열셋 | 13
–De nada, aunque yo no he inventado nada.–dijo.–Todo lo que he dicho es verdad.
–¿Qué?.–preguntó con el ceño fruncido.–¿Qué quieres decir con eso?.
–Quiero decir lo que quiero decir.–se encogió de hombros.–Ah vaya, sigo teniendo hambre ¿Quedó algo más de comer?.
–No cambies el tema, Jimin.–dijo.–Quiero saber a qué te referías ¿Por qué dices que lo que acabas de decir es verdad?.–se acercó más a él, quedando a unos centímetros de distancia, el ángel de espaldas.–Explícate.
–Sabes, Yoongi.–habló aún sin girar a verlo.–El destino es increíble.
–¿Qué?.–preguntó confundido.
–El destino, es increíble.–dijo, girando para mirarlo finalmente.–Nunca pensé volver a verte...mi hermoso ángel.
–¿Ángel? ¿Volver a verme?.–cuestionó.–Jimin por favor, deja de jugar y explícame qué quieres decir.
–Aunque quisiera, no puedo explicártelo, bonito.–dijo mientras recorría un mechón de cabello de la frente del otro.–No quiero correr el riesgo.
–¿Correr el riesgo de qué? Jimin, por favor, no entiendo nada.–puchereo al no responder sus dudas.
–De perderte de nuevo.–dijo con seriedad, mirando directo a los ojos del otro. Un sonrojo y una mirada baja se hicieron presentes en el rostro de Yoongi, haciendo así, sonreír a Jimin.–Te prometo que te diré a qué me refiero, pero todo a su tiempo ¿Si?.
–E-está bien.
|•••|
–Sabía que habría mucha gente, pero nunca pensé que tanta...me quiero ir.
–Acabamos de llegar Jimin, no seas gruñón.–dijo.–Te divertirás, anda, vamos.–sonrió al ángel, haciéndolo rendirse.
–No es justo, cuando sonríes no me puedo negar a nada Yoongi.–se quejó con un puchero en los labios, el cual el pálido tocó con uno de sus dedos.
–Lo sé, por eso lo hago.–sonrió nuevamente.–Hay que darnos prisa, Taehyung y Hoseok nos están esperando en la fila para subir a la montaña rusa.
–¿Qué es una montaña rusa?.–preguntó.
–Yendo directo al punto...es una máquina de gritos y sufrimiento humano.–soltó un gran suspiro.–Debo de admitir que estoy preocupado por ti.
–¿Preocupado? ¿Por qué?.
–¿Recuerdas la película que vimos el otro día?.
–¿Destino final?.
–Exactamente esa ¿Recuerdas la escena de la montaña rusa?.–el ángel asintió aún sin entender.–Bueno, eso es lo que pasa a cada paseo que da el juego, si siguieras siendo un ángel podrías sobrevivir pero ahora no eres más que un simple humano.–dijo, acarició su hombro.–Te extrañaré.
Un escalofrío y una repentina sensación de pánico inundó al lindo ángel.–Yoongi, no quiero subir.–dijo preocupado.
–Oh Jimin, no podemos retratarnos, Taehyung y Hoseok ya han comprado los boletos...no hay marcha atrás.–dijo, empezando a arrastrarlo a la fila para llegar con sus amigos quienes eran los siguientes en subir.
–Vaya que tardaron.–reprochó Hoseok.–Pensé que no llegarían.
–Lo sentimos.–se disculpó, lo tomó del brazo y lo subió al carro del juego, sentándose junto a él.–Bien, buena suerte Jimin, Tae... diviértanse–dijo con una sonrisa a ambos chicos, haciendo palidecer a uno y dejando al otro confundido, al igual que a su amigo a un lado de él.
–¿A qué se debió ese malévolo "diviértanse"?.–preguntó divertido.
–Te explicaré luego.–dijo, al mismo tiempo que en el que el juego se ponía en marcha.
|•••|
–Estoy tan feliz de que no hayamos muerto.–dijo contento, la pareja lo miró confundido, mientras que el pálido chico desviaba la mirada.
–¿Morir? ¿Por qué habríamos de mori...Yoongi.–lo miró de manera acusadora–¿Qué fue lo que le dijiste?.
–La verdad.–dijo rápidamente.–Vamos a los otros juegos antes de comer, porque una vez que comamos no podremos subir a ningún otro.
–Está bien.–dijeron los tres chicos al unisono.
–¿Me vas a explicar por qué le dijiste eso a Jimin?.–preguntó Hoseok al estar ambos alejados de los otros.
–Simple.–dijo.–No debe de guárdame secretos.
–¿Esto es por un secreto? Sabes qué, olvídalo.–dijo divertido.–No has cambiado nada.
–Y no lo haré.–sonrió.
–¿Yoongi?.–dijo una voz a lo lejos.
Yoongi se giró, encontrándose con un rubio ya conocido.–¡Jackson!.–gritó corriendo a abrazarlo, siendo correspondido de inmediato.–Por Dios, cuánto tiempo.
–Lo sé, han sido cinco años sin vernos, sigues igual.
–Lo mismo digo de tí.–contestó con una sonrisa, un sonido interrumpió a ambos, sus amigos los estaban mirando.–Oh, lo siento.–se disculpó.–Ellos son mis amigos, Taehyung, Hoseok a quien ya conoces y Jimin.–los presentó, saludando así los mencionados al recién llegado.–Chicos, el es mi amigo Jackson.–dijo.–Fuimos compañeros en la universidad.
Los ahora cinco chicos se fueron a sentar a una de las mesas que tenía el parque de diversiones en el área de comidas.
La tarde se hizo amena ya que el chico rubio resultó ser muy amigable. Pasaron el día subiendo a la mayoría de los juegos del lugar, contando anécdotas y riendo de uno que otro chiste y recuerdo divertido que era dicho al azar, haciéndolos reír a carcajadas, ganándose en ocasiones las miradas de una que otra persona ahí presente.
Todo iba bien, a excepción de la mirada de uno de los chicos sobre el chico nuevo. La cual nadie notó.
–Bien chicos, me tengo que ir.–dijo.–Ha sido un día muy divertido, me la pasé de lo mejor con ustedes aunque lamento haber arruinado su día.
–Para nada hombre, me gustó volver a verte, espero que podamos volver a vernos algún otro día.–dijo Hoseok dando un abrazo de despedida al pelirrubio.
–Claro, me encantaría.–dijo.–Taehyung, Jimin, fue un gusto conocerlos.–dijo abrazándolos a ellos igualmente.–Y Yoongi, me encantó volver a verte, espero que sigamos en contacto.
–A mí igual, hay que hablar más seguido, aunque sea por mensaje ¿Si?.
–Claro.–sonrió.–Bien chicos, nos vemos luego.–se despidió finalmente, dejando el lugar.
–Ahora vuelvo, iré a comprar algo de beber.
Al ver que sus amigos ya no estaban mirándole, Jimin se fue a paso veloz detrás del rubio que hace unos minutos estaba con ellos.
Al haberlo alcanzado, lo tomó por uno de sus hombros, girándolo quedando ambos de frente.
–Vaya, sí que te habías tardado.–dijo.–Pensé que me habías olvidado.
–Nunca podría olvidarte, maldito.–dijo con un toque de fastidio.
–Awww, el pequeño Zeros no me ha olvidado, me siento halagado.
–Cállate.–gruñó.–¿Qué haces aquí y por qué conoces Yoongi? ¿Qué es lo que tramas?.
–¿Tramar? ¿Yo? Creo que yo soy el que debería de preguntarte eso ¿No lo crees, Jimin?.–dijo.–Tal parece que no aprendiste nada desde la última vez en la que estuviste con él.
–Lo que haga o no, no es de tu incumbencia, después de todo, esto es tu culpa.–dijo.–Si no fuera por ti, yo sería feliz con él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro