Una semana había pasado desde aquella cita.

TaeHyung era tan maravilloso, al pasar los días se pudieron conocer más y Jeon se sentía en una película, una muy bonita junto al castaño, al cual ahora miraba con corazoncitos imaginarios alrededor de su cabeza.

―¿J-JungKook?

El rubio parpadeó y miró atento al chico frente a él, llevó su vista a las manos extendidas del castaño, viendo un bonito y pequeño ramo de rosas en ellas.

Oh.

Con delicadeza lo tomó, escuchando el suspiro de SeokJin a sus espaldas.

―Joder, al fin lo agarraste, el pobre chico ya llevaba media hora esperando.

Ah, JungKook se sonrojó. ¿Era por eso que Tae estaba nervioso?

— Tae... gracias. —dijo bajito, sonriendo como un bonito conejito -o así lo vio TaeHyung-.— ¿Hay algo en especial por el que recibo este lindo detalle, Tae?

—Yo q-quería invitarte a... ¿salir? —tragó poquito—, otra vez. ¿Quieres?

A JungKook le brillaron los ojitos.

—Sí, sí quiero. —sonrió suave. Una idea pasó por su loca cabecita y le entregó por un momento el ramo a SeokJin, quien en un rápido movimiento lo agarró.

El azabache sacó rápidamente una libreta y un bolígrafo bajo la atenta mirada de sus dos amigos y TaeHyung. Escribiendo algo rápido y arrancando una hoja después de, le entregó el pedazo de papel a Kim, quien lo aceptó sin rechistar.

—Es mi número de teléfono... uhm, por si lo necesitas en algún momento. — sonrió bonito.

El castaño sonrió leve, sonrojado: — Gracias..., te escribiré más tarde, entonces —ahora sonriendo más, hizo una pequeña reverencia al rubio—. Hasta más tarde, JungKookie Hyung. —se despidió rápido, y salió trotando de aquel pasillo, dirigiéndose a su siguiente clase.

JungKoon seguía en una nube, en donde la sonrisa del bonito moreno se repita una y otra vez en su cabecita. Aunque eso no duró mucho, sintiendo como algo era dejado en sus manos.

—Es tuyo, debes tenerlo tú. —habló Jin, al terminar de dejar el ramo a cargo del rubio enamorado.

YoonGi, quien hasta ese momento estaba riendo poquito por el comportamiento tan torpe de JungKook, habló: —¿Sabes, Kookie? Eres muy gracioso estando embobado por alguien. —se burló.

Jeon rodó los ojitos, y lo miró desafiante.

—Seguro no te supero a ti cuando te quedas mirando a SeokJin Hyung como todo un bobo, que hasta babeas algunas veces. —contraatacó, viendo divertido a Min sonrojarse, aunque luego de unos pocos segundos éste le miró como si quisiera matarlo.

—Eres un desg-.

SeokJin tomó a su novio de las caderas cuando éste amagó querer golpear a JungKook, separándolo del mismo y acercándolo para plantarle un largo beso que lo hizo callarse.

—uhg —Jeon puso una mueca de falso disgusto cuando sus hyung's comenzaron a devorarse frente a él—. Mejor me largo. —informó, a sabiendas que los otros dos ya no le prestaban atención; comenzó su camino a la cafetería, sonriendo cuando el recuerdo de TaeHyung llegó a su mente.

Ah, de verdad estaba muy enamorado de ese niño.

Y, aquella misma tarde, cuando tuvo tiempo de escribir, no dudó en añadir a su pequeña lista aquel bonito detalle.

2. Sería lindo si me dieras flores, al menos cuando puedas, me hace sentir... anhelado y querido.