Página 3. Complicaciones
Debemos enfrentarnos a la incógnita que plantea si las visiones de Beyond eran reales o producto de su trastorno mental. El expediente médico, testigo mudo de sus delirios, no hace más que intensificar el enigma que rodea su salud mental. ¿Eran aquellas experiencias fruto de la realidad distorsionada por su psique atormentada? O, por el contrario, ¿se trataba de alucinaciones provocadas por alguna perturbación más profunda?
No hay respuestas claras, y el misterio se profundiza al cuestionar la veracidad de la relación entre Beyond y el rey shinigami. ¿Fue real la experiencia que Beyond afirma haber vivido, o acaso fue una manifestación de su propia demencia? La idea de un ser de ultratumba engendrando un vástago con una humana resulta difícil de aceptar para cualquier mente racional. Sin embargo, al haber pasado un tiempo desde estos eventos, tal vez lo más sensato sea relegar estas preguntas a un segundo plano, reconociendo la incomprensibilidad de tales acontecimientos.
Ahora, dirigiendo nuestra atención al curso de los hechos, ¿qué más nos depara este relato enmarañado y retorcido? No obstante, antes de desentrañar nuevos capítulos de esta enigmática narrativa, permitidme plantearos un par de interrogantes. ¿Acaso nuestras propias percepciones de la realidad no son, en ocasiones, tan fugaces y ambiguas como las visiones de Beyond? ¿no nos vemos atrapados en un eterno juego de sombras, donde la línea que separa lo tangible de lo ilusorio se desdibuja?
Quiero decir. ¿A veces no sobre pensamos las cosas? ¿no creamos hipótesis y teorías locas en nuestra cabeza que son de todo menos ciertas? El ser humano es fascinante y aún me sigo preguntando como es posible que sea capaz de quedarse traumado con experiencias vividas que marcarán decisiones futuras. Es algo que nunca comprenderé ya que yo siempre he sido de vivirlo todo a mi manera y tomar las decisiones que siempre he querido. Considero que esa es la verdadera libertad, no dejar que ningún trauma del pasado te tome por sorpresa y fije un rumbo, ya sean respuestas o decisiones cruciales. Eso es para mí ser libre y ser un yo real y verdadero, pero la sociedad está llena de humanos débiles que no son capaces de tomar decisiones sin tener que pensar en traumas del pasado, por eso mismo, nunca seré capaz de empatizar con mucha gente. Imagino que esa es la maldición de ser un superdotado. Que eres raro de cojones.
Ahora, regresemos al peculiar escenario donde las alianzas y rivalidades se entretejen con el manto oscuro de la intriga. Mientras Mello y Near han forjado un pacto sutil, compartiendo el mismo destino en apariencia, pero divergiendo en sus caminos individuales, el futuro se torna incierto. Las piezas se mueven en el tablero, y el juego de caza entre Kira y sus perseguidores adquiere una nueva dimensión.
Mello, con su inquebrantable determinación, se embarca en la búsqueda de los Death Note, decidido a arrebatarle a Kira la herramienta de su poder mortífero. Su rumbo es incierto, pero su objetivo es cristalino: capturar al portador de la muerte y desentrañar el enigma que envuelve al cuaderno letal.
Por otro lado, Near, con su enigmática serenidad, se sumerge en la ardua tarea de desvelar la identidad de Kira. Su enfoque meticuloso y analítico parece desentrañar los hilos del misterio, pero, ¿qué secretos oculta en las sombras?
Ambos, guiados por objetivos distintos pero conectados por la sombra alargada de L, se adentran en un juego mortal donde las estrategias, la astucia y la voluntad se entretejen. ¿Quién se alzará victorioso en este ajedrez macabro?
Y así, mientras el telón de esta tragedia se levanta una vez más, nos enfrentamos a un mar de incertidumbre, donde cada paso, cada elección, puede llevarnos más cerca de la verdad o sumirnos en las profundidades de la oscuridad.
Ahora, os invito a sumergiros de nuevo en este relato enigmático, donde las sombras susurran secretos y la verdad aguarda entre los pliegues de la realidad. ¿Qué deparará el destino a nuestros protagonistas? La respuesta, aún envuelta en nebulosas, aguarda su revelación en el devenir de los sucesos que están por acontecer.
¿Qué quiere decir eso?
Que se va a liar la de Dios.
Así que mientras nuestros dos detectives intentan desbaratar los planes de Kira, y el nombrado está junto con B, intentando desbaratar de una manera falsa los planes de Kira...
La inescrupulosa oscuridad de la noche parecía haberse vuelto cómplice de la macabra escena que se desplegaba en el interior del camión de basura. El sonido pesado del cuerpo sin vida resonó como un ominoso tambor, despertando la curiosidad del conductor, quien, guiado por una extraña fascinación, decidió detenerse y explorar el origen de aquel inquietante estruendo.
Descendió de la cabina del camión y ascendió hacia la sección donde la basura caía con estrépito. Una vez allí, la luz intermitente de las farolas reveló ante sus ojos una bolsa que sobresalía entre los desechos. Intrigado y a la vez atemorizado, abrió cautelosamente el receptáculo que contenía un horror indescriptible.
—¡A-AAAH!
El grito escapó de sus labios cuando se encontró con la visión grotesca de un cadáver desmembrado, sus extremidades amputadas y su rostro desfigurado por cicatrices crueles. La escena, envuelta en el hedor nauseabundo de la basura, dejó al camionero tambaleándose, tropezando con desperdicios mientras trataba de asimilar la atrocidad que se presentaba ante él.
—¡N-No puede ser...! —susurró, atónito ante la brutalidad del crimen. El cadáver yacía como un testimonio mudo de la violencia infligida, con su rostro despojado de toda humanidad, desafiando la cordura misma.
—¡P-POLICÍAAAAA! —exclamó, su voz rasgando la quietud nocturna mientras la urgencia y el horror se mezclaban en su llamado desesperado. Era evidente que el basurero se encontraba ante un enigma macabro que requeriría la intervención inmediata de las autoridades.
En ese instante, el telón se levantaba para una nueva pesadilla en la ciudad, y los engranajes del destino comenzaban a girar, marcando el inicio de un capítulo siniestro en la persecución de Kira.
**
—Así que... A 10 manzanas de aquí han encontrado un cadáver completamente magullado... —expresaba Aizawa, visiblemente sorprendido.
—¿Quién podría ser capaz de cometer tal atrocidad? —indagaba Soichiro, consternado.
—¿Podría ver las fotografías, papá? —solicitó Light.
—No estoy seguro, hijo... Es muy fuerte. ¿Podrás soportarlo?
—Por supuesto, papá, entrégame las fotos.
Soichiro le entregó las imágenes del cadáver maltratado a Light.
—Mghj...
A pesar de conocer la identidad de la víctima y ser consciente de quién había perpetrado esta macabra escena para volver irreconocible a L, ver las fotografías aún afectaba a Light. Aunque el plan era desfigurar completamente el cuerpo y alejarlo para evitar sospechas sobre la verdadera identidad de L, la crudeza de la realidad impactaba incluso al experimentado Kira.
—¿Qué opinas, Ryuusaki? —interrogó Aizawa.
—¡Debemos tomar medidas! ¿No es así? —añadió Matsuda.
Light frunció el ceño, observando a Beyond deleitándose con una fresa. Este momento era crucial para determinar si Beyond era un hábil impostor de L y colaborador de Kira. Debía demostrar una capacidad excepcional para mentir y parecer el verdadero L.
—Es evidente que la persona responsable de este... homicidio es un psicópata despiadado. —saboreó su fresa con chocolate sin mancharse, tragó y pausó brevemente antes de continuar. —Sin embargo, debemos dejar este caso en manos de los demás agentes de la policía. Nosotros nos enfocamos en el caso Kira, y considerando que ya nos encontramos bastante desorientados, creo que lo más sensato es permitir que otros lo investiguen.
Light ocultó su sonrisa, reconociendo que Beyond había ejecutado su papel de manera impecable, según el estándar que L habría exigido.
—Ahh... Estoy de acuerdo con Ryuusaki.
Soichiro asintió, y todos dirigieron sus miradas hacia él, excepto Beyond.
—Nosotros nos enfocaremos en el caso Kira.
—Gracias.
Todos observaron a Beyond.
—Sigamos, entonces.
Y así, la ficticia investigación del caso Kira continuó, con la maquinaria de mentiras y engaños dirigida por Kira y Beyond avanzando con astucia y determinación.
**
—Muy bien, con extrema precaución...
La autopsia estaba siendo llevada a cabo por los más diestros forenses del departamento.
—Al parecer... Las lesiones externas no fueron determinantes en la causa de la muerte.
—No se observan señales de estrangulamiento en la región del cuello.
—Entonces, ¿cuál pudo ser el factor causal?
—¿Qué es esto?
Lo extrajo cuidadosamente.
—¡E-Eh!?
—¿¡Qué significa esto!?
**
—Ahhh...
Ide repasaba el informe del cadáver.
—Causa de la muerte... —se extrañó considerablemente al leerlo. —¿Un ataque al corazón?
—Sí, los forenses han concluido que fue un ataque al corazón. Hemos intentado reconstruir sus rasgos faciales y lo hemos logrado.
Las fotografías con el rostro de L fueron develadas, y Ide las observó. Al nunca haber conocido a L en persona, ya que se marchó justo antes de conocerlo, no pudo identificar de quién era la cara.
—¿Lo han buscado en...?
—Sí. Lo hemos buscado en todas las bases de datos, especialmente en las de criminales, pensando que podría haber sido Kira el responsable de la víctima.
—¿Y qué han encontrado?
—Nada. Ni en la base de datos de criminales ni en ninguna otra. No aparece ni en el registro civil.
—¿Cómo es eso posible? —preguntó Ide, sorprendido. —No puedo creerlo. ¿Este tipo no era nadie?
—Exacto. Es un Don Nadie. La víctima misteriosa.
—¿Pero fue Kira? —preguntó Ide, y el tipo encogió los hombros.
—¿Cómo Kira sabía que este tipo era un criminal si no aparece en ninguna base de datos? —cuestionó. Ide asintió, comprendiendo la situación.
—Bueno, no importa. —siguió hojeando las páginas. —Eh, ¿Qué es esto?
—Oh... Sí. —se levantó de su silla y se acercó para señalarle la fotografía. —Encontramos un dispositivo que detectaba si su corazón dejaba de latir en su interior. No tenemos ni idea de cómo lo introdujo, pero debe de estar conectado a un receptor. Hemos intentado rastrear la señal del receptor, pero no hemos encontrado nada, así que o la señal está muy encriptada o han destruido el receptor.
—Entiendo... —Ide tragó saliva. —Así que tenemos a una víctima completamente desconocida, sin conocer la manera en que fue asesinada y el motivo. ¿Me equivoco?
—Sí. Falleció a causa de un ataque al corazón. Eso al menos lo sabemos.
—Ya, pero... ¿Alguna sustancia venenosa o...?
Negó con la cabeza.
—No hay sustancias en su cuerpo. Aparte de un alto nivel de azúcar, no hemos encontrado nada.
Ide asintió.
—Ahh... Estamos en aprietos.
—Sí, lo estamos.
**
—¡JAJA! Mira Troy, lee esta noticia. ¡Es desternillante!
—A ver... ¡Pásamela!
Le lanzó el periódico y lo cogió.
—¡AH... AH, AH, HA, AAAAHHH!
Mientras leían la nueva noticia del periódico, una pelea se mantenía en aquella guarida para ver quién era el nuevo reclutado.
—Es increíble eh... ¿Asi que una víctima misteriosa?
—Así es. "Don Nadie" le llaman.
—Vaya... Es muy curioso.
—Sí. No se sabe si ha sido Kira o...
—¿Qué has dicho?
—¿¡Hm!?
Miraron al frente. Su pelea había concluido. El rubio había salido vencedor, y como recompensa, ahora será reclutado para aquella mafia japonesa.
—Pásame eso.
Hablando con despotismo, Frankie, el líder, le miró con mala cara.
—¡Mira chaval! Está muy bien que tengas los huevos en tu sitio... —sonrió. —Pero imagino que los querrás conservar... ¿Me equivoco? —preguntó sonriente.
—Pásame, el periódico. —repitió.
—¡JAJA! ¡Los tiene bien puestos eh!
—Sí...
Le pasó el periódico.
"Muere una víctima de ataque al corazón completamente magullada. Apodado "Don Nadie" ya que no figura ni en el registro civil. Hace poco, en la calle Kawaguchi, ha sido descubierto en un contenedor de basura una víctima sin ojos, y sin pelo, con las extremidades amputadas, y cicatrices en todo su cuerpo. Se desconoce el motivo del asesinato y la identidad de la víctima, pero se ha encontrado un aparato extraño que detectaba ataques al corazón en el caso de que esto sucediera, extraño ya que aparenta una persona joven, además que..."
Y la noticia seguía.
—Hmmm... —murmuró.
A Mello esto le sonaba raro. Algo fallaba ahí. Algo... Algo no estaba bien. Algo no parecía estar en su sitio, había algo que... Que no... Que no...
—¡Bah!
Lanzó el periódico, y Frankie gruñó.
—¡MMMGHJ!
—¡JAJA! —se rio el otro.
Mello había conseguido encontrar a esta mafia formada por japoneses en Inglaterra, los cuáles emigraron para seguir aquí con sus fraudulentos negocios. Mello había hecho el pacto con Near de no desvelar su método para conseguir el cuaderno, pero el rubio ya tiene un plan, pero tal y como acordó con Near, no actuarían hasta pasado mucho tiempo, ya que debían planear bien sus estrategias.
Veamos que tal le va a nuestro amigo cabezón.
**
—Encantado de conocerle, Near. Nos han informado de que usted es uno de los herederos de L.
—No solo soy uno de sus sucesores, sino que el actual L me ha designado como el futuro L. —mintió, tal y como había acordado con Mello. —Pero pueden llamarme N.
—Es un placer, N. Mi nombre es Lidner. —explicó la agente rubia que se encontraba junto a ellos.
—Igualmente.
—Yo me llamo Gevanni.
—Y yo Rester.
—Dentro de unos años, serán mis asistentes, pero tengo entendido que también habrá más agentes trabajando en colaboración conmigo en el caso...
—Así es. —confirmó Rester. —Contaremos con la colaboración de agentes del FBI y la CIA para detener a Kira.
—Sí... Lo que no termino de entender es por qué, siendo usted sucesor de L, trabaja sin conexión directa con él. —comunicó Gevanni su duda.
—Eso no puedo decírselo aún, pero lo sabrá en su debido momento...
—Ah... Entendido...
—Bueno, nos vemos.
—Sí.
Los agentes abandonaron la habitación de Near. Desde afuera, me acerqué y sonreí.
—Vaya, parece que lo tienes todo muy bien planeado, ¿eh?
—No es asunto tuyo, Matt. Si me disculpas, tengo que continuar investigando el caso Kira.
—Por supuesto, sigue... No vaya a ser que explotes.
Y me marché.
**
—Ryuusaki.
Beyond se erigió en la penumbra de la habitación, enfundándose su camiseta blanca, agradecido de no haberse despojado de las lentillas negras.
—Debo comunicarle mi inquietud acerca de una reciente noticia... Ya sabe, la del cadáver sin nombre.
—Oh, sí. —dibujó una agradable sonrisa al rememorar el apodo otorgado a la víctima. —"Don Nadie", ¿cierto?
—Sí... Eso es.
—Hmmm...
—Recuerdo que... En la noticia... Mencionaban que habían hallado un artefacto para detectar si su corazón se detenía, similar al que usted porta, señor.
—¿Ah, sí?... —inquirió, encaminándose hacia el cajón contiguo a su cama. —Creo intuir lo que me estás comunicando...— extrajo su cuchillo del cajón y lo resguardó entre sus prendas.
—¿Sí?
—Sí.
Se aproximó a Watari, extendiéndole los brazos.
—La verdad, tú siempre me has comprendido cuando otros niños me golpeaban y se mofaban de mí.
Watari esbozó una sonrisa.
—Siempre he procurado respaldarle, Ryuusaki.
—Lo sé... —sonrió, aunque parecía una expresión sincera. —Por eso detesto hacer esto.
—¡A-...!
Rápidamente le tapó la boca mientras clavaba el cuchillo en lo más profundo de su estómago.
—No puedo prometer hacerlo indoloro... No podré controlarme...
Extrajo el cuchillo de Watari y lo soltó, dejándolo caer al suelo.
—B-B...
Intentaba articular palabras, pero no lograba concluirlas. Beyond se situó sobre Watari y comenzó a apuñalarlo en el centro del pecho mientras le obstruía la boca. La sangre manaba por toda la faz del asesino, ensuciando también las paredes. La limpieza de la habitación no constituía su preocupación en ese instante. Bueno, no era una preocupación en general, ya que siempre había sido meticuloso en ese aspecto; ahora solo anhelaba saborear el final del anciano. A pesar de que Watari había sido uno de los pocos que lo defendió y respaldó cuando era un niño apaleado en el orfanato, esto no mitigaba la deleite de Beyond, semejante a un niño en Navidad o a un adolescente cumpliendo un acto prohibido.
—¡Ah!
Y así, concluyó.
—B-Beyond...
Un susurro casi inaudible resonó en la estancia. Beyond Birthday lo escuchó y lo lamentó profundamente. Se levantó del suelo, contemplando sus manos ensangrentadas.
—Hoy era tu día... Lo supe desde el primer día en que te vi... Hoy... El siete de abril del dos mil tres. Hoy era tu muerte... —se tapó la cara ensangrentada, dejando al descubierto un solo ojo. —Lo que no sabía... Es que yo, iba a ser el causante de tu muerte.
Sonrió, satisfecho consigo mismo.
—Y ahora, tengo que concluir lo iniciado.
La oscuridad de su ser se reflejaba en su mirada, y su sonrisa malévola preludiaba más actos macabros en el horizonte.
En el mismo contenedor, ubicado a una distancia de diez manzanas del edificio de investigaciones, Beyond Birthday depositó el cadáver mutilado e irreconocible de Quillsh Wammy, más conocido como Watari. Este macabro acto tuvo lugar a las doce y media del día ocho de abril del dos mil tres. Acto seguido, procedió a eliminar meticulosamente todos los rastros de sangre que impregnaban la habitación, demostrando su destreza en la limpieza de las huellas de su siniestra obra. Posteriormente, se deshizo del arma homicida con la misma habilidad y discreción que caracterizaban sus acciones. La similitud macabra entre la escena del crimen actual y la del desafortunado L era innegable, aunque existía una diferencia fundamental que destacaba por su naturaleza sutil pero crucial. Mientras los forenses se esforzaban por reconstruir meticulosamente los rasgos faciales de L, una tarea imposible en el caso de Beyond Birthday, quien carecía de existencia legal reconocida, la realidad tomaba un giro más ominoso con el cadáver de Watari.
La astucia del asesino se reveló en la omisión calculada de la cabeza en el cuerpo entregado. Aunque la brutalidad del acto era comparable, la ausencia de la cabeza de Quillsh Wammy añadía un elemento de horror adicional, una declaración silenciosa de que el asesino comprendía las reglas del juego y podía maniobrar dentro de ellas con una destreza inquietante.
Mientras el equipo forense se enfrentaba a este nuevo desafío, la amenaza potencial de que imágenes del rostro de Watari fueran publicadas rondaba en el aire. A diferencia del enigma que rodeaba la identidad de L, Watari estaba registrado en el registro civil, lo que planteaba un riesgo aún mayor para la clandestinidad de Beyond. Este juego mortífero, tejido con mentiras y maquinaciones, dejaba una estela de intriga que se afianzaba en la oscuridad creciente del caso Kira.
**
Después de la impactante revelación de Beyond Birthday, el cual irrumpió sin previo aviso en la habitación de su "compañero" Light Yagami, alias Kira, la tensión en el ambiente se volvió palpable. Light, que se encontraba sumido en un sueño ligero, despertó con una expresión que reflejaba una mezcla de interés y cautela.
—Light... Light.
—¿Hm?
La voz de Beyond captó la atención de Kira, quien se acomodó para enfrentar lo que venía a continuación.
—¿Qué quieres?
—He tenido que eliminar a Watari.
Las palabras resonaron en la habitación, y Light se enderezó por completo, adoptando una postura más rígida mientras procesaba la información.
—Supongo que porque sospechaba algo.
—Así es. Al descubrir el artefacto del corazón de L, Watari comenzó a dudar de mi autenticidad como tal, por lo que no tuve más opción que asesinarlo.
—Espero que te hayas deshecho del cuerpo.
—Así es. En el mismo lugar y de la misma manera que el de L, pero esta vez, sin cabeza, para evitar la reconstrucción facial.
Light frunció el ceño ante la crudeza de la revelación.
—Estos asesinatos deben cesar, B. La policía podría considerarte un asesino en serie, y si descubren tu ubicación y tu conexión con L, tus sucesores...
—Shhhhht.
El gesto de Beyond silenció a Kira, y una sonrisa burlona se dibujó en el rostro del astuto sujeto.
—Yo no sigo tus órdenes. Eso es lo primero... Lo segundo, todo está bajo control. Jamás podrán descubrirme.
A pesar de los intentos de Light por mantener la calma, Beyond se retiró a su habitación, dejando a Kira con una sensación de inquietud.
—Ahora tocará informar que Watari ha debido marcharse por algún motivo... Quizás cuestiones de salud o familiares...
Negó para sí mismo.
—La verdad es que este individuo, Beyond, podría traerme más problemas que soluciones. Pero por ahora, no hay mucho que pueda hacer. Será mejor dejar que pase un tiempo antes de deshacerme de él por completo...
Con estas reflexiones, Light se encaminó a escribir nombres en el cuaderno de Misa Amane. Rem continuaba en algún lugar del plano astral, y Light sabía que debía mantenerla cerca ahora que él era el dueño del Death Note. Mientras tanto, Beyond tenía la capacidad de ver a Ryuk, ya que la hoja que utilizó para escribir no pertenecía al cuaderno de Misa, sino al original de Ryuk.
—Está completamente loco, ¿Eh que si? —mencionó el shinigami con una sonrisa amigable.
—Eso parece...
Negando con la cabeza, Light prosiguió con su camino hacia la construcción de su nuevo mundo, escribiendo nombres con determinación.
**
—Beyond Birthday. ¡Despierta!
—Ahhh...
Beyond abrió los ojos y se encontró con un shinigami completamente desconocido para él.
—¿Quién eres...?
—Soy Rem, la shinigami que alguna vez estuvo vinculado a la segunda Kira.
Beyond frunció el ceño, tratando de comprender la situación.
—Pronto, moriré. Planeo alejarme del mundo humano, y dado que Light Yagami es el propietario de mi antiguo cuaderno de muerte, debería quedarme a su lado. Pero no tengo intenciones de hacerlo; por lo tanto, enfrentaré mi propia muerte...
—Muy bien... ¿Y qué es lo que deseas?
—Quiero... ¡Que lo mates!
Beyond esbozó una sonrisa sardónica.
—No necesito hacer promesas a un shinigami vil. —exclamó levantándose con determinación. —Pero sí, acabaré con Kira. Todos conocerán a Beyond Birthday, el asesino que nunca pudieron capturar, demostrando ser superior no solo a L, sino incluso a Kira mismo. —sonrió, deleitándose con su propio discurso.
—...
—...
—Muy bien. Me retiro. Buena suerte...
—Hmmmmm... —Beyond sonrió de nuevo, mostrando sus afilados dientes de una manera impactante y violenta.
La habitación quedó sumida en un silencio tenso mientras Beyond Birthday contemplaba su próximo movimiento con una confianza imperturbable.
Ahora se inauguraba la fase más intrigante de la trama.
Lo que quiere decir que...
Ahora se viene una locura de cojones.
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