El reloj marca las 10 ya y para mi alivio Luke me dice en un susurro que dentro de poco tiempo nos tendremos que ir, cada vez que se acerca considerablemente a mí puedo percibir el aroma de su fragancia combinada con el poco alcohol que ingirió. Está bastante tranquilo, sereno y callado, a como prometió no me ha dejado sola en ningún minuto, lo cual me ha hecho sentir segura pues cada cosa que presencio estando en esta casa se me van haciendo raras.

Calum habla casi a gritos desde el otro extremo de la casa, va demasiado ebrio y al parecer Bárbara se ha aprovechado de aquello porque el moreno lleva un sombrero naranja en su cabeza y una bufanda neón enrollada en su cuello. Suelto pequeñas risas cuando él dice disparates. Luke a mí lado solo niega divertido.

Llevamos un buen rato sentados en unos de los sillones del interior, es una excusa para mí porque puedo acurrucarme junto a él.

—Suele hacer lo mismo cada vez —me dice Luke acercando su boca a mi oreja para que le pueda escuchar mejor, su aliento tibio me provoca escalofríos—. Calum es un mal bebedor.

— ¿Hay tal cosa como ser un buen bebedor? —cuestiono con una ceja alzada.

—No, pero estoy seguro que no actuamos como él.

Pongo los ojos en blanco con diversión y dirijo mi mirada hacia el moreno otra vez. Hay un chico jalándole del brazo para llevarle a la cocina, Calum solo se niega.

—Deberíamos irnos ya —vuelve a hablar el rubio, yo asiento. Ambos nos levantamos a la vez, pero al parecer Luke no se dirige hacia la puerta de salida porque me toma de la mano para halarme consigo hacia un pasillo casi oscuro—. Me despediré de Ashton —explica con simpleza.

Llegamos al tope y nos detenemos en una puerta de madera, Luke ni siquiera toca, la abre así sin más, lo que me hace retroceder y esconderme a sus espaldas.

Mis ojos no saben en qué detenerse, hay demasiadas cosas que llaman mi atención al mismo tiempo. La habitación es oscura, sus paredes están llenas de pósteres realmente extraños, pero hay uno que es desagradable para mí: una lámina de la cabeza de una cabra con cuernos, la famosa cabeza que desde pequeña me han enseñado que es símbolo de lo maligno.

Hay velas encendidas en los estantes y cuando mi mirada baja al suelo, todo este está cubierto de grafiti, garabatos ilegibles, pentagramas y cruces dibujadas a lo largo del espacio. Un gran escalofrío recorre todo mi cuerpo inmediatamente.

—Nos vamos ya —grita Luke y por primera vez mis ojos caen en Ashton, está sentado en una silla giratoria frente a una computadora, lleva cigarrillo en boca, provocando que una nube de humo habite sobre su cabeza.

Ashton nos escudriña y cuando su mirada cae en mí sus comisuras se elevan, sabe a la perfección que estoy espantada con su ambiente.

—Vale —musita a medias por culpa del cigarro.

Retrocedo hacia la salida, puesto que Luke hace lo mismo, me toma de la cintura para guiarme y cuando me giro por completo para dar hacia la pared que choca con la puerta de la habitación me quedo quieta al ver un cuadro colgado.

La fotografía resuena en mi cabeza con bulla, trato de recordar adónde la había visto antes a la vez que Luke cierra la puerta de una vez y nos quedamos en el pasillo, me acerco más al cuadro para verlo y entonces algo hace conexión en mi mente.

La historia de Luke en Instagram.

Estuvo aquí luego de que el culto del domingo terminase. Sé que no mintió respecto a que las alarmas de su casa sonaron porque escuché a mi madre hablar con la suya al respecto, pero algo claro está y es que seguramente luego de eso vino acá.

No debería de sorprenderme, ya que esto es algo que Luke frecuenta, después de todo, los que habitan aquí son, misteriosamente, sus amigos.

Decido no mencionar nada al respecto y me giro hacia él, quien me ve curioso.

— ¿Nos vamos? —pregunto, le tomo del brazo y esta vez soy yo quien nos jala hacia el exterior.

Una vez vamos en el auto, Luke procura manejar con cuidado, deteniéndose donde es debido y chequeando los ambos lados antes de arrancar. Mencionó que se sentía culpable por haber bebido sabiendo que era él quien manejaba.

Lucho conmigo misma para no sacar a colación lo que han visto mis ojos en aquella casa tan extraña, lo último que quiero es sonar prejuiciosa y que Luke se enoje conmigo por ese motivo (Otra vez).

—Ten, ponte esto —me dice a la vez que lleva una de sus manos hacia el asiento trasero y saca lo que creo es una chaqueta, la tomo y la examino mejor—. Opacará un poco cualquier olor que tengas encima, también deberías amarrarte el cabello.

Obedezco a lo que me dice, la chaqueta jeans toda deshilachada me queda nadando, pero cumple su función de cubrirme. Amarro mi cabello a cómo puedo con una cinta que traía en mi muñeca y cuando estoy lista, me dejo apoyar en el asiento, viendo hacia su dirección.

—Así que... —empiezo a hablar, muerdo el interior de mis mejillas, Luke me lanza una breve mirada—. ¿Qué es exactamente Ashton?

Percibo cómo el ceño de él se frunce ante mi pregunta.

— ¿A qué te refieres?

—Pues, ¿Qué hace?

Luke tarda en responder, hace un mohín y luego menea su cabeza lento, como si tratara de procesar y formular bien su respuesta.

—Ashton estudia Literatura en la universidad, de hecho es bastante inteligente, trabaja desde casa con algo referente a revisión de manuscritos, la verdad es que no sé muy bien cómo va todo ese rollo.

Estoy segura que mi rostro muestra una mueca de incredulidad, en mi cabeza Ashton y todo eso que ha dicho Luke no se relacionan en lo absoluto, se me hace imposible ver a Ashton en ese tipo de cosas. Sin embargo, eso no responde mi pregunta principal y sé que no la formulé a como era, quizás debí decir "¿Así que Ashton le va toda esa onda del satanismo y ocultismo y por eso tiene todas esas cosas en su habitación?"

—Vale, seré directa —espeto, sabiendo que ser directa nunca se me ha dado del todo bien—. ¿Por qué tiene todas esas cosas en su casa?

—Bueno, Juliette, yo qué sé, le gusta.

—Pero-

—Es su rollo, sus creencias y prácticas, no sé, no me meto con eso.

— ¿No te da... miedo?

—Al principio, luego ya no me importó.

"Y tampoco debería importarte a ti" dice una voz en mi cabeza.

—Vale, supongo que no debería de meterme.

Luke me da una mirada dulce, acerca una de sus manos hacia las mías y deja un suave apretón.

—Juliette, a veces hay ciertas cosas de las cuales es mejor no tener conocimiento.

Asiento y no tengo tiempo para darle vuelta a sus palabras porque hemos llegado a mi casa, las luces de afuera están prendidas, dándome a entender que mis padres están adentro esperando por mí y quizás eso me pone nerviosa.

—Quisiera acompañarte, pero sería poco prudente de mi parte correr el riesgo de que tu padre perciba el olor al alcohol —expresa, le veo a los ojos y le ofrezco una sonrisa.

—No importa, sé que no fue lo mejor de lo mejor, pero agradezco que me hayas invitado a pasarla contigo —admito y mis mejillas comienzan a ponerse calientes.

—Quería hacerlo.

Me inclino hacia él con todo el valor que poseo y choco nuestros labios. Le tomado por sorpresa, quiero creer que su estado tan perezoso sea debido a los pocos tragos, pero lo tomo como ventaja por coloco mis dos manos sobre sus mejillas pobladas de barba de días.

Al separarnos, Luke solo me observa con unos ojos brillantes y una sonrisa adormilada.

—Buenas noches, Juliette, sueña conmigo —dice con jocosidad, pongo los ojos en blanco, pero no puedo evitar sonreír.

—Buenas noches —le devuelvo, le doy una última mirada y bajo del coche.

Dirijo la mirada hacia mi casa, tomo una gran bocana de aire y solamente espero que se me ocurran buenas excusas y mentiras.

A mis espaldas, el auto ya ha arrancado.

Cuando entro, escucho cuchicheos provenientes de la cocina, cierro la puerta con fuerza para indicar que ya estoy en casa y no tardan segundos para que mis padres aparezcan ante mí.

— ¿Ves? Te dije que era ella —le dice mi madre a mi padre para tranquilizarlo, luego ella se enfoca en mí—. ¿Y bien? ¿Te divertiste?

Pienso en su pregunta y sonrío, ¿Me divertí? Quiero decir, quitando e ignorando las cosas raras, y solo centrándome en Luke, entonces sí.

—Sí, la película duró más de lo que pensábamos.

Papá arruga su nariz y sus ojos me escudriñan toda. Oh no.

— ¿Qué es ese olor?

— ¿Qué olor? —cuestiona mamá.

Mi corazón comienza a latir con fuerza y rebusco qué decir.

—Ya sé, creo que me daré un baño, al salir del cine, Luke y yo nos topamos con un grupo de chicos fumando, debe de ser eso —expulso con fingida tranquilidad mientras olfateo mi cabello y hago una mueca de disgusto.

—La juventud de hoy en días que no logran ver las cosas dañinas con claridad —reprende mi padre con desaprobación—. ¿Cuándo entenderán que fumar es pésimo?

—Totalmente —concuerda mi mamá, me da una mirada dulce y trata de venir a mí para darme un abrazo, pero retrocedo.

—Voy a mi habitación ya, vengo muerta de sueño —me excuso y sigo retrocediendo. Les digo las buenas noches a ambos de forma apresurada, me dirijo hacia las escaleras y subo con prisa hacia mi habitación, una vez dentro, me dejo apoyar en la puerta ya cerrada.

Dejo escapar todo el aire que no sabía que estaba reteniendo.

Me despojo de la chaqueta de Luke, me coloco mis pijamas y subo a mi cama, desplomándome exhausta.

Mi celular suena a mi lado, lo noto y leo el nuevo mensaje de Luke que ha caído a mi bandeja.

"Todo bien?"

"Todo bien." Le contesto.

Dejo todo a un lado, trato de concentrarme en mi respiración calma y extrañamente esta noche sí sueño con Luke.

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