Prólogo:

Nada. Absolutamente nada. Una insondable oscuridad es todo lo que se puede verUna pequeña llama que emite una tenue luz se encuentra en la negrura. Una voz sale de la luz:

-... ¿Dónde es...?

- Estas en el Limbo - dice de repente alguien, interrumpiendo a la pequeña luz

-WAAAAH!!!! -grita asustada la diminuta voz.

-No hace falta que te exaltes de esa manera, siempre lo mismo con vosotros los mortales.

Al instante un fulgor aparece delante de la diminuta llama y provoca que toda la oscuridad se desvanezca y resulte en una inmensidad blanca. Del fulgor inicial se revela una silueta de color negro, con unas manchas blancas por ojos y de una complexión muy esbelta:

-Dime, ¿cual es tu nombre?- dice el ser.

-¿Mi nombre? La verdad es que yo también quisiera saber lo mismo...

- Así que no recuerdas nada. Ni siquiera el final

- ¿Final?¿ De qué?

- De tu vida

Capitulo 1

 Galthera, tierras muertas. Una figura está de pie leyendo un andrajoso documento:

- Alístate, es hora de trabajar.- dice rompiendo el silencio- Es hora de trabajar, el maestro ya ha dado los detalles.

- Bien. - responde una figura posada encima de una farola- Empezaba a aburrirme, cuéntame mas.

- Humano, varón, 1 metro y 80 cm de altura, lugar de defunción inminente Ighder.

-Perfecto pues.- dice la figura masculina al mismo tiempo que baja de un salto de la farola. Se muerde la muñeca con tal fuerza que empieza a sangrar; y de la herida empapa su palma, dibujando a continuación una equis en el suelo con un circulo al rededor- Nos vamos? Solo falta el conjuro.

La figura femenina que examinaba la documentación se posa en medio de el simbolo recién dibujado en el suelo y dice:

- Sat, ur, fel, lok...- después e unos segundos de silencio sigue- apertura

Una mancha de color negro azabache, aparece en el centro de las marcas del suelo, con una profundidad tan absoluta que mirarlo fijamente podría acabar enloqueciendo a los mortales promedio.

Ciudad de Ighder, capital del reino Esmerald, tierras medias. Media noche. En las calles ya no queda nadie salvo las ratas merodeando en busca de alimento, borrachos desventurados o idiotas y demás morralla que no teme un atraco sangriento.  

Un portal se abre en un callejón al que apenas llega la tenue luz de unas farolas con peor aspecto que un cadáver asaltado por hienas, aunque no es que alguien quisiera fijarse en el aspecto de las calles, repulsivos nidos de alimañas que comúnmente forman parte de los barrios bajos de las ciudades.

Las dos sombras se ponen en movimiento, de un salto se colocan en uno de los tejados para poder avistar mejor el panorama urbano. Uno de nuestros protagonistas observa entre la fina niebla un camino carmesí casi fantasmagórico.

- Según el informe no debería llegar muy lejos.

- Entonces vamos- contesta el otro - Cuanto antes terminemos mejor.

En un callejón de aspecto lamentable, detrás de un montón de cajas llenas de mugre y telarañas, yace moribundo en el suelo un hombre de aspecto andrajoso y vapuleado. Reacciona al sonido de unos pasos y, tan solo pensando en sobrevivir, pide auxilio a las personas que está oyendo pasar.

-¡Auxilio! ¡Auxilio, por favor! Cof, cof, cof.- grita un pobre hombre que de pobre poco tiene.

Los pasos se acercan y el hombre por fin logra avistar a dos individuos. El primero era esbelto, con el tronco desnudo y unos guantes ajustados, decorados con bordes dorados y plateados, que llegaban casi hasta sus  hombro; una bufanda negra que le tapaba un poco del mentó y unos pantalones, bastante holgados en la zona de las rodillas que se sujetaban con vendas a sus espinillas, no llevaba zapatos.

La otra figura era una joven de aspecto al mismo tiempo desaliñado y elegante, con un chaleco formal gris oscuro, una camisa con unas mangas que llegaban un poco mas abajo de las rodillas, y una capa con una capucha negras como al noche, pero las caras de los dos sujetos eran lo mas extraño, sobre todo el de la chica, sus ojos no tenían expresión y evocaban una frialdad inconmensurable, ademas tenia cicatrices cosidas bajo sus ojos con ojeras muy pronunciadas y una que iba desde su barbilla a su labio inferior.

Finalmente el hombre, sale de el corto trance en el que se encontraba y vuelve a repetir:

-¡Po... Por favor, necesi...!

-Callate.- dice la joven con una expresión fría como el hielo.

-¡Es que no ves que estoy...!- intenta decir el hombre antes de que de un increíblemente fuerte puñetazo le arranquen unos cuantos dientes al pobre desgraciado.- ¿¡Que demonios hacéis!?.

-Ha dicho que te calles.- responde el chico- ¿Es que no oyes lo que te dicen?

La chica se aclaró la garganta y leyó un libro que saco de su bolsillo:

- James Harm, el alba del tu camino ha llegado, como deber sagrado, es nuestro trabajo guiarte al otro lado. Por tus múltiples crímenes se te condena al purgatorio.

-¿¡ De que demonios estás hablando!?¡ Dejate de gilipolleces y ayudame!

En eso los dos individuos sacan sus armas, el chico dos dagas de color negro con ornamentos dorados alrededor de la empuñadura y en el reverso de la hoja ligeramente curva. La chica una guadaña enorme con el mango echo de huesos, con un cráneo en la parte superior, uniendo la cuchilla al mango:

-Despierta Gairaidth.- dice la chica al aire, mientras la victima se pregunta a si mismo a quien le habla.

-Al fin, hora de sesgar.

-¿A quien le toca esta vez?- responde otra voz.

-Yo me encargaré, Ban.

Es entonces cuando el pobre diablo tirado en el suelo comprende de donde vienen las voces. Son las armas. Entonces la usuaria de la guadaña apunta a a el hombre con la hoja de esta:

- Por favor... Tengo dinero, ¡puedo pagaros!- suplica el hombre que pronto será cadáver.

- Entonces...

 El hombre sonríe al pensar que va a aceptar su oferta.

- Paga con la vida, tu vida es mía.

Dicho esto al cara de la chica cambia de ser una impasible y helada mirada a ser la de un loco sádico y sonriente, que disfruta con la sangre; aparece alrededor de ella un aura de oscuridad tan profunda que casi aparece sólida.

La expresión de la victima cambia y antes siquiera de que pudiera intentar huir y gritar, antes de que los alaridos surgieran de su boca ya abierta, sin tan siquiera moverse:

-Atraviesa el velo.

Es entonces cuando el cuerpo del hombre se parte por la mitad tras un increíblemente rápido corte completamente limpio, dejando una linea carmesí en la pared, y un cadáver vació que a los ojos de la gente habría muerto por las múltiples puñaladas por las que estaba moribundo.

Los dos verdugos se retiran a través de otro portal volviendo a la entrada de Galthera, la ciudad del abismo. Otro día mas, otra vida segada. En la plaza no hay demasiada gente, los dos personajes hablan:

-...¿Qué?

- Tsk tsk, muy mal Limbo, debiste haber sido un poco mas... Tú.- le replicó el muchacho a la joven- Me esperaba algo mas de la Segadora Negra...

-Cállate Jackal. Sabes que no me gusta mostrar esa faceta de mi. Si no fuera por Gairaidth ni siquiera tendría esa personalidad.

- Claro, échale la culpa a tu death schyte- replicó Gairaidth, con una voz somnolienta- Podrías haber usado tus ojos para purgarlo, pero echale la culpa a la guadaña demoníaca...

- Menos mal que nosotros no tenemos esos problemas, ¿verdad Ban?

- Si pudiera te mataría, maldito pervertido.

- ¿¡Cómo que pervertido!? ¡Ya te dije que me equivoqué de baño!

- Como si no supieras que nuestras mentes están conectadas, se lo que piensas maldito imbécil.

- No hace falta que te metas conmigo, verdad que no Limbo, Gairaidh?

- Pervertido- contestan los dos al unísono.- 100%.

- Por eso la gente te conoce como "panty reaper".

-¿Por qué a mi...?

Tras despedirse, Limbo se retira para reportar la caza al gremio. Los humanos utilizan los gremios para ayudarse en diferentes trabajos que los mismos hacen; en Galthera, los gremios sirven para administrar las fases de la muerte.

Existen varios gremios, pero los principales eran el gremio de cazadores, life hunt, se dedican a recolectar las almas de los muertos, ellos rematan a una persona moribunda, aunque para el resto de gente las victimas mueren de manera normal (natural, heridas, enfermedades...): Luego tenemos el gremio de guiás; soul society, se encargan de guiar a las almas que les envían los cazadores al mas allá, al infierno o al purgatorio, la mas alta pena para un muerto. Por último tenemos al gremio de eruditos, dead wisdom, su trabajo es registrar a todas las almas que emprenden el camino a la otra vida, y encargan a los cazadores los trabajos a completar.

Solo hay un organismo por encima de estos tres gremios. El consejo de segadores de almas, formado por las deidades segadoras originales,

Limbo, la segadora negra, llegó al gremio y reportó su misión rápidamente para poder marcharse:

- Bueno Gairaidth, ¿que hacemos ahora?- preguntó a la guadaña- ¿Que te apetece hacer?

- La verdad es que un paseo por las tierras medias no estaría mal, amanecerá en unas horas, si nos vamos ahora usando la puerta norte probablemente lleguemos para algún mercado, ¡Y quizás veamos alguna ejecución publica!- dijo con una excitación probablemente poco sana – Si tuviera boca ahora mismo estaría babeando sin parar.

Limbo entonces miró a Gairaidth, la guadaña y ella tenían un pasado mutuo algo complejo, pero eso no tiene importancia en este momento, y Limbo preferiría olvidarlo durante un rato.

La segadora y su guadaña llegaron al templo de una de las 4 grandes puertas de Galthera,enormes puertas que conducían a los otros reinos, aunque los portadores de la muerte pudieran utilizar círculos mágicos para transportarse rápidamente, la ciudad no estaba completamente aislada (aunque solo unos pocos elegidos de entre los vivos podía entrar a la ciudad, aun así ni siquiera todas las razas conocían la verdadera naturaleza de los segadores, entre ellas los humanos) del resto del mundo.

De pronto Limbo se encontró, con una persona a la cual no podria decir que se alegraba de ver:

- ¿A donde vais, Limbo, Gairaidth?- preguntó un chico  de aspecto descuidado y algo mas alto que limbo, que lo miraba con esa mirada muerta que tenia – y espectadores por supuesto.

- No te importa Lack.

-Vaya, que borde, ¿No creéis que podría ser algo mas amable?

- Deja de hablar con quien quiera que tu cabeza crea que estas hablando.- dijo algo mosqueada- No tengo tiempo para juegos. Habla; ¿ que quieres?

- Bueno, solo quería decirte que el consejo dará un comunicado sobre nuestro trabajo y la planificación para el próximo ciclo. Y quería preguntarte...- Lack saltó entonces de la farola de donde estaba colgado - Si me dejarías acompañarte a donde vayas. Siempre es divertido ver que hacéis tú y Gairaidth.

A limbo no le gustaba Lack, siempre hacia cosas extrañas y decía hablar con la gente que les veía, a los que llamaba, "espectadores". Ademas, aunque todos sabían quien era, nadie sabia como llego a ser una parca. Los segadores son en su mayoría gente que al morir se quedo en este plano y se volvieron aprendices. Pero no hay registro alguno de la vida de Lack antes de ser heraldo de la muerte. Aunque todos tengan un registro exhaustivo..:

-¡Casi se me olvida! El maestro quería verte, parece que llegaran nuevos miembros pronto, puede que te toque ser un guía...

-Que fastidio... Lo dejaremos para otra vez pues, ¿de acuerdo Gairaidth?

-Novatos... Siempre tan molestos incluso cuando no han nacido. Encima tenemos que volver a subir hasta la parte alta de la ciudad...

-No culpes al maestro Void, culpa al autor.- le replicó el chico

- Mejor callate Lack.- dijo mosqueado Gairaidth – a no ser que quieras volver a ser descuartizado.

Tras despedirse Limbo y Gairaidth se dirigen hacia la sede del consejo para encontrarse con el maestro del gremio de cazadores, Void.

Sede del consejo de segadores, el maestro estaba esperando junto a los otros dos maestros de gremio. Limbo entró por la gran puerta de piedra adornada de oro vació, una variedad de color negro que solo se encuentra en la tierras muertas. El salón central del edificio era circular, con columnas gruesas y el capitel tallado de hueso:

-Por fin habéis llegado, que os ha tomado tanto tiempo?

Una figura trajeada,esbelta y muy alta se giró, cabello blanco puro entraba en mayor contraste a la "piel" negra del maestro, su nombre le iba de perlas, ya que prácticamente solo los ojos y cabello eran de otro color que no fuera negro. Iba vestido muy elegantemente, casi parecía un mayordomo. Finalmente Gairaidth responde:

- Ésta chica se mueve mas lento que un lorgar cojo.

- Quizás si no fueras tan pesado tardaríamos menos.

- ¿¡Me estas llamando gordo!?

- Deberías dejar de devorar almas una temporadita, últimamente te hartas .

-Suficiente, no os he convocado para que discutáis si Gairaidth está mas pesado de lo usual.

-Perdón.- dijeron al unisono Limbo y la death schyte.

Void se aclaró la garganta y prosiguió:

-Como ya sabréis por Lack, nuevas parcas llegaran de inmediato, no recibíamos a nuevos miembros desde hará unos 3000 años.

- Tampoco ha pasado tanto tiempo.

- El caso es que hemos decidido que seas instructor de un recluta, concretamente de un híbrido.

- Por favor dime que no es otro como Lack...

-Bueno, mejor te la presento para que podáis conoceros.- sugirió Void- Ya puedes venir Vala.

Entonces entró una chica, de aspecto puberto e inocente, caminando tímidamente y con algo de miedo al gran y brillante salón. Mientras mas observaba la sala mas aumentaba su incredulidad al ver algo tan bello:

-Ho-hola... Con permiso- dijo la chica tras un momento de silencio- En... ¿en donde...? ¿En donde estoy?

- Hola Vala, bienvenida a Galthera, ciudad de la muerte, soy Void, maestro del gremio de cazadores y esta es Limbo, será tu guía.

-¿Muerte? ¿Guia? ¿Qué es todo esto? Quiero irme... Quiero irme a casa- Dice la joven en tono tembloroso y con un miedo palpable en el rostro.

Limbo da entonces un paso al frente:

-Estás muerta, tú ya no tienes casa a la que volver, este es tu hogar ahora.

-Quizás eso ha sido algo cruel Limbo, dale tiempo para que lo asimile.

-¿Muerta? ¿Cómo que muerta? No, no, no, no puede ser

- Esta niña hace demasiadas preguntas, y si la desechamos y acabamos con esto?- dijo Gairaidth

-Guarda silencio, no la asustes mas de lo que ya está.- espetó Void abriendo su boca, al ser todo negro no se sabia muy bien lo que expresaba salvo por sus ojos, pero si algo le incordiaba usualmente abría una gran boca oscura- No sea que acabes en el desguace

Gairaidth guardó silencio con rapidez para que Void no se molestara aun más, daba miedo cuando estaba en un estado iracundo, mucho miedo.

-Vala, siento al rudeza de tus guias, pero es verdad, has muerto y ahora eres lo que los humanos llamáis, una emisaria de la muerte. Tras tu muerte tu alma ha sido traída de vuelta volviéndose una parca. Pero tu eres diferente, tu eres un híbrido, posees habilidades de las dos especies.

-Pero... eso significa que deberé matar a gente para siempre? Que me volveré una calavera que solo se ve por las noches y en sitios horrorosos?-ella seguía incrédula a semejantes declaraciones. 

-Oh, para nada, no se de donde habéis sacado esas conclusiones vosotros los mortales, nosotros podemos movernos por cualquier hora del día a hacer todo tipo de cosas, incluso a pasear, y pocos segadores son lo que catalogarías como esqueletos.

- Bueno, supongo que eso seria un alivio... Pero que pasa con mi vida, y mi familia?

-Verás, probablemente nunca vuelvas a verlos, ni en su muerte, sabemos que es duro que alguien coseche a su familia.

Tras una conversa para explicarle en que situación se encontraba y todo por lo que debería pasar hasta convertirse en una segadora de almas de pleno derecho, Vala comprendió que sucedía,y todo lo que a partir de ahora le aguardaría. Limbo se dio entonces la vuelta:

- Nos vamos ya, cuanto antes terminemos antes podremos ir de caza, ya te explicaremos como funciona todo esto- dijo Gairaidth que ya se estaba empezando impacientar después de un rato de charla- En marcha.

Vala siguió a Limbo para ir a conocer la ciudad, mientras que Libo finalmente pensaba:

-" La vida de la muerte es agotadora".