Narra Emily.

Juan ya estaba delante del altar.

Yo estaba sentada detrás de Francisco y el resto de la familia de Martina.

Tenía que irme de acá. En si, necesitaba ir al baño.

- Disculpa ¿Puedo salir un momento?

La chica a mi lado se corrió y pude pasar.

Me alejé para ir a buscar un baño, cuando sentí una fuerte contracción y sentí como que me estaba orinando.

- Ahora no...

Caminé a mi auto. Subí y salí de la mansión.

Como pude, manejé a la clínica donde me atendí todo el embarazo. Enseguida me atendieron y llevaron a la sala de parto.

- ¡Ay!

Las contracciones eran fuertisimas.

- A la cuenta de tres, puja ¿Entendiste?

Asentí.

- Uno... Dos... Tres.

Hice la mayor fuerza para pujar.

- Ya casi... Vamos de nuevo.

Hice fuerza nuevamente.

Esto es mas difícil de lo que creí.

- ¡Puja!

Hice el último esfuerzo y escuché el llanto de mi bebé.

- Excelente -Sonrió el médico- ¿Ya sabías que sexo tendría?

- En unas ecografías decían que era nene y en otras nena... No se bien.

Se acercó y lo trajo. Era una hermosura.

- Bueno, resultó ser varoncito.

Sonreí. Las lágrimas caían. Mi bebé, es hermoso.

A él se lo llevaron para verificar que esté todo en condiciones. Y a mi me pasaron a una habitación. Hicieron que me duche y acueste ya mas tranquila.

Agarré mi celular y llamé a mi mamá.

- Hola amor...

- Hola ma... ¿Podes venir a la clínica?

- ¿Que pasó?

- Acaba de nacer Adam... -Sonreí- Estoy sola...

- ¡Ya mismo estoy allá! Cuidate, te amo.

- Y yo...

Corté la llamada y sonreí.

Tendría que llamar a Juan. Pero en este momento debe estar al medio de su boda y no voy a interrumpir eso. Me sentiría hiper mega culpable.
Que cosa tan... Difícil.