Aurelia salió de la oficina de Dumbledore después de haber exhibido los recuerdos de Bob ogden que visitó la casa del gaunt para arrestar a morfin gaunt, hermano de merope.

Harry caminaba al lado de la chica mientras sus cejas se arrugaban como si estuviera en un pensamiento profundo.

—¿Harry?—aurelia preguntó, colocando su mano sobre su hombro.

—¿eh? —el gryffindor volvió a la tierra, mirando a aurelia, que tenía una mirada confusa en su cara.

—¿Está todo bien?—aurelia preguntó, sacando su mano y dejándola caer sobre su costado.

—Sí, nos vemos mañana.—dijo Harry, deteniéndose y empezando a caminar en dirección a la sala común de Gryffindor.

—¡buenas noches!.—Aurelia grito, despidiéndose ligeramente mientras veía a Harry desaparecia en la oscuridad.

La hufflepuff se retiró a su sala común, sus ojos se cerraban debido a la falta de sueño. Las pesadillas que tenía no la dejaban dormir, manteniéndola despierta en las horas más oscuras.

Soltando un bostezo, aurelia entró en la sala común después de tocar los barriles al ritmo de Helena hufflepuff. pocos estudiantes estaban descansando en la sala común, algunos dormidos sobre montones de libros mientras que otros estaban charlando felizmente.

Suspirando, aurelia estaba a punto de llegar a las escaleras de su dormitorio cuando fue detenida por un cierto hufflepuff que estaba siendo extremadamente amable con ella desde hace una semana.

—zach.—aurelia sonrió, tratando de no parecer desinteresada cuando en realidad lo estaba.

—¿estás bien? te ves cansada.—Zacharias frunció el ceño, apoyándose en la pared.

—solo es falta de sueño, eso es todo. —respondió Aurelia, frotándose los ojos somnolientos.

—Oh, ve a dormir un poco. Buenas noches.—Sonrió Zacharias, enderezando su postura.

Con un ligero asentimiento con la cabeza y una sonrisa, Aurelia corrió arriba y abrió la puerta de su dormitorio para encontrar a Hannah y Susan riéndose de algo.

Las saludo con una sonrisa mientras entraba en el baño y se ponía su ropa cómoda. Una vez que lo hizo, los ojos de Aurelia cayeron sobre una caja grande que se guardaba en su mesa de noche que no había notado antes debido a la falta de sueño en su cuerpo.

tomando la caja de cartón en la mano, aurelia la volteó, buscando el nombre del propietario, pero cuando no consiguió nada, decidió abrirla.

Sintió un poco de movimiento a su alrededor y miró hacia arriba de la caja para encontrar a Hannah y Susan frente a ella con una sonrisa tímida en sus caras.

—¿es de ustedes?—cuestionó a aurelia, sosteniendo la caja.

—no. —las chicas hablaron al unísono.

—es para ti.—Susan añadió con un brillo de euforia flotando en sus ojos.

—¿para mi?—aurelia frunció el ceño, mirando hacia abajo la caja que ahora estaba descansando en su regazo. Nunca había recibido nada de nadie, excepto de su hermano o de los amigos de su hermano.

—sí.—Hannah se rió emocionada, incapaz de controlarse a sí misma el afán por descubrir lo que había dentro de la caja.
—¿quién me envió esto? —preguntó Aurelia, pasando los dedos por encima de la caja.

—zach.—Susan soltó haciendo que aurelia separara los labios en estado de shock. Nunca esperó que Zacharias le enviara algo, mucho menos sin un nombre.
—¡Se suponía que no debíamos decírselo!—Hannah gimió, abofeteándose la frente frustrada por la estupidez de su amiga.
—¡Oh, no me importa! —Susan puso los ojos en blanco— es tan dulce de su parte enviar algo para aurelia! ¡No puedo esperar a ver lo que hay dentro!

aurelia, que todavía estaba en el shock, se tragó el bulto que se formaba en su garganta.
Segundos después, una pequeña sonrisa apareció en sus labios y rápidamente quito la cinta adhesiva.

abriendo la caja, aurelia sonrió ampliamente al ramo de narcisos amarillos que yacía dentro de la caja con una nota en ella.

Aurelia agarró el ramo y lo sostuvo en sus
manos para que las dos chicas que se inclinaban un poco vieran lo que había dentro.

—¿flores? —Hannah jadeó, riendo un poco al final— eso es literalmente tan dulce! mi corazón no puede soportar esto.

—¡Cállate, estás emocionándote demasiado!—susan la regaño haciendo que aurelia se riera en voz baja ante su disputa —¡pero creo que vale la pena!

—Oh, también hay una carta de amor!—Hannah exclamó, agarrando el trozo de pergamino doblado dentro de la caja.

—lee—Susan insistió, saltando al lado de aurelia con una gran sonrisa en la cara.

Asintiendo con la cabeza, aurelia cogió el pergamino y lo desplegó para encontrar una frase grabada en él con una letra desordenada.

te he hecho mucho daño, pero ahora le haría daño a cualquiera por ti.

—por favor, eso es tan dulce. Lloraré.—dijo Hannah, fingiendo una lágrima y manteniendo su mano en su corazón.

Aurelia arrugó las cejas, claramente confundida por la repentina dulzura y el gusto del chico hacia ella.

—¿Por qué todo el mundo está siendo tan amable conmigo?—aurelia no pudo evitar hacer la pregunta, mirando hacia arriba para encontrar las miradas confusas de Hannah, —Quiero decir, nadie me hace un comentario sarcástico, ni nadie me mira de la manera en que lo solían ser. ¿Por qué de repente todo el mundo está actuando como si nunca hubiera pasado nada?

—Creo que es porque eres uno de los dos elegidos. Se han dado cuenta de que estaban equivocados al pensar que tu hermano estaba mintiendo con lo de ya sabes quién—
Susan admitió, moviendo sus pulgares.

—pero creemos que a Zach le gustas. Está loco por ti. —Hannah bromeó, tratando de aligerar la tensión que se arrastraba lentamente dentro de su dormitorio—nos estaba preguntando sobre tus gustos y disgustos. Casi nos molesta
hasta la muerte.

Aurelia dio una sonrisa incómoda, tratando de ocultar el rubor que subía por sus mejillas.

después de arreglar y mantener las flores, aurelia se acostó en su cama, con la esperanza de dormir un poco.

[...]

—Oh, no me gusta ese tipo, diablos, ni siquiera confío en él y decidiste ir a una cita con él.— Theodore puso los ojos en blanco, inclinándose en la pared de un pasillo donde se encontró con Aurelia, que tenía una enorme sonrisa en su cara. Al preguntarle por qué, Aurelia explicó cómo Zach estaba siendo amable con ella, enviándole flores y pidiéndole que lo acompañara a hogsemade el próximo fin de semana.

—no es una cita.— aurelia corrigió, su sonrisa se desvaneció —es solo una reunión de amigos.

—¿Estás segura de eso? —Theodore replicó, riendo amargamente haciendo a aurelia fruncir el ceño ante su reacción— confía en mí dorada, ese tipo tiene algo más en su cabeza.

—¿estás celoso? —aurelia preguntó haciendo que Theodore la mirara fijamente durante unos segundos.

—¿celoso de Smith? —Theodore dejó salir una risa burlona —nunca.

—Entonces, ¿por qué estás haciendo tanto alboroto? —aurelia frunció el ceño, cruzando los brazos por el pecho.

—de acuerdo, lo siento, tal vez realmente estoy haciendo un gran alboroto.—Theodore suspiró, alejando la vista de aurelia, que tenía cara aburrida—te hace feliz, ¿verdad?

Theodore giró la cabeza para mirar a Aurelia, que parecía sorprendida por la pregunta que acababa de hacer. Aurelia se rió torpemente, tratando de ocultar su rubor, pero ya era visible para Theodore.

Aurelia no respondió a la pregunta, pero Theodore sabía la respuesta.

Pero no se sentía triste por no ser él quien era la razón de ese rubor, estaba feliz de que al menos la gente estuviera siendo amable con ella. Eso es todo lo que quería.
Solo ver a Aurelia feliz.