Capítulo número 59
Narra Emily.
- A los 7 meses de embarazo si es posible, dejas de trabajar ¿Vale?
Asentí.
- ¿Te parece bien?
- Si señor... No tengo problema
Asentí nuevamente ante mi jefe.
- Me iré... Sólo queria aclarar eso.
- Esta bien. Te reincorporas el 17...
- Pero... Yo entro el 10...
- Te doy una semana mas para que descanses.
- Gracias señor.
Sonreí y me fui de mi trabajo.
Estaba por cruzar la calle, cuando un auto frena de golpe a metros mío. Esperaba el impacto, pero no fue así.
- Emily...
Era... Él.
Seguí caminando antes que se agote el tiempo de cruce peatonal.
Hice mi camino con él siguiéndome y gritando que lo espere.
Subí a un taxi y le di la direccion de casa. Que me siga, da igual. No pienso hablarle.
Bajé. Por suerte no estaba, al menos no a la vista.
Entré a casa y fui al baño. Me orinaba, literalmente.
Luego de eso, a comer. Me moría de hambre y eso que ya había desayunado.
Fui a darle un pedazo de zanahoria a Paul, cuando lo vi durmiendo. Pero no respiraba.
- Paul...
Acaricie su suave pelaje, notando lo frío y endurecido que estaba. Empecé a llorar a su lado.
Mi conejo... Toda la vida a mi lado... Ya se que en algún momento esto pasaría, aún así lo necesitaré. No habia mascota mas fiel que él.
Como pude, hice un pozo en la tierra y lo enterré. Puse el pedacito de zanahoria a su lado y lo tapé.
Ahora tengo una casa algo mas grande a lo que era mi apartamento. Tiene patio con plantas, un árbol frutal y un pino. Adentro tambien es espaciosa; Cuatro habitaciones, una cocina mediana, un living un poco grande y comedor. Tambien su baño y en la habitación mía también hay uno. Para mi sola, esto es una mansión. Pero se que a futuro no lo será, pues mi hijo tendrá su cuarto y están los demás para visitas.
Volví adentro, aún llorando. En serio amaba a ese conejito.
Luego comprare otro. Uno que sea parecido. Asi no siento tanto la falta de Paul.
Decidí volver a comer y acostarme.
Este embarazo me va a dejar cuadrada.
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