–¿Con quién hablabas?.–Jimin giró rápidamente para ver al dueño de aquella voz.

–¿Desde hace cuánto estás ahí? ¿Cuánto escuchaste?.–cuestionó.

Yoongi se encogió de hombros.–Hace unos pocos minutos y no escuché mucho realmente.–dijo.–Yo ya te contesté, ahora es tu turno.

–Bien, bien te lo diré.–dio unos pasos para quedar al lado del pálido.–Pero primero entremos, está empezando a helar.

Ambos chicos entraron a la sala del hogar, llenándose por el cálido ambiente que emanaba.

–¿Bien? ¿Entonces quién era esa persona?.

–Mi hermano.–dijo simple.

Yoongi se tensó.–¿V-vino por mí?.-en sus ojos comenzaron a aparecer unas cuantas lágrimas.–P-pero aún no ha pasado e-el m-mes.

Jimin se acercó a él y lo envolvió en un abrazo, dejando pequeñas caricias en su cabeza.–No, no viene por tí, no tienes que preocuparte por eso.–dijo.–Además...Yo nunca dije que mi hermano que vino era la muerte.

–Tienes razón, lo siento ¿Cuál de tus hermanos era?.

–La muerte.–Yoongi dio un leve golpe en su pecho, Jimin rió.–Ya...pero en serio era él.

–¿Y qué quería?.

–Solo quería hablar conmigo, asuntos...familiares.

–Entiendo.–asintió para por fin separarse de él.–Ven, vamos a cenar que tengo demasiada hambre.

–Claro.–se fue detrás de él hacía el comedor.–¿No esperaremos a Hoseok?.

–Claro, si quieres comer hasta la madrugada, adelante.

–¿Llegará tan tarde?.–preguntó confundido.

–No lo sé, pero presiento que sí.-tomó asiento en una de las sillas, el otro le imitó quedando frente a frente.–Después de todo fue a la casa de Taehyung.

–No pierden el tiempo.–dijo divertido.

–Nunca lo han perdido.–rió.

La cena continuó de la misma manera, con una charla amena en la cual Yoongi contaba una que otra anécdota divertida. Hasta que media hora después la puerta de la entrada se abrió dejando ver a un Hoseok que reclamaba el no haberlo esperado para comer, quién al final sólo se sentó sirviéndose un plato uniéndose a la conversación.

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Desde la parte de afuera se podía escuchar como discutían, no se sabía el porqué, ya que ninguno de los tres presentes se atrevía a entrar para descubrirlo.

Un grito más inundó los oídos de los presentes, se miraron los unos a los otros con los ojos redondeados por la sorpresa y ansiedad. Vaya que querían entrar para saber qué es lo que pasaba.

–Chicos, ya no lo soporto, voy a entrar.–dijo el más alto de los tres.

–Jefe, espere, no creo que sea buena idea interrumpir.

–Chanyeol, Jimin tiene razón.–dijo.–Tal vez lo mejor sea entrar hasta que uno de ellos salga...o no entrar nunca.–se encogió de hombros.

Chanyeol lo miró con el ceño fruncido, bufó.–Yo soy el jefe y puedo entrar cuando se me de la gana.

–Él también lo es.

–Pero yo soy el jefe mayoritario.–dijo victorioso, abrió la puerta de la oficina, sin embargo las voces no callaron. Carraspeó llamando la atención de los del lugar.–¿Se puede saber qué es lo que sucede aquí?.–fijó su vista en uno de los chicos.–Disculpa pero ¿Se puede saber quién eres y qué asuntos tienes aquí?.

–Chanyeol, él viene conmigo.–dijo Jungkook.

–Oh, ya veo ¿Un amigo tuyo?.

El chico rodó los ojos.–Mire, lo siento por hacer tanto escándalo pero déjeme aclararle lo que está pasando.–dijo.–En primer lugar no soy su amigo, soy su novio y en segundo lugar estoy aquí porque éste chico es un tremendo imbécil.

–Oye...

–Calla Jungkook, déjalo hablar.-volvió su atención hacia el chico.–¿Por qué dices eso?.–preguntó con intriga.

–Porque aunque está conmigo sigue obsesionado con su ex.–miró a los dos chicos que estaban detrás de Chanyeol.–Hola Yoongi.–saludó.

–Hola Yugyeom.–respondió divertido.

–Ahora Jungkook, deja de ser un imbécil inmaduro y compórtate como un hombre.–dijo.–Yo sé que viniste aquí solo para conseguir a Yoongi de nuevo.–Jungkook desvió la mirada.–Discúlpate.

–¿Disculparme por qué?.–dijo en un bufido.

–Porque yo sé que tus formas de "conquistar" no son las mejores.–bajo la mirada, suspiró.–Yoongi hyung, si este terco no quiere, yo lo haré.–dijo, se acercó a él.–Lo siento, siento todo lo que hayas tenido que pasar, no solo ahora sino desde antes.–miró al pálido, sus ojos tristes.–Yo...no quería que nada de esto pasara, no sabía que ustedes eran pareja y lo arruiné, arruiné todo.

Yoongi tomó su hombro y lo miró a los ojos.–Yugyeom, no es tu culpa...las cosas pasan por una razón y estoy agradecido de que aquello haya pasado, créeme.

–¿Podrías perdonarme?.

–Ya te había perdonado desde hace mucho.–lo abrazó.–Pero al imbécil de Jungkook todavía no.–ambos rieron.

Dieron fin al abrazo y Yugyeom se dirigió a Chanyeol.–Señor quería preguntarle si podría darle el resto del día libre a Jungkook.

–Claro.–le sonrió.–Jungkook, sal de aquí.–el nombrado le miró sorprendido.–Tú y tu novio deben arreglar las cosas de la manera correcta, anda, tienes el día de hoy y mañana libres.

–Gracias.–dijo Yugyeom, jaló a Jungkook del brazo y ambos salieron del lugar.

–No entendí nada de lo que pasó.–habló finalmente Jimin. Yoongi y Chanyeol rieron.

–Luego te explico.–dijo dando una palmada en su espalda.

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–¿¡En serio!?.–gritaron Hoseok y Taehyung al unisono.

–Sí, en serio.–dijo.–Y dejen de gritar, harán que me duela la cabeza.

–Que bueno que Yugyeom y tú hicieron las pases, aunque no puedo decir lo mismo de Jungkook.–dijo Taehyung en un suspiro.–Y creer que al principio era tan lindo.–Hoseok lo miró con el ceño fruncido.–Pero no tan lindo como tú mi amor.

–Mas te vale Tae.–dio un beso a la punta de su nariz, rieron.

–Ugh, dejen de ser tan cariñosos, me dará diabetes.–se quejó.

–Vamos Yoongi, no seas aguafiestas.–dijo Hoseok.–Mejor hagan lo mismo Jimin y tú y así nos ahorramos las molestias.

–Pero qué buena idea.–dijo sarcástico, arrojo una almohada al rostro de su amigo.

–Ahora entiendo lo que ocurrió en la oficina.–dijo Jimin haciendo a todos girar a mirarlo.

–Oh, así que Jimin estaba ahí.–dijo Taehyung.–No te preocupes Jimin, tu camino ya está finalmente libre, tú y Yoongi pueden ser felices y comer perdices.

Yoongi arrojó una segunda almohada al rostro del de sonrisa cuadrada.–¿Qué se supone que significa eso?.

Taehyung se encogió de hombros.–Mi abuelita lo decía.

Todos los presentes en la sala rieron. El ambiente en ese hogar se había vuelto más cálido gracias a los cuatro chicos que estaban ahí.

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–Déjalo por favor.–rogó.

–No Jin, ya te dije que él regresará aquí, a donde pertenece.

La muerte se encontraba entre las ardientes llamas del infierno, frente a él se encontraba un trono, el trono que más ha odiado en toda su existencia.

Seokjin suspiró.–No permitiré que le hagas daño, ni a él ni al chico que está a su lado.

–No es necesario.–dijo poniéndose de pie, se miraba tan amenazante que hizo a la muerte dar un paso atrás al verlo acercarse.–Yo no tengo que hacer nada porque él solo llegará a mí.–dijo acercando su rostro al del otro.–Él vendrá a mí de una u otra forma y ni siquiera tú lo vas a poder impedir.

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Los leo luego ♥️