometeré en lo tuyo con mi hermana, la haces muy feliz y eso es lo que importa... pero quiero que sepas que mis sentimientos por ti no han cambiado y estoy dispuesta a intentar ganarme tu amor...- dijo ella con determinación, pero a su vez algo de vergüenza.
Fuutarou no pudo atinar a decir nada, estaba tan confundido, pues él creía que la chica se daría finalmente por vencida después de todo lo que había pasado, pero parecia ser que fue todo lo contrario, su amor y admiración por él se habían fortalecido.
-¿Fuutarou-kun? ¡Vamonos!- dijo la pelirrosa al notar que el chico estaba tardandose.
-¿Eh? Ah... sí, ya voy.- dijo él algo nervioso, no sabía qué iba a pasar, pero si estaba seguro de que no sería nada fácil.
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Narra Yotsuba
Años han pasado y aún no puedo superar este sentimiento... aunque no me culpo, es uno muy bonito y sin duda alguna me ha dado felicidad en ciertos momentos.
Caminaba por la calle mientras divagaba en mis pensamientos, sentía como si estuviera retenida, el amor que tengo por mi hermana no desaparecerá por ningún hombre, de eso estoy segura.
Ese hombre es el amor de mi vida, pero yo lo dejé ir, ¿es justo que esté pagando esto? Por supuesto que sí, si bien es cierto que con Ichika todo comenzó por un error, estoy segura que conmigo ni así hubiera hecho algo....
Aunque todo eso quedó atrás, hay varias cosas que me mantienen un tanto inquieta, existen demasiados cabos sueltos en mi propia cabeza y debo arreglarlos cuanto antes.
Uesugi-san siempre estuvo para mí, ¿cómo entonces podría darle la espalda? Cometí ese error una vez, no volverá a suceder. Me siento por fin en paz conmigo misma, estoy dando lo mejor de mi, aunque él no se de cuenta.
Hay tantas cosas que quiero decirle, tantos sentimientos que quiero expresar y no encuentro la manera de hacerlo sin lastimar a Ichika o alejar a Uesugi-san...
Levanté la mirada hacia el cielo, un precioso cielo estrellado, sin darme cuenta ya había anochecido. Caminé sin más hacia mi hogar, pero me detuve en un pequeño parque, ahí pude notar que a pesar de estar ya oscuro, habían unos niños con sus padres y una pareja de ancianos.
Los ancianos platicaban mientras miraban a los niños, parecía que eran sus abuelos o algo por el estilo. Pero por estar viendo mucho tiempo ellos voltearon a verme y me sonrieron.
-¿Necesitas algo querida?- preguntó el hombre de manera muy cordial.
-Si estás perdida o esperas a alguien, quédate por aquí, al menos no estarías sola.- dijo la mujer mientras me daba una cálida sonrisa, no voy a mentir, en parte me hace recordar a mamá.
-De hecho... ¿hay problema si me siento aquí al lado?- dije mientras señalaba el césped, ellos estaban en una banca.
-Por supuesto que no querida, te ofrecería mi lugar, pero me cuesta levantarme.- dijo el hombre con una risa nerviosa, que alma tan noble.
-No es necesario, yo estoy bien aquí. Bueno... realmente no tanto.- dije mientras reía y me rascaba la cabeza.
-¿Problemas en casa querida?- preguntó la mujer.
-No... de hecho estoy arreglando eso, pero me siento perdida en otro sentido...- dije mientras me sonrojaba, me daba algo de vergüenza, pero ellos me transmitían una sensación muy familiar.
-Aaaah ya entiendo, ¿acaso es un chico?- preguntó la mujer. -Este testarudo me dio muchos problemas en su tiempo.- dijo la mujer mientras le daba un codazo discreto al anciano, causando que éste riera. -Quién habla de ser terca.- dijo él riendo.
-Es un problema algo extraño... digamos que aunque él sabe lo que siento por él, no me corresponde, pero no me rechaza. Aparte mi hermana está involucrada en el tema de una forma distinta y créanme, he intentado hasta lo imposible el dejar de sentir lo que tengo por ese chico, pero es imposible. Es tan lindo, atento, es muy inteligente, me trata bien a pesar de que yo hice cosas malas antes...- dije mientras miraba hacia el cielo, un cielo completamente estrellado.
Sí, Fuutarou Uesugi, tú eres mi estrella, esa que ilumina mi vida de una manera increíble. No me importa en este punto si me vuelves a lastimar, sé bien lo que merezco y lo acepto de corazón.
Quiero entregarte mi corazón
-Mi querida chica, primero tienes que hacerte una simple pregunta. ¿Eres feliz? Si es así, es porque algo estás haciendo bien, algo está haciendo bien ese joven afortunado.- mencionó la mujer.
-El amor es tan efímero y tan poco convencional, que a veces debes detenerte y admirar lo que te rodea, no puedes estancarte porque amas a alguien, por más que creas que es tu alma gemela, el mundo no se detiene solo por eso.- mencionó el hombre, era un contraste bastante elevado con el de su esposa, eso no lo vi venir.
-Yo... sí, soy feliz, pero es cierto que me he estancado por tratar de tener su atención.-
-Entonces ya sabes lo que tienes que hacer, tu corazón es el único que puede decirte lo que debes hacer y estoy seguro de que él ya lo sabe.- dijo el hombre, ¿a qué se refería?
-Mi niña, ¿qué piensas de lo que has vivido con este chico?- me preguntó la mujer.
Yo me quedé pensando por un segundo, estaba completamente anonadada, solo venían recuerdos felices a mi cabeza, solo podía ver a ese dichoso hombre mientras sonreía, pero a la vez con ese su mal genio que tanto me divierte.
Nunca lo había visto de esa manera...
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Fuutarou Uesugi, te amo. Te amo con todo mi corazón.
Lo siento hermana, no me rendiré, no todavía, aún tengo cosas que arreglar con Uesugi-san
Te amo por cómo haces que las estrellas brillen más.
Tú eres la luz de mi vida, eres mi cielo estrellado.
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Emm, hola, a quién sea que siga leyendo esta cosa, ha pasado mucho tiempo, muchísimo más del que me hubiera gustado, pero realmente por mucho tiempo olvidé esta plataforma.
Realmente me hace feliz saber que a pesar de todo, aún disfruto de hacer esto, me da tranquilidad y me ayuda a distraerme de tanto que tengo en la cabeza.
No puedo venir y prometer que el próximo saldrá rápido, pero al menos les aseguro que aún sigo vivo, sigo aquí.
En fin, una disculpa enorme por tardarme tanto, la vida no ha sido muy gentil conmigo jaja, gracias a todos los que siguen aquí.
Un fuerte abrazo a todos.
Fin de la transmisión.
-Writer_Bryan
(Como he disfrutado escribir sobre ellas, son unas bellezas).
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