Aurelia se sentó a la mesa hufflepuff con los ojos fijos en su libro mientras masticaba perezosamente el puré de papa. Levantó la cabeza cuando sintió la mirada incesante de alguien sobre sí misma.

No solo una, sino muchas personas miraban en su dirección y susurraban cosas a sus amigos.

Sintiéndose muy incómoda, Aurelia miró su libro. No pasaron ni unos minutos cuando Aurelia sintió un ligero toque en su hombro.

Volviendo a poner la cuchara en el plato, Aurelia se dio la vuelta para encontrar a Harry parado a su lado con una expresión desagradable en su rostro.

— necesitamos hablar.

— ¿Qué pasa? — Aurelia cuestionó, poniéndose de pie.

Sin decir una palabra, Harry arrastró a su hermana fuera del gran Comedor hacia un pasillo vacío donde el silencio envolvía toda la atmósfera como el rocío cubría todo un país en las mañanas frías.

— No me malinterpretes Aura, pero Hermione me dijo que te vieron saliendo con Theodore Nott — Dijo Harry, pero Aurelia sintió que la estaban acusando de hechos erróneos.

— ¿Es eso malo? — Aurelia le preguntó de nuevo.

— lo es — Harry asintió — ya sabes cómo trató de lastimarte-

— Harry ... — Aurelia suspiró con frustración — cuántas veces necesito decirte que no me hizo nada.

— Oh, bueno, está bien, pero ¿por qué de repente sale contigo? Ayer no le agradabas, te odiaba y ahora, de repente,...

— Es porque le ofrecí pasar el rato conmigo — Aurelia se encogió de hombros, como si no fuera gran cosa.

Harry miró a su hermana con incredulidad.

— ¿Le.pediste.a.theodore.que.pasará.el rato.contigo.? — Preguntó Harry dramáticamente, haciendo una pequeña pausa después de cada palabra.

— Sí, sólo una sesión de estudio. ¿Cuál es el problema? — Aurelia frunció el ceño, todavía confundida de por qué su hermano hacia un gran alboroto de un asunto tan normal.

— No tengo nada en su contra, pero no parece estar bien ... — Harry se calló, sin saber cómo explicar la verdadera razón.

— ¿No parece estar bien? — Aurelia se rió entre dientes — no está loco o enojado si eso es lo que piensas.

— Oh Dios, aura, eso no es lo que quiero decir — Harry puso los ojos en blanco, riendo al final.

— Solo estaba bromeando — Aurelia sonrió — y entiendo totalmente lo que estás tratando de decir, pero Harry no era que querías que fuera más abierta y tuviera al menos un amigo excepto tú? No le agrado a nadie Harry, no quieren estar conmigo, pero Theodore no es como los demás. Él es el único que me ha acompañado, que ha tenido el coraje de sentarse a mi lado, de pasar el rato conmigo.

Harry sintió millones de agujas perforando su piel, Su corazón sintió un dolor inconmensurable al escuchar palabras tan hirientes.

— uh ... lo entiendo — Harry gruñó y su voz se puso un poco temblorosa.

— No, no lo haces, pero está bien —Aurelia se encogió de hombros y sonrió.

— Lo siento.— Harry se disculpó por acusar a su hermana cuando ella no hizo nada que pudiera calificar como incorrecto.

— No es tu culpa Harry...— Aurelia sonrió, acariciando sus hombros levemente.

— Regresemos, no quiero que Ron y Hermione vengan a buscarme — Dijo Harry, olvidándose por completo del tema de Theodore.

Asintiendo, Aurelia regresó al gran salón, seguida de cerca por su hermano.

— Aura. — Dijo antes de separarse de su hermana — solo ten cuidado. No quiero que te lastimen.

Aurelia le dio una pequeña sonrisa con un leve asentimiento, indirectamente diciendo que ella estará bien y tendrá cuidado.

La hufflepuff se retiró a su lugar donde había dejado su libro, bolso y medio almuerzo. Terminándolo rápidamente, Aurelia metió todos los libros dentro de su bolso y miró a la mesa de Slytherin donde Draco Malfoy y sus matones daban vueltas alrededor de Theodore Nott.

— ¡No entiendo lo que ves en ella! — Draco movió la cabeza con desaprobación.

— No es que me vaya a casar con ella — Theodore puso los ojos en blanco antes de mirar a Draco — y haga lo que haga es mi vida y Soy libre de hacer lo que quiera.

Con eso, Theodore salió furioso del gran salón hacia la biblioteca ya que Aurelia y el se habían prometido encontrarse en la biblioteca todos los días.

Esperó horas a que llegara Aurelia, pero cuando ella no apareció, Theodore salió de la biblioteca con el corazón roto.

— ¡Theodore! — escuchó la voz que se moría por percibir.

Aurelia corrió hacia el chico que estaba radiante de alegría pero no dejó que ni un solo atisbo de la expresión se mostrara.

— ¿Dónde estabas? — Theodore preguntó lo que nunca pensó que le preguntaría a Aurelia.

— Lo siento, tuve que ponerme al día con la señorita McGonagall sobre los timos y cuando regresaba a la biblioteca, Harry me arrastró a la sala común de gryffindor porque necesitaba ayuda con su tarea — Aurelia se sintió mal por mentirle a Theodore pero no podía contarle sobre el ejército de Dumbledore.

— está bien — Dijo Theodore.

Aurelia sonrió y los dos se quedaron en silencio, sin saber cómo despedirse del día.

— ¿Nos vemos mañana?

— Debo irme.

Dijeron los dos en ese momento y se rieron entre dientes.

— Como mañana es fin de semana, estoy libre para que podamos vernos si quieres — Aurelia ofreció lo que provocó que Theodore se alegrara mentalmente.

— Sí, claro. Mañana sera — Theodore asintió.

— Bien, te veo mañana — Dijo Aurelia, despidiéndose antes de caminar hacia la torre hufflepuff.

Theodore se quedó en su lugar, mirando a la chica disolverse en la oscuridad como la sal se disuelve en el agua.

Después de que no pudo distinguir su presencia en la oscuridad, suspiró y se dirigió a la sala común de Slytherin.

Al entrar, se encontró con los ojos de todos sobre el, pero los ignoró, lo que hizo que volvieran a lo que estaban haciendo.

Theodore subió con cuidado las escaleras hacia su dormitorio.

Aunque los demás ignoraron por completo su presencia, Theodore se sintió feliz después de lo que parecieron siglos.

No se dio cuenta de que estaba bajando la guardia por alguien y ese alguien era Aurelia Potter.

[...]

Como prometió, Aurelia se dirigió a la biblioteca, su cabello caía en cascada sobre sus hombros y un entusiasmo brillante y chispeante se veía en sus orbes color avellana.

Aurelia se sorprendió al encontrar a Theodore ya sentado en una mesa, trabajando en su ensayo.

— Hola — dijo Aurelia antes de tomar asiento, muy cerca de Theodore.

El Sonrió genuinamente haciendo que Aurelia lo mirara fijamente por un momento. Esta fue la primera sonrisa real y genuina que recibió del chico.

— ¿Hay algo en mi cara? — Preguntó Theodore, tocándose las mejillas.

— No, como dije, es raro verte sonreír. — Aurelia respondió, riendo al final.

— Sí ... — Theodore dijo, sin saber qué decir a continuación, asi que se quedó callado.

— Oh, siempre he querido preguntarte algo — Dijo Aurelia, sacando su cuaderno de bocetos.

Ella hojeó hasta el último boceto que era de Theodore y lo mantuvo frente a él. — ¿Escribiste esto? — Preguntó, inclinándose más cerca para señalar el 'gracias dorada'

Theodore miró a Aurelia cuando un dulce y reconfortante olor a vainilla invadió su nariz.  Su cabello es como una droga en Theodore. 

— Theodore — Dijo Aurelia, devolviendo al chico a la tierra. 

— sí, quiero decir no, ¿por qué iba a escribir esto? — Theodore mintió y no tenía idea de por qué estaba mintiendo en lugar de aceptar el hecho de que era él. 

— Oh, pensé que tenías mi cuaderno de bocetos contigo, así que podrías haber-... De todos modos, podemos comparar con tu letra — Dijo Aurelia, intentando agarrar su ensayo, pero Theodore lo retiró. 

— ¿Por qué eres tan molesta? Bien, fui yo — Theodore gimió haciendo que Aurelia se riera por su comportamiento. 

— ¿Por qué estabas mintiendo? Sólo quería saber — Aurelia sonrió — ¿por qué lo escribiste?

— porque me gustó el boceto, quiero decir, por supuesto que soy yo, ¿no? — Theodore se rió torpemente — eso fue solo un gesto para agradecer.

— ¿Dorada? ¿Quién es dorada? — Aurelia pregunto haciendo que Theodore la mirara con incredulidad. 

— ¿No sabes que dorada es lo que significa tu nombre?— Theodore frunció el ceño. 

— Oh, lo sabía, solo quería escucharlo de ti. — Aurelia respondió, devolviendo su cuaderno de bocetos. 

Ella Definitivamente es única, pensó Theodore. 

— ¿te gusta?

— ¿qué?

— ¿dorada?

— Por supuesto, suena bonito.

— Entonces prepárate para tenerlo como tu apodo, dorada— Theodore sonrió. 

Este fue el segundo paso para romper los muros de Theodore, pero las dos almas no se dieron cuenta.