dear my love ♡
"Hasta el día de hoy todavía te extraño y te extraño, hasta el día de hoy sigo rodeado de los recuerdos de nosotros juntos. si te hubiera atrapado ese día, no. Si te hubiera detenido ese día, hasta el día de hoy, ¿Seguiríamos siendo amigos? ¿Cómo sería?"
— Le robé esta bebida a mi padre. — susurró el pelinegro, adentrándose por completo a la habitación del pelicastaño, quien observaba con admiración la botella de soju que su mejor amigo había traído.
— Mis padres no te dejarán volver a entrar a nuestra casa por lo que resta del año si descubren que estás trayendo alcohol para emborracharme, Jung. — le advirtió en broma, colocándose de pie para dirigirse hacia la puerta y cerrarla con seguro.
— Lo sé, Kim, pero solo probaremos un vaso y luego si no nos gusta lo podremos botar por el inodoro. ¿qué dices? ¿te atreves?
— Eso ni se pregunta, Hoseok. — dijo más que convencido de sus palabras y emocionado con la idea de beber por primera vez a su corta edad de catorce años.
Aquella vez no lograron ni terminar medio vaso antes de escupir todo y encerrarse en el baño para quitarse el mal sabor de la boca. Hoseok se rio por la poca resistencia de su mejor amigo, pero apenas alcanzó a tomar un solo sorbo antes de salir corriendo hacia el cuarto de baño del pelicastaño para meterse una buena cantidad de pasta dentrifica a la boca, según él, para quitarse el sabor. Aquella noche dos chicos se reían de sus propias bromas y botaban lo que restaba del alcohol por el inodoro.
Pasaron muchos días para que ambos dejaran de hablar de ese tema y para que decidieran probar otra cosa que estuviera de moda hacer a su corta edad.
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— Se ve que no recuerdas lo que pasó la última vez que probamos esa cosa. — dijo un ya fastidiado Taehyung, quien solo observaba la botella de soju, que nuevamente había traído su amigo para celebrar que acababa de cumplir quince años.
— Esta vez solo probaremos un sorbo y lo haremos con más cuidado. — animó el mayor, convenciendo al final al cumpleañero.
Esa noche nuevamente se encerraron con seguro en la habitación de Taehyung y terminaron tosiendo por buen rato, para al final reír de sus ocurrencias.
Simplemente no podían enojarse con el otro y taehyung definitivamente no lo podía hacer con Hoseok, pues el chico era bueno, algo aventado, pero buen amigo después de todo.
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— Sé que le gustas a Kim Sunhye. — murmuró Taehyung, tratando de no sonar algo interesado en los rumores que había escuchado por los pasillos de la escuela.
Hoseok, quien se encontraba apoyado al lado de su casillero, tratando de abrir su coca, no le hizo ni el más mínimo de caso a su mejor amigo, pues todo el mundo sabía que Sunhye se moría por él, pero definitivamente él no gustaba de ella.
— ¡Hey, escúchame! — un golpe en su hombro lo sacó de su tarea principal y tras sonreírle a Taehyung, negó.
— ¿Qué quieres que te diga? ¿Que ella también me gusta? — Taehyung se encogió de hombros, sin saber qué responder en verdad.
— Puede ser, aunque eso depende de ti, Hoseok. — susurró, cerrando su casillero por completo y colgando su mochila en su hombro.
— Pues a mí no me gusta esa niñita. no me agradan las chicas que andan diciéndole a medio mundo que gustan de una persona, menos a esta.
— Tal vez solo quiere que tú la conquistes y no ser ella quien se confiese. — susurró Taehyung, más concentrado en la tarea de su amigo.
Hoseok seguía sin poder abrir su lata de coca y ya derrotado se la pasó a Taehyung, quien de inmediato sonrió y la abrió sin problema alguno.
— Solo necesitas tener algo de fuerza y la uña algo larga. — le dijo con orgullo, antes de entregarle la lata de coca ya abierta.
— Yo la aflojé. — dijo Hoseok, antes de sacarle la lengua. Taehyung solo rio y rodó los ojos.
— Eso es lo que tú crees. — contestó en un tono altanero.
Hoseok rio y siguió a su amigo a la parada de autobuses, en donde se encontraron a la tal Sunhye con un grupo de amigas. al parecer los estaban esperando.
Aquella tarde de abril una chica se le confesó a Hoseok y por primera vez Taehyung se sentía desplazado... se sentía muy fuera de lugar.
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— ¿Qué tal va la relación con Sunhye? — la pregunta surgió de la nada, pues solo estaban jugando videojuegos cuando Taehyung se atrevió a hablar algo que no tuviera que ver con matar a los alienígenas y ganar.
Hoseok solo se encogió de hombros, sin dar muchos detalles, pues iba más concentrado en avanzar de nivel.
— Quién iba a pensar que después de tanta insistencia por fin decidieras empezar una relación con ella. — dijo el menor, tratando de ahondar en el tema. Hoseok no lo vio de esa manera, pues estaba muy concentrado en su videojuego, hasta que finalmente perdió y se tiró para atrás, en la cama de Taehyung.
— No es la gran cosa, Taehyung. la vez pasada salimos al cine, luego a comer y finalmente la lleve a su casa, en donde me presentó oficialmente a sus padres. — dijo sin siquiera mostrar emoción.
— Su padre debió de salir con una escopeta apenas se enteró que tú tenías dieciséis años y que su pequeña niña apenas iba a cumplir quince dentro de unos días. — Taehyung rio, aunque en verdad no sintiera ganas de burlarse de su amigo. Hoseok sí rio con ganas y jalando para atrás a su amigo lo hizo caer en la cama, a su lado.
— ¡Ya verás niño malcriado! — gritó mientras se posicionaba encima para hacerle cosquillas.
Taehyung comenzó a reír con más ganas y a pedir piedad, pues estaba a punto de hacerse pipí en los pantalones, pero ni aún así Hoseok lo dejó libre, no hasta que por lo menos TaeHyung lo empujó fuera de la cama y salió corriendo de la habitación, empezando así con una persecución por toda la casa.
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— Vi que recibiste muchos chocolates y cartas este día blanco, Taehyung. — le molestó Hoseok, riendo al ver que la mayoría de cartas eran de chicos de grados más altos. — al parecer le gustas mucho a MinHo, quien no ha escatimado en gastos al comprarte esa caja de chocolates negros.
Taehyung rodó los ojos y finalmente se lo pasó a su amigo, quienes gustoso comenzó a comer como si no hubiera probado bocado alguno en días.
— Eres un cerdo, Hoseok. — susurró el pelicastaño, antes de empujar a su amigo, quien seguía devorando los dulces. — pero al parecer un cerdo muy apuesto, porque mira nomás cuántas cartas te dieron, mujeriego — rio al ver la bolsa llena de cartas que llevaba su menor amigo.
— Todas son de Sunhye y una que otra es de una de sus amigas. — dijo como si nada. Taehyung abrió sus ojos en par y robándole la bolsa, tomó de una de las cartas, abriéndola y leyendo los tan puros sentimientos de la novia de su amigo.
— Sunhye es una buena chica, hoseok. — susurró, cerrando la carta una vez que terminó. — por qué no la presentas a tu familia, ya llevan casi un año saliendo y sigues sin oficiliazarla.
— Está bien, mami, lo haré. — dijo riendo al final, al ver la expresión llena de indignación que puso Taehyung.
— Es enserio, Hoseok, esa chica te ama demasiado como para presentarte a sus padres y amigos, y tú no haces nada más que fingir una sonrisa y-
— La voy a terminar, Tae. — dijo rápidamente, para callar a su amigo.
— ¿Qué?
— Lo que escuchas Taehyung, la voy a terminar porque estoy cansado de ella, me gustaba, sí, pero jamás pensé en casarme o algo tan serio como eso.
— ¿Ella te ha hablado de matrimonio?
— Claro, hace unos días, cuando le dije que llevábamos mucho tiempo juntos y que deberíamos hacer cosas de parejas adultas y no de niños.
— ¿Te refieres a tener sexo? — preguntó un tanto alarmado.
— Claro, se lo propuse, pero ella me dijo que no iba a tener sexo hasta que cumpliera la mayoría de edad y se casara con un hombre decente, que según ella, soy yo.
— Va a cumplir dieciséis años, Hoseok, no puedes presionarla tanto.
— Igualmente pienso terminarla, Tae. ella no me gusta tanto como para esperarla y creo que nunca me gustó lo suficiente como para iniciar una relación.
Taehyung asintió, aunque en su mente se preguntaba por el cambio, un tanto repentino, de su amigo, pues antes jamás se comportó mal con una mujer.
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— ¡Sabía que te gustaba alguien! ¡Lo sabía! — le emoción embargaba aun más a Taehyung que al propio Hoseok, quien le había confesado hace unos minutos atrás, después de haber terminado de soplar las velas de su torta número dieciocho, que gustaba de alguien.— Ahora dime quién es, Hoseok. ¿Es una chica muy bonita? ¿Has pensando en lo que te dije y quieres regresar con Sunhye?
Hoseok de inmediato hizo una mueca de asco, riendo tras recibir un almohadón en la cara.
— No es ella. — dijo poco después de lanzarle la almohada a Taehyung, quien olvidó la pelea de almohadas, para así iniciar un interrogatorio que daría con la afortunada.
— ¿Entonces quién es? dime quién es, prometo no decírselo a nadie. — Taehyung estaba tan emocionado por saber de la susodicha, que en ningún momento se percató del tipo de mirada que le entregaba Hoseok.
Esa noche Taehyung interrogó a Hoseok hasta el cansancio, teniendo como pistas que la persona que se había ganado su corazón tenía el cabello castaño y muy suave, los ojos algo grandes y una contextura delgada, muy envidiable para cualquier mujer.
Taehyung ni siquiera tenía idea que aquella noche, en la cual Hoseok se quedó a dormir, este no cerró sus ojos durante toda la noche y todo por verlo a él dormir y soltar alguno que otro ronquido.
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— ¿Cómo es eso de que piensas irte a Seúl para hacer tu sueño realidad? ¿Acaso no tienes idea de que le harás mucha falta a tus padres, a tus hermanos... a mí? — Hoseok se encontraba con los ojos llenos de lágrimas y con las ganas de patear a su mejor amigo.
— Hoseok, pensé que tú serías el primero en apoyarme y decirme que vendría conmigo a seúl para cumplir nuestro sueño juntos. — susurró el pelicastaño, temiendo de que sus padres lo oyeran discutir con su mejor amigo.
— Mi sueño es quedarnos aquí y seguir siendo los mejores amigos de siempre. — dijo con total enojo el pelinegro, para luego salir corriendo de la habitación del pelicastaño.
Ya diecinueve años, cada uno, con sueños muy iguales y diferentes a la vez, con facciones algo maduras y con muchas decisiones que tomar.
Taehyung quería ser cantante y actor, aunque todo a su paso, mientras Hoseok solo quería quedarse a su lado para siempre. ambos sabían que sus caminos se iban a separar en un punto, pero nunca pensaron que sería en ese momento, que sería tan rápido y cruel.
— Cariño, vi a Hoseok correr hacia el auto de sus padres, ¿sucedió algo entre ustedes? — preguntó su madre, desde el umbral de la puerta. Taehyung negó. — entonces baja, que los señora Jung ya quieren empezar con el viaje doble familiar.
La emoción de su madre era contagiosa y no la podía culpar, pues él también se encontraba emocionado de viajar, por última vez, al lado de su familia y la familia Jung, o así fue minutos antes, pues la discusión que tuvo con Hoseok había arruinado el ambiente.
Solo esperaba que en las playas no se comportara como un niño y decidiera finalmente apoyarlo.
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— ¡Hey, yo también quiero lanzar piedras al mar! — trató de sonar animado al pararse al lado de Hoseok, este lo miró apenas antes de seguir lanzando piedras al mar. Taehyung suspiró. — Hoseok, necesitamos hablar, por favor.
— No tengo nada de qué hablar contigo. — dijo el pelinegro, sin verlo.
— Claro que sí, necesito tu apoyo para esto, amigo, necesito de ti, Hoseok. Tú eres la única persona de la que necesito para seguir adelante y sobre todo, para no caerme.
Hoseok lo miró, algo dudoso, pero al final suspiró y asintió, acercándose a su amigo y abrazándolo.
— Te amo Taehyung, no me dejes. — susurró, temeroso de perder a su mejor amigo, a su hermano... a la persona de la que estaba enamorado.
— Yo también te amo, hermano, pero déjame cumplir mi sueño.
Hoseok se separó, le sonrió y finalmente asintió, llorando, pero lo hizo. Esa noche en la playa Taehyung consoló a Hoseok, lo abrazó, le dio muchos besos en la frente y finalmente fueron a dormir juntos, abrazándose muy fuerte al momento de acostarse.
Había pasado mucho desde la última vez que habían dormido juntos y sus cuerpos se extrañaban demasiado.
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— Yo digo que te lleves la chaqueta de cuero que te hace ver tan sexy. — bromeó el pelinegro recibiendo un golpe en el pecho de parte de su amigo.
— Ya deja de decir eso, Hoseok, me sonrojo.
— Sí, lo sé, eres un tomatito. — se volvió a burlar el pelinegro. Taehyung lo acompañó esta vez.
— Sigue empacando, idiota, que necesito llegar al aeropuerto dentro de tres horas.
— Tres horas es suficiente para nosotros, Taehyung.
— ¡Sí, claro, lo dice el chico que llegó tarde a todas las clases de nuestro último año!
— ¡Hey, pude haber llegado tarde, pero me gradué con honores y ahora entraré a la universidad! — le reprochó, con la intención de convencerlo de quedarse.
— Ya sabes que no me quedaré, Hoseok, no tienes porqué seguir hablando de esa forma, además ahora que empezaré a trabajar podré llevarte a comer.
Hoseok rio sin ganas, pues lo que realmente quería era que su amigo se quedara, no una cena.
— Qué bueno que te aceptaron en la primera, TaeTae. — dijo esta vez con mucha sinceridad. — estoy orgulloso de ti y sé que tus padres también lo están.
Taehyung se detuvo, miró a su amigo y finalmente lo abrazó, susurrándole millones de gracias durante el abrazo.
— Te voy a extrañar mucho, Hoseok, pero nunca olvides que te amo cómo no tienes idea y de que en mí siempre tendrás un hermano.
Hoseok asintió, limpiando las lágrimas que recorrieron sus mejillas.
Ese día Hoseok fue a despedirlo al aeropuerto, sin saber que esa sería la última vez que se verían y hablarían.
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— ¡Taehyung, más a la izquierda por favor y con más fuerza! — el grito del profesor sacó de sus ensoñaciones al joven de ya veintiún años, quien sonrió, algo avergonzado por haber fallado en la coreografía. — ¡Un descanso de cinco minutos y luego todos a la pista, chicos!
El profesor se retiró a tomar un poco de agua, al igual que él y sus compañeros, quienes le golpearon levemente la espalda para animarlo.
— Si sigues así pensaré que SeokJin es mejor que tú, Taehyung. — bromeó JiMin, recibiendo una mirada de muerte del susodicho.
— Y claro que lo es. — dijo YoonGi, el único rapero del grupo, quien como siempre defendía a SeokJin de todos los ataques que los maknaes podían hacerle.
— Gracias YoonGi, pero todo el mundo aquí sabe que soy un buen bailarín. — les sacó la lengua a los menores, quienes rieron ante la infantil defensa.
Taehyung rio, mientras se abrazaba a JiMin, quien iba por su tercera botella de agua del día.
— Estás adelgazando muy rápido, Jiminnie. — susurró SeokJin, haciendo una observación que era muy clara.
JiMin iba a contestar, pero el profesor los llamó y tuvieron que dejar de lado los problemas alimenticios que padecía el más bajito del grupo para centrarse en la coreografía de la canción con la que debutarían.
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— Vi las miraditas que NamJoon y tú se dieron en la presentación. ¿Están en algo? — la pregunta de JiMin llegó de la nada o tal vez no, pues nuevamente Taehyung lo había escuchado vomitar.
— Ya sabes que no tenemos nada, solo me invitó algunas veces a tomar café, pero nada de otro mundo. Solo hablamos de nuestras profesiones y se acabó. — trató de ser cortante, pero no pudo, pues desde que había conocido al moreno no había dejado de pensar en él.
— ¡Oh, vamos, Taehyung, ya tienes veinticuatro años! debes divertirte y salir con algunos hombres.
Taehyung frunció sus labios, sin saber qué decir en verdad, pues desde que debutó había descubierto que gustaba de los chicos y no precisamente de las chicas. Había sido algo difícil mantenerse al margen cada vez que algún chico apuesto se colocaba a su lado, pero supo disimularlo bien.
— Tendré la edad, pero no estoy preparado para salir con un hombre cómo NamJoon.
— No te niegues la oportunidad de amar, Taehyung, no seas como SeokJin.
— ¿Qué tiene que ver SeokJin en todo esto? — preguntó, sabiendo por donde iba la cosa.
— Tú bien lo sabes. Rechazó a YoonGi, un chico muy bueno y que lo amaba demasiado, para irse con una tipa que solo está enamorada de los números en su cuenta y no de su rostro o sus sentimientos.
Quiso darle la contra a JiMin, pero no pudo, pues tenía razón. Su hermano mayor había rechazado a YoonGi solo porque no se creía gay y ahora la estaba pasando muy mal al lado de una chica totalmente superficial. Sin embargo, cada uno hace su camino y Taehyung creía que cada uno recibe lo que cosecha, así que nadie podía quejarse ahora de lo que le tocaba
Taehyung no se quejaba de las consecuencias de sus actos y suponía que SeokJin tampoco.
— Así que yo digo que lo intentes. tal vez NamJoon y tú logran complementarse y ser más que amigos que se invitan cafés. — se burló el más pequeño, recibiendo un almohadón de parte de su mejor amigo.
— Tal vez, lo pensaré. — susurró, riendo a la par que JiMin, sin embargo, el momento alegre se acabó cuando el teléfono de Taehyung sonó. JiMin continuó con lo que estaba haciendo y le dio el espacio a Taehyung para contestar, pues pensaba que se trataba de NamJoon. — Sí, claro que los recuerdo... — susurró el ya pelirubio, un poco más interesado en las palabras de la señora Jung.
— ¿Quién es? ¿Tu futuro novio, esposo y padre de tus hijos? — comenzó a burlarse JiMin, recibiendo una mirada fría de parte de su mejor amigo, entonces supo que debía de callarse, pues esto tenía algo más de serio.
— Está bien, estaré ahí lo más pronto posible... — susurró antes de cortar la llamada y soltar un suspiro hondo.
— ¿Qué pasó? ¿Tu hermano está bien? — preguntó JiMin, totalmente preocupado por la llamada que recibió su amigo.
— Sí, él está bien, solo... ¿conoces la delegación de seúl?
JiMin frunció su ceño, algo confundido por la repentina pregunta de su mejor amigo. — No, la verdad que no, pero podemos buscarlo en el mapa y luego si quieres te puedo acompañar.
Taehyung asintió, agradeciendo la ayuda brindada por JiMin, pues estaba completamente seguro de que ni podría ni mover bien las manos de la impresión.
Esa noche Taehyung encontró la tan bendita delegación y cuando JiMin le propuso acompañarlo, este se negó, alegando que el tema era muy personal, demasiado personal.
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Taehyung frunció sus labios al estar frente a la delegación, tratando de ahogar el sollozo que quería salir de sus labios. no quería estar ahí y no precisamente por vergüenza, sino porque jamás pensó pisar una delegación con el objetivo de visitar a alguien tan importante como Hoseok.
Luego de colocarse las gafas, como su empresa le había indicado que lo hiciera, entró.
— ¡Taehyung! — el grito desesperado de la señora jung y sus brazos alrededor de sus hombros lo derrumbaron por completo. taehyung lloró al lado de la señora Jung, quien insistía en que Hoseok era inocente y que todo era una injusticia.
Taehyung quiso creer en las palabras de la señora jung, pero cuando preguntó por el padre de su mejor amigo, esta le dijo que el señor Jung no creía en su hijo y que lo abandonó apenas le informaron que estaba a puertas de un juicio.
— Quiero ver a jung Hoseok. — pidió al oficial de turno, este lo miró de pies a cabeza, como reconociéndolo.
— No crean que lo van a salvar, el chico fue arrestado por posesión de drogas y eso ya es un delito demasiado grave.
El pelirubio se colocó las gafas negras nuevamente, pues lo que menos quería era que Hoseok lo viera con los ojos rojos y con algunas lágrimas saliendo de estos.
— Tienes visita, Jung. — avisó el policía, llamado la atención del que era su mejor amigo. Taehyung se mantuvo al lado del hombre, mientras reconocía el rostro maduro y somnoliento de la persona que lo acompañó y apoyó a lo largo de su adolescencia. — Solo les daré diez minutos.
Hoseok apenas lo miró supo de quién se trataba. Sin embargo, no sonrió y tampoco se acercó lo suficiente, solo se quedó sentado en el colchón de aquella apestosa celda.
— Hola... — susurró el pelirubio, sin saber cómo iniciar.
Hoseok rio, sin ganas de hacerlo en verdad y por fin se colocó de pie, caminando de esa forma hacia los barrotes de aquella celda que lo separaba de Taehyung.
— Hola Taehyung. — contestó con una sonrisa, que parecía querer esconder su terror y vergüenza.
— Prometo sacarte de esta, Hoseok. — tomó su mano, que sujetaba uno de los barrotes de la celda y trató de transmitirle algo de esperanza, aunque no hubiera mucha. — voy a contratar al mejor abogado que defienda tu caso y c-cuando menos lo pienses, estarás de re-
— No lo hagas, Taehyung. — lo interrumpió. — merezco estar en esta celda y creo que también voy a merecer estar algunos años encerrado.
— No digas eso, Hoseok, enserio te ayu-
— No me arrepiento. — susurró de repente, interrumpiendo nuevamente al pelirubio. — no me arrepiento de todo lo que hice y consumí, Taehyung, así que no malgastes tu dinero en mí. — alejó su mano del tacto del pelirubio y regresó a su sitio. — ahora vete y dile a mi madre que no se aparezca en mi juicio.
Taehyung tuvo tantas ganas de gritarle, de golpearlo hasta hacerlo entrar en razón, aunque sea quería hacerle entender que su madre estaba demasiado preocupada por él, sin embargo, Hoseok no parecía ni mostrar alguna pizca de arrepentimiento o de sufrimiento.
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— Gracias por todo, NamJoon. — susurró, escondiéndose nuevamente detrás de las gafas negras.
— No tienes que agradecer, Taehyung, sabes que siempre voy a estar aquí para cuando me necesites, además Kang estaba gustoso de participar en este juicio.
Por más que NamJoon le sonrió, tratando de reconfortarlo y tal vez, hacerle olvidar por un momento que Hoseok había sido declarado culpable, Taehyung no pudo, no pudo ni siquiera ver a la madre de su amigo, pues se sentía totalmente responsable.
— ¿No quieres que te lleve a tu departamento? — preguntó NamJoon, algo esperanzado en que el pelirubio aceptara.
— Mejor vamos por un café. — contestó, tratando de sonreír.
— Todo saldrá bien, Taehyung. — intentó nuevamente el moreno, rodeando con uno de sus brazos al pelirubio. — Hoseok saldrá dentro de cuatro años y ten por seguro que se recuperará. Lo ayudaremos.
Taehyung sonrió apenas y finalmente se dejó guiar por NamJoon hasta su auto.
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Comenzó a mover su pie involuntariamente y por el nerviosismo que sentía al estar fuera de la penitenciaría de Seúl, incluso se arregló unas cuantas veces y trató de verse presentable para ese momento.
Habían transcurrido cuatro años y aunque lo había visitado cada vez que podía y en fechas especiales, sabía que este momento sería muy especial... para ambos.
Las puertas se abrieron, un oficial salió primero y luego él, siendo custodiado por otros dos oficiales, a quienes escuchó perfectamente decirle que no lo querían volver a ver por ahí. Taehyung también rogaba por eso.
Hoseok no se asombró de ver a Taehyung esperando por él a su salida, ni siquiera se asombró de que el joven estuviera más feliz que él por este día.
— Hola. — dijo con pocas ganas de hablar y de ver a su amigo. Taehyung lo abrazó de inmediato y comenzó a sollozar, mientras le pedía que nunca se volviera a ir de su lado. Hoseok también quiso llorar al escucharlo, pero simplemente se mantuvo firme y lo empujó. — n-no me gustan los abrazos, Taehyung.
— Al parecer ahí dentro los vuelven algo bruscos. — trató de bromear el nuevamente pelicastaño.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó con total rencor.
Taehyung se sintió pequeño ante la pregunta, pero se recompuso y sonrió. — sé que hoy día salias y quería llevarte a comer. ¿Qué tal si luego de comer vamos por tu pasaje a Gwangju y ves a tus padres, sé que a tu madre le gustaría-
— ¿Por qué no mejor me llevas a un buen club y me das algo de dinero para hacer algunas compras?
— ¿Q-qué? ¿A qué te r-refie-
— ¿No quisieras probarlo? sé que la vida de idol es cansada y muchos lo usan para sentirse un poco más relajados, así que puedes utilizarlo también. Yo te ayudaré a consu-
Taehyung sollozó, alejándose por completo de Hoseok, negando con la cabeza y viéndolo como si se tratara de un monstruo y no del chico con el que había crecido.
— ¡Oh, vamos, Taehyung! solo será un poco, además puedes dejarlo.
— N-no vas a cambiar, ¿cierto?
Hoseok frunció su ceño y acomodando la pequeña mochila en su hombro, negó. — encontré un mundo mejor cuando te fuiste y eso nadie lo va a cambiar, Taehyung, menos tú.
El pelicastaño miró con algo de lastima a su mejor amigo y por más que trató de convencerse de que dentro de esa cáscara sin sentimientos se escondía el chico frágil y alegre que conoció, no pudo. no había nada de su Hoseok, el que tanto quería.
— Me tengo que ir, Hoseok. — susurró con mucho dolor. — Y-yo en verdad esperaba encontrar a mi mejor amigo, pero veo que no es posible.
— Te deseo felicidad en tu matrimonio, Taehyung. — dijo de la nada, sin siquiera mirarlo. Taehyung se detuvo, algo sorprendido. — no creas que no me di cuenta del anillo de compromiso en tu dedo anular... ¿Es el muñeco de torta que te acompañó el día de juicio, cierto?
Taehyung bajó la mirada, comenzando a jugar con el anillo en su dedo.
— N-no es un muñeco de torta, Hoseok, y creo que deberías tenerle algo de-
— ¿Crees que debo estar agradecido de que su abogado haya logrado reducir mi condena? no pienses que lo estaré, Taehyung, no soy malagradecido, pero tampoco soy condescendiente con la persona que lo único que quería era quedarse contigo. No puedo agradecerle a la persona que se llevó al amor de mi vida.
El pelicastaño se sorprendió de la confesión, pero finalmente sonrió. — yo también te amaba, Hoseok, no solo eras mi mejor amigo, también eras el primer hombre que amé con mucha intensidad.
Hoseok sonrió por igual al escucharlo, pero no se movió de su sitio y Taehyung tampoco tuvo la intención de acercarse.
— Te deseo lo mejor, Taehyung. — susurró el pelinegro, para finalmente dar media vuelta y caminar del lado contrario a donde se encontraba, hasta ese momento, su mejor amigo.
— Adiós Hoseok. — susurró el pelicastaño, para seguir su camino.
Habían ocurrido tantas cosas en los últimos cuatro años, desde el encierro de Hoseok, Taehyung había encontrado refugio en los brazos de NamJoon, descubriendo que el hombre no solo era una persona culta, también lleno de sentimientos y buenas intenciones. Había sido muy díficil, pero NamJoon logró ganarse su corazón y aunque muchas veces pensó en Hoseok, terminó olvidándolo con los pequeños detalles que su, ahora, prometido tenía con él. sí, se iba a casar, no fue fácil aceptar, pero lo hizo porque descubrió que en verdad amaba a namjoon y que Hoseok se había convertido en su primer amor, ese que nunca se olvida y que inconscientemente se busca tener con alguna otra persona, pero que no se puede.
Su primer amor lo había marcado, al igual que a Hoseok, quien en vez de aferrarse al recuerdo de Taehyung, se aferró a las drogas, a lo más fácil y viable que encontró en ese momento. había tratado de salir, lo intentó muchas veces, pero no lo logró y cuando su padre se enteró no hizo nada más que despreciarlo, por lo que no dudo ningún segundo en viajar hacia Seúl, en busca de Taehyung... en busca de una ayuda que no encontró, pues en vez de buscarlo, lo único que hizo fue buscar el primer club y comprar drogas con los pocos ahorros que tenía. Hoseok amaba a Taehyung, pero no lo suficiente como para recapacitar, pues ni siquiera en las constantes visitas que tuvo, se dio el tiempo de saber sobre sus días o quizás, de contarle todo el infierno que vivía dentro de esas cuatro paredes. Jamás cruzaron palabras más allá del: te traje esto, espero que estés bien y te extraño.
[♡♡]
Recuerdo vagamente haber subido este oneshot a mi cuenta hace mucho tiempo, pero no sé por qué razón no la encontraba, ni siquiera en mis borradores, por lo cual y felizmente lo busqué y encontré en mi carpeta de archivos.
Lo vuelvo a resubir porque en verdad es una bonita y triste historia. ꒰⑅ᵕ༚ᵕ꒱˖♡
Se aclara que con esta historia NO estoy promoviendo el consumo de sustancias ilícitas, eso es malo, beibis. Por favor cuiden su salud.
Por otra parte, espero que les hayas gustado la historia tanto como a mí me gustó escribirla.
Nos vemos (´∩。• ᵕ •。∩')
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