Capítulo número 64
- Hola princesa...
Martina me miró raro.
- Hola... ¿Como estás?
- Bien ¿Tú?
Salí al balcón.
- Necesito verte...
- Okey. Ya sabes donde encontrarme.
- Estaré ahí en dos horas. Adiós hermosa.
Corté antes que dijera otra cosa.
Caminé hacia la habitación y busque ropa.
- ¿Quien era?
- Una compañera de secundario... Siempre nos tratábamos así por si preguntas.
- ¿No eras antisocial?
- Conocía gente. Me baño y me voy.
Eso hice exactamente.
Antes de salir, ella me miró con sus ojos húmedos.
- ¿Es Emily?
- No.
- ¿Y a que vas entonces?
Rodé los ojos.
- Harán una juntada de ex compañeros y voy a ir. Adiós.
Me fui a la casa de Florenza.
Ando con ella también. Sólo son relaciones, pero da igual.
Martina no quiere nada. No es virgen, pero dice que no quiere acostarse conmigo todavia. Y yo no quiero seguir aguantandola.
*
Caminé lentamente por el medio de la calle. Daba igual si me pasaba un vehículo por encima.
Me robaron el auto y mi celular. Me golpearon, por lo tanto estoy sangrando.
Estaba cerca de la casa de Emily. Así que llegué. Me va a matar, lo se, son las 4 am. Pero necesito llegar a algún lado.
Golpee la puerta algo fuerte. Hasta que escuché un "Ya voy" de su parte. Se la notaba dormida y es obvio.
- ¿Quien...? ¡Juan! ¿Que pasó?
Me tironeo hacia adentro con fuerza. Encendió la luz y se asombró mas.
- Me asaltaron...
- Ven... Vamos a mi habitación.
Ambos subimos. Me hizo sentarme en su cara y se dispuso a frenar mi sangrado.
- ¿Que te robaron?
- El coche, mi teléfono y la billetera.
Asintió.
- Quedate acá esta noche. Tengo ropa de un primo mío, esta limpia.
Después de curarme, me la dió. Me cambie, ella me miraba. Escuché el ruido metálico de la cuchilla y maldije internamente. Emily la levantó y la miró.
- ¿En serio? ¿Te cortas?
Le mostré mis brazos y piernas. La cuchilla se cayó de mi pantalón.
- Ya estuve internado, casi muriendome con transfusión de sangre y todo... No lo logré nunca.
- ¿Y por qué?
- Mi vida es una mierda...
Miró la cuchilla.
- Entonces yo también debería hacerlo.
- No...
Me levante y la agarré.
- Tiralas entonces... Hay un bebé que en cualquier momento llega al mundo y mal o bien quiero que tenga su papá... Hazlo por el bebé, no por mi. Él o ella te necesita.
Fui al tacho de basura y la tiré.
- Las de tu casa también. Cuando vayas, tiralas.
Asentí.
- Ven, vamos a dormir.
Los dos nos acostamos en silencio.
- Emily...
- ¿Si?
- Te amo Princesa.
Sonrió. La vi porque tenia un pequeño velador encendido. Se acercó y me abrazó.
- También te amo, principe.
Giré su rostro y la besé.
Después de unos meses, volver a besarla era la gloria. La amo demasiado y duele no tenerla.
- Tenés la boca partida.
Rió.
- No importa.
- ¿No duele?
- No si los besos son tuyos...
Sonreímos y volvimos a besarnos. Esta vez, un beso mas lento.
Con cuidado, me subí sobre ella y besé su cuello.
- Ah...
Sonreí.
- Juan, espera...
La miré. Medio que se sentó en la cama y suspiró.
- No quiero que dañes tu relación con Martina por esto...
Reí a carcajadas.
- Tengo sexo con Florenza a cada rato, es mas, me robaron cuando salí de su casa. Es mas cornuda que un alce.
Rió y me empujó. Justo donde me habían golpeado. Por lo que me dio una puntada y gemí del dolor.
- ¡Lo Siento!
Me abrazó.
- Ya... Estoy bien.
Sostuvo mi rostro y me beso de nuevo.
- No olvides que te amo...
Murmuré.
- Tampoco lo olvides, Amor...
Nos besamos de nuevo.
Ojalá todo fuera como antes...
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